Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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El Vaticano debe cesar su injerencia en China

In Actualidad on 3 enero, 2011 at 0:01

Editorial de
Diario del Pueblo


En su mensaje de Navidad sobre “paz y esperanza”, el Papa Benedicto XVI criticó directamente a China por “las limitaciones que impuso a la libertad de credo.” El pontífice sonaba más como un político occidental que como un líder religioso.

El Vaticano es el único estado de Europa que no ha establecido relaciones diplomáticas oficiales con China. Aún cuando las relaciones entre los dos países han estado mejorando en estos últimos años, mientras el Vaticano rechace suspender sus “lazos diplomáticos” con Taiwán, e insista en arrogarse el derecho a designar a los sacerdotes católicos en China, será difícil conseguir mejoras permanentes.

Las observaciones de Benedicto no son nada nuevo. Los sacerdotes católicos chinos sostuvieron una conferencia en fecha reciente, en la cual eligieron a sus propios líderes sin el reconocimiento del Papa, como han hecho siempre. Esto irritó al líder religioso, que desea reinar sobre todos los católicos del mundo.

A través de la historia, abundan los registros sobre conflictos entre el Vaticano y sus vástagos cristianos. Antes de inmiscuirse en los asuntos internos de China, el Papa debería reconsiderar el supuesto papel del Vaticano como protector de la libertad religiosa.

El mundo está cambiando, al igual que el ambiente social y político donde se acomodan las creencias religiosas. El Vaticano no tiene ningún poder para controlar la dirección y velocidad de los cambios del mundo, y no debería intentarlo. Las iglesias católicas son parte de la vida religiosa del pueblo chino. El Vaticano debe aceptar el hecho de que existe libertad de credo en China, siempre y cuando la religión no entre en contradicción con las leyes del país.

En los últimos años, la Santa Sede ha intentado repetidamente interferir en las conferencias católicas llevadas a cabo en China, y ha amenazado incluso con castigar a los sacerdotes que participan en ellas. Su obstinación en mezclarse en la política no parece disminuir con el tiempo -hace 60, años cuando se fundó la República Popular China, el Vaticano intentó que las iglesias católicas chinas rechazaran cooperar con el nuevo gobierno, pero no lo consiguió.

La creencia religiosa es una elección personal. Sin embargo, cada persona también tiene una identidad limitada por la ley, por su ciudadanía. La afirmación del Vaticano de que la identidad religiosa va más allá de todo es dañosa y poco realista, e incluso perniciosa para un país integrado por varias etnias y religiones. China tiene una gran cantidad de católicos, así como de musulmanes, budistas y taoistas. Si cada grupo se subordinara a un centro de poder foráneo, China quedaría incompleta.

Afortunadamente, la mayor parte de los grupos religiosos principales tienen buenas relaciones con China. El Vaticano, que es parte de las excepciones en ese sentido, lo que exige de China es poder, no refrendar las verdaderas bases de la creencia católica. Hasta ahora, sus acciones no han conseguido mucho apoyo mundial.

Más tarde o más temprano, el Vaticano tendrá que ajustar su política hacia China.


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Talón de Hierro

In Actualidad on 3 enero, 2011 at 0:00

Daniel Casal
Secretario de Relaciones Políticas de Unidad del Pueblo


En 1908 Jack London publica la novela El Talón de Hierro, London , a través del Ernest Everhard, obrero revolucionario, describe el gobierno que la Oligarquía industrial construye en el siglo XX.

A finales del siglo XIX las grandes corporaciones industriales, han ido creando monopolios en los principales sectores de la producción y los servicios hasta convertirse en una casta social superior e impenetrable desde la que controlan a la perfección al Gobierno, la policía, el ejercito y los tribunales. En este contexto los obreros intentan organizarse.

La respuesta no se hace esperar y el Talón de hierro prepara un atentado fraudulento contra si mismo, contra el Congreso de EE.UU, a través del cual, consiguen incriminar a los trabajadores e iniciar la represión, y prácticamente abolir la democracia.

En 1912, el Talón de Hierro ya es virtualmente el gobernante del mundo.

En 1918, los obreros preparan una gigantesca rebelión, la idea consiste en levantar a sectores estratégicos de la producción y los servicios, en vez de convocar una huelga general y llamar a la toma de las armas para coger por sorpresa al Talón de Hierro, todo esto con gran sigilo y desde la clandestinidad, pero los agentes infiltrados del Talón de Hierro consiguen averiguar los planes de la resistencia obrera. Dejan que la sublevación estalle en Chicago, desatando los sucesos de la Comuna de Chicago, y esto les permite dar un duro escarmiento a la población.

El Talón de Hierro crea un sistema social dentro del cual se rodean de los sindicatos clave, Estos sindicatos favorecidos por el gobierno, se transforman en “obreros de primera clase”, frente al resto de sindicatos “ obreros de segunda clase “. De esta manera dividen el movimiento sindical y gobiernan sin mayores problemas, ya que los sindicatos favorecidos, sabedores de que sus prebendas provienen de la oligarquía que rige el Talón de Hierro, se convierten en afín a sus intereses, de esta manera los sindicatos favorecidos comienzan a llevar una vida relativamente desahogada, mientras los que los miembros de los sindicatos no favorecidos siguen en la pobreza mas abyecta.

Jack London, presenta una dictadura, organizada por el gran capital, que rige los destinos del mundo, un escenario en el que los estados, gobiernos y parlamentos, han sido superados y en el que la represión, el recorte de las libertades y los derechos de los trabajadores, garantizan que las empresas y el capital maximice sus beneficios, un mundo atroz sumido en la dictadura del capital.

Es cierto que muchos calificaron la obra de London como ciencia ficción, sin embargo, un vistazo desde este final del primer decenio del siglo XXI, donde el Banco Mundial, la OCEDE, el FMI y la Banca, son de facto los que en determinan las políticas de los países y regiones completas del mundo, los que planifican la depredación del planeta y arrasan los recursos naturales, los que junto a la industria militar organizan las guerras que favorecen los intereses del capital, daría la impresión de que mas que ficción, de lo que se trataría es de premonición.

Son estos poderes que J. London denomino el Talón de Hierro, los que aplican las recetas mas duras sobre millones de familias trabajadoras, los que planean e imponen las reformas laborales, los recortes sociales, las limitaciones democráticas, las persecuciones de disidentes….

Cien años después de que viera la luz la obra de London, parece que mas que una ficción, lo que London describió fue el interior del monstruo, la génesis del propio capitalismo, las entrañas de un sistema, que solo puede sobrevivir en la ciénaga de la explotación, sobre la miseria de los seres humanos y en barbarie de la guerra.

Este año termina ya, y sin duda, es el momento de grabar a fuego en nuestras conciencias, que este lobby de poder económico que ha usurpado la legalidad de gobiernos y parlamentos, que impone a sus anchas su voluntad, que ha puesto de rodillas a la democracia, es el Talón de Hierro que advirtió Jack London. De nosotros, obreros del mundo, y solo de nosotros, depende derrotarlo, derrumbar sus cimientos, volar hasta la última columna de su entramado y devolver a la humanidad la historia.


[Fuente: Magec]