Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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La Guardia Civil española carga contra los estibadores de Las Palmas provocando un herido

In Actualidad, Laboral, Represión on 24 marzo, 2009 at 13:34

cargaguardiacivilDesenfundaron una pistola

La Guardia Civil española cargó en la mañana de este martes contra un centenar de estibadores del Puerto de La Luz y de Las Palmas que protestaban pacífica-mente por el ERE de Sestiba que supone el depido, el 1 de abril, de 170 trabajadores. La protesta se había producido aprovechando el acto de descubrimiento de una placa en conmemoración del 50 aniversario de la primera visita a Gran Canaria de Winston Churchill. La represión se saldó con un estibador herido.

El acto, organizado por la Autoridad Portuaria de Las Palmas, se celebraba en la plaza Juan Bordes Claverie, frente a la sede de la Administración de Aduanas, donde se dieron cita numerosos cónsules acreditados en Las Palmas de Gran Canaria, entre ellos el de Reino Unido, Matthew Vickers y el alcalde de la ciudad, Jerónimo Saavedra.

Quén no asistió fué el presidente de Puertos de Las Palmas y de Sestiba, Javier Sánchez Simón (PP). Ante los gritos de los estibadores, que llamaron «fascistas» y «ladrones» a los jerifaltes políticos, los guardias civiles de la Agrupación Rural de Seguridad (A.R.S) cargaron con porras arrollando a los trabajadores, lo que no impidió que el alcalde y otras autoridades tuvieran que abandonar el lugar. La placa se descubrió a toda prisa en medio del tumulto.

El presidente de la Asociación Sindical de Estibadores Portuarios (ASEP), Miguel Rodríguez, presente en la protesta, felicitó a Javier Sánchez Simón por «haber sido el primer presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas que ha presentado un despido de 170 trabajadores» y anunció que los 550 estibadores de La Luz iniciarán el próximo 3 de abril una huelga indefinida.

Rodríguez explicó que esta huelga, cuyos servicios mínimos afectarán al 25 por ciento de la plantilla, la convoca el sindicato Intersindical Canaria en protesta por los 170 despidos previstos en el ERE planteado en la Sociedad Estatal de Estiba y Desestiba del Puerto de La Luz y Las Palmas S.A.(Sestiba) y también «por no asumir las empresas la responsabilidad del pago de la deuda que cada año han ido acumulando hasta llegar a los 18 millones de euros».

Miguel Rodríguez, relató, en declaraciones a los medios, lo ocurrido señalando que «hubo un policía que sacó una pistola y la gente se le echó encima y después de que cayó al suelo, ya se agachó para buscarla y la gente, pues ya se montó el lío. Ésta es la razón del tema». «Ha habido un momento de tensión y estamos todos nerviosos, nos quieren despedir a 170 padres de familia. Le han abierto la cabeza a un trabajador que está ahora en el hospital, cogiéndole puntos», apuntilló.

En cuanto a si conocía por qué el agente de la Guardia Civil cogió la pistola, Rodríguez lo achacó a que los agentes del cuerpo policial militar español «se asustaron». «Saben que lo que estamos reclamando es todo nuestro derecho, lo saben y les cuesta asumir las órdenes de los superiores, les tiemblan las patas y sacan la pistola y lo que tengan en la mano», apostilló.

De todos modos, indicó que «hay que dejar claro» que los agentes policiacos no son los «enemigos» de los estibadores, sino que el «enemigo» de los estibadores, resaltó, «es el presidente de la Autoridad Portuaria».

Rodríguez explicó que los trabajadores se concentraron en los alrededores donde se estaba celebrando el citado acto «pensando que estaba el presidente -de la Autoridad Portuaria-» y con el fin de trasladarle el «malestar» de los estibadores por el ERE e ironizó felicitando a Sánchez Simón por haber sido «el primer presidente de la Autoridad Portuaria» que ha presentado un «despido de 170 trabajadores».

«Queríamos que aquí los viera y que supiera lo mal que lo estamos pasando porque en el despacho siempre genial, despedir o hacer documento. Queríamos que en vivo y en directo vivieran la tensión de los padres de familia que el día primero -de abril- se irán a su casa», apuntilló.

Rodríguez aseguró que «no hay negociación, no quieren buscar soluciones alternativas» para que no se produzca el despido de los 170 estibadores. «No ha venido el presidente, nos hemos quedado con las ganas», apostilló. Asimismo, indicó que está la huelga a nivel nacional de los estibadores pero que Sestiba del Puerto de La Luz y de Las Palmas comenzará el próximo 3 de abril una huelga indefinida con motivo del ERE, así como por «no asumir las empresas la responsabilidad del pago de la deuda que cada año han ido acumulando hasta llegar hasta los 18 millones de euros».

Añadió que a la huelga indefinida, convocada por Intersindical Canaria, para el próximo 3 de abril están llamados los 550 estibadores. Asimismo, indicó que no ve posibilidades de solución porque se han reunido con Sánchez Simón pero «no ha habido ninguna actitud de posibilidad de buscar solución, se ha limitado sólo a hablar de los servicios mínimos de la huelga del día 3». «Nos hemos reunido tres veces y las tres se han negado a firmar ningún tipo de acta donde hagamos constar nuestras propuestas alternativas al expediente», apuntó.

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Comunicado del Comité de Huelga de Guaguas Municipales

In Actualidad, Comunicado, Laboral on 24 marzo, 2009 at 1:12

guaguas20090219El Comité de Huelga y los trabajadores de Guaguas Municipales que emprendimos una huelga en defensa de la plena titularidad pública de nuestra empresa y el establecimiento de un plan de saneamiento y viabilidad que garantice suficiente financiación del servicio urbano de transporte de nuestra ciudad, nediante el presente escrito quieren mostrar su agradecimiento a nuestros usuarios por la comprensión que han demostrado a lo largo de la jornada de hoy, lunes 23 de marzo, durante el transcurso de la misma.

Conscientes del perjuicio que nuestras acciones reivindicativas han supuesto para gran parte de la ciudadanía, no podemos más que agradecer profundamente su paciencia y comprensión, al tiempo que asegurarles que nuestra lucha persigue la definitiva solución a los repetitivos y graves problemas que afectan a este esencial servicio.

Sepan todos los ciudadanos que los trabajadores de Guaguas Municipales estarán siempre comprometidos en la defensa del carácter público de nuestra empresa, así como de todos los servicios públicos esenciales de nuestra ciudad, y que emprenderemos todas las acciones necesarias con este fin, como garantía del mantenimiento de la dimensión social, y por lo tanto irrenunciable, de los mismos.

Reiterando nuestro más sincero agradecimiento por el impecable comportamiento de nuestros usuarios y ciudadanos en general, seguiremos trabajando hasta conseguir el servicio urbano de transporte que nuestra ciudad demanda y, sin duda, merece.

El Comité de Huelga y los trabajadores de Guaguas Municipales

En Las Palmas de Gran Canaria, a 23 de marzo de 2009

Más dinero, menos capital

In Actualidad, Economía on 24 marzo, 2009 at 0:01

teo08bTeodoro Santana

Los gobiernos capitalistas de todo el mundo y, en especial, los de los grandes centros imperialistas de EEUU y Europa, intentan afrontar la recesión económica inyectando ingentes cantidades de dinero a las grandes corporaciones financieras e industriales. Sin embargo, comprueban para su asombro que tales medidas no dan resultado.

Viviendo de espaldas a Marx y a la ciencia durante siglo y medio, los burgueses y sus economistas han olvidado una cuestión básica: que no es lo mismo el dinero que el capital. Mientras que el dinero se puede imprimir -y eso, en definitiva, es lo que han estado haciendo-, los procesos de producción y reproducción de la riqueza se establecen sólo siguiendo leyes objetivas inflexibles.

Cuando entra en circulación, el dinero necesita revalorizarse. Invertir dinero para sacar la misma cantidad (o menos) no tiene sentido. Para valorizarse, es decir, para convertirse en capital, el dinero necesita incorporar la única mercancía que, al consumirse, genera más valor: el trabajo. Es lo que los economistas burgueses llaman «economía productiva».

El problema viene cuando se necesita cada vez más capital, mayor tasa de plusvalía. Durante décadas, en lo que se ha llamado la «era Reagan» o «tatcherismo», se ha recurrido a la vieja fórmula de la sobreexplotación del trabajo, bajando su precio (salarios) y aumentando su cantidad (jornadas más largas). Lo cual trae un efecto secundario indeseado: los asalariados tienen menos dinero para comprar. Y las mercancías que producen resultan inútiles si no pueden llegar a venderse, con lo cual el dinero invertido y valor añadido se reducen a cero.

Otro problema resultante es que, al haber obtenido más capital, éste, en la forma de un volumen mayor de dinero, necesita revalorizarse de nuevo en mayor proporción. La receta básica es volver a bajar salarios, prolongar la jornada aún más y recortar derechos. Pero esta fórmula tiene límites. Entre ellos la resistencia de los propios trabajadores a ser explotados hasta la extenuación sin ganar lo suficiente para subsistir.

Pero nuestros inteligentes capitalistas no se van a dejar desalentar por una minucia como esa. Y recurren a otra receta que «nunca falla»: la especulación pura y simple. Es decir, adquirir ciertas cosas («activos», en la terminología al uso) y subirle el precio porque sí, con lo cual obtienen un beneficio rápido y fácil. Es lo que ha pasado, por ejemplo, con el mercado inmobiliario, los hedge funds, las hipotecas subprime y toda esa parafernalia de activos tóxicos.

Viviendo al día, y bajo el lema de «piña asada, piña mamada», los capitalistas olvidaron otro principio básico: que no es lo mismo precio que valor. Suponer que los beneficios se pueden obtener indefinidamente de un recargo sobre los precios es pensar que puede eternizarse una clase social que compra sin vender (consume sin producir), a cuyas manos acude constantemente el dinero gratis.

O sea, la famosa «burbuja». Esto es, una auténtica estafa piramidal en la que el dinero llega solo a unas pocas manos: las de los que están en el vértice de la pirámide. Cuando se pregunta a dónde han ido las ingentes cantidades de beneficios producidos todos estos años, es ahí donde hay que señalar.

Pero como las leyes económicas son objetivas e inexorables, los precios tienden a caer al nivel del valor de cada cosa. Y como, fruto de la sobreexplotación, la gente tiene cada vez menos dinero para consumir (como hemos vivido todos con la implantación del euro), catacrac: la crisis y la recesión.

¿Que solución proponen ahora capitalistas, gobiernos y economistas burgueses? Pues más de la misma medicina. Por un lado, más dinero para los capitalistas, lo que les obligará a valorizar un mayor volumen con la misma cantidad de trabajo (o menos, debido a los despidos). Trabajo que puede resultar inútil si las mercancías producidas no se venden. Y no se venderán si la inmensa mayoría (es decir, los asalariados) no tiene dinero para comprarla.

Por otro lado, aumentar la tasa de plusvalía con la sobreexplotación de los trabajadores: salarios más bajos, jornadas más largas y despidos más baratos. Esto es, reducir de nuevo el consumo. Y, por lo tanto, agravar aún más la crisis.

Evidentemente, ni se plantean justo lo contrario: hacer que el dinero llegue a los consumidores, para estimular la demanda y elevar así la producción, reactivando la economía. Lo que supone aumentar los salarios y las prestaciones por desempleo y garantizar una renta básica de supervivencia universal. Una solución «demasiado comunista» incluso para los gobiernos socialdemócratas.

Como explicaba Marx, el ideal de todo capitalista es pagar salarios lo más bajos posible y que los demás capitalistas, en cambio, paguen altos salarios a sus obreros, de forma que estos sí tengan dinero para comprarle a él las mercancía que su empresa produce.

Lo que a día de hoy viene a suponer que, tras las patéticas llamadas a la «confianza», el capitalismo no sabe y no puede salir de la depresión en que está metido. Esto es, no puede salir como capitalismo. El paso al socialismo, por lo tanto, está a la orden del día.