Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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Ante la traición a los trabajadores y trabajadoras que constituye el acuerdo firmado por CCOO y UGT con el Gobierno en materia de pensiones

In Actualidad, Comunicado, Laboral on 27 enero, 2011 at 15:45

Secretariado Confederal Nacional de
Intersindical Canaria


Ante el principio de acuerdo alcanzado la madrugada de hoy, 27 de enero de 2011, entre el gobierno del Estado español y las centrales sindicales CCOO y UGT Intersindical Canaria manifiesta:

Dicho acuerdo constituye un grave atentado y una clara traición a los intereses de la clase trabajadora así como de los sectores más desfavorecidos del Estado español, en general, y de Canarias en particular.

Denunciamos que lo han acordado los burócratas sindicales con el gobierno en Madrid, se hace a espaldas de los trabajadores y trabajadoras , sin tomar en cuenta sus legítimas demandas y responde, simplemente, al deseo de consolidar los intereses de la clase dominante y de sus empleados que operan, tanto desde el gobierno como, y es lamentable decirlo, desde los mal llamados sindicatos mayoritarios.

Los contenidos de dicho acuerdo no hacen más que aceptar las tesis más duras y lesivas que, en materia de pensiones, había planteado el gobierno de Rodríguez Zapatero: tal es el caso de la ampliación de la edad de jubilación a 67 años; la ampliación de la base de cálculo de las jubilaciones a 25 años y la obligación de cotizar 37 años en lugar de los anteriores 35 para jubilarse. Puntos, todos ellos, que los Secretarios generales, tanto de CCOO como de UGT, habían calificado como inaceptables. En resumen, un acuerdo con que los trabajadores y pensionistas perdemos por todos los frentes a cambio de nada; de hecho ante un mercado laboral tan precario como el actual, condenan a gran parte de la población, en particular jóvenes y mujeres, a olvidarse de la posibilidad de tener en algún momento de su vida una pensión digna.

No obstante, queremos advertirle al gobierno que si cree que con este acuerdo ha garantizado la paz social y el hecho de que no existan movilizaciones, está muy equivocado, porque los trabajadores y trabajadoras de los distintos pueblos que conforman el Estado español, no estamos en disposición de bajar la cabeza y menos resignarnos ante la traición de los burócratas en Madrid y que, por el contrario, mantenemos la disposición de seguir contestando en la calle y con la movilización esta reforma de pensiones que arrebata derechos conquistados con años de lucha y ponernos en una situación en la que la jubilación digna pase de ser un derecho, a convertirse en un privilegio para unos cuantos.

En este sentido , desde Intersindical Canaria, hacemos un llamado a los trabajadores y trabajadoras de Canarias, así como a los parados y pensionistas a seguir en la calle rechazando esta reforma de pensiones y el conjunto de medidas con que pretenden ponernos de rodillas. De igual manera hacemos un llamado a las bases consientes de CCOO y UGT, a desautorizar a su dirigencia por pactar contenidos que había prometido no pactar y sumarse a la batalla que daremos los que hemos llegado a la conclusión de que los derechos y la dignidad de la clase trabajadora no se venden ni se traicionan.

Las Palmas de Gran Canaria 27 de enero de 2011


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UGT y CCOO aceptan la jubilación a los 67 años y la subida de 35 a 37 de los años necesarios para cobrar el 100% de la pensión

In Actualidad, Laboral on 27 enero, 2011 at 9:54

Las cúpulas de UGT y CCOO han llegado a un principio de acuerdo con el gobierno español para retrasar la edad de jubilación a los 67 años y la subida de los años mínimos cotizados para poder cobrar el 100% de la jubilación, que pasarán de los 35 actuales a 37. Para poder jubilarnos a los 65 se requerirán 38 años y medio cotizados. El periodo de cómputo se eleva de los 15 años a 20 años primero, para luego subirlo a 25 años, con lo que bajará notablemente la cuantía de las pensiones. Además, la edad mínima para la jubilación anticipada se retrasa a los 63 años.

Este principio de acuerdo, alcanzado esta madrugada, está «supeditado» al texto articulado que se apruebe este viernes en el Consejo de Ministros, que presentará algunas excepciones para determinadas profesiones, y condicionado también a la marcha del resto del pacto social que se seguirá negociando en los próximos días, en el que quedan pendientes las políticas activas de empleo, la reforma de la negociación colectiva (que se discute de forma bilateral) y la política industrial y energética.

En este pacto no se contempla la derogación de la contrarreforma laboral aprobada el año pasado que ha supuesto no sólo el abaratamiento del despido, sino incluso la subvención del mismo con dinero público, y contra la que se produjo la Huelga General del 29 de septiembre.

Con esta contrarreforma, que exige una larga carrera de cotización a la edad biológica, exige comenzar a cotizar a los 26 años y no fallar la cotización ni un sólo día de la vida laboral para poder seguir retirándose a los 65. Incluso para retirarnos a los 67 habrá que cotizar 37 años para poder jubilarnos sin ver mermadas nuestras pensiones más de lo que ya las merma el nuevo periodo de cómputo.

Las cúpulas sindicales deben llevar los resultados de este principio de acuerdo a sus órganos de dirección el próximo 1 de febrero.


La Bolivalogía (I)

In Actualidad, Opinión on 27 enero, 2011 at 0:01

victor1COLABORACIÓN


Víctor J. Rodríguez Calderón

A finales de 1998 y comienzos del nuevo milenio, la ciencia politológica venezolana viene exigiendo pasar a la realidad que vive, como es la transición de su renovación, la que conllevará a que esa serie de desafíos tan importantes que se vive en toda Latinoamérica y el Caribe se vincule indisolublemente al impacto que nació aquí en nuestra nación, y que exclusivamente tiene plano de ciencias sociales propias, puesto que la caída estrepitosa de la seudodemocracia que nos gobernó durante 40 décadas perdió definitivamente todo piso político.

Estamos obligados de inmediato a repensar como reconstruimos el sistema básico de la nueva economía, la sociología y de crear la nueva politología que se tiene que aplicar desde perspectivas críticas y por supuesto haciendo la creación de la bolivalogía (ciencia bolivariana).

Por ello, para comprender lo que ha pasado en estos últimos doce años de llamada revolución, conviene echar una mirada y un análisis a la ciencia política venezolana del siglo XVIII. Con tales fines, este documento comenzará por una descripción histórica de los aportes del régimen colonial al neocolonial establecido en nuestra nación desde la llegada de Colón y posesionándose total y nuevamente con la desaparición física de nuestro libertador Simón Bolívar.

HISTORIA

Arribamos a 1492 aquí existía una cohabitación de modos de producción, sustentados en sistema de recolección y en actividades agrícolas de naturaleza sedentaria. El trabajo de la tierra significó entonces un reto en zonas semidesérticas como Lara y Falcón, pero condujo a resultados dignos de atención en los lugares de paisajes feraces. En ambos casos, nuestros aborígenes desarrollaron significativos avances, como la construcción de camellones, sistemas de regadío y baluartes para protegerse de las inundaciones.

También se mantuvo una subsistencia con regularidad la cual no se limitó al consumo de comunidades aisladas, sino que también se atrevió a fructíferos contactos con comarcas vecinas. Ellos crearon una rica cosmogonía que informaba de la vida y de la muerte, determinaba las jerarquías de la sociedad en la bonanza y en la carestía, en la paz y en la guerra, se distinguía en términos religiosos entre lo propio y lo ajeno a través de exquisitas manifestaciones de culto, se pudo establecer un fenómeno religioso que pudo resistir los embates de la conquista española para sobrevivir a través del tiempo.

Supieron mantener la convivencia entre pares, mas también para la guerra con los rivales mas cercanos, conquistaban y dominaban territorios, sometían a los derrotados, cobraban impuestos y hacían la paz cuando ella era necesaria para el progreso. Así lograban su horizonte y el dominio pleno del territorio a la altura de 1492, cuando llegaron los españoles el choque fue muy fuerte. Bajo la figura del caciquismo, superaron el reto de la supervivencia y cuando se encontraban en plena etapa de desarrollo social, desgraciadamente ocurrió lo inesperado, vino el enfrentamiento de las dos culturas, y la europea trajo el infierno, en vez de la paz y el progreso.

En la historia oculta, esa que no investigó la verdad, aparecen lo héroes, como los caciques: Guaicaipuro, Baruta, Cayaurima, Carapaica, Chacao, Terepaima, Guaicamacuto, Orocopón, Tamanaco, Tiuna, Aramaipuro, Arichuna, Catia, Conopaima, Guaratari, Queipa, Mamacurri, Paramaconi, Guarauguta, Mara, Maracay, Meregote, Murachí, Naiguatá, Paramacay, Pariata , Maiquetía. Prepocunate, Sorocaima, Yaracuy, Yare, Yavire – Paramaiboa , Pariaguán, Yoraco, Yamari y Cubimacury, en ellos podemos resumir el vigor de un tipo de vida y los rasgos de un genero humano que cayó en sus combates por sus tierras y la libertad, en los brazos de una hostilidad sustentada en la arrogancia y en la superioridad de sus elementos ofensivos.

Como es conocido, esta sociedad no poseía las manifestaciones arquitectónica de otras culturas prehispánicas de América y sin el soporte de los metales preciosos que en otros lugares permitieron primorosas labores y formas refinadas de vida, una cultura peculiar su expuso al sobresalto, la mudanza y a la desaparición cuando unos hombres más fuertes por la posesión de medios incomparables de acometimiento, los persiguieron, los dominaron utilizando el camino de la crueldad y la injusticia humana.


(Continuará…)


Apocalipsis Wikileaks: La política de los EEUU en Pakistán aumenta el riesgo de un ataque nuclear

In Actualidad on 27 enero, 2011 at 0:00

Fred Branfman

Hay pocos escenarios más aterradores para los Estados Unidos que el de un incidente nuclear terrorista en su territorio, que podría matar a decenas de miles de personas, que devastaría la economía y convertiría a Estados Unidos en un estado policial. Y la mayor fuente potencial de materiales nucleares para tal incidente se encuentra en Pakistán. Como indicaba un estudio de Harvard de marzo de 2010, el arsenal nuclear paquistaní “se enfrenta a la mayor amenaza de parte de extremistas islámicos que buscan armas nucleares que cualquier otro arsenal nuclear en la tierra”.

La revelación más significativa de los cables del Departamento de Estado publicados por Wikileaks es, pues, que la política de EEUU está, de hecho, aumentando el peligro de un incidente nuclear. Los cables revelan que EEUU tienen tan alienado al pueblo paquistaní que su gobierno teme cooperar con Washington en materia nuclear; que el acuerdo entre EEUU y la India en energía nuclear ha convencido a las autoridades paquistaníes que deben ampliar su ya inestable arsenal nuclear, y que Washington ha ampliado sus operaciones militares en Pakistán de tal forma que la embajadora Anne Patterson admitió en secreto que “amenazan con desestabilizar al estado paquistaní” (cable de 23-9-09). Estos nuevos cables oficiales de los EEUU, que apuntan claramente a la creciente amenaza para los estadounidenses que crean las malas políticas de EEUU, requieren urgentes audiencias en el Congreso, una mayor investigación por parte de los medios de comunicación y la protesta pública.

Un número creciente de observadores están empezando a despertar al peligro cada vez mayor de arsenal nuclear paquistaní, como Fareed Zakaria, quien recientemente escribió: “Yo siempre había creído que, en última instancia, la élite de gobierno paquistaní estaba a cargo, que su ejército no permitiría que el país se desmorone, y que su arsenal nuclear estaba a salvo. Después de la semana pasada, no estoy tan seguro”. Sin embargo, Zakaria y otros han fallado en reconocer que la propia política de los EEUU hacia Pakistán, y no solo la incompetencia del ejército de pakistaní, están ayudando a aumentar el peligro de un incidente nuclear. Los ataques terrestres y el asesinato mediante aviones no tripulados de Estados Unidos, así como la presión sobre los militares paquistaníes para llevar a cabo ofensivas militares en las zonas tribales, están aumentando el apoyo para el extremismo en Pakistán.

El asesinato del gobernador de Punjab, Salman Taseer, por un extremista, con el apoyo de amplios sectores de la opinión pública paquistaní, y del resto de los guardaespaldas de Taseer, es una llamada de atención urgente sobre el creciente peligro para la seguridad de las armas nucleares paquistaníes  de los 120 .000 a 130.000 paquistaníes que trabajan en instalaciones nucleares. Steve Coll ha informado en el New Yorker que “en Pakistán, los Programas de Confiabilidad del Personal, como se les conoce en el mundo de la seguridad nuclear, implican no sólo la evaluación de la idoneidad de los guardaespaldas de los gobernadores, sino también la gestión de las crecientes existencias de materiales fisionables y bombas nucleares del país. La traición de Taseer debería hacer reflexionar a los funcionarios en Washington que parecen expresar regularmente una gran complacencia, o por lo menos satisfacción, acerca de la seguridad del arsenal pakistaní.

A pesar de esto, sin embargo, la administración Obama sigue presionando para que sigan las mismas políticas que están desestabilizando Pakistán y sus materiales nucleares, como revela el cable de Wikileaks. Mientras que los observadores externos han criticado la política de los EE.UU. hacia Pakistán, la importancia crítica de los cables de Wikileaks es que ofrecen la prueba oficial de que 1) EEUU y sus expertos aliados están muy preocupados por la inestabilidad de las existencias nucleares paquistaníes, y 2) la política de EEUU está desestabilizando tanto a Pakistán como a su material nuclear y, por lo tanto, están poniendo en peligro la seguridad nacional de EEUU.

La embajadora Patterson, al informar sobre el incumplimiento del gobierno paquistaní del acuerdo de 2007 por el que se comprometía a devolver los materiales nucleares suministrados por los Estados Unidos, escribió, citando a un funcionario paquistaní, que “si los medios de comunicación locales se enteraran de la eliminación del combustible”, sin duda lo expresarían como que “los Estados Unidos se están llevando las armas nucleares paquistaníes”. Patterson agregó que “la atención negativa de los medios ha comenzado a obstaculizar los esfuerzos de pakistaníes para mejorar su seguridad nuclear y sus prácticas de no proliferación” (cable del 27-5-09). Un cable posterior reveló que la desconfianza que ha generado en Pakistán el gobierno de  EUU ha dejado a Washington incapaz de convencer a Pakistán de firmar pactos clave para limitar la proliferación nuclear, y que hay poca coordinación en asuntos nucleares entre los gobiernos estadounidense y paquistaní (cable del 24-11-09).

Los cables de Patterson también revelan que los líderes de EEUU saben que la política actual está desestabilizando a Pakistán, con lo que un desastre nuclear se hace más probable. En relación a las “operaciones unilaterales” estadounidenses en el noroeste paquistaní (tales como ataques aéreos, el asesinato en tierra y otras violaciones de la soberanía paquistaní), Patterson escribió que “el aumento de las operaciones unilaterales en estas zonas amenazan con desestabilizar al estado paquistaní, alienando tanto al gobierno civil como al liderazgo militar, y provocando una mayor crisis de gobernanza en Pakistán sin lograr, finalmente, el objetivo”. Luego agregó que “para ser eficaces, debemos ampliar el mandato del estado paquistaní, en las FATA [Áreas Tribales bajo Administración Federal] de tal manera que los grupos talibanes ya no puedan ofrecer, de modo efectivo, ninguna protección a al-Qaeda de las propias fuerzas de seguridad y fuerzas del orden pakistaníes en estas zonas” (cable del 23-11-09).

Increíblemente, sin embargo, el liderazgo estadounidense sólo atinó a aumentar las operaciones, que sus propios funcionarios creen que amenazan con desestabilizar al estado paquistaní. Han aumentado considerablemente los ataques robóticos, han estacionado asesinos estadounidenses y locales, apoyados por los Estados Unidos en Pakistán, a pesar de que el gobierno paquistaní no ha ampliado su “mandato” en las FATA, como se informó en noviembre. Estas operaciones unilaterales han aumentando, así, el odio de la población hacia los Estados Unidos, hasta el punto que un sondeo de Pew en julio encontró que el 59 por ciento de los paquistaníes ven a EEUU como un “enemigo” y sólo el 11 por ciento lo ven como un “socio”.

Por lo tanto, estos cables revelan que lo que está poniendo en peligro la seguridad nacional es la propia política exterior de EEUU, y no Wikileaks. Y, más bien, Wikileaks puede ayudar a fortalecer la seguridad nacional de EEUU, si el Congreso y el público estadounidense actúan para cambiar la desastrosa política exterior de Estados Unidos hacia Pakistán y, así, reducir la amenaza del terrorismo nuclear. El pueblo estadounidense puede estar en desacuerdo con Julian Assange por un margen de 77-20, pero le debe al editor de Wikileaks su agradecimiento por haber revelado el creciente peligro que enfrenta debido a estas equivocadas políticas estadounidenses.

Para aquellos que consideran alarmista exigir el urgente cambio en las políticas estadounidenses para asegurar las armas nucleares paquistaníes, hay una respuesta sencilla: “el Sha de Irán”. A lo largo de la década de 1970, los líderes estadounidenses apoyaron al Sha, con Henry Kissinger incluso haciéndo estúpidamente, el caballito de batalla de su “Doctrina Nixon”, sin tener en cuenta el creciente odio que el pueblo iraní sentía hacia su tirano. Sólo tres meses antes de la caída del Sha, el embajador estadounidense William Sullivan declaró que “los disturbios que ocurrían en las ciudades provinciales se desgastarían solos y no eran una causa de gran preocupación”. El gobierno estadounidense calculó desastrosamente mal al ignorar la opinión pública local en Irán. Es aún más tonto hacer lo mismo hoy en Pakistán que, a diferencia del Irán de entonces, tiene dos armas nucleares y una economía al borde del colapso.

Debido a que, psicológicamente, recurrimos a nuestros líderes en pos de protección, es difícil aceptar que realmente nos puedan estar poniendo en peligro. Pero los documentos Wikileaks revelan, sin lugar a dudas, no se puede confiar que los que hacen la política exterior estadounidense  proteja a los estadounidenses. De hecho, las vidas de incontables estadounidenses, –sin mencionar a los no estadounidenses– dependen de la apertura de nuestra política exterior a un control democrático para poner fin a la torpeza y a los crímenes de nuestros actuales líderes.

Muchos observadores del establishment han afirmado falsamente que no hay nada nuevo en los cables de Wikileaks, y que, de hecho, revelan una política exterior competente. Nada podría estar más lejos de la verdad. Los cables revelan una enorme cantidad de cosas que eran, hasta ahora, desconocidas y una incoherencia impresionante en la política de Washington en Afganistán y Pakistán: mientras más guerra hacen los estadounidenses en la pequeña Afganistán, más desestabilizan al gigante Pakistán y aumentan los peligros de la proliferación nuclear.

Incluso después de reportar para Truthdig durante 18 meses sobre cómo la política estadounidense ha estado, peligrosa y temerariamente, desestabilizando al Pakistán nuclear, estoy sorprendido por la cantidad de información nueva que revelan estos cables. Los expertos externos han advertido de los peligros de la proliferación nuclear paquistaní durante años. Es sólo a causa de Wikileaks, sin embargo, que ahora nos damos cuenta hasta qué punto los funcionarios estadounidenses y aliados también están preocupados por el tema:

* La embajadora Patterson informó que “nuestra principal preocupación no es que un militante islámico pueda robar toda un arma, sino la posibilidad de que alguien que trabaja en las instalaciones pueda, gradualmente, contrabandear suficiente material fisible para hacer un arma; pero también la vulnerabilidad de las armas en tránsito” (cable del 4-2-09).

* Un cable del 22 de septiembre 2009 relacionado con una reunión de expertos del Reino Unido, Mariot Leslie informó que “el Reino Unido tiene profundas preocupaciones sobre la seguridad de las armas nucleares de pakistaníes… Según Leslie, el riesgo de la proliferación es una amenaza mayor que la del terrorismo, pero está situada más bajo que el terrorismo en la lista de las amenazas percibidas por el público. También señaló los esfuerzos, tanto de estados como de grupos terroristas, para obtener armas nucleares” (cable del 22-9-09).

* El oficial de inteligencia nacional estadounidense, Peter Lavoy, informó que “Pakistán está produciendo armas nucleares más rápido que cualquier otro país del mundo” (cable del 5-12-08).

* Un funcionario del Ministerio de Exteriores de Rusia explicó que “Rusia entiende que los islamistas no sólo buscan el poder en Pakistán, sino que también están tratando de hacerse de materiales nucleares… Hay 120.000-130.000 personas directamente involucradas en los programas nucleares y misilísticos paquistaníes, que trabajan en estas instalaciones y en su protección. Sin embargo, independientemente del proceso de evaluación de estas personas, no hay manera de garantizar que todos son 100% leales y confiables. Las organizaciones extremistas tienen más posibilidades de contratar a personas que trabajan en los programas nucleares y misilísticos. Además, incluso si los lugares están bien protegidos, el transporte de materiales es una vulnerabilidad. En Pakistán, es difícil garantizar la seguridad de estos materiales durante el transporte” (cable sin fecha). Dado que el 59 por ciento de la población paquistaní ve a Estados Unidos como “enemigo”, según las encuestas, significa que es probable que una parte importante de las 120.000 a 130.000 personas “directamente involucradas en los programas nucleares y misilísticos paquistaníes” sienten lo mismo.

* La embajadora Patterson informó que “una de las razones por las que Pakistán se opone al tratado [de proliferación nuclear] es que se está construyendo un arsenal de armas tácticas más pequeñas. Los planificadores militares paquistaníes creen que Pakistán necesita transformar su arsenal a armas tácticas más pequeñas, que puedan ser utilizadas en el campo de batalla contra las capacidades convencionales indias. El resultado de esta tendencia es la necesidad de aumentar las existencias de material fisionable para alimentar los requerimientos de armas nucleares paquistaníes” (cable del 24-11-09). También describió cómo el acuerdo entre EEUU y la India sobre energía nuclear ha llevado a Pakistán a desarrollar aún más armas nucleares: “Las autoridades paquistaníes perciben la iniciativa EEUU-India de cooperación civil nuclear como una carta libre al programa nuclear indio”. Antes de la iniciativa, dijo, la India enfrentaba una significativa restricción de suministro de uranio que la obligó a elegir literalmente entre las armas nucleares y la energía nuclear. Ahora, sin embargo, la India puede asegurarse el uranio para sus reactores de energía nuclear civil de los mercados extranjeros, dejando libre para dedicar una mayor parte de su propio uranio para producir plutonio para armas nucleares. “Esta fue la principal razón, explicó Patterson, “por la que Pakistán se resistía a firmar el Tratado de Cesación de Material Fisionable (TCPMF) y por la que, ahora, planea construir más armas nucleares” (cable del 24-11-09).

* Si bien “Pakistán se resistía al tratado”, escribió Patterson, “es poco probable que la presión directa estadounidense logre convencerlos de apoyar las negociaciones sobre el TCPMF, e incluso puede perjudicar los esfuerzos para avanzar” (cable del 24-11-09). Patterson describe la relación entre Estados Unidos y Pakistán como de “desconfianza mutua”, y dice que “la relación es de co-dependencia que ambos aceptan a regañadientes –Pakistán sabe que los estadounidenses no pueden darse el lujo de retirarse; y los Estados Unidos saben que Pakistán no puede sobrevivir sin nuestra ayuda” (cable del 21-2-09). Es decir, a pesar de que el gobierno paquistaní depende de la ayuda estadounidense para su propia supervivencia, Estados Unidos ha fallado de tal forma en su política hacia Paquistán que no puede hacer nada significativo para reducir la amenaza de la proliferación nuclear paquistaní, por ejemplo, alentado a que Pakistán firme el FMCT.

A pesar de que estos cables revelan una profunda preocupación oficial acerca de la seguridad de los materiales nucleares paquistaníes, nada de esto fue compartido con la población estadounidense. “Les hemos dado ayuda para mejorar sus sistemas de seguridad desde hace años. Con base en la información disponible, eso nos da tranquilidad…”, decía un comunicado oficial típico del Secretario de Defensa Gates en diciembre de 2009. Pero, como informó The New York Times el 30 de noviembre de 2010, sobre el combustible nuclear que Pakistán supuestamente transferiría a los Estados Unidos, “el combustible sigue ahí”. Y como Pakistán sigue produciendo “armas nucleares a un ritmo más rápido que cualquier otro país en el mundo”, el peligro, claramente, sigue aumentando (cable del 5-12-08).

La segunda cosa importante que revelan los cables filtrados es que al mismo tiempo que los funcionarios estadounidenses y de otros países occidentales expresan su temor sobre la proliferación nuclear paquistaní, están implementando políticas que hacen que un incidente nuclear sea más probable. Como sugiere el funcionario ruso del Ministerio de Exteriores antes citado, el tema para los estadounidenses no es específico, es decir no se trata de asegurar ésta o aquélla. Los estadounidenses sólo podrán asegurar los materiales nucleares paquistaníes cambiando su actual política general. Al hacer que la mayoría de paquistaníes se ponga en contra de Estados Unidos, los líderes estadounidenses han hecho que el gobierno paquistaní sea reacio a cooperar en materia nuclear y, con ello, ha aumentado el peligro de robo nuclear entre los más de 100.000 trabajadores paquistaníes en instalaciones nucleares.

Los cables revelan que la amenaza a Occidente se ha incrementado geométricamente como resultado de la ocupación estadounidense de Irak. En un documento filtrado, se comenta que el entonces primer ministro británico en la sombra, David Cameron, sugería la siguiente preocupación: “Cameron señaló que la mayoría del aproximadamente millón de ciudadanos británicos de origen paquistaní (la mayoría de Punjab y Cachemira) que viven en el Reino Unido no está a favor de los talibanes, pero se había radicalizado en respuesta a la guerra en Irak” (cable del 9-4-09).

La política exterior estadounidense hacia Pakistán debería tener como objetivo la mejora del beneplácito de su gente, para que entonces, los Estados Unidos puedan cooperar con el gobierno en materia nuclear, pero la embajadora Patterson informó que está ocurriendo lo contrario: “Estados Unidos es visto con cierto recelo por la mayoría de paquistaníes y sus instituciones. Somos vistos, en el mejor de los casos, como un amigo voluble, y en el peor como la razón por la que Pakistán está atacando a sus propios [ciudadanos]”.

Hay muchas razones por las que los paquistaníes odian a los Estados Unidos, por supuesto, incluyendo la percepción de que los estadounidenses están a favor de la India. Sin embargo, estos cables revelan que los Estados Unidos están llevando a cabo políticas, tales como el apoyo al presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, que aumentan este odio en lugar de disminuirlo. Por un lado, Patterson escribió “Zardari es nuestro mejor aliado paquistaní en este momento” y recomendó un fuerte apoyo para él. Por otro lado, reconoce que Zardari tiene un “índice de aprobación del 20%” y que “ve el mundo como lo hacen los norteamericanos; esta misma imagen va en su contra ante la población” (cables del 4-2- 09 y 20-6-09). Entonces, ¿por qué apoyan los estadounidenses a un líder tan despreciado por su propio pueblo como lo fue el Sha de Irán? Patterson explica: “Es menos probable que Zardari haga anuncios públicos críticos del gobierno de los Estados Unidos por sus políticas en y hacia Pakistán (en particular, sobre la actividad de los aviones no tripulados) que otros altos funcionarios del gobierno paquistaní” (cable del 20-6-09). Es decir, mientras las encuestas indican que el pueblo paquistaní se opone abrumadoramente a los asesinatos por aviones no tripulados, los estadounidenses se alinean con un líder odiado que no cuenta con el apoyo de su pueblo, por lo menos en parte porque secretamente apoya los ataques.

Los cables también revelan que los combates estadounidenses en Afganistán y Pakistán están fortaleciendo a las fuerzas yihadistas en Pakistán, y lo más inquietante es que esto está sucediendo en el corazón Punjabi, y no sólo en las regiones fronterizas. Según un cable del 5-12-08, el ex oficial de Inteligencia Nacional para Asia del Sur Peter Lavoy “comentó sobre dos causas de inestabilidad en el oeste paquistaní, que podrían causar la total pérdida del control de los territorios pashtunes en los próximos años”. El cable seguía parafraseando a Lavoy: “la tradicional autoridad tribal pashtún se ha quebrado desde el período de la yihad contra los soviéticos, y ya no es capaz de resolver la armonía social a nivel comunitario. Pakistán también ha promulgado una política de abandono de las zonas pashtunas y carece, aún, de una estrategia para hacer frente de manera integral a los problemas sociales del analfabetismo, el desempleo y la desafección entre jóvenes. Estas dos situaciones juegan en beneficio de los grupos insurgentes y extremistas”.

Un cable de Patterson, del 19 de febrero 2009, revela que el Jefe del estado Mayor del Ejército, Ashfaq Parvez, “Kayani expresó su preocupación por el efecto de una acumulación de tropas estadounidenses en el sur de Afganistán, que podría empujar a los militantes y refugiados a través de la frontera hacia Baluchistán y desatar un influjo de combatientes extranjeros”. Patterson informó que “incluso en el sur de la próspera Punjab hemos visto una creciente tendencia al extremismo entre los jóvenes” (cable del 20-6-09). Es decir, la guerra estadounidense en Afganistán y en los territorios del noroeste paquistaní están empujando a más militantes hacia el corazón de Pakistán, aumentando, en lugar de disminuir, la amenaza que éstos suponen para el estado paquistaní.

Mientras que el gobierno paquistaní, según Patterson, preferiría una estrategia de “diálogo, disuasión y desarrollo”, el gobierno estadounidense, en cambio, ha obligado a su aliado a llevar a cabo ofensivas, tanto en el valle de Swat como en el sur de Waziristán. Washington debería decirle a Kayani, escribió Patterson, que “será difícil que los donantes internacionales apoyen a un gobierno que no está dispuesto a hacer todo lo posible para defender su propio territorio” (cables del 04-2-09 y 19-2-09).

Los cables también revelan por primera vez que los estadounidenses han ido aún más lejos en aumentar el odio anti-estadounidense al desplegar, en secreto, a sus asesinos de las Fuerzas Especiales en Pakistán. Patterson escribió que “sólo por segunda vez, el ejército paquistaní ha aprobado el despliegue de elementos de operaciones especiales estadounidenses para apoyar las operaciones militares paquistaníes. … Políticamente, estos despliegues son altamente sensibles debido a la preocupación generalizada de la opinión pública acerca de la soberanía paquistaní y la oposición a permitir que fuerzas militares extranjeras operen en suelo paquistaní” (cable del 9-9-09). La celebración de este “cambio radical en el pensamiento paquistaní”, indicó Patterson, dará lugar a más actividades de asesinato de parte de los estadounidenses dentro de Pakistán, al decir que el primer despliegue “probablemente ayudó a catalizar el seguimiento de las solicitudes de apoyo”.

El mensaje general de los cables de Wikileaks es claro: Una política estadounidense desastrosamente fallida hacia Pakistán ha llevado a la mayoría de paquistaníes a ver a Estados Unidos como “enemigo” y ha fortalecido las fuerzas yihadistas, tanto en los territorios del noroeste como el corazón de Punjab y, por lo tanto, hace que sea más probable que las fuerzas anti-estadounidenses puedan obtener materiales nucleares de Pakistán.

Y estos cables demuestran, por lo tanto, que los Estados Unidos se enfrentan a una elección básica: pueden continuar tratando de ganar en Afganistán y seguir desestabilizando al estado paquistaní, aumentando el peligro de un incidente nuclear. O pueden retirarse de Afganistán, utilizar una porción de los 100 mil millones de dólares que están desperdiciando anualmente allí para ayudar a restaurar la economía paquistaní, poner fin a los ataques de aviones no tripulados, los asesinatos en tierra y otras violaciones de la soberanía paquistaní, y tratar de construir una nueva relación con el pueblo pakistaní para que su gobierno ya no tema cooperar abiertamente con Estados Unidos en la salvaguarda de los materiales nucleares paquistaníes.

El viaje del vicepresidente Joe Biden a Pakistán llegó en medio de crecientes señales de que la administración Obama finalmente estaba despertando a la creciente crisis que sus políticas, allí, han ayudado a producir durante los últimos 18 meses. La pregunta ahora es si los responsables de la política estadounidense se darán cuenta de que han estado desestabilizando un Pakistán muy frágil y que deben reorientar sus esfuerzos hacia fines más constructivos.

Hay razones para creer que una política de reforma podría funcionar. Un sondeo de Pew reveló en julio pasado que, si bien sólo el 17 por ciento de los paquistaníes ven de modo favorable a Estados Unidos, el 64 por ciento desea mejores relaciones. Si Estados Unidos practicaran lo que predican y respetaran los deseos democráticos del público paquistaní, sería posible crear una política exterior que permitan que los gobiernos paquistaní y estadounidense trabajen juntos para reducir la amenaza de la proliferación nuclear, reforzando así la seguridad nacional estadounidense en lugar de seguir debilitándola.

Si la política de Estados Unidos hacia Pakistán cambia de una manera que aumente la seguridad nacional estadounidense, se deberá en parte a la valentía de quienes revelaron la forma en que la política estadounidense está aumentando el riesgo de proliferación nuclear y de un ataque devastador en territorio estadounidense. El pueblo estadounidense le debe su gratitud a Julian Assange y a Wikileaks, a las fuentes del sitio web y a sus voluntarios.


(*) Fred Branfman denunció la guerra secreta de EEUU en Laos, asesinando a decenas de miles de campesinos laosianos. Escribe en Alternet.