Ya ha empezado. La esperada ofensiva general del capitalismo contra los derechos y los intereses de los trabajadores se ha puesto en marcha con el anuncio del gobierno del PSOE de las primeras medidas de recorte de salarios y pensiones, y la disminución de las prestaciones sociales y de la inversión pública.
Tal como está ocurriendo en toda Europa, dominada por los banqueros, las grandes empresas monopolistas y los especuladores de los llamados «mercados internacionales», las medidas de ajuste y de reducción del déficit público, continuarán desarrollándose sobre la base de intensificar la explotación de las clases populares para garantizar los beneficios de los capitalistas.
El sueño de los que llamaban a la obligada integración en el continente del «Estado del Bienestar», se hunde irremediablemente en la segunda fase de la crisis económica que, después de desencadenarse hace tres años con el colapso del sistema financiero, afecta ahora a las cuentas estatales, de las que se detrajeron entonces cientos de miles de millones para salvar de la quiebra a los bancos, trasladando el agujero financiero a los Tesoros Públicos y haciendo insostenibles las cargas de la deuda y sus crecientes intereses, determinados por las especulativas y omnipotentes agencias de calificación.
Pero nada de esto nos sacará de la crisis. Antes al contrario, los recursos que ahora se hurtan de los bolsillos de los más pobres, dejarán de circular en la esfera del consumo, reducirán la actividad económica en el comercio y en la producción, agravando las dificultades de las pequeñas y medianas empresas, ya ahogadas por la negativa de los banqueros a liberar los créditos, y provocarán, como consecuencia inevitable, el aumento del número de desempleados. Y el crecimiento del paro, en otra vuelta del círculo infernal de la destrucción del sistema económico capitalista, seguirá disminuyendo el consumo y ahondando, aún más, la crisis.
Ante esto, no podemos permitir que la brutal ofensiva del capital nos encuentre divididos, desarmados e impotentes, ni que puedan seguir avanzando tranquilamente por el camino de empobrecer a la mayoría para asegurar sus escandalosos beneficios sin que nadie se les enfrente y les pare los pies.
Debemos reagrupar rápidamente a todos los luchadores anticapitalistas en torno al bloque, sólido y sin fisuras, de los partidos comunistas para, con los escombros del derribo de los muros artificiales que dividen hoy a las fuerzas de la izquierda, levantar las barricadas unitarias de la Resistencia Popular a la ofensiva de los banqueros, los monopolistas y los especuladores.
Y organizar una alternativa política, amplia y unitaria, que represente los intereses y defienda los derechos de los asalariados, los autónomos y los pequeños empresarios trabajadores frente a los financieros tramposos, los monopolistas abusadores, los gobiernos a los que controlan y de los que se sirven para llevar a cabo sus malignas intenciones, y los partidos y los propagandistas, intelectuales y mediáticos, que difunden sus mentiras y extienden sus pérfidos mensajes de injusticia y explotación.
Por todo ello, los hombres y mujeres de la izquierda anticapitalista de Canarias tenemos que aceptar el reto y asumir la responsabilidad de forjar la Unidad para la Resistencia Popular frente a la ofensiva de la patronal y los bancos, en torno a un Programa democrático, anticapitalista y antiimperialista basado en los siguientes principios generales:
1.- Nacionalización de los sectores esenciales de la economía: Banca y seguros, energía y agua, transportes y comunicaciones, sanidad y educación.
2.- Fiscalidad progresiva. Disminución de los impuestos al consumo. Eliminación de la RIC. Lucha contra el fraude fiscal y la evasión de capitales.
3.- Sistema universal de garantía de Renta Básica de subsistencia.
4.- Inversión pública productiva. Intensiva en creación de empleo. Respetuosa con el medio ambiente natural y el entorno social y cultural.
5.- Incentivar y proteger la producción nacional canaria frente a las importaciones. Eliminación del REA.
6.- Neutralidad activa. Salida de la OTAN. Renegociación de la relación entre Canarias y la Unión Europea.
7.- Liberación de Canarias del dominio del imperialismo euronorteamericano. Derecho a la Autodeterminación democrática del pueblo de las Islas.
Porque la Unidad de toda la izquierda anticapitalista del Archipiélago, sencillamente, no tiene alternativa. No existe otro camino ni otra solución. Sin la Unidad estaremos perdidos. Nos aplastarán sin contemplaciones. No podremos, no ya parar, sino ni siquiera frenar la brutal ofensiva general del capitalismo bárbaro e inhumano que no duda en destruir la economía, llevando a la sociedad al desastre, con tal de mantener y aumentar, constante y compulsivamente y a costa del sufrimiento y de la miseria de la mayoría de los ciudadanos, sus escandalosos e inmorales beneficios.