Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

¿Y ahora qué?

In Actualidad on 10 junio, 2009 at 0:01

teo08bTeodoro Santana

Las elecciones en la democracia burguesa son como una apisonadora que aplasta cualquier intento de salirse del marco preestablecido. Solo las grandes maquinarias partidarias, respaldadas por el dinero de los capitalistas y por los medios de comunicación burgueses, optan a repartirse el pastel. Los desesperados intentos de otras opciones por abrirse un hueco al sol devienen una y otra vez en frustración y en un infructuoso derroche de fuerzas. Las recientes elecciones europeas han venido a ponerlo en evidencia una vez más.

Pero también han sido una constatación de que el proyecto imperialista europeo goza de escaso respaldo. En primer lugar, entre los propios europeos. Un rechazo que supone una importante avería de la socialdemocracia, incapaz de presentar otra alternativa que no sean las mismas recetas que la derecha a la crisis capitalista. Pero también en Canarias, donde hemos vuelto a obtener casi el mayor índice de abstención del Estado (un 59% frente a un 54% de media).

Achacar el avance de la derecha a la abstención, como hace la socialdemocracia, es confundir causa y efecto. Es la falta de una alternativa que vaya más allá del sota, caballo y rey del capitalismo lo que provoca el descontento de los votantes de izquierda y de los trabajadores. Es el derechismo de la socialdemocracia lo que provoca la abstención. Tampoco la causa el que se presenten candidaturas a la izquierda de la socialdemocracia, ya que entonces la solución sería que todos se metieran en los partidos socialdemócratas (cosa que ya se ha hecho en distintas ocasiones, con los resultados que están a la vista).

La pregunta ahora a esa izquierda es qué piensa hacer. ¿Seguir arrastrándose por la agenda que marca el Estado burgués y preparase para concurrir a las municipales? ¿Y después a las generales? ¿De derrota en derrota hasta la agonía final? ¿Piensa la llamada «izquierda nacional canaria» seguir inexplicablemente dividida en sus pequeñas taifas? ¿O esperarán a que venga Otegi a unificarlos?

Los comunistas no nos oponemos por principio a presentar candidaturas en las elecciones burguesas. Pero para nosotros solo es una cuestión táctica, de conveniencia, una oportunidad de propagar nuestras ideas y posiciones. Conscientes de que la vía institucional democrático burguesa no va a producir ningún cambio sustancial en el Estado capitalista. Y que, por lo tanto, es preciso generar un proceso de crecientes movilizaciones y de puesta en pie de una potente red de organizaciones populares que avancen hacia la sustitución del poder capitalista.

Cierto, no es fácil. Pero todo camino comienza con el primer paso. Por eso, la convocatoria unitaria del pasado Primero de Mayo, aunando trabajadores de distintos sindicatos, colectivos sociales, asociaciones de vecinos y partidos obreros, fue un paso en la dirección correcta. Y un objetivo que debería sostenerse con tenacidad.

Por eso resulta muy preocupante tanto la desactivación de la Plataforma contra la Crisis, como la deriva del núcleo que, en torno a la Coordinadora Sindical Canaria, protagonizó el esfuerzo por el Primero de Mayo unitario. Una deriva que, además de “dejar ir” a UGT y CCOO (que habían sido arrastradas a posiciones de izquierda), así como a las asociaciones de vecinos, reduce su ámbito a “movimientos sociales” con expresa exclusión de los “partidos políticos” (comunistas).

¿Cuál es el juego? ¿Acaso preparar la candidatura estrella de una «destacada» personalidad en las municipales y autonómicas de 2011? ¿Mantener la «propiedad privada» sobre colectivos obreros y populares? De ser así nos encontraríamos ante uno de los mayores casos de ceguera y torpeza políticas.

Como en el fútbol, es hora de levantar la vista de la pelota y ver todo el campo. Y eso supone superar la estrechez de miras y el cortoplazismo electoralista, y empezar a empujar en la dirección de poner en pie un amplio movimiento contra la crisis y el paro, sin sectarismos y sin restricciones, que avance en la dirección de una alternativa revolucionaria antiimperialista y anticolonialista en Canarias. Esa es la apuesta de los comunistas.

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