Los billonarios y sucesivos «planes de recate» de la economía estadounidense se han hecho con dólares que no se sabe de dónde se sacan. Para entendernos: EEUU se ha dedicado a «imprimir» (virtualmente) dólares, de forma que cada vez más la otrora poderosa moneda vale cada vez menos. Los que tienen muchos dólares quisieran deshacerse de ellos y cambiarlos por otra divisa, pero si los lanzan al mercado los devaluarán todavía más y perderían muchísimo dinero.
Es el caso de China. La crisis financiera de Asia en 1997 dio una amarga lección a la emergente economía asiática: no hay que agotar las reservas de divisas. Al igual que otras economías emergentes, China también tiene acumuladas enormes cantidades de reservas de divisas para enfrentarse a una situación urgente.
El problema es que China ha comprado demasiados bonos del dólar, lo que la ha hecho muy vulnerable a la crisis de EEUU. Hasta enero de 2009, China posee bonos del Tesoro estadounidenses por valor de 739.000 millones de dólares, en contraste con los 535.000 millones de dólares registrados en junio de 2008. Sin embargo, el gobierno estadounidense, que intenta capear la crisis a toda costa, ha puesto sus intereses nacionales por encima de los intereses de sus acreedores, lo que ha hecho a China preocuparse de que la posible inflación monetaria le suponga un altísimo coste.
De hecho, la moneda china (renminbi) se ha revalorizado en un 21 % en relación con el dólar. Eso quiere decir que los beneficios de los bonos estadounidenses adquiridos por China han sufrido una pérdida virtual de un 21 %, y el tipo de interés de los bono del Tesoro de EEUU ha caído en picado hasta un 0,7 %.Aunque EEUU ha presionado a China para la revalorización del renminbi so pretexto de reducir los déficits de comercio con China, EEUU ha logrado su verdadero objetivo: evadir las deudas.
Por eso China ha planteado la creación de una nueva súper divisa internacional que sustituya al dólar para poder convertir sus reservas y asegurarlas contra la galopante depreciación de la moneda norteamericana. Pero esto dificultaría la financiación estadounidense para neutralizar los déficits. Y EEUU exige al mundo que se coordine estrechamente con su propia demanda de estímulo económico (que es su estrategia cara a los países del G-20).
Por su parte, Rusia, que ha disminuido su volumen de compra de dólares, propone convocar una conferencia internacional en el nivel de representantes de Gobierno y expertos para discutir el proyecto de creación de una moneda mundial única. Según el viceministro ruso de Exteriores, Andrei Denisov, se trataría de «plasmar en hechos la idea de la creación de una nueva unidad de pago, o sea, nueva moneda mundial».
En la medida que la actual crisis económica del imperialismo deja al descubierto las debilidades y riesgos del sistema financiero capitalista, los debates sobre la creación de una super reserva de divisas seguirán creciendo. Muchos países están adoptando acuerdos bilaterales para realizar todas sus transacciones en sus propias monedas nacionales, conforme a bandas muy definidas de fluctuación, evitando así usar el dólar.
La propia Rusia habla ya de incluir el oro, el rublo y el renmibi entre los instrumentos del Fondo Monetario Internacional (FMI) como una de las medidas para reestructurar el sistema financiero mundial, especialmente en lo referente a la determinación del curso de los DEG (derechos especiales de giro del FMI), cuyo tipo de cambio actualmente se determina como el valor en dólares de una cesta de divisas conformada por el dólar estadounidense, el euro, el yen japonés y la libra esterlina.
Durante décadas, el monopolio del dólar como moneda universal rindió a EEUU enormes dividendos y le permitió exportar sus problemas económicos a otros países. La cuestión es acabar con esa insostenible situación sin que las reservas de divisas de la inmensa mayoría de los países queden, literalmente, en papel mojado. Ni contigo ni sin tí.