Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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Una mujer trabajadora: María Rosa Alonso

In Cultura on 7 marzo, 2010 at 20:00

DESDE EL BALCÓN DE MI PALMERA


Félix Martín Arencibia

Después del temporal y el viento huracanado de este febrero chiflado, Marzo nos está dando una pequeña tregua: Ahora el verde que viste los campos de nuestro Archipiélago nos sosiega y anima. Entretanto, Bentejuí Macías, el veterano bibliotecario, asomado a su balcón de las medianías, disfruta del paisaje y rumia en su cabeza los libros que ha estado hojeando de nuestra escritora María Rosa Alonso. Piensa que ella no pertenece sólo al mundo de los libros y las bibliotecas, que tenemos la suerte de tenerla con nosotros, con vida y trabajando a pesar de su longevidad (nada más ni y nada menos que cien años). Decide enviarle una carta que empieza diciendo:

Saludos Dª María Rosa Alonso:

Soy un amante de la literatura universal y en particular de la canaria. Espero se encuentre bien de salud, aunque no sea con grandes dosis como nos recuerda algunas veces. Me dirijo a usted con la intención de reivindicar su trabajo en pro de nuestras letras. He oído hablar de su modestia y no le va a agradar que hable de su persona y quizás se nos ponga un poco colorada. De todas maneras, corro dicho riesgo, y destaco una de sus labores sobre las otras: la de crítica, estudiosa, ensayista, antes que la de creadora o docente, que también las ha ejercido con dignidad. Resulta encomiable su trabajo de investigación sobre muchos de nuestros escritores, el sacarlos del ostracismo, el valorar sus aportaciones literarias. Por ello, los isleños de Canarias, tenemos que estarle agradecidos. Además, no sólo limitó su trabajo a nuestras islas, creadores españoles y latinoamericanos se han beneficiado de su gran vocación científica. Con su permiso me gustaría aprovechar para recordar y reconocer el trabajo de algunos de los eruditos y estudiosos de nuestra cultura como: Agustín Millares Carló, Domingo Pérez Minik, José Pérez Vidal, Joaquín Artiles, Sebastián y Antonio de la Nuez, Bosch Millares, Antonio Rumeu de Armas, Lola de la Torre, Jorge Rodríguez Padrón… Habría que añadir a esta lista otros tantos jóvenes que continuando su ejemplo siguen investigando y promocionando nuestra Literatura.

Doña Rosa, considero destacables sus trabajos sobre Guillén Peraza, Leonardo Torriani, el romancero, Antonio de Viana, Bartolomé Cairasco, José Viera y Clavijo, Tomás de Iriarte, Nicolás Estévanez, Agustina Romero “La Perejila”, Benito Pérez Galdós, Tomás Morales y Alonso Quesada, Emeterio Gutiérrez Albelo, Manuel Verdugo, Chona Madera, Victoria Bridoux y sobre tantos otros y otras creadores literarios. Todos ellos han puesto en el lugar que se merece nuestra literatura, bajo su labor investigadora que ronda lo mágico, los ha hecho salir de las cuevas del olvido donde se hallaban arrinconados. Repito el agradecimiento a usted Doña María Rosa Alonso y a los otros estudiosos de nuestras letras que han realizado un trabajo tan encomiable.

También le ha de reconocer sus méritos la Literatura Española con sus estudios críticos sobre el Renacimiento, el Siglo de Oro, el Romanticismo, el Modernismo, generación del 98, Quevedo, Bécquer, Carmen Laforet…No menos relevantes han sido los realizados con las letras de nuestros hermanos latinoamericanos: Los cubanos Dulce Mª Loynaz y Nicolás Guillén, el nicaragüense Rubén Darío, la mejicana Sor Juana Inés de la Cruz, el venezolano Andrés Bello…

Hemos de reconocer además su alejamiento de los insularismos excluyentes, a los que algunos son tan aficionados por estas ínsulas y que han promovido ciertos políticos y medios de comunicación abonados por nuestra condición de islas. Ello lo ha evidenciado con sus trabajos sin importarle de qué lugar fueran los creadores estudiados. Así ha recibido reconocimientos de: el Ayuntamiento de Las Palmas, el Ateneo de La Laguna, del Museo Canario, de los municipios de Ingenio y Santa Cruz de Tenerife, de la Universidad de La Laguna, del Centro de la Cultura Popular Canaria, el Premio Canarias de Literatura… No le han faltado menciones de sus méritos en la otra orilla atlántica por parte del Ministerio de Educación de Venezuela, la Universidad de los Andes…

Habría que señalar también su ingente tarea difusora en sus colaboraciones con la prensa generalista y las revistas culturales de Canarias, Madrid y Venezuela. Aquí en Canarias ha publicado sus artículos en: El Diario Las Palmas y La Provincia, El Día, Revista de Historia, Revista del Museo Canario… Desde Madrid: Arbor, Arte y Letras, Poesía Española, Índice e Ínsula… En Venezuela: El Papel Literario de El Nacional, El Índice Literario de El Universal, La Revista Nacional de Cultura

Doña Mª Rosa Alonso, quiero darle las gracias otra vez más por su importante acción en favor de la cultura en general y de la literatura en particular. Espero que me disculpe si la he puesto un poco colorada. Anhelo que esté con nosotros los años que la naturaleza y la vida le reserven y si es posible siga ampliando su labor. Así cumpliría con ese afán suyo “de ser útil a los demás, en particular a la sociedad canaria”, como ha manifestado más de una vez humildemente. No la canso más y la dejo con unos versos del Poema de Viena que usted con tanta dedicación y cariño desentrañó: “Canto al origen del Canario nombre / y el renombre de bien afortunadas / de las siete estimadas islas bellas; / publico dellas y de sus varones / grandeza, invenciones y costumbres…


Blog de Félix Martín Arencibia

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La mujer en el mundo y en Venezuela

In Actualidad, Efemérides on 7 marzo, 2010 at 0:01

Olga Luzardo
Dirigente del Partido Comunista de Venezuela (PCV)


Cada 8 de marzo, una mujer coetánea, aunque su materia haya cambiado ya de forma, preside en la esencia de los objetivos con que realizamos esta jornada de lucha, los actos que llevamos a cabo. CLARA ZETKIN pervive como ejemplo preclaro de esa dedicación perseverante y diaria, que aconsejaba y practicaba como necesidad ineludible, para conquistar la transformación del ser social que nos oprime, e impide el desarrollo de la pareja humana.

En sus 76 años de fructífera existencia, dedicó casi cuarenta a la lucha por un poderoso frente de las trabajadoras y mujeres democráticas y pacifistas. Y cuando en 1932, enferma y casi ciega, intervino por última vez en el parlamento germano, para llamar a «las mujeres y trabajadoras de todos los países a unirse en un frente único antifascista, para la defensa de la libertad», lo hizo desafiando los peligros agudos de la escalada hitleriana y enfrentando la traición de la socialdemocracia.

Ya en 1889 había intervenido en el Congreso de Trabajadoras que se verificara en París, auspiciando la organización del movimiento femenino a escala internacional y en 1900, junto con Rosa Luxemburgo, llamó a organizar movimientos de protesta contra el militarismo y la guerra, en los que las mujeres y los jóvenes deberían incorporarse activamente a la lucha por la paz.

En 1910, en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas y ante delegadas de 17 países, cuando Clara Zetkin propone una «jornada de acción por los derechos de la mujer y por la paz»… cada 8 de marzo, fecha en la que, para 1857, había masacrado la democracia yanqui, a las mujeres que llevando consigo a sus hijos, participaban en una manifestación de obreras, en Nueva York. Y ni siquiera era una jornada política, sino una acción de lucha por conquistar reivindicaciones laborales.

Cuando en 1911 se celebra por primera vez el 8 de marzo, cerca de un millón de hombres y mujeres, enlazan sus consignas por objetivos particulares que se hacen permanentes, con la lucha común contra la guerra imperialista, que los capitalistas preparan.

En 1915 los socialistas oportunistas se pliegan a la burguesía y apoyan la guerra imperialista, y es ella quien en la Conferencia Femenina de Mujeres Socialistas de Berna, aboga por la lucha por la paz… «Para la cual sería decisiva la solidaridad internacional de las mujeres».

La encarcelan y condenan por esto. Mas no la arredra la prisión y al salir de ella, se incorpora a la lucha clandestina con la Liga Espartaco. Al transformarse ésta en el Partido Comunista Alemán, es electa miembro de su Comité Central.

Los bolcheviques toman el poder y comienza a ser hecho concreto el socialismo y la «incorporación a la política precisamente de los que sufren mayor opresión bajo el capitalismo», como lo expresara Lenin el 8 de marzo comienza a ser realidad. Clara Zetkin, al contrario de otros iniciadores que no ven materializados sus sueños, tiene la dicha de ver cómo se van creando las condiciones materiales para acabar con la «esclavitud casera», hacer realidad la igualdad de la pareja humana en cuanto al derecho familiar y la erradicación paulatina del lastre de los prejuicios sociales que a mujeres y hombres impidió avanzar en la conquista de su desarrollo colectivo y personal, y siguen siendo un muro de contención en el avance de las mujeres y los explotados en general, en la sociedad de clases antagónicas.

Grande fue la ayuda que Clara Zetkin dio al despertar de la mujer, a la conciencia de su valor en sí y de su capacidad potencial para decidir en favor del desarrollo posible de una nueva sociedad en el mundo. Y no fue sólo práctico este aporte.

Conocedora de la doctrina marxista y co-fundadora del partido obrero en su país, participó activamente en la lucha contra el revisionismo oportunista y contra la concepción de que la emancipación femenina, es una lucha de sexos antagónicos irreconciliables. Afirmaba que la lucha por la emancipación de la mujer es parte de la batalla por la emancipación de la clase obrera, por la redención de los explotados. Enseñaba que cada 8 de marzo hay que analizar en concreto los factores objetivos y subjetivos que condicionan la situación del momento, para encontrar las consignas justas que puedan estimular en este instante a las mujeres, a incorporarse a la lucha.

Preconizaba un movimiento femenino de masas en el que «todos los movimientos, partidos y centrales sindicales», auspiciar la participación activa y consciente de las masas femeninas en la lucha social. Aseveraba que era responsabilidad ineludible incorporar a la lucha a: obreras, campesinas pobres y medias, mujeres del hogar, empleadas e intelectuales, y que para ello era indispensable utilizar formas específicas de lucha, «teniendo en cuenta sus propios intereses, sus peculiaridades».

Analizaba objetivamente las causas económicas, sociales y políticas, que entraban en la sociedad de clases, la incorporación de la mujer a la lucha social, y optimista a conciencia afirmaba que estaban dadas las condiciones para hacerlas intervenir en la lucha por la conquista de las premisas que asegurarían su libre desarrollo y el ejercicio pleno de su condición humana.

Los resultados de la lucha a nivel internacional le han dado la razón. Cada año nuevos contingentes femeninos se suman a la inconformidad con su situación preterida, y la celebración del 8 de marzo se nutre de esta necesidad insatisfecha de liberación de las mujeres. Y fue así, que en ese parís que oyó su vibrante llamado a construir una organización internacional femenina en el 1889. La «Federación Democrática de Mujeres» al constituirse, hizo realidad ese instrumento de lucha que ella protagonizara 45 años atrás. Ligada al combate contra el fascismo, el colonialismo, el neocolonialismo, neo fascismo y la guerra, la contienda de las mujeres del mundo por su emancipación deviene una fuerza poderosa, que ayuda a incorporar a las masas por el desarrollo de los pueblos, la igualdad no sólo de las mujeres sino también de todas las razas, la coexistencia pacífica y la paz.

En 1975, el «Año Internacional de la Mujer» fue utilizado por las mujeres progresistas para elevar el nivel de conciencia de las mujeres del mundo, y en Venezuela abrió perspectivas de avance, la dedicación que hizo posible el éxito del proyecto que las mujeres venezolanas nos habíamos trazado; pero estas posibilidades no se han concretizado.

Un nuevo 8 de marzo nos enfrenta a la necesidad de analizar la situación en cuanto al movimiento femenino con Venezuela. En el pasado, previa preparación y realización de las actividades práctica con que cubrimos los eventos de esa jornada mundial, nuestro trabajo planificado, y traducido en hechos, demostró que era posible la movilización conjunta de amplios sectores para luchar por igualdad jurídica y social de la mujer; contra la discriminación en los salarios y por la igualdad de los hijos, por la conquista de la paz, el progreso social la democracia e independencia nacional.

Esta meta, pese a su inmediatismo, no fue fácil de conquistar. Hubo que vencer múltiples dificultades derivadas de la diversidad de perspectivas y opiniones, generadas por la heterogeneidad clasista y ubicación ideológica diversa (partidista y no partidista) de las fuentes que nutren el torrente del movimiento femenino de masas; pero sobre todo por el ya largo vicio de división de nuestro movimiento de masas en general.

En forma declarativa la mayoría de las participantes expresó su acuerdo, con que son necesarios organismos especiales dentro de los partidos y organizaciones de masas, para promover a la mujer e impulsarla hacia la conquista de la confianza en sí misma y el ejercicio de sus posibilidades, ya como parte alícuota de una sociedad que necesita su participación en condición de igualdad en todas las esferas, o como persona que asume de facto obligaciones corresponsables como ciudadanos, trabajadores y jefes de familia. También el mayor número afirmó que era necesaria una organización amplia y de masas, que unificara la lucha por nuestros objetivos comunes. Estos organismos se crearon y ninguno funciona con regularidad.

Las características particulares dentro de la dialéctica de nuestro proceso político, incide en parte en esta frustración de las posibilidades señaladas. Este es un factor objetivo que sólo en conjunto puede superar el movimiento progresista y de masas; pero hay un factor subjetivo específico que compromete sobre todo la responsabilidad de las dirigentes femeninas: el trabajo con las mujeres no es consecuente, perseverante y diario. No se dirige a las amplias masas y se mantiene enquistado, cuando se hace, en vanguardia de diversas tendencias. Por eso la agresividad pequeño-burguesa desvía de su justo cauce el análisis sereno, por una parte; por otra la desviación juridicista y esperan-zas de que lo esencial es llegar a congraciarse con las cámaras legislativas para que nos aseguren una «ley salvadora», hacen caso omiso de la necesidad de impulsar a las mayorías femeninas a luchar por ellas e incluso, la urgencia de conquistar la acción solidaria de los hombres progresistas con ese fin, y provocan la agresividad que desvía de su justo cauce el análisis sereno y el estudio serio de las causas, formas de contrarrestar sus efectos y perspectivas ante, dentro y con las masas femeninas, única forma de incorporarla al trabajo.

Pese a los defectos apuntados, el avance de la mujer en el mundo, al cual no es extraño la existencia del sistema socialista en Cuba, China, Corea y Vietnam, la lucha consecuente de las mujeres en los países donde la discriminación de la mujer subsiste, así como nuestra propia discontinua lucha, va haciendo mella en la conciencia social, como lo demuestra ese Ministerio para los Asuntos de la Mujer, que nada ha conquistado para nosotras.

Por eso pienso que este 8 de marzo, nos obliga a proponemos «SER MÁS EFICACES», como lo pidiera Clara Zetkin, y para ello: comencemos las gestiones para una lucha unida, contra el peligro de la guerra mundial que de nuevo azuza el imperialismo, por la solidaridad internacional y la amistad entre los pueblos, que evite las guerras limítrofes entre países hermanos fronterizos, que a través de sus sectores más reaccionarios de sus clases dominantes, mueve el imperialismo; por la unidad de las fuerzas progresistas para obtener mejores condiciones de vida e igualdad jurídica para la mujer venezolana y sobre todo: por la conquista de los más amplios sectores femeninos, para el trabajo con estos objetivos. No más vanguardias aisladas en narcisismo exhibicionistas de «personajes importantes», que nada podrán conquistar. Masas incorporadas para ser efectivas, como nos aconsejara nuestra inolvidable Clara Zetkin.