Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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Condiciones cada vez más adversas

In Actualidad on 26 junio, 2010 at 0:01

Jonathan G.V

Seamos sensatos, la situación es desbordante. La crisis capitalista es una espiral que cada día nos empuja más a una situación que ya todos conocemos más que de sobra.

El pasado 8 de junio se apreció un nuevo modus operandi entre los trabajadores y las trabajadoras en la búsqueda de la unidad proletaria. Era evidente que allí donde se manifestaban con las mismas consignas, con las mismas reivindicaciones, el proletariado y los comunistas -en este caso “El Bloque Comunista”-, se reconocían entre ellos fácilmente. Y es que el pueblo obrero y los comunistas forman una unidad estrechamente invencible e indestructible, algo que no debe sorprender a nadie, ya que los intereses de ambos son los mismos, puesto que los comunistas no tenemos otros intereses que no profesen los mismos principios que los del proletariado.

Mientras tanto, las organizaciones sindicales de menor representación, aunque mantuviesen el discurso crítico con respecto a UGT y CCOO –que son unos vendidos, o unos amarillistas, etc.-, sentaron un precedente que tiene que convertirse en norma, porque el mayor error de los diferentes sindicatos, tanto de los de corte mayor como menor, es infravalorar al proletariado. Pugnan entre sí a ver quien a ver cual es el más puro, más combativo y más obrerista. La misma disputa de siempre que no obedece a la realidad, y que perjudica enormemente a la causa de los trabajadores.

Los asalariados ven el pleito entre las direcciones de los diferentes sindicatos como algo totalmente ajeno y muy alejado de sus intereses, como  no puede ser de otra forma. Eso no quita no saber quién es quién, e identificar fácilmente a los vendidos y a los oportunistas.

Ya no importan las siglas de los colectivos sindicales que luchan por ser las primeras en escenificar a los obreros que sufren la tiranía de los capitalistas. A la clase obrera no le interesa a estas alturas, y menos con la que está cayendo, que los sindicatos se vanaglorien de sus méritos, pues es lo suficientemente madura para reconocer por sí misma a los leales y a los traidores. Nos interesan los hechos y los resultados, que ya hablan por sí mismos.

Este impulso del (des)gobierno español, que agrava los problemas de los trabajadores y los pensionistas, está alcanzado una magnitud intolerable gracias a la inoperancia de un Estado que no pertenece al pueblo, y en el cual no existe una verdadera democracia, ni mucho menos una auténtica libertad para los asalariados, salvo la libertad de venderse como cualquier otra mercancía para sobrevivir.

El gobierno metropolitano del Estado español solo sirve como fiel súbdito a las necesidades del gran capital y su mercado financiero. Por eso ha iniciado estos feroces ataques de terrorismo patronal contra los trabajadores, envueltos en paquetes de reformas laborales, cada vez con un carácter más reaccionario, sobre los derechos del proletariado en interés de las diferentes burguesías. Pero claro, si por algo se caracteriza el Estado español es por saber aplicar muy bien las leyes más desaforadas y leoninas contra los trabajadores, a base de medidas de “sedación” hasta lograr imponer sus miserias políticas al pueblo obrero.

Ahora el fuego de la crisis capitalista, como si de un incendio forestal se tratara, lo pretenden sofocar con el cortafuegos del sudor y el esfuerzo de los trabajadores. Están haciendo que la crisis la paguen los trabajadores, y eso no lo podemos permitir. Que se olviden, porque ni los obreros, ni los comunistas, junto con las organizaciones de la izquierda nacional anticapitalista, vamos a permitir semejante atropello sin más.

Advertimos: ¡Ni un paso atrás! Vamos a luchar con todas nuestras fuerzas y todos los recursos y medios a nuestro alcance. ¡Ya es hora de salir a la calle! De que la izquierda en Canarias se organice y de que ejercite, con el mismo paso firme y unísono, un verdadero movimiento popular por la clase obrera, anticapitalista y antiimperialista.

En esta crisis no hay otra salida de emergencia que no sea la revolución y la transformación radical de las relaciones sociales de producción.


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Huelgas generales en Francia e Italia

In Actualidad, Laboral on 26 junio, 2010 at 0:00

Millones de compañeros han secundado las huelgas generales llevadas a acabo en Francia (el jueves) e Italia (el viernes) contra los recortes que la Europa imperialista trata de imponer a las trabajadoras y los trabajadores.

FRANCIA

Las manifestaciones convocadas este pasado jueves contra el cambio de la edad de jubilación de 60 a 62 años alcanzaron su objetivo de dos millones de participantes, casi el doble del alrededor de un millón que se echaron a las calles en la anterior jornada de huelga general, el pasado 27 de mayo.

En el caso de París, unas 130.000 compañeras y compañeros se manifestaron en contra de la propuesta del Gobierno de elevar la edad de jubilación, por encima de los 90.000 manifestantes del 27 de mayo.

El secretario general de la CGT, Bernard Thibault, consideró que la movilización registrada hoy es «de alto nivel», «en torno a dos millones», que era el objetivo que se había fijado esta mañana. «Hacía falta una reacción a la altura del cuestionamiento de los derechos de jubilación», subrayó, incidiendo en que «lo menos que se puede decir es que la respuesta está al nivel necesario».

También el secretario general de la CFDT, François Chérèque, consideró que «los dos millones» de manifestantes «se han alcanzado ciertamente» y que «la mayor manifestación del año» demuestra el nivel de «sentimiento de injusticia» que hay entre los franceses por la decisión del Gobierno de Nicolás Sarkozy.

ITALIA

Más de un millón de personas se manifestaron este viernes en Italia contra el plan de recortes de unos 24.000 millones de euros del Gobierno de Silvio Berlusconi, convocados por el sindicato mayoritario, Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), que considera un éxito la huelga de trabajadores del sector privado y público, y con la que protestan contra el plan de “austeridad”.

Las manifestaciones se celebraron en todo el país, con Roma, Milán y Bolonia como centros neurálgicos de las protestas, que se suman al parón de ocho horas en cada turno de los empleados públicos y de cuatro horas en los del sector privado.

En la capital italiana la manifestación tuvo lugar a primera hora del día y a ella acudieron, según el CGIL, más de 50.000 personas con pancartas en las que se podía leer «Nosotros la crisis no la pagamos» o «En la fábrica, en la oficina, en el colegio, en casa: sin derechos somos sólo esclavos».

En Milán, donde la adhesión a la huelga fue de entre el 50 y el 60 por ciento, se manifestaron unas 100.000 personas. También hubieron importantes manifestaciones en ciudades como Nápoles o Palermo, lo que provocó problemas en el servicio de transporte público de las grandes ciudades.