Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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Un gesto elemental

In Cultura, Opinión on 28 noviembre, 2008 at 1:01

carlospulido1Carlos Pulido

 
Eso de que la democracia es ‘el poder de, por y para el pueblo’ cada día suena más a ilusión. Afirmar que, en democracia, la voluntad y los intereses (que rara vez coinciden) de la mayoría determinan las decisiones estatales, es puro desvarío. La democracia -tal y como se usa este término hoy- es, sobre todo, un legalismo formal, la adhesión incondicional a un cierto juego de reglas formales que garanticen que los antagonismos quedan absorbidos dentro del juego. Y es que hay palabras que son falsas como monedas de latón, y tampoco es cuestión de confundir la ideología gobernante con la ideología que parece dominar; pues por ese camino uno termina creyéndose la ilusión última de la democracia (precisamente donde las ‘limitaciones’ llegan a ser verdaderamente tangibles), y que no es otra que puede hacer la revolución social, sin dolor, por medios pacíficos, simplemente ganando las elecciones. Podríamos llamarla la ilusión ‘formalista’, ya que se abstrae de la estructura concreta de las relaciones sociales dentro de la cual la ‘forma democrática’ funciona. En fin, que me viene a la memoria una vieja lección marxista: el problema de la democracia no tiene que ver con la democracia, sino el hecho de que una forma de poder estatal implique ciertas relaciones de producción.

Debe ser que este capitalismo global parece el ‘único toro que hay en la plaza’, pues la izquierda realmente existente sigue el doble juego de prometer a los trabajadores el máximo posible de Estado de Bienestar, y a los explotadores el pleno respeto a las reglas del juego (capitalista), y las firmes censuras a las demandas ‘irracionales’ de los trabajadores; y es que ya casi nadie considera seriamente alternativas posibles al capitalismo. Mientras la imaginación popular es acosada por visiones cinematográficas del inminente ‘colapso de la naturaleza’, del cese de toda la vida en el planeta, parece más fácil imaginar el fin del mundo que un cambio más modesto en el modo de producción.

Todo esto es sólo una muestra más del posmoderno desprecio hacia las grandes causas ideológicas y la noción de que en vez de intentar cambiar el mundo, deberíamos renovarnos personalmente mediante la adscripción a nuevas formas de actividad subjetiva, sea esta espiritual, estética, sexual, etc. Ante argumentos de este tipo, uno no puede más que recordar las viejas lecciones de teoría crítica: cuando tratamos de preservar la esfera íntima de la privacidad contra la violencia ‘alienante’ de los asuntos públicos, es la propia privacidad la que se pierde. Retirarse hacia asuntos privados significa hoy adoptar formas publicitadas por la industria cultural contemporánea. Desde tomar clases de enriquecimiento espiritual a apuntarse a un gimnasio ‘body building’. El último capítulo de esta reclusión en la privacidad es la confesión pública de los secretos íntimos en los shows de televisión. Contra este tipo de privacidad, el único modo de saltarse las restricciones de la vida pública ‘alienada’ es inventar una nueva colectividad.

Sin embargo, tengo la impresión que esa nueva sociedad necesita un gesto elemental de politización, discernible en todos los grandes acontecimientos democráticos, desde la Revolución Francesa (en la que el ‘tercer estado’ se proclamó idéntico a la Nación como tal, en contra de la aristocracia y el clero), al fallecimiento del ex-socialismo del este europeo (en que los ‘foros disidentes’ se proclamaron representantes de la sociedad entera en contra de la nomenklatura del Partido). En este sentido es donde política y democracia vuelven a ser sinónimos.

En fin, que necesitamos una lógica diferente de compromiso colectivo, de compromiso ético, con nosotros mismos y con nuestra sociedad. ¿Dónde encontrarla? ¿Cuál es la solución? Me gustaría poder desarrollarlo ahora, pero este texto debe terminar aquí.

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Va por ti Agustín

In Actualidad, Opinión on 28 noviembre, 2008 at 0:22

agustin2COLABORACIÓN

 

Redacción de LQSomos

Nunca hubiéramos querido escribir esta nota, esta jodida nota, que nos llena de dolor. Todos sabíamos que estabas mal, que estabas enfrascado en una lucha que tú a pesar de las circunstancias siempre definiste con ironía:

«Y es que la cosa ya no depende mi. Depende de los médicos, «ruscas» y demás bichos que se empecinaron en anidar en mi cuerpo. En breve me tengo que someter a otra intervención quirúrgica porque mi cáncer se mostró como Bush, pertinaz e intransigente. Y me sigue declarando la guerra como lo que, a su parecer, soy… un terrorista y debe aniquilarme» (Junio de 2008)

Incombustible luchador, pertenecía a esos «rojos» que nunca tiran la toalla, a esas personas que son, solidaridad y compromiso durante trescientos sesenta y cinco días al año, ciudadano del mundo lleno de internacionalismo.

Republicano de Getafe, que cambio de aires rumbo a Canarias desde donde recibíamos sus colaboraciones cargadas de sentimiento isleño, desde donde sabiamente supo ver que Canarias es un pueblo independiente, aunque no se lo reconozcan:

«Canarias limita al Norte con agua; al Este con agua; al Sur con agua y al Oeste con más agua.España limita al Norte con pesca, agricultura, ganadería e industrias; al Este con más pesca, «Terras Míticas» e islas «Re-aleares»; al Sur con los bancos pesqueros marroquíes y saharianos y turismo macro-mafioso; al Oeste con caciques, terratenientes y planes de empleo rural» (Febrero de 2008)

Sus notas fueron publicadas en diferentes web, donde se hicieron periódicas sus colaboraciones, pasando a ser patrimonio de los llamados «medios alternativos».

También siguió con sus colaboraciones en una radio comunitaria canaria: Radio Guiniguada en la que tuvo que dejar de participar con su análisis de la realidad social, porque su gran enemigo personal le estaba ganando la batalla, el cáncer le devoraba la lengua, para Agustín el micrófono había terminado.

Pero sus notas nos siguieron llegando, como un grito de libertad y de lucha por una vida a la que se aferró lleno de amor e ideas:

«Nunca, nadie, dijo que después de 100 años de conquista, de los 70.000.000 de indígenas que existían sólo quedaban unos escasos 3.500.000. Nadie habló de los indígenas que fueron sometidos al trabajo esclavo, de la aniquilación de su cultura y creencias ni de los centenares de miles de muertos por enfermedades infecciosas que desconocían» (12 de octubre de 2008, último artículo)

Ideas, ese fue tu gran empaque, tenerlas y defenderlas, no renunciar, continuar, seguir, luchar.

Volvías a Madrid este viernes, pensábamos verte el domingo o el lunes, sabíamos que venias a hacer un sprint en esa batalla que librabas dentro de tu cuerpo.

Ahora te decimos adiós y sigue siendo jodidamente jodido, saber que ya no habrá encuentro, que no habrá plática y que ese «mate» que le debíamos a Mónica, no lo podremos compartir.

Muchas veces hablamos de ese intento de construir la playa de nuestra revolución soñada, con esos pequeños granos de arena fina, que es cada artículo, cada denuncia, cada lucha. En una parte de esa playa ya estas tú para siempre, nosotros seguiremos lanzando grano a grano nuestra utopía de revolución, de ese otro mundo que sabemos que esta aquí. ¡Benditas utopías! compañero del alma… compañero Agustín.

¡Salud y República!

LQSomos. Redacción. Un 27 de noviembre de 2008.

 

P.D. De Mónica Oporto

Hombre

Para Agustín Mora Valle.

Se cuánto peleaste contra ese puto cáncer.

Ese mismo al que muchos «gorilas» vivan cuando silencia a los que luchan.

Y se que no se la hiciste fácil porque no bajaste la guardia.

A quienes te conocimos nos nace un dolor profundo porque se nos fue un compañero de LOQUESOMOS con quien compartimos ideales y luchas.

Sin embargo nos dejaste un ejemplo de lucha: no te silenció, menos te maniató tu dolencia. Y seguiste con tus notas en este espacio de libertad.

Se que donde estés florecerán música, poesía, pasión por la justicia, libertad.

Recibe, de esta «guapetona» -como solías llamarme- algo que tantas veces compartimos, y que te dedico porque te retrata.

¡Hasta siempre Amigo!

De quererte cantar sufro disnea
bastante más allá de los pulmones.
Tu sombra brilla hoy en la pelea
mayor de la conciencia y las razones.
Por ti canto de pecho,
como el sueño en que giro
y leve, como aún respiro.
Por ti adelanto trecho
a lo que falta en tono
y canto lo que no perdono.

Hombre, hombre y amigo,
aún queda para estar contigo.
Hombre, hombre sin templo
desciende a mi ciudad tu ejemplo.

Supiste cabalgar contra quien odia
desde su torre de odio y exterminio,
pero, en mi parecer, te dio más gloria
el alma que tallaste a tu dominio.
La medicina escasa,
la más insuficiente
es la de remediar la mente.
Y la locura pasa
risueña cuando engaña,
cual odio de la propia entraña.

Hombre sin apellido,
un poco de piedad te pido:
hombre, ay, todavía,
que un tanto más allá está el día.
De la melena inculta a la calvicie,
del número inicial a lo incontable,
desde la tumba hasta la superficie,
tras breve veinte tan multiplicable
me llega un canto alado
de fiebres de la infancia,
me brota la invención del ansia
y entero y mutilado,
furiosamente a besos,
te doy mi corazón travieso:

Hombre, hombre sin muerte,
la noche respiró tu suerte,
hombre de buen destino,
y hay luces puestas en camino.

Hombre. De Silvio Rodríguez.