Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

Archive for 16 de octubre de 2010|Daily archive page

Adiós socialdemocracia, hola izquierda anticapitalista

In Actualidad on 16 octubre, 2010 at 0:01

Teodoro Santana


El derrumbe de la socialdemocracia en toda Europa no obedece a una mejor o peor gestión de sus líderes. Por el contrario, se debe a una implacable necesidad histórica. O, mejor dicho, a la desaparición del papel histórico de la socialdemocracia.

Los partidos llamados “socialistas” han representado las políticas del “Estado del bienestar”, de hacer partícipes a los trabajadores de los países imperialistas de las migajas de los fabulosos beneficios saqueados al Tercer Mundo, en forma de salarios más altos, concesiones sociales y cierto nivel de vida. De forma que estas políticas socialdemócratas creaban un colchón que amortiguaba la lucha de clases y establecía un “cordón sanitario” frente al “comunismo” que representaban la URSS y los países socialistas de la Europa del Este.

La inmensa mayoría de los trabajadores europeos asoció así su vida relativamente acomodada con la socialdemocracia, que hablaba siempre en su nombre (y hasta, como en el caso español, con su nombre) frente a las políticas más descarnadamente antiobreras de los partidos de derechas.

Pero dos acontecimientos históricos han venido a transformar radicalmente la situación. Por un lado, el derrumbe de los socialismos de corte soviético, que hacen innecesario ese “colchón” frente al “peligro del Este”. No en vano, la caída de la URSS abrió paso a las políticas de extrema derecha capitalista (el llamado “neoliberalismo”), encabezadas por Reagan en EEUU y Tatcher en Reino Unido.

Por otro lado, la crisis agónica del capitalismo, especialmente en las grandes potencias imperialistas, incapaz ya de generar los inmensos volúmenes de capital necesarios para sostener su acelerada carrera a ninguna parte. Ya no sobran ni las migajas que iban a parar a las manos de la clase obrera. Se trata de rebañar el caldero hasta las raspas. Y eso significa rebajar salarios, reducir pensiones, abaratar despidos y liquidar cualquier resistencia obrera, incluida la de los sindicatos más reformistas. Esto es, la lucha de clases descarnada y a cara de perro.

La disyuntiva para los partidos “socialistas” es, bien persistir en las políticas del “Estado del bienestar”, a riesgo de ser barridos de un plumazo por las oligarquías capitalistas que los han arropado y hasta financiado cuando les interesaba su existencia, bien adoptar las políticas de la derecha capitalista “en bien de la clase obrera”. Si lo primero no sólo no se lo van a dejar hacer (y ni se les pasa por la cabeza radicalizarse y hacer políticas verdaderamente socialistas), lo segundo supone perder cada vez más el apoyo de la inmensa mayoría de las trabajadoras y los trabajadores, y no ganar nada en el espacio de la derecha.

Que el desplome de la socialdemocracia no sea absoluto y rápido, se debe a que tampoco lo es el de la confianza que aún anida en amplios sectores de volver a los “buenos viejos tiempos”, asociados con la socialdemocracia. Y, evidentemente, al temor de que los partidos de la derecha lo harán igual o peor. A medida que la fantasía de la “recuperación económica” se va evaporando, lo va haciendo también el apoyo a los partidos “socialistas”.

Incluso dentro de la socialdemocracia, irán apareciendo corrientes que se resistirán a esta deriva derechista y suicida, y cuyo acontecer dependerá mucho de las particularidades de estos partidos en cada país. Es previsible, en todo caso, la aparición de corrientes de izquierda y fuertes contradicciones internas.

En este escenario, es dramática la división y la dispersión de la izquierda anticapitalista, factor que no aparece en la ecuación y que, de hacerlo, aprovecharía una oportunidad histórica única para cambiar el curso de los acontecimientos. La unidad de todas las fuerzas de la izquierda –comunistas, socialistas revolucionarios, sindicatos…– en torno a un programa antiimperialista y anticapitalista, se hace por lo tanto urgente e inaplazable.

Boicotear este proceso, torpedearlo con las viejas inercias de protagonismos baratos y demás mezquindades, siempre reprochables, se convierte ahora en una actitud verdaderamente criminal en un momento en que tenemos la posibilidad de abrir camino al futuro, a la izquierda anticapitalista, al socialismo.






Anuncio publicitario

Firma de Solidaridad contra la criminalización del antifascismo

In Actualidad, Comunicado, Represión on 16 octubre, 2010 at 0:00

Tras el asesinato del joven antifascista madrileño Carlos Palomino, múltiples manifestaciones de repudio y exigencia de justicia se celebraron en otras tantas ciudades. También en Barcelona, donde tres militantes del PCPE-CJC fueron procesados con acusaciones basadas en una denuncia-montaje policial (actuación habitual recogida en el «libro de estilo» de la policía tras aporrear a diestro y siniestro en manifestaciones o concentraciones). El 21 de octubre será el juicio. El fiscal solicita tres años y medio de prisión. Por ello, en apoyo al siguiente escrito, pedimos tu

FIRMA DE SOLIDARIDAD

Nombre y apellidos o nombre de la organización:
DNI:
Domicilio:

Envíala respondiendo a este correo o a esta otra dirección pcpc.cn@telefonica.net


CONTRA LA CRIMINALIZACION DEL ANTIFASCISMO

Las personas y entidades abajo firmantes EXPONEMOS:

Que el próximo día 21 de octubre está prevista la celebración de un juicio contra tres militantes comunistas en un juzgado de la ciudad de Barcelona. Estas personas son Juanjo Serrano (miembro del Comité Central del PCPE), Xavier Auré (miembro de los CJC-JCPC) y Albert Camarasa (miembro de los CJC-JCPC).

La acusación solicita tres años y diez meses de prisión para cada uno de ellos. El fiscal sustenta su petición en los hechos ocurridos en Barcelona el 14 de noviembre de 2007, con motivo de la manifestación en protesta por el asesinato de un joven antifascista en Madrid el anterior día 11.

Esta acusación es un montaje policial –sustentado en pruebas amañadas y faltas de toda consistencia- para tratar de desmovilizar a la organización comunista en este país, y a otras organizaciones anticapitalistas que actúan dentro del movimiento antifascista.

Los hechos que dieron lugar a este montaje policial son los siguientes:

El 11 de noviembre de 2007 fue asesinado en el metro de Madrid el joven antifascista Carlos Palomino, a manos de un fascista de 23 años –soldado profesional del ejército español- que se dirigía a una concentración del partido fascista Democracia Nacional. Inmediatamente se suceden las concentraciones y movilizaciones de condena y repulsa por este asesinado fascista en distintas ciudades del Estado Español; también en Barcelona.

El estado de indignación de los/las manifestantes antifascistas es proporcional a la brutalidad del asesinato y a la tergiversación informativa que los medios de comunicación del sistema realizan al presentar el hecho con el consabido e interesado discurso de “enfrentamiento entre grupos de jóvenes antisistema”.

El 14 de noviembre, en Barcelona, diversos colectivos y organizaciones antifascistas convocan una manifestación, donde desde el primer momento queda claro que la policía -Mossos d’Esquadra (dirigida por el Conseller Saura, de ICV-EUiA)- tiene orden de no dejarla discurrir de forma pacífica. El operativo montado no guarda ningún tipo de proporcionalidad con la protesta: toma policial del centro de Barcelona con los antidisturbios preparados para cargar, intimidaciones en el metro a los asistentes, ambulancias preparadas, como si de un escenario bélico se tratara, amago de carga cuando la cabeza de la manifestación se pone en marcha, etc.

Durante la manifestación, se suceden diversos intentos -por parte del operativo policial- para cortar la misma en diversos puntos, lo que hace aumentar el nerviosismo y la indignación por parte de los manifestantes. Esta situación se va agravando durante la marcha, y, cuando ésta no lleva ni 400 metros de recorrido, se produce una brutal carga policial que crea -en el mismo centro de Barcelona- una situación de conmoción social imposible de justificar, al extenderse la represión a la zona comercial del Passeig de Gracia y acabar afectando a los transeúntes.

Como resultado de la carga policial se producen diversas agresiones, en las que varios manifestantes tienen que ser evacuados en ambulancia. También se producen cinco detenciones, entre ellas la de dos miembros de los CJC-JCPC, que son conducidos a la comisaría central de los Mossos d’Esquadra de Barcelona; y, dado que uno de los detenidos era menor de edad en ese momento, la policía no tuvo más remedio que comunicar a la familia su detención -de lo contrario, habrían estado por lo menos 48 horas sin comunicación exterior.

Inmediatamente, dirigentes del PCPC-PCPE y de los CJC-JCPC, acompañados de una abogada, se personaron en la comisaría junto a los padres de los detenidos. En ese momento, éstos son requeridos para que se identifiquen y, después de una larga espera en la comisaría, un policía llama a un miembro del PCPC-PCPE y a dos miembros de la CJC-JCPC para informarles que han sido reconocidos por su intervención en la manifestación y que han sido denunciados por la policía. Todo un montaje policial -ya que, incluso, se da el caso de que el militante del PCPC-PCPE no había podido participar en la manifestación por dificultades en su trabajo– dirigido a criminalizar la lucha antifascista y la militancia comunista.

En los días sucesivos el fiscal concretó la denuncia:

Se abre una causa contra tres miembros del PCPC-PCPE y de la CJC-JCPC (uno de los detenidos y dos de los inculpados en la comisaría), a los que se les acusa “de un delito de atentado y por un delito de desórdenes públicos” (por montar una supuesta barricada con contenedores de basura y apedrear a la policía), solicitando “3 años y 10 meses de cárcel y la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo”. El expediente de los menores queda archivado, puesto que el tribunal de menores no ve indicios de delito. Para sostener esta denuncia, la fiscalía solo presenta una prueba: el testimonio de los policías, no habiendo ninguna otra prueba de que ocurrieran los hechos mencionados.

Por todo lo expuesto, EXIGIMOS:

a) El sobreseimiento de la causa y consiguiente retirada de todos los cargos contra estos tres militantes.

b) La declaración de nulidad de todas las actuaciones y la realización de una investigación para depurar todas las responsabilidades derivadas de esta manipulada actuación policial.

c) Que se dé traslado de este escrito al Ministerio de Justicia y a la Consejería de Interior de la Generalitat de Catalunya.


Canarias, 11 de octubre de 2010