(milonga del gas siberiano)
Los malvados rusos nos han cortado el gas. Qué malos son. Unos bandidos estos exsoviéticos de mierda. Nada más que para mortificar. Y para utilizar políticamente el suministro energético.
Encima que les hacemos el favor de comprarles el gas, ahora van y nos cortan los envíos a través de Ucrania. Bueno sí, es verdad que aumentan la presión en los gaseoductos que nos llegan por Bielorrusia, pero eso no soluciona el problema de la impertinencia de esos muertosdihambre.
¡¿Cómo se atreven?! A nosotros, a los europeos de la Unión. ¡A nosotros, que tenemos el euro que va a sustituir al dólar como moneda internacional! Todavía no, pero dentro de poco…
Y todo por una facturilla de nada. Una insignificancia. Total por quinientos millones de dólares que Ucrania se niega a pagar. Y por esa pequeña deuda y con la excusa de que no han querido firmar el contrato de suministro para el año 2009, se han atrevido a cortar el gas a este país candidato a incorporarse a la Unión Europea. Y a la Otan, por supuesto.
¿Qué podían hacer entonces los pobres ucranianos? Claro, no les quedó más remedio que robar un poquito del gas que circula en tránsito por su territorio hacia otros países. Bueno sí, es verdad que después se quedaron con todo el gas que circula hacia Europa. Pero tampoco es para ponerse así. Además, ya se lo dijo bien clarito el nuevo presidente de turno de la UE: si no restablecen el suministro en 24 horas ¡tomaremos medidas! Ya pueden echarse a temblar esos rusos excomunistas impresentables.
Está claro que esto del gas ruso pone a los europeos en una situación de dependencia muy peligrosa. Así que, como les venimos diciendo hace tiempo, vamos a diversificar nuestras fuentes enegéticas para dejar de depender del Putin ese y del gigante monopolista Gazprom.
Y los rusos, con todo descaro, dicen ahora que si nosotros no les compramos el gas, lo venderán en otro lado. A los chinos, por supuesto, que son igual de comunistas que ellos, y que tienen oprimido al Tibet. No, si pretenderán hacer lo que les dá la gana con nuestro gas. Y encima dicen que no piensan invertir ni un rublo en mejorar ni en ampliar la red de gaseoductos que abastecen a Europa. Ni piensan poner en explotación nuevos yacimientos para ese mercado.
Ahora pretenden estos atrevidos, invertir en miles de kilómetros de nuevos conductos para llevar el gas siberiano a Japón, Corea, China y otros países de la cuenca del Pacífico. ¿Qué les parece? No, si ya no se respeta nada. Pero están muy equivocados, los europeos no estamos dispuestos a pasar frío. Bueno, bueno, desde luego que tenemos algunas reservas pero aun así se trata de una catástrofe humanitaria. Rumanía, por ejemplo, ha tenido que declarar el estado de alerta energética porque sólo tiene reservas para cien días.
Que sí, que sí, que son más de tres meses y que para cuando se acabe ya estaremos en primavera. ¡Pero en Abril todavía hace fresco! Y claro que si en ese tiempo no se ha arreglado el problema creado por los rusos se podría comprar gas a otros proveedores. Pero si compramos en Argelia, o en Noruega o en Libia o en Irán, ¡hay que pagarlo! ¡Y a los precios que marcan los mercados internacionales en las bolsas de Nueva York, Londres o Franfurt! ¡Y con la crisis que hay!
Lo que tienen que hacer los rusos es dejarse ya de protestar por los pagos. Que están muy materialistas y sólo piensan en cobrar.
Y, además, eso de invadir a un pacífico Estado democrático y prooccidental, y anexionarse extensas zonas de Georgia se tiene que acabar. Y que se vayan olvidando también de las relaciones con las dictaduras de Venezuela y de Cuba. Faltaría más. Ya está bien de aguantarles las impertinencias a estos desconsiderados exsoviéticos.
¡Y que tengan cuidadito! Porque si no restablecen los envíos de gas ¡en veinticuatro horas! podemos bombardear Moscú. O invadir de nuevo a la Unión Soviética como ya hicimos en 1941. O, peor todavía, les enviaremos a James Bond (el nuevo, que es más musculoso). Se van a joder.
(VIDEO) Putin habla sobre «la guerra del gas» (subtítulos en castellano)