COLABORACIÓN
Jesús A. Pérez Guerra
Ha salido la fumata blanca ¡Habemus Líder! López de Aguilar I ha ganado por KO a Momus Morbidus tropecientos mil.
¿Habrá solucionado el PSOE, con este resultado sus problemas? El PSOE, no lo sé pero lo que sí sé es que a Canarias le ha tocado el gordo de la lotería y no crean que esto es positivo, ¡qué va! Esto significa ni más ni menos que, otra vez, vuelve sobre nuestra patria la amenaza de las políticas de destrucción, que ya iniciara el PSOE, hace muchos años con su ahora defenestrado Carmelo Padrón.
Y es que entre el PSOE y la CoCa se llevó a cabo en estas nuestras tierras el mayor ataque contra todo lo que son valores e identidad canarias.
Los de la CoCa porque creían que defender Canarias era llenarse los bolsillos ellos, porque eran canarios y los del PSOE porque para ellos los intereses de España han estado siempre por encima de los intereses de este pueblo, aunque sea a costa de meter bajo el umbral de la miseria a 400.000 canarios o a los que fueran necesarios. Quiten del total de la población que vive en Canarias a españoles y extranjeros y verán el porcentaje que supone para este pueblo la mayoría de esos 400.000, que son canarios de verdad. Y si eso no es colonialismo que vengan ahora y me demuestren lo contrario.
Atacar nuestra Agricultura, es privarnos de nuestras más viejas señas de identidad y de los únicos medios, seguros, de supervivencia.
Atacar nuestra Ganadería es robarnos a nosotros mismos, sobre todo cuando lo que se ataca es nuestra seña de identidad nº 1, que es el Pastoreo. Pero esto, claro está, no se lo diga UD. a un señor que acaba de llegar a Canarias, después de haber eliminado los patos de Doñana, porque lógicamente ese señor de identidad y sentimientos de canariedad tiene lo que yo de carpintero que, desde luego, no tengo nada de ello.
Desde que el PSOE retomó el poder en Madrid yo esperaba la vuelta de sus desastrosas políticas medio ambientales a Canarias. Después, y sobre todo con la caída de dos de los «5 magníficos» del desastre del campo canario, Carmelo Padrón y recientemente Faustino García, tuve un viso de esperanza, que se vio rápidamente truncada nada mas empezar la campaña orquestada de «comecocos», que todavía estamos padeciendo.
Lo lamentable de esta campaña es ver como organismos que tantos esfuerzos y sudores le ha costado y le está costando a este pueblo conseguir, estén ahora colaborando con esa caterva de descerebrados colonialistas que lo único que les interesa es convertir Canarias en su asilo o residencia, para ellos y para Europa. A los canarios que nos den por saco, que es lo que han estado haciendo desde que conquistaron estas tierras hace ya 400 o 500 años. Y claro cuando hablo de organismo me estoy refiriendo a la Universidad de Las Palmas, que sin ir mas lejos hoy acoge en su seno a otro «experto» en no sé que cosa, creo que en turismo y que no sé quien ha traído ahora para que colabore a seguir comiendo el «coco» a este pueblo, drogado por la apatía, la desidia y la irresponsabilidad, que son drogas muy apropiadas, después de haberlas distribuido convenientemente, para neutralizar cualquier acción de defensa de éste pueblo y de cualquier otro de este planeta.
Hablan de proteger el Medio Ambiente de Canarias, pero solo lo hacen destruyendo viviendas de los ciudadanos más refavorecidos de nuestra patria; recuerden si no Cho Vito y también toda la lluvia de cartas de amenaza que están empezando a recibir vecinos de Agaete, Barranquillo Moreno y la costa de Arucas, comunicándoles el posible derribo de sus casas, algunas de ellas con más de 150 años antigüedad y otras verdaderos BIC, como es el caso del horno de cal de Agaete.
Esos mismos santos protectores son los que se oponen, con fiereza, a imponer un control de entrada de personas en estas islas, que seria la única y verdadera solución de todos los problemas que la superpoblación está provocando en Canarias.
El estado de conservación de nuestros campos y mares, heredados de nuestros antepasados, hubiera sido el ideal, sino fuera por la siempre acción depredadora del colonialismo español sobre nuestro territorio. Eso fue así en el pasado y sigue siendo igual en el presente. Antes se destruían nuestros bosques para construir las casas de los colonos en la ciudad, los barcos para aumentar sus correrías por el mundo, después para alimentar sus ingenios de azúcar y hoy se destruye nuestro territorio transformando nuestras tierras de cultivo en cemento de hoteles, macro-cárceles o bloques de viviendas, que tanto monta tanto… para acoger a todos el que quiera fijar su residencia en Canarias que para eso son seres «libres», pero claro está que cuando ellos hablan de libertad solo habla de «su libertad» aunque la misma suponga ir contra lo intereses de esta tierra y este pueblo.
A España no le interesa que Canarias produzca sus propios alimentos, porque así ella y ahora Europa se convierten en los únicos proveedores nuestros, o sea, tenemos que depender de su generosidad para ser algo.
El argumento más esgrimido para justificar sus acciones ha sido que la agricultura y la ganadería han sido los que han destrozado el ecosistema canario y eso ellos mismo están reconociendo ya que es una burda mentira, alimentada por esos «expertos» que son los que han llevado a cabo esas políticas de destrucción que ahora, otros, están tratando de corregir, pero sin prisas, porque sino Madrid les da un tirón de orejas, de Señor a esclavo.