Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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Organización revolucionaria frente a la ideología pequeñoburguesa

In Actualidad, Opinión on 31 julio, 2009 at 0:01

davidDavid Delgado

 
 

Las organizaciones revolucionarias se distinguen del resto de grupos organizados en la forma organizativa que rige el funcionamiento interno de las mismas, en la línea política y la táctica. Pero la principal diferencia entre revolucionarios y reformistas, pequeñoburgueses u obreros, es la voluntad decidida de los primeros de luchar por el triunfo de la revolución hasta sus últimas consecuencias, mientras que los segundos rechazan radicalmente toda forma de lucha y objetivos revolucionarios.

Quienes defienden los postulados reformistas en base a las fantasías de la pequeña burguesía de alcanzar parcelas de poder en el régimen burgués, sin embargo, emplean el oportunismo y la demagogia cuando les interesa para aparentar ser lo que no son.

Los sectores obreros más atrasados y desideologizados sucumben ante estas tretas: los más conscientes, en cambio, las combaten desde posicionamientos revolucionarios.

Así que, pueden llenarse la boca con soflamas pseudorevolucionarias, que sus continuas manifestaciones reformistas, sectarias y anticomunistas, les retratan y desenmascaran por sí solas.

En Canarias hay que situar en primera línea la lucha contra las ideas pequeñoburguesas tan arraigadas en el movimiento político y sindical porque, hasta que no se supere el atraso ideológico del movimiento obrero, no se podrá avanzar hacia el socialismo.

La tarea es doble: por un lado la batalla ideológica contra las ideas pequeñoburguesas de las organizaciones de izquierda y, por otro, la lucha contra la influencia política de la socialdemocracia que corrompe en las filas obreras la percepción de la ideología socialista.

Debemos empezar por aclarar y definir conceptos, porque de lo contrario se mantendrá el divorcio entre las ideas socialistas revolucionarias y los trabajadores y trabajadoras de Canarias.

El PRCC, organización constituida y dirigida por trabajadores asalariados, no oculta sus objetivos como no los han ocultado jamás los comunistas, así como tampoco lleva entre sus siglas el epíteto “Revolucionario” por otra razón que no sea la de que somos una organización de este tipo.

Somos conscientes de que, electoralmente, la idea de pronunciarse a favor de la descolonización e independencia de Canarias y defender el comunismo, para la pequeña burguesía implica arrimarse al fracaso. Pero a los revolucionarios eso no nos quita el sueño, pues nuestras preocupaciones son otras.

Por eso nos diferenciamos claramente de los reformistas. Porque nuestra acción política no se reduce al exclusivismo electoral y al individualismo que posterga la formación de la militancia.

Ni el intento de los “ilustres” e “históricos” dirigentes pequeñoburgueses de levantar un movimiento alternativo con los mismos principios y métodos frustrados de siempre, ni la autodenominada “izquierda nacional canaria”, ni el resto de organizaciones extraparlamentarias izquierdistas, suponen una amenaza para la hegemonía de la burguesía colonialista y colaboracionista.

El Estado burgués es indestructible, por muchas alumbraciones que los mentados “ideólogos” nos regalen, mientras se ignore lo fundamental: la Revolución Canaria.

Las posiciones reformistas que propugnan ab aeterno la pequeña burguesía, sólo han servido para eternizar la sumisión obrera. En cambio, las revoluciones socialistas han triunfado en muchísimos países, aunque luego no hayan sido ni los comunistas ni los trabajadores quienen hayan usurpado y liquidado estas experiencias.

Que el nuestro es un camino prolongado, duro y sacrificado, lo sabemos muy bien. Que mucha gente no está dispuesta a comprometerse por vagancia o cobardía también. Pero muchos otros trabajadores, impregnados de la ideología pequeñoburguesa, basta con que se instruyan y reflexionen un poco para desprenderse de esa lacra que ha dominado desde hace décadas el movimiento obrero y comunista y se sumen a nuestras filas.

Denunciamos la fraudulenta democracia burguesa, dictadura de la minoría. Y ante el electoralismo reformista, creemos en la participación de cuadros obreros en las instituciones democratico-burguesas para la agitación y propaganda revolucionarias.

Nuestro Partido, como vanguardia activa organizada y consciente de la clase trabajadora, selecciona a los hombres y las mujeres más fieles a la revolución, y situamos en primera línea la formación ininterrumpida de cuadros militantes.

Para que el Partido pueda cumplir su misión de luchador de vanguardia, debe constituir necesariamente un destacamento unido de la clase obrera con una disciplina única obligatoria para todos los militantes. Debe basarse en los principios del centralismo democrático para ser una organización fuerte y unida.

Y estas ideas básicas, que no son el fruto de invenciones sublimes, sino el resultado de la experiencia acumulada en el movimiento obrero y el desarrollo de las ideas marxistas-leninistas, son caracterizadas de trasnochadas por nuestros enemigos, cuando no existe nada más rancio que el colonialismo, el imperialismo, el reformismo y el revisionismo.

Así que vamos a plantar cara en el terreno ideológico a los socialdemócratas que, con sermones humanistas y progresistas, defienden un capitalismo cuyo rostro dicen es más humano. ¡Como si la explotación del hombre por el hombre pudiese dulcificarse!

Y al mismo tiempo combatiremos las ideas pequeños burguesas encepadas en el seno del movimiento obrero: el burocratismo, el individualismo, el electoralismo y el sectarismo.

Vamos a batallar para que la clase obrera identifique socialismo con las ideas revolucionarias del marxismo-leninismo. Demostrar que el PSOE de obrero no tiene absolutamente nada más que el nombre. Que los intereses que defiende la socialdemocracia son los de la burguesía y que la pequeñaburguesía reformista condena al fracaso la emancipación de los trabajadores y el triunfo del socialismo.


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La batalla de Europa del Este

In Actualidad on 30 julio, 2009 at 0:01

europaesteLa situación geoestratégica en Europa se complicó de forma acusada con la agresión de Georgia contra Osetia del Sur, el 7 y 8 de agosto de 2008, que no era más que una ofensiva respaldada por el imperialismo norteamericano (entonces aún con la administración Bush) contra Rusia y contra las relaciones entre Rusia y la Unión Europea. Pieza crucial de esta jugada fue el apoyo de la mayoría de dirigentes de Europa del Este, y especialmente Ucrania, que suministró armas a Georgia para la agresión.

Hay que recordar que, precisamente hace un año, Ucrania se embarcó en una guerra de boicot al tránsito del gas ruso por su territorio hacia la UE, incumpliendo las obligaciones del contrato que había suscrito y, literalmente, robando el gas ruso.

Los gobiernos derechistas del otrora “bloque socialista” europeo, conscientes de que la recesión económica mundial golpea de forma especialmente dura sus países y de que, precisamente por ello, la fascinación que el paraíso capitalista ejercía sobre sus ciudadanos se evapora rápidamente, tratan de amarrar a toda prisa mayores vínculos con EEUU y contrarrestar la influencia de Moscú. Entre otras cosas, con la construcción de nuevos gasoductos que no pasen por el territorio ruso.

El acuerdo firmado el pasado 13 de julio por Bulgaria, Rumanía, Hungría, Austria y Turquía, para la construcción del gasoducto Nabucco, que transitará por el territorio de los países firmantes y cuenta con el apoyo de EEUU, está considerado de vital importancia para los intereses energéticos de la UE. La finalidad de este gasoducto, es precisamente la reducción de la dependencia europea respecto al gas ruso.

Tanto la dependencia de las inversiones extranjeras y de las exportaciones de la Europa del este a la Occidental han caído de forma significativa. Además, se trata de economías que han crecido sobre la base de un fuerte endeudamiento en moneda extranjera, que ahora se ve agravado por la devaluación de las monedas de estos países. Se calcula una caída media del 40% del valor de las divisas esteeuropeas respecto al dólar y una caída de sus bolsas del 77% desde los máximos logrados en 2008.

Europa del Este debe la friolera de 2,3 billones de dólares a la banca occidental. Para hacernos una idea de lo que representa esta inmensa cifra podríamos compararla con los cálculos que dicen que en la actual crisis financiera se han movilizado, alrededor de 5 billones de dólares.

Además, el proceso de endeudamiento de estos países ha sido particularmente acelerado en los últimos 3 años, justo antes de darse el cambio de ciclo, con una deuda de 1,7 billones de dólares. La Europa «emergente» se ha convertido en la subprime del continente: el 25% de las inversiones financieras occidentales en bancos de la región de los Países de Europa Central y Oriental (PECO) podrían ser «activos tóxicos».

El Banco Mundial ha manifestado su temor a que el derrumbe del Este precipite un «efecto dominó» que desestabilice el euro y haga retroceder los avances logrados en la UE en los últimos 50 años. En 2009 deben pagarse o refinanciarse 400.000 millones de esa deuda con Europa Occidental. El FMI está tratando de aumentar la partida de «ayudas» para intentar evitar el colapso económico de estos países, pero a cambio de un ajuste brutal del gasto social y de un empeoramiento general del nivel de vida de la mayoría de la población, echando más leña al fuego de la situación social de estos países.

Estos países han pasado de ser el escaparate de la derrota del «comunismo», a ser uno de los escaparates más vistosos de la debacle capitalista. Tras 20 años de reformas capitalistas y de servir al capitalismo occidental gracias a la incorporación de nuevos mercados, zonas de inversión, y sobre todo mano de obra barata, ese modelo ha quebrado.

De manera que el camino que se abre de nuevo a los trabajadores de estos países es la lucha por derribar el capitalismo y avanzar al socialismo. Eso sí, lejos de la deformaciones y el burocratismo estalinistas, y más en la línea marcada por la revolución rusa de 1917. El auge de esa perspectiva y el espectacular renacimiento de las huelgas y las manifestaciones obreras pone de los nervios a la derecha esteeuropea.

Además, las propuestas del presidente de Rusia, Dimitri Medvédev en relación a la creación de una nueva arquitectura de seguridad en Europa, suponen una horrible pesadilla tanto para la derecha esteeuropea como para los propios EEUU. Lo que les lleva a unos y a otros a presionar a la UE para reforzar la OTAN, urgiendo la entrada de Ucrania y Georgia en esa alianza militar dominada por EEUU. Se trata así de continuar con la agresiva política exterior imperialista de la administración Bush.

Un ejemplo se encuentra en el proyecto de situar en Polonia y República Checa el llamado escudo antimisiles norteamericano, un ambicioso proyecto impulsado por Bush consistente en cercar la frontera ruas con misiles de respuesta rápida, y que Rusia ve claramente como una amenaza para su propia seguridad, a pesar de que la administración estadounidense asegure que son para “defenderse” de hipotéticos ataques de Irán o Siria.

En este escenario, el pasado 15 de julio se hizo pública una carta abierta de dirigentes derechistas de Europa del Este a Barack Obama, en la que piden a Washington que mantenga una “política firme” frente a Rusia. Los firmantes insisten en que sus países son fieles aliados de EEUU y manifiestan su preocupación porque “la nueva administración de Obama ajusta sus prioridades en política exterior» y comience a dirigir la atención a otras áreas consideradas más estratégicas.

Este patético llamamiento a que los amos norteamericanos los tengan más en cuenta, está firmada, entre otros, por Lech Walesa (Polonia), Vaclav Havel (República Checa), Valdas Adamkus (Lituania), Emil Constantinescu (Rumanía), Michal Kovacz (Eslovaquia), Aleksander Kwasniewski (Polonia) y Vaira Vike-Freiberga (Letonia). Y aparece inmediatamente después de que la administración Obama firmara un acuerdo con Rusia para reducir su armamento nuclear.

En definitiva, y lejos de los focos de los mass-media occidentales, una batalla decisiva se está librando en la Europa del Este.

Que se mueran las pobres

In Actualidad on 29 julio, 2009 at 0:01

isabeldeluismujerpobreEl Instituto Canario de la Mujer (ICM) ha denegado las subvenciones correspondientes a dos proyectos de Cáritas para mujeres en riesgo de exclusión social con los que colaboraba hace 15 años. La directora del ICM, Isabel de Luis, se excusa en que se han reducido los fondos de la UE que recibían, que han bajado de los 1.300.000 euros del Fondos Social Europeo del año pasado, a recibir 400.000 euros. Las que se quedan sin atención son mujeres extremadamente pobres, con un alto índice de vulnerabilidad, muchas de ellas inmigrantes que ejercen la prostitución, carentes de recursos económicos y de posibilidades laborales.

En primer lugar, llama la atención que tenga que ser una organización privada la que atienda a las mujeres en tan penosa situación, lo que no hace sino poner el dedo en la llaga de la falta de recursos sociales públicos para atender a los más necesitados. Como en otras áreas, el gobierno autonómico opta por privatizar la atención social. En la mayoría de los casos se hace mediante “ongs” que no son más que empresas encubiertas, con una situación de abuso sobre sus trabajadores que aparecen como “voluntarios”.

En segundo lugar, el ICM gasta dinero a espuertas en otros conceptos y en otras subvenciones de difícil justificación, empezando por los sueldos de sus altos cargos. Pero, además, pobre excusa es que haya disminuido el dinero europeo. ¿Acaso cuando deje de llegar del todo, en 2013, el gobierno autonómico va a cerrar el ICM? ¿No hay más dinero en toda la Comunidad Autónoma Canaria (CAC)?

Las descomunales partidas destinadas a mantener a todo tren las subvenciones a los grandes capitalistas y a gastos en lujos, caprichos y protocolos deben cesar de inmediato y ponerse, de verdad, al servicio del pueblo. Simplemente con lo que se ha gastado la CAC en arreglar la grifería de la residencia grancanaria de Paulino Rivero daría y sobraría para los dos proyectos denegados a Cáritas. Y para el doble.

Pero a la hora de ajustar, el gobierno autonómico prefiere liquidar los programas de ayuda a las personas más vulnerables, a las víctimas más débiles de la crisis del capitalismo y del colonialismo en Canarias. De hecho, se pretende eliminar el escasísimo Plan Sociosanitario de Canarias, y seguir desviando unos menguantes fondos a los negocios de los oligarcas a los que sirven.

Mientras los políticos burgueses comen, beben y viajan con el dinero del pueblo y se dedican a enriquecer a sus amos, el deterioro económico y social de nuestro país sigue avanzando imparable. Los políticos burgueses, mientras tanto, a comer y beber con el dinero del pueblo. Que se mueran las pobres.

Contra la estupidez

In Actualidad, Opinión on 28 julio, 2009 at 0:01

Teo20090620aTeodoro Santana



¿Tienen los miembros de un partido comunista derecho a hablar como comunistas? Por supuesto que sí. Esto no se discute en ninguna parte del mundo. Salvo en Canarias. Se llega al extremo de que quienes no militan en ninguna organización, o son miembros de un partido que no se reconoce comunista, e incluso quienes han pedido el voto para el PSOE en recientes elecciones, niegan a los militantes comunistas organizados hasta el derecho a ser comunistas. La razón que alegan: que ellos tienen más «antigüedad» como “comunistas” (?), con más “prestigio”. Esto es, con más pedigrí.

Más allá de la totorotada que semejantes afirmaciones suponen (y que no merecerían ni un minuto de tiempo), lo que se esconde es una realidad social y política que sí debe tenerse en cuenta. El proletariado canario (esto es, las asalariadas y asalariados) constituyen hoy el 90% de la población activa del Archipiélago. Pero este fenómeno es muy reciente, y se ha producido en apenas cuarenta años. Nuestra clase obrera es, a efectos prácticos, una clase bisoña, formada al aluvión desde el campesinado, al calor del boom turístico y de la construcción.

En esos cuarenta años se ha duplicado la población en Canarias. Se ha abandonado radicalmente la agricultura. La población rural se ha abalanzado sobre las ciudades y los municipios turísticos. Llegaban a buscarse la vida, cada cual por su cuenta, arrastrando las tendencias individualistas y reacias a la organización del campesinado. Y con los lazos históricos con la ahora su clase destruidos por la implacable represión del fascismo.

De esta manera, era inevitable que la dirección de los pequeños grupos de izquierda que fueron surgiendo estuviera siempre en manos de quienes tenían disponibilidad, tiempo, formación cultural y recursos. Principalmente los abogados laboralistas, cuyos despachos eran la principal “organización” –es un decir– de esta incipiente clase obrera. No es de extrañar que todos los dirigentes de los partidos de izquierda provinieran, por lo tanto, no de la propia clase obrera, sino de la burguesía (más grande o más pequeña).

Dentro de estos partidos, los burgueses y pequeñoburgueses eran siempre o los líderes o los “independientes”. Es decir, bien los “cerebros pensantes” que decidían, hacían y deshacían a su antojo, bien los “compañeros de viaje”, siempre influyentes y prestos a ocupar cargos y canonjías públicas, pero demasiado delicados para soportar la disciplina partidaria o el trabajo duro. Se reproducía así la división entre trabajo intelectual (los burgueses) y trabajo manual (los obreros).

Con el añadido de que, a fin de cuentas, todos esos dirigentes de apellidos ilustres provenían de un reducido número de familias y habían compartido colegios y salones de la “sociedad”. Entre ellos se podían odiar a muerte pero, al fin y al cabo, se trataba de un círculo de “notables” y sus fieles escuderos. Y perro no come perro. Cierto que el origen de clase no lo es todo, pero tampoco es un asunto baladí, sobre todo cuando se manifiesta de forma tan absoluta. Lo más grave es que, hasta ahora, no fuera promocionado ni surgiera un solo dirigente obrero, lo que dice mucho al respecto.

Tampoco es de extrañar que esto ocurra, cuando no se organiza, planifica y se pone decididamente en marcha la formación de nuevos cuadros y dirigentes. La formación ha sido algo de lo que se ha venido hablando eternamente en la izquierda canaria. ¿Quién va a oponerse abiertamente a ella? Pero lo cierto es –y por sus hechos los conocemos– que, en la práctica, siempre se la boicotea.

Claro que formar a la militancia, y especialmente a la militancia obrera, plantea dos problemas. Por un lado, «nuestros» eternos dirigentes corren el peligro de que surjan nuevos líderes que se atrevan a cuestionarlos. Y por otro, formar cuadros obliga, primero, a formarse uno mismo. Ya no basta con las cuatro cosas mal aprendidas y ciertas dotes oratorias. Y, oiga compañero, eso de estudiar cansa mucho. Vale más hacer “de su mano” a un puñado de sindicalistas clientelares que siempre tengan claro la superioridad de Don Fulano o Don Mengano.

Consecuentemente, no ha existido tampoco un debate de ideas potente en Canarias. Las pocas “elaboraciones” han sido plagios descarados de más que cuestionables documentos foráneos, que poco tenían que ver con nuestra realidad. Dado que, más allá de la verborrea de profesor universitario o de leguleyo, no hay una rigurosa capacidad para el debate de ideas –porque se carece de ideas o, al menos, de ideas científicas sólidamente fundamentadas– las discusiones abiertas siempre han sido sustituidas por las maledicencias por la espalda, por las calumnias personales y por la intoxicación más miserable. Si el discrepante es un “don nadie”, añadan a eso un espeso desprecio de clase.

Por eso, ni esos dirigentes ni las mediocridades educadas en la misma vieja escuela, están acostumbrados a que se les critique políticamente. A que se les retrate como pequeñoburgueses, término científico que consideran un insulto. Que unos simples proletarios se atrevan a cuestionar sus posiciones: “¿pero qué se han creído éstos?”. Que no se respeten ni las “trayectorias” ni los apellidos de ringo-rango. Que aparezca una “siniestrona” (sic) que les ponga en evidencia. Hasta ahí podíamos llegar.

En el PRCC tenemos más que claro que no somos el único partido comunista de Canarias. Precisamente por eso, conscientes de que ha de ser, necesariamente, un proceso largo y laborioso, apostamos decididamente por la unificación de los comunistas canarios. Pero para lograr ese objetivo, y para conseguir una potente organización de la clase obrera canaria, estos comunistas vamos a seguir usando el arma de la reflexión y de la crítica, del debate de ideas y de la lucha contra las posiciones que consideramos perniciosas para nuestra clase y para el avance al socialismo y al comunismo.

Estamos dispuestos a discutir y a considerar sincera y abiertamente los errores que podamos cometer. Pero no a achantarnos. No a callar y tragar con ruedas de molino, por mucha «tradición» que desgraciadamente hayan adquirido. No a un “respeto” consistente en la claudicación ideológica y política. Tal claudicación es ajena a la naturaleza misma de cualquier comunista que se precie de serlo.

Afirmaba Schiller que “contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano». Nosotros no somos dioses. Somos simples mortales, pero no renunciamos a erradicar a la estupidez del escenario político canario. Y a que, como diría Benedetti, el tiempo nuevo –el tiempo de que la clase obrera canaria tome en sus manos la dirección de su propio destino– le falte al tiempo el respeto. Ya se sabe: los “descamisados” somos gente empecinada.

Zapatero: la patronal no paga traidores

In Actualidad, Economía, Laboral on 27 julio, 2009 at 0:01

diazferran_zapateroLa ruptura de las negociaciones del gobierno español con UGT, CCOO y la patronal CEOE, para conseguir un nuevo pacto social, hace aparecer a Zapatero como un gran defensor de la clase obrera que, valientemente, ha sabido plantar cara a los empresarios y alinearse con los sindicatos. Todo un «izquierdista» que defiende a los pobres frente a los ricos. Pero esta presentación que hacen los medios de comunicación burgueses, los grandes sindicatos subvencionados y la propia IU, dista mucho de la realidad.

Como típico representante de la socialdemocracia (los llamados partidos «socialistas»), Rodríguez Zapatero trata de ser un buen gestor del capitalismo, papel para el que se postula ante los grandes capitalistas -que son los que deciden los apoyos económicos y mediáticos electorales- como más «eficaz» que la derecha-derecha que representa el PP. Desde el principio de la recesión económica imperialista, el líder del PSOE se dedicó a regalar miles de millones a la banca española, hasta el punto de endeudar el Estado por encima del 30% del Producto Interior Bruto (PIB).

La ineficacia de estas medidas -salvo para las arcas y los beneficios de las grandes corporaciones financieras- y el desconcierto ante unos invisibles «brotes verdes» de una supuesta futura recuperación económica, le hacen seguir dando palos de ciego en pleno desconcierto ante la crisis del capitalismo. Con más de 4 millones de parados, Zapatero buscaba hacerse la foto con la patronal y unos domesticados sindicatos, y de paso asegurarse una «paz social» ante un otoño que viene especialmente duro para los trabajadores, a muchos de los cuales se acaban todo tipo de prestaciones por desempleo.

Para que los sindicatos pudieran salvar la cara en este pacto, Zapatero ofrecía (y dice que va a mantener) precisamente unas ayudas a aquellos parados a los que se agotaran todas las prestaciones, tratando así, además, de menguar la creciente crispación social. A los capitalistas le ofrecía una reducción del 1,5% de la cuota patronal de las cotizaciones a la seguridad social. Es decir, una reducción efectiva de los salarios, ya que, tanto la cuota patronal como la cuota obrera a la seguridad social no son un impuesto, sino masa salarial. No forman parte del salario directo, pero sí una renta que les proporciona ingresos diferidos (las pensiones) o indirectos (sanidad, desempleo, etc.).

Pero a la oligarquía española no le parece suficiente ese 1,5%. En vez de apostar por empresas innovadoras y productivas, sigue empeñada en aumentar sus beneficios abaratando el valor del trabajo compitiendo a base de costes salariales reducidos. Y de una mano de obra practicamente esclava, sometida bajo el temor del despido libre y gratuito. Esa, junto a una rebaja del 5% de las cuotas a la seguridad social (15.000 millones de euros menos cada año) fueron las exigencias que plantearon en la mesa de negociación.

Para Zapatero, que lo que pretendía era fortalecerse políticamente, aceptar estas exigencias planteadas como irrenunciables por la patronal supondría un auténtico suicidio electoral, amén de una quiebra de la caja de la seguridad social de mayor calado de la que su gobierno estaba dispuesto a asumir. Como puede apreciarse, no hay diferencias de planteamiento entre las posturas del PSOE y de la CEOE: solo de cantidad. Es decir, de cantidad asumible en términos electorales.

Zapatero, que siente con razón que ha beneficiado enormemente a los capitalistas, piensa que la patronal es una «desagradecida». Y que su presidente, Díaz Ferrán, actúa en connivencia con el PP solamente para fastidiarle. Aunque este pueda ser un factor añadido, lo que el gobernante socialdemócrata español no entiende es la lógica misma del capitalismo que él tanto defiende (aunque quiera ponerle un «rostro humano» para dulcificarle sus aspectos más tenebrosos).

Por su cabeza (ni por la de los sindicatos) no pasa ni una sola medida superadora del capitalismo, ni siquiera una simple nacionalización de la banca. Tampoco entra en su cabeza, ni en la de nadie del PSOE, la necesidad de aumentar el consumo para afrontar la recesión. Esto es, de incrementar las rentas del trabajo y el poder adquisitivo de los asalariados, que suponen la inmensa mayoría.

Al fin y a la postre, todo se reduce a una batalla entre el Consejo de Administración de los capitalistas y su actual Director-Gerente sobre la marcha de la «empresa». ¿Y UGT y CCOO? Pues sí: de palanganeros.

 

Las Palmas, ciudad

In Actualidad, Opinión on 26 julio, 2009 at 0:01

martin1COLABORACIÓN


Martín

Una de las fantasías de muchos canarios es un ayuntamiento que funcione algún año de estos. Llegar a casa… y decir: vivimos en la ciudad de Las Palmas, un orgullo.  ¿Pero se imaginan esto en la vida real, con las multas de tráfico, la subida del agua, etc.?

Estas cosas nos pasan por intentar copiar lo que vemos en las ciudades del primer mundo. Por ejemplo, la europea red de sostén social alemán, los servicios de Barcelona… Como los socialdemócratas no son tan de derechas como el Sr. Jerónimo Saavedra, alcalde de Las Palmas, que parece querer competir en la derecha con su Pepa Luzardo, en Barcelona el trasporte público sale más barato, y aunque los vehículos recorren muchos más kilómetros y el gasoil es más caro que en Las Palmas, no privatizan su servicio de trasporte público.

Como el desarrollo de una película: es lo que piensa el alcalde cuando le cuentan como va la ciudad, y entonces el gran nerón canario piensa en quemar la ciudad; sus asesores –petronios particulares- le hacen ver que mejor quemar la ciudad y a los canarios de Las Palmas a subidas de impuestos.

¡Claro! Cómo en la película cortan…. Pero esto es la dura realidad de Las Palmas.

Otra fantasía muy típica es creer que el PSOE y el PP son diferentes. O que los comunistas te van a robar: si tienes dos casa te quitan una, y demás. Es el no darse cuanta de que el que te roba es el que hay y los anteriores y… En fin, tu misma/o.

Las fantasías. Piensas: «Jerónimo Saavedra está feliz con su cinemanía, su megalomanía… ¿Quién gobierna la cuidad?:

¿Para cuando una rebelión organizada, huelgas, marchas de denuncia para que se sepa qué pasa en Las Palmas con este nerón que nos ha caído de alcalde, pedir ayuda al mundo: ¡que nos quema Nerón! ¡Que sube el agua, la contribución, que vende el municipio, quema la cuidad, y va a dejar como una verdadera “socialista” a Pepa (esto es serio: con el Sr. Jerónimo Saavedra es posible)!

Pero más allá de PP, PSOE, CC-ATI, Nueva Canarias, IU, etc., hay vida. Manifestémonos, tomemos las calles, hagamos huelgas, digamos públicamente No a esto.

Alguien dijo: un día tuve un sueño, ¡otra Canarias! ¡Dicen que hay sueños que se cumplen!