Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

Unidad ¿para qué?

In Actualidad on 23 agosto, 2008 at 15:39

Pedro Brenes

La unificación política y la unidad de acción contra el Poder colonial español, de los independentistas de Canarias, es un asunto muy serio. Por eso sería bueno que los que últimamente, con inesperado entusiasmo, enarbolan la bandera de la causa unitaria, nos explicaran bien cuáles son sus intenciones. Y no estaría de más que nos concretaran cuál es su concepción de la unidad, y nos dijeran qué es lo que nos proponen, exactamente, cuando hablan de unidad.

Porque algunos grupos, dado el «claro componente electoral» de su táctica política, insisten en la necesidad  de que nos vayamos preparando con tiempo para afrontar las próximas citas con los votos. ¿Deberíamos entonces interpretar sus llamadas a la unificación como una oferta de coalición electoral? Y, si es así, ¿en base a qué programa?,  ¿con qué objetivos?,  ¿en función de qué proyecto político?.

No lo sabemos. La indudable maestría de todos estos colectivos de la «izquierda nacional canaria», para ocultar sus principios ideológicos, y  su proverbial destreza para disimular sus objetivos políticos, impiden, de momento, averiguar las características concretas de su proyecto, y conocer qué ideología de clase aspiran a representar y qué intereses sociales pretenden defender.

Pero si, como sospechamos, todos ellos coinciden en el «socialismo democrático y moderno» y en la «izquierda rojiverde», más que de unidad deberían hablar de la fusión entre grupos ideológicamente afines, en un partido de carácter socialista democrático, antiimperialista y anticolonialista.

Y en cuanto a su actividad política y sus expectativas electorales, es fácil de entender que fusionados en un solo partido, claramente definido en cuanto a su programa de reivindicaciones económicas y de transformaciones sociales, tendrían mucho más respaldo popular que dispersos en varios grupos, que no van más allá del localismo municipal y del oportunismo electoral, buscando un puñado de votos donde quiera y de cualquier manera, apuntándose, de forma acrítica, a toda iniciativa o movilización que prometa influencia inmediata sobre un determinado nicho de votantes. 

Los comunistas llevamos mucho tiempo combatiendo el sectarismo, la indefinición ideológica, la ambigüedad política, el electoralismo vulgar y los métodos primitivos que han caracterizado, durante una larga etapa, al Movimiento de Liberación Nacional. En una muy dura y prolongada batalla ideológica hemos ido arrinconando las manifestaciones más extremas de estas tendencias que, hasta entonces, dominaban en la mayoría de los grupos anticolonialistas.

Y hemos demostrado, sin lugar a dudas, en la teoría y en la práctica, que no hay luchadores más firmes y consecuentes por la unidad anticolonial y antiimperialista que los marxista-leninistas. Y que sólo los comunistas son capaces de asegurar la conformación y la consolidación definitiva del Movimiento de Liberación Nacional de Canarias.

Pero siempre hemos defendido que la solidez y la coherencia de la alianza de las clases populares, contra la opresión y la explotación del pacto entre la burguesía canaria y el Poder colonial español, (el Pacto Colonial Histórico, materializado hoy en el proyecto democrático-colonial «autonómico»), depende de la creación de un Frente político de los partidos que verdaderamente representen a los trabajadores asalariados o clase obrera, por un lado; y a los autónomos y pequeños empresarios o pequeñaburguesía, por otro. Clases sociales excluídas, y obligadas a pagar los costes sociales y económicos, del Pacto Colonial.

Por supuesto que el Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias está, y estará siempre, dispuesto a debatir éste y cualquier otro tema con los grupos socialistas democráticos independentistas. Pero, desde luego, no permitiremos que nos arrastren a burdos montajes electorales. Podemos adelantar, con toda claridad, que siempre exigiremos una posición de clase, y que pediremos el abandono definitivo de los juegos de la ambigüedad ideológica, los equívocos políticos y la confusión programática.

La alianza democrática anticolonial necesita un Proyecto político claro y definido. No nos valen acuerdos superficiales ni coaliciones electoralistas. Pedimos un acuerdo programático en torno al que se articule un Frente de partidos para combatir la falsa democracia colonial «autonómica», rechazar la Constitución burguesa, monárquica e imperialista española, y levantar, frente al proyecto de «comunidad autónoma» del Pacto entre la burguesía y el colonialismo , el proyecto unitario y popular de la República Canaria independiente, antimonopolista y antiimperialista.

Pero para unirse -insistimos una vez más- primero hay que definirse. Mientras nuestros socialistas permitan, a causa de su desorientación, su dispersión y su inoperancia, que amplios sectores de la sociedad canaria (trabajadores autónomos, pequeños empresarios de la ciudad y del campo, intelectuales, etc.) no encuentren otra alternativa para defender sus intereses que el PSOE o, lo que es peor, los «progresistas» de Coalición Canaria y de Nueva Canarias, del tipo de Aureliano Santiago o Román Rodríguez, poco podremos hacer para avanzar hacia la unidad.

La propuesta unitaria de los comunistas consiste, por consiguiente, en la alianza de las clases trabajadoras a través de un Frente político de los partidos que las representan, para forjar el núcleo de un amplio Movimiento de Liberación Nacional capaz de combatir en todos los frentes -político, sindical, ciudadano, cultural, etc.- al imperialismo borbónico y a sus aliados de la burguesía canaria, vendida a cambio de las migajas colonialistas y traidora, como siempre, a los intereses del pueblo canario.

 

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