Como los enemigos del Imperio son innúmeros y sanguinarios los herederos del Cid y del Guerrero del antifaz han encargado en la tienda de chuches del amigo americano 46 bombitas de nada, unas “mu” gordas, baratitas, a 950.000 euros el volador.
Son para usarlas contra el enemigo; aquí uno de los reclutas de Historias de la puta mili le preguntaría al ínclito sargento Arensibia: ¿Cuálo nemigo?, a lo que el chusquero contestaría: pos cualo va a se, lo chino.
Claro que como sigan estrellando los aviones a este ritmo (por cierto, a veinte millones de euros está el juguete) no va a quedar de dónde tirar los petardos.
Las bombas las estaban probando en Sudáfrica, por lo que hay que añadir al costo del arsenal, alquiler de campos de prueba, traslado de personal y equipos, joder, con todo eso me compro yo tres Cristianos Ronaldos.
Pero bueno, si ataca Fu-manchú, estamos preparados, ahora que a ese precio da pena gastarlas.
Por cierto se ha muerto en la India Vicente Ferrer, un cura que se supo que era honrado porque lo echaron de la iglesia. Lo que hubiera hecho él con ese dineral.