Editorial de
Diario del Pueblo
Si los gobiernos occidentales se preponen realmente integrar a China en la comunidad internacional, la concesión del Premio Nobel de la Paz de este año va en dirección totalmente contraria a ese declarado propósito.
La decisión del comité Nobel ha enfurecido a buena parte del público chino, aunque la concesión ha recibido el amplio reconocimiento de Occidente.
Un estudio realizado el pasado fin de semana por el Centro Global de Encuestas indicó que la mayoría de los ciudadanos chinos está contra la decisión de conceder el Nobel de la Paz a Liu Xiaobo. Cabe esperar que el Comité del Nobel reflexione sobre su desacertada opción y se disculpe con el público chino.
El Comité del Nobel no tiene ninguna razón para creer que su discernimiento supera el de 1.300 millones de personas. Occidente no tiene ninguna autoridad para invalidar los valores y la capacidad de discernir del pueblo chino.
Quizás el Comité del Nobel contaba con la enérgica reacción de China, como forma de reforzar la influencia del comité en Occidente. Pero la opción se ha producido en el momento inapropiado, y ha recaído en la persona incorrecta. La concesión no es una letra escarlata sobre la frente de China, como se propuso mostrar el comité.
China ha exhibido poderío y vitalidad en el nuevo siglo, a la par de su sinceridad para abrirse al mundo.
El Premio Nobel de la Paz supone una concesión global, por lo que el comité debe aceptar y promover la diversidad de sistemas políticos. Pero esta concesión sugiere lo contrario. El Comité del Nobel, bajo la aprensión de ver desaparecer las formas occidentales de gobierno, se vincula a los valores occidentales más conservadores.
La Guerra Fría, que condujo a un amargo enfrentamiento entre el Este y el Oeste, fue un período oscuro en la historia del mundo.
El Comité del Nobel acaba de provocar un grave choque ideológico entre China y Occidente. En vez de promover paz, el Premio de la Paz de este año profundiza los malentendidos y hostilidad entre China y Occidente.
Exhortamos al Comité del Nobel a que considere seriamente la reacción del público chino y el impacto que tiene su concesión para la paz mundial.
El comité debe hacer la elección correcta entre el interés de un grupo pequeño de élite occidental y la buena voluntad que debe regir entre China y Occidente.
El comité debe disculparse con China. Y lo debe hacer no por presiones del Gobierno chino, sino como forma de desafiar la política de contención ideológica que Occidente contrapone a China.
El Comité del Nobel nunca ha puesto en tela de juicio o criticado el pensamiento y la ideología occidentales. Hacemos votos por contar en lo adelante con un comité que realmente pertenezca al mundo.