Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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Combatir al «Socialismo del Siglo XXI» aquí y en Beijing

In Actualidad, Opinión on 8 diciembre, 2009 at 0:01

David Delgado

El último artículo de Heinz Dieterich versa sobre la «introducción» del Socialismo del Siglo XXI en China. Naturalmente se refiere a su particular visión del socialismo que, según podría entenderse por el título de su escrito («China se introduce al Socialismo del siglo XXI»), pareciera que la nación asiática adoptó oficialmente este modelo.

Comienza su artículo citando las declaraciones del ex Ministro de Educación de la República Popular China, Zhou Ji, quien comentó que el sistema socialista de corte soviético “no supo adaptarse a su tiempo” y que por este motivo sucumbió ante el imperialismo de EEUU. Dieterich le da la razón, y apuntala que efectivamente “la introducción del mortal virus del estalinismo en la genética del Socialismo del Siglo XX” fue la causa que “destruyó los genes evolutivos” del socialismo, provocando así “en sus Estados y liderazgos una cerrazón de ortodoxia mental que los llevó a la involución y posteriormente al colapso”.

Atendiendo a la aseveración de Zhou Ji que destaca el alemán, llegamos a la conclusión de que el ex ministro chino ofrece una explicación muy imprecisa y confusa al fenómeno de la caída del socialismo del este europeo. En cambio, si agregamos su opinión de que la caída del muro demostró lo obsoleto de un sistema socialista de corte soviético que “no supo adaptarse a su tiempo” con lo cual declinó ante un imperialismo de los EEUU muy poderoso, con un dólar fuerte y el control de los mercados a nivel mundial, comprenderemos mucho mejor lo que quiso decir Zhou Ji.

En cuanto a Dieterich, empeñado en clasificar al socialismo por siglos, parece que no tiene claro que los socialistas científicos, los marxistas-leninistas de los Partidos Comunistas, rechazamos sus teorías reformistas y consideramos su introducción en el seno del movimiento obrero un “virus mortal” que lleva a la involución al socialismo.

Claro que la concepción del socialismo que él tiene es diferente a la que tenemos los comunistas, que defendemos el socialismo como el período histórico de transición entre el capitalismo y el comunismo, caracterizado por la diversidad de formas políticas en contraposición a los modelos doctrinales, y cuya esencia y rasgo principal es la dictadura del proletariado.

Para el socialismo de Dieterich el concepto de dictadura del proletariado es totalmente ajeno. El habla del Estado no-clasista, un auténtico disparate teórico antimarxista, y desecha la revolución socialista. Además, en el plano económico sostiene la conveniencia de aplicar lo que denomina “principio de equivalencia”, que es una forma de igualitarismo propia del socialismo pequeño burgués, precisamente superada por China y otros países que lideran el socialismo asiático.

Continúa Dieterich en su artículo diciendo que “China afirma que el Socialismo del Siglo XXI es el medio de superación de la crisis capitalista y que convoca al Congreso Internacional”. ¿Cuándo ha reconocido la República Popular China oficialmente su adhesión al socialismo de Dieterich? ¿Ha realizado “China” esta afirmación?

A lo que hace mención es a la convocatoria que organiza la Asociación Mundial de Economía Política (WAPE, por sus siglas en inglés) y la Universidad del Pueblo de China, los días 29 y 30 de mayo de 2010 en la ciudad de Suzhou.

La WAPE nació en el año 2006. El Manifiesto de la Primera Convención data del mes de abril, y en él se señala que son 70 economistas marxistas de 15 países, incluida China, los que componen esta asociación internacional.

La Universidad del Pueblo de China, por su parte, ha acogido a diferentes foros y organizado diversos debates. El 26 de septiembre, por ejemplo, el foro internacional “China y la cambiante economía mundial – la cultura confuciana y el tratamiento de la crisis financiera”.

En China, desde hace años, existe una reconocida libertad de opinión y discusión académica en materia económica y conviven distintas escuelas de pensamiento. El presidente Hu Jintao, de hecho, ha remarcado la importancia del estudio y el desarrollo de un marxismo creador. Y en esa línea se encuentra la iniciativa del profesor Cheng En Fu, directivo y precursor chino de la WAPE.

El temario de la convocatoria es “amplio”, menciona Dieterich. Y concreta que entre otros temas se incluyen los elementos constitutivos del nuevo paradigma «científico» del Socialismo del Siglo XXI y sus programas regionales de transición.

De este modo, el ideólogo alemán presenta esta actividad como la introducción de su socialismo anticomunista en China. Para colmo, culmina su escrito recordando como cerró su discurso Zhou Ji, diciendo que el comunismo sigue siendo la única alternativa viable frente al capitalismo para, a continuación, deformar completamente las palabras del ex ministro chino, al asemejarlas a su propia conclusión: “el imperialismo como enemigo de la humanidad y el Socialismo del Siglo XXI como su única alternativa”.

¿Afirma Dieterich que el socialismo que defiende está en la línea comunista? ¿Cree tener autoridad para interpretar la defensa de Zhou Ji del comunismo como una referencia a su «socialismo»?

Esto es inaudito. Porque este señor, que patrocina una corriente revisionista más de las que se han desarrollado desde el siglo pasado con el fin de desarticular las teorías marxistas-leninistas, cree tener derecho para desvirtuar a quienes defienden el comunismo como única alternativa frente al imperialismo, situando al «socialismo» que defiende como hipotético abanderado del movimiento revolucionario y como sinónimo de comunismo.

Ya en su libro “Socialismo del Siglo XXI”, se aventuró a opinar que “la heroica lucha de la Revolución Cubana se integra al socialismo del siglo XXI”, cuando por fin Cuba, después de décadas de revolución, eliminó un obstáculo que impedía el desarrollo del socialismo, con el anuncio de Raúl Castro en julio de 2008 de acabar con el igualitarismo.

A fin de cuentas, el principio de equivalencias que formula Dieterich es una modalidad de igualitarismo propia de un socialismo tosco y pequeño burgués, alejado por completo del socialismo científico y obrero. Su supuesto modernismo teórico en realidad no supera los errores del modelo soviético, sino que refuerza y reitera los más importantes.

Los comunistas tenemos que insistir en la necesidad de combatir ideológica y políticamente a esta corriente que pretende instalarse fundamentalmente en América Latina, pero cuyos tentáculos llegan hasta a algunos sectores izquierdistas e intelectuales de la pequeña burguesía occidental.

China está bastante lejos de la “introducción” del Socialismo del siglo XXI. Y en América Latina los comunistas deben desplazar también a esta corriente para no malbaratar las perspectivas históricas revolucionarias que se han ido gestando en el continente.

Porque, si en algo redundan las teorías revisionistas de Dieterich, es en el repudio y absoluto rechazo del carácter revolucionario de las teorías marxistas-leninistas. Al argénteo ideólogo que pretende redefinir el socialismo le queda bien lejos el principio socialista “a cada cual según su trabajo”.

¿De qué estamos hablando Dieterich? Rechazar la dictadura del proletariado, la revolución socialista, la hegemonía de la clase obrera y su reconocimiento como sujeto revolucionario, la teoría leninista acerca del Estado, y la economía política marxista, supuestamente superada por un “modelo” que ahonda en los errores fundamentales que en materia económica se cometieron en los países socialistas que tanto criticas, es una declaración de guerra contra los comunistas.

Pues para eso estamos, para plantar cara y vencer en esta batalla ideológica. Aquí y en Beijing.

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