Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

La Iglesia Católica belga rehúye castigar a los curas pederastas

In Actualidad on 19 septiembre, 2010 at 0:00

EL PAPA DICE QUE HAY QUE PROTEGER A LOS PEDERASTAS PORQUE «SON VÍCTIMAS DE UNA ENFERMEDAD»

Tras la publicación del demoledor informe sobre los abusos sexuales de menores por parte del clero  en Bélgica, la reacción oficial de la jerarquía católica del país fue ayer extremadamente «jesuítica». El primado de la Iglesia en Bélgica, el arzobispo André Léonard, reconoció que se habían cometido «errores en el pasado» y prometió ahora «una disponibilidad máxima para las víctimas». Pero ni Léonard ni los demás obispos hicieron la más mínima mención a la imposición de castigos a los más de 90 religiosos pederastas identificados que siguen vivos, y tampoco manifestaron la posibilidad de indemnizar a las víctimas.

«Deseamos extraer las lecciones necesarias de los errores del pasado», declaró Léonard, pero no fue más allá. El primado también aseguró que desea colaborar de forma «correcta y leal» con la justicia, pero hasta ahora la Iglesia belga ha hecho todo lo posible para impedir que los jueces pudieran investigar si las jerarquías eclesiásticas habían ocultado los abusos pederastas del clero. Su última victoria fue lograr anular la validez de las pruebas obtenidas en los registros de la sede eclesiástica el pasado 24 de junio, ordenados por el juez Win De Troy.

Léonard insistió en que la mayoría de los abusos recogidos en las 475 denuncias del informe Adriaenssens «son casos antiguos, que ya han prescrito» desde el punto de vista penal, ya que los más antiguos se remontan a los años 60. El arzobispo invitó a que los autores de abusos que aún no hayan prescrito «se denuncien ellos mismos». Con un par.

Con respecto al anterior obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, que abusó durante 13 años de su sobrino, Léonard manifestó que espera que el Vaticano adopte una decisión sobre su futuro. Vangheluwe continúa gozando del rango de obispo y no ha sido objeto de ninguna penalización, pero se vio obligado el sábado pasado a alejarse de su antigua diócesis por la presión popular.

El obispo de Tournai, Guy Arpigny, intentó diluir la responsabilidad eclesial en el tema y subrayó que los abusos sexuales no son un delito exclusivo de la Iglesia, sino que afecta a «todos los niveles de la sociedad». Y se quedó tan ancho.

Por su parte, el Papa católico, en su visita al Reino Unido, ha afirmado que los sarcedotes «culpables» son víctimas de una «enfermedad» en la que la «libre voluntad» no funciona y por ello es preciso «protegerles de sí mismos» y que la «justa pena» sería apartarles de la posibilidad de «acercarse a los jóvenes». Por supuesto, nada de encerrarlos en la cárcel.

«Sabemos que esto es una enfermedad donde la libre voluntad no funciona» ha asegurado Ratzinger, y por ello,  «debemos encontrar el modo de protegerles contra sí mismos».  Vamos, que no es culpa de los curas pederastas porque no se pueden controlar.

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