Coalición Canaria (CC) sigue presentándose como «nacionalista» y defensora de Canarias. Incluso hay sectores independentistas que la tienen en alta estima, aunque, según ellos, vaya «por la vía lenta». Desde luego, lo que sí va por la vía rápida es su majo y limpio al servicio de la burguesía colonial más retrógada y depredadora. ¿Que las normas de protección medioambientales les limitan pelotazos como Granadilla y otros? Pues a cargarse de un plumazo esas normas. De esta manera, se pone en marcha un nuevo Catálogo de Especies Amenazadas apoyado por los partidos que forman el gobierno cipayo (CC y PP), para en realidad descatalogar (desproteger) el 50% de las especies y subespecies de fauna y flora de Canarias.
Este nuevo catálogo elimina 226 especies protegidas, rebaja la cobertura a otras 131 y ampara a 94 de aquella manera, ya que sólo velará por la planta o el animal que no salga de un en algún espacio natural protegido, bien de la red Canaria, o de la red Natura 2000. Como si los animales tuvieran los mapas del gobierno autonómico en la cabeza para saber donde pueden ir o a donde no deben volar. Además, en la mayoría de los casos, los límites de los espacios naturales canarios no responden a criterios ambientales, sino artificiales.
Estupendo para los especuladores del suelo, ya que cargarse plantas o animales de especies descatalogadas no será considerados delito ecológico, sino mera infracción administrativa.
El que los científicos consideren que este nuevo catálogo sea un atentado a la biodiversidad y los recursos naturales de Canarias, no va a detener la legaliización de los chanchullos a los que se dedica en cuerpo y alma el gobierno Paulino-Soria. Ni el que vulnere la ley estatal de patrimonio, que establece que las especies incluidas en los catálogos de las comunidades autónomas deben tener al menos la misma protección que tienen asignada en el catálogo estatal, nunca inferior.
El nuevo catálogo rebaja la protección de más de cien especies. Es el caso de la avutarda hubara, símbolo de la naturaleza de Fuerteventura, que en el catálogo estatal figura como «en peligro de extinción», y en el nuevo catálogo del gobierno cipayo aparece reducida a «vulnerable». Pasa lo mismo con la tarabilla canaria, con las siete clases de murciélagos de Canarias, y con otras muchas especies.
Se rebaja descaradamente la categoría de especies cuya protección moleste a cualquier pelotazo de la burguesía criolla. Por ejemplo, el saltamontes Acrostira euphorbiae de La Palma, especie muy amenazada que vive en El Remo y, sobre todo, en Tamanca, donde se pretende construir un campo de golf. No se va a perder un negocio muchimillonario por unos «bichos». Primero la pasta.
Y, por supuesto, se desprotegen los sebadales (Cymodocea nodosa), hasta ahora protegidos, «culpables» de que la administración de Justicia se haya visto obligada a paralizar la construcción del puerto de Granadilla. Como el sebadal de Granadilla, el más importante y biodiverso de Canarias, se encuentra fuera del LIC «Sebadales del Sur», los beneficiarios del megapelotazo podrán cargarse las sebas con total impunidad. En la misma situación se encuentran el puerto de Fonsalía (Tenerife) y el de Agando (Fuerteventura).
Se trata de quitarse de en medio todas aquellas especies protegidas que molesten para las operaciones urbanísticas e inmobiliarias, desde el anillo insular de Tenerife, a la autopista exterior, los puertos deportivos previstos y un largo etcétera. La «patria» de CC y del PP está hecha de hormigón y de cuentas corrientes en paraísos fiscales.
Y vaya prisas. La Comunidad Autónoma Canaria (CAC) es la única del Estado que ha corrido a hacer un catálogo autonómico sin esperar a que un comité científico finalice el nuevo catálogo estatal, saltándose una disposición de la Ley de Conservación del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, según la cual las categorías de especies sensibles a la alteración del hábitat y de interés especial se mantienen vigentes hasta que no aparezca el listado estatal.
En esto consiste el «nacionalismo» de CC y de El Día (que presenta a Paulino Rivero como «independentista» (eso sí, de «vía lenta» y «auténtico guanche»). Habría que recordarle a estos «patriotas» que los recursos naturales de Canarias no son suyos. Ni siquiera de todos los canarios actuales, sino que simplemente los administramos para las futuras generaciones. Algo que sí tienen claro los que participaron en la cadena humana del pasado 28 de noviembre.
Con «nacionalistas» como estos, quién necesita colonialistas.