La llamada a capítulo del gobierno estadounidense a la monarquía marroquí ha sido decisiva. Mohamed VI se vió obligado a enviar el martes a Washington a dos de sus hombres de máxima confianza: el exdirector de gabinete, Fouad Alí el Himma, y el jefe de su servicio secreto exterior, Yassin Mansouri. El resultado ha sido que Amminettu Haidar ha regresado a su patria y a su casa en El Aaiún.
Haidar fue apoyada por EE UU desde que salió de la cárcel en enero de 2006. Obtuvo ese año un pasaporte para viajar gracias a las gestiones de la Embajada de EEUU en Rabat. En 2008, el Centro Robert Kennedy le otorgó su máximo galardón por su defensa de los derechos humanos. Este año ha sido la Fundación Train la que le ha concedido su Premio al Coraje Civil 2009.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, afirmó: «Este gesto humanitario es un reflejo del verdadero espíritu y generosidad del gobierno y pueblo de Marruecos, y subraya la urgencia de encontrar una solución permanente para el conflicto de Sáhara Occidental «, añadiendo que «me complace la noticia de la decisión tomada por el gobierno de Marruecos».
Mientras tanto, de forma patética, el gobierno español trata de hacer ver que este triunfo de la huelga de hambre de la activista saharaui ha sido fruto de un supuesto «acuerdo» hispano-marroquí.
Sin embargo, el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, suspendió apresuradamente la comparecencia que mantenía ante la Comisión de Exteriores en el Congreso cuando se le informó de lo que era ya un hecho consumado.
En esa comparecencia, Moratinos admitió este jueves, por vez primera, que el ministro de Exteriores marroquí, Taieb Fassi Fihri, le avisó con antelación de la decisión de Rabat de expulsar a Aminatu Haidar («alrededor de las once de la noche» del día 13 de noviembre).
El cambio de actitud de Marruecos coincide con el día en que el gobierno español anunció el envío de otros 511 soldados españoles a la guerra de Afganistán, respondiendo a las exigencias de Obama. Simultáneamente, el gobierno español emitía un comunicado en el que reconocía la aplicación de la «ley marroquí» en el Sahara ocupado.
También este jueves la UE y Marruecos firmaron el acta del nuevo acuerdo que liberalizará más el comercio agrícola y pesquero entre ambas partes y aumentará el cupo de tomates que pueden entrar al mercado europeo con arancel reducido.
Al mismo tiempo, el presidente del principal valedor de Marruecos, Francia, Nicolás Sarkozy, emitía un comunicado apoyando la fórmula de «autonomía» con que la monarquía alauita quiere consolidar su ocupación del Sahara Occidental.
El avión medicalizado que trasladaba a Aminettu despegó del aeropuerto de Lanzarote a las 22:23 horas de la noche del jueves, después de que la activista fuera trasladada a la terminal por una ambulancia con escolta desde el Hospital Insular de Lanzarote, del que había salido cerca de una hora antes.
A la salida del centro, Aminettu dijo a los periodistas que lo primero que hará cuando llegue a su casa será abrazar a sus hijos y a su madre. «Ésta es una victoria para el derecho internacional, para la justicia internacional, para la causa saharaui», aseguró.
Junto a ella viajaron en el avión su hermana Laila Haidar, que llegó desde el Sáhara Occidental el miércoles por la noche, y el doctor Domingo Pérez Hernández, que la atendió en sus primeras semanas de huelga de hambre.
El despegue del avión desencadenó escenas de júbilo entre los simpatizantes, mientras las mujeres saharauis festejaban el desenlace con su tradicional tzakrit (el grito de celebración femenino del país).
El avión que trasladaba a Aminettu Haidar aterrizó en el aeropuerto de El Aaiún a las 23:30 horas del jueves. Docenas de agentes de la Fuerza Nacional marroquí y miembros de los servicios secretos impidieron que la gente fuera a recibirla. Una ambulancia condujo, hacia las 23:40 horas, a la activista y a sus acompañantes en dirección a la ciudad, escoltada por varios vehiculos policiales.
En las calles de El Aaiún decenas de saharauis recibieron con muestras de entusiasmo la noticia de la llegada de su compatriota cuando supieron que había despegado desde Lanzarote, pero no se acercaron al aeropuerto debido a las fuertes medidas de seguridad.