Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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Arrecia la rebelión popular en Egipto

In Actualidad, África on 29 enero, 2011 at 12:49

Ni el toque de queda ni el discurso de anoche del presidente egipcio, Hosni Mubarak, han logrado frenar la rebelión popular democrática y antiimperialista en Egipto. Los egipcios se han vuelto a echar a la calle frente a los carros blindados, muchos de los cuales aparecen incendiados, las calles cortadas y la sede del gobernante Partido Nacional Democrático (PND), devorada por las llamas.

Tras la convulsa jornada de protestas del viernes, con más de 50 muertos por la represión, la situación continúa siendo tensa: la policía que custodia el Parlamento de Egipto ha hecho varios disparos al aire para intentar dispersar a un centenares de personas que pretendía irrumpir en el complejo.

Varios hoteles de los más usados por los turistas occidentales han sufrido la ira popular, entre ellos el conocido hotel Ramsés. En dos barrios de la capital fueron liberados varios presos durante el asalto a las dependencias de la policía.

En numerosos cruces y delante de los edificios del Gobierno, hay apostados automóviles blindados y tanques del Ejército. La policía, que está siendo superada en ocasiones por los manifestantes, esta presente en posiciones limitadas a las calles laterales, lejos de la plaza Tahir donde se han centrado las protestas, dejando paso a los militares.

Muchas calles quedaron bloqueadas por la chatarra de coches de la policía y muchas tiendas permanecían cerradas en el centro de El Cairo.

Tras permanecer varios días en silencio, Mubarak compareció anoche para lanzar un mensaje a la nación y aseguró que él siempre ha estado «muy cerca de las peticiones de la gente» y que respeta lo que «los manifestantes piden».

Pero a pesar de las revueltas, Mubarak ha decidido que no va a dimitir, sino que va a cesar a todo su Ejecutivo y nombrar a un nuevo Gobierno este mismo sábado por la mañana.

El tirano ha lamentado la pérdida de «vidas de inocentes» durante las revueltas, más de medio centenar en todo el país, según el último balance. Pero ha pedido a los egipcios que no se dejen llevar por los «malos ejemplos dados por algunos», porque «hay una fina línea entre la libertad y el caos».

Con la intención de calmar la situación, Mubarak ha anunciado que se van a tomar nuevas medidas económicas para reducir el desempleo y mejorar la Sanidad y la Educación.

Ni el toque de queda ni la promesa del presidente de cambiar el Gobierno han sacado a los egipcios de las calles ni acallado su clamor para que haya un cambio total del régimen que está vigente desde hace 30 años.

Las protestas cuentan ya con una riada de víctimas. Al menos, 23 personas han muerto en las últimas horas en la ciudad de Alejandría por las protestas políticas que se intensificaron ayer viernes, informó hoy la cadena qatarí de televisión Al Yazira.

Con esta cifra, más las víctimas de El Cairo y la ciudad de Suez, se eleva a más de medio centenar el número de personas que murieron durante la jornada del viernes, cuando los egipcios se lanzaron a la calle en contra del régimen del presidente egipcio, Hosni Mubarak.

Esta noche, en El Cairo se veían menos policías que los que habitualmente están apostados en esta capital, con las calles a merced de los manifestantes y la vigilancia de los militares, colocados en lugares estratégicos.

La retirada parcial de la policía comenzó poco después de que Mubarak ordenara el toque de queda en el Gran Cairo, Alejandría y Suez, los principales focos de las protestas, y ordenara al Ejército que ayudara a la policía para garantizar la seguridad del país.

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Obama continúa su estrategia contra Cuba

In Actualidad on 29 enero, 2011 at 0:00

Esteban Morales Domínguez

Al tomar posesión de la presidencia en el 2008, B. Obama, comenzó a poner en práctica lo que consideramos entonces, tempranamente, como su política hacia Cuba. En aquella ocasión, hablábamos ya de una estrategia hacia la Isla. Hoy consideramos, que esa estrategia esta mas que definida. Pues resulta demasiada la atención que Obama le ha prestado a Cuba, a pesar de que en medio de las condiciones tan difíciles por las que atraviesa Estados Unidos, seria dado pensar, que Cuba tendría ahora un nivel de prioridad más bajo en la política norteamericana.

Además, el Presidente, parece más seguro y firme que nunca en su actuación con relación a Cuba, porque no ha hecho el menor caso a las críticas que sus medidas han provocado por parte de la extrema derecha de Miami. Especialmente, no ha prestado la menor atención a los ataques de la congresista Ileana Ross.

Las más recientes medidas, adoptadas en la primera quincena de enero del 2011, nos reafirman en la opinión, de que Obama ha dividido el bloqueo en dos. Con mano derecha conduce su actitud hacia el gobierno cubano, presionándolo hasta lo indecible y con la izquierda, ejecuta sus acciones respecto a la sociedad civil cubana, que son las más proclives para darle a entender al ciudadano común, que lo del bloqueo no va con ellos. El gobierno norteamericano no ha prestado la menor atención a la agenda, ya hace algún tiempo, propuesta por Cuba, sobre asuntos que pudieran ser objeto de negociación entre ambos países.

A las medidas ya adoptadas respecto a las remesas, el contenido y valor de los paquetes que se envían hacia Cuba, la ampliación de los vuelos y el incremento de la cantidad de dinero que los cubano-americanos pueden gastar cuando visitan a sus familiares en la Isla, le han seguido otras medidas puntuales.

El presidente se ha apresurado a tomar un conjunto de medidas, que al estar dentro de sus prerrogativas, no pasan por el congreso, pudiendo además poner oídos sordos a las críticas de la extrema derecha como ya está haciendo.

– Se reconocieron las conversaciones migratorias, recientemente celebradas, como un adecuado canal de comunicación en el tema. Aunque la representación norteamericana aprovecho la ocasión para reunirse con la “disidencia”, lo cual, como es de esperar, fue fuertemente criticado por la parte cubana.

– En las conversaciones migratorias se reconoció una disminución significativa de los riegos de a emigración entre ambos países.

En tal contexto, aunque no como parte del dialogo, sino como acciones puntuales y unilaterales de la administración norteamericana, se adoptaron las medidas siguientes:

-Parecen abrirse ahora las avenidas para el intercambio académico, religioso y cultural, sobre la base de restaurar la política, ya seguida por W. Clinton, del Intercambio “pueblo a pueblo”.

-Cualquier persona en estados Unidos puede enviar 2,000 dólares anuales a Cuba, para beneficiar a quien considere, con excepción de miembros del gobierno y militantes de Partido Comunista de Cuba. Permitiendo así las remesas no familiares. Dentro de ello, las iglesias pueden recibir un monto ilimitado de dinero para sus actividades.

– Es posible recibir herencias por el mecanismo de las remesas, mediante el envío, a Cuba, de giros postales no superiores a los 50,000 dólares.

-Se toman medidas que en la práctica permite a los cubanos recibir las remesas en CUC, lo cual las libera del descuento interno del 20%, al no recibirlas en dólares.

-Se amplía el número de aeropuertos desde los que se pueden hacer viajes directos a Cuba. Hasta ahora son tres: Miami, New York y los Angeles.

En particular, la apertura al intercambio académico, en medio de la coyuntura que actualmente Cuba atraviesa, se convierte para Obama en un canal adicional de comunicación para pulsar la situación interna cubana de manera más cercana. Aunque también para que la parte cubana, explore el pensamiento de como se ve a Cuba dentro de la realidad norteamericana actualmente. Tratándose, en realidad, de una avenida en ambos sentidos.

Sin dudas, Obama, también mueve dinero hacia Cuba o facilidades para obtenerlo, considerando que ello tendrá algún impacto en la apertura del negocio privado en la isla.

Sin embargo, los ciudadanos norteamericanos comunes, continúan siendo los únicos que no pueden libremente viajar a Cuba, aunque el gobierno decidió ampliar las categorías de los que pueden hacerlo, por medio de una licencia.

Lo cual quiere decir, de todos modos, que no se puede viajar a Cuba simplemente por libres motivos, pues se parte de que ello beneficiaria al turismo cubano, que es considerado como un negocio gubernamental.

De acuerdo con la estrategia del Presidente, hacia Cuba hay que viajar dentro de algunos de los propósitos que sirven para promover la subversión interna. Habiéndose declarado por la administración, que tales flexibilidades en los viajes no tienen nada que ver con un intento de mejorar las relaciones con la isla. Si no de situar a la administración norteamericana en mejores condiciones para influir en la política interna cubana.

En nuestra opinión, ello indica que la orientación, que domina ahora en la política hacia Cuba, no la está liderando directamente la extrema derecha de Miami, sino un sector de la política norteamericana, también de extrema derecha, pero con propósitos e instrumentos que buscan el “acercamiento”, el “tendido de puentes”, aunque no entre los gobiernos, sino entre las sociedades. Desplegando, con sentido mercantil, una serie de medidas, que persiguen, a nuestro entender, los objetivos siguientes:

-Ayudar económicamente a aquellos sectores de la sociedad civil, que por tener vínculos o familiares en Estados Unidos, se les considera más proclives a compartir los intereses de la política norteamericana.

-Promover la influencia familiar. Acercando a sus miembros, de ambos lados del Estrecho de La Florida, sobre la base de una plataforma de ayuda mutua e intereses comunes, que impacten ideológicamente en la sociedad civil cubana.

-Limitar, al máximo, lo que ellos llaman, la dependencia de los cubanos respecto al gobierno.

– Evitar que los cubanos puedan identificar la mejoría personal o familiar con acciones del gobierno cubano, sino con sus familiares en Estados Unidos y en última instancia, con acciones del gobierno norteamericano dirigidas a beneficiarlos.

– Generar un régimen de competencia, en términos de velocidad y nivel de soluciones materiales, que le sea desfavorable al gobierno cubano, en cuanto al tratamiento de los problemas más apremiantes de la población.

-Siempre que sea posible, tratar de enfrentar liderazgo político y sociedad civil. Adoptando medidas que puedan resultarle difíciles de aceptar al gobierno, para hacerlo aparecer como inflexible ante sus ciudadanos.

No obstante, las medidas de flexibilización que Obama adopta con la sociedad civil, y que permiten que la población sufra de manera menos directa las dificultades del bloqueo, quiéranlo o no los políticos norteamericanos, alivian la situación interna, en términos de buena parte de las necesidades materiales más apremiantes. Aunque tales medidas consideramos que no producen tampoco un efecto proporcional de simpatía hacia Estados Unidos.

Muchos ciudadanos, bastantes más de los que Obama quisiera, no aceptan las “mercaderías” que está entregando el Presidente, a cambio de concesiones políticas hacia Estados Unidos.

La sociedad cubana es hoy políticamente más compleja y heterogénea, pero sigue siendo una sociedad revolucionaria, en la que el socialismo continúa disfrutando de la preferencia de la inmensa mayoría de la población. La lucha que se libra hoy dentro de Cuba es para mejorar el socialismo, no para volver al capitalismo. Mucho menos, tratándose del capitalismo que nos correspondería aceptar, si Estados Unidos volviera a tomar el control de la nación cubana.

El bloqueo continuará, tal vez, reservando medidas más fuertes, que pueden ser adoptadas en lo adelante. Pues hasta ahora la administración no ha dado la menor señal en términos de una verdadera flexibilización del bloqueo, todo lo contrario.

Además, las medidas adoptadas por Obama, se complementan, ya que unas persiguen presionar lo más posible sobre el gobierno, mientras suaviza aquellas que puntualmente afectan de manera más directa a la sociedad civil cubana.

Como dijimos ya hace algún tiempo, Obama ha dividido el bloqueo en dos. Lo hizo desde principios del 2008 y ahora refuerza esa dinámica, estilo tijera, alrededor del cuello de la dirección política cubana. Ambos aspectos son inseparables. Pues, al parecer, continúa adoptando medidas de flexibilización con la sociedad civil cubana pero seguirá, al mismo tiempo, ejerciendo presiones de todo tipo contra el gobierno. Pues ambos tipos de medidas se complementan en el propósito de generar el ambiente interno en Cuba, que Obama considera más conviene a su política.

¿Por qué insiste Obama en esa política?

La razón parece obvia. El escenario actual dentro de Cuba, es percibido por el Presidente, como favorable para seguir una política de subversión, orientada en la dirección de lograr el “cambio de régimen”, tratando de aprovechar una coyuntura interna en Cuba, caracterizada por las situaciones siguientes:

– La compleja situación en que se encuentra Cuba, dentro de la cual se ven por los políticos norteamericanos más oportunidades de subvertirla.

– La existencia de una sociedad civil más dinámica y compleja, en espera de definiciones y soluciones difíciles.

– Una coyuntura económica interna de crisis, en proceso de posibles mejorías, pero también de potenciales agravamientos.

– Un proceso de actualización del modelo económico socialista en Cuba, de límites prácticos aun no totalmente definibles. ¿Hasta dónde puede llegar ese proceso? ¿Qué otras medidas tendrían que ser adoptadas?

– La existencia de un liderazgo histórico que, por ley de la vida, está en proceso de una sustitución ya anunciada.

– Una circunstancia histórica interna, definida por el propio liderazgo político de la revolución, como de última oportunidad.

– Una situación ciudadana en que se mezclan, como nunca antes, esperanzas e incertidumbres.

Tales situaciones, estoy convencido, pueden estar siendo interpretadas por la administración norteamericana actual, como las más propicias para intervenir en Cuba, tratando de orientar los procesos internos hacia las condiciones más convenientes para lograr el “cambio de régimen”. Es decir, de lo que se trataría ahora, es de aprovechar la situación, para arrebatar de manos de la dirección revolucionaria cubana la orientación de los cambios que Cuba está obligada a hacer para salvar el socialismo.

Por lo tanto, la política de Obama hacia Cuba, no ha cambiado, continua siendo consecuente con la forma, métodos e instrumentos con que la definió durante su discurso de campaña en Miami, a finales del 2008; mantener el bloqueo y eliminar restricciones para buscar el acercamiento a Cuba; presionar sobre el gobierno y flexibilizar lo que afecte directamente a la sociedad civil cubana; conversar con Cuba solo lo indispensable y de la manera más oportunista posible.



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