María Puig Barrios
Secretaria General del Partido Comunista de Canarias (PCC)
En los países europeos, los partidos políticos se han creado y se crean en función de las ideologías (liberalismo, socialdemocracia, comunismo). Lo nuevo ha ido surgiendo, históricamente, de una filosofía nueva que ha dado lugar a una amplia contestación social. Así, con nuevas ideas y fuertes contestaciones de la sociedad, se tumbaron las monarquías absolutas en los siglos dieciocho y diecinueve.
Los ideales de igualdad social, igualdad social que no se consiguió para la clase trabajadora con la desaparición del absolutismo, generaron una nueva filosofía en el siglo diecinueve, el marxismo, que permitió la organización de las luchas obreras contra las duras condiciones de trabajo impuestas por el capitalismo durante la industrialización. Esa nueva filosofía y la organización obrera dieron lugar al nacimiento de los partidos comunistas en el siglo veinte.
En España, con menos movimientos revolucionarios y una democracia a la que le queda todavía mucho camino por recorrer, cualquier ideología vieja se reviste de “nueva” con sólo ponerse ese adjetivo. Fuerza Nueva que, a pesar del nombre, era la misma extrema derecha que nos gobernó durante largos años (casi cuarenta, aunque algunos partidos, como el PP, pretendan el olvido colectivo, porque ellos también nacen del franquismo), Nueva Izquierda, que, a pesar del nombre, venía a ser la izquierda descafeinada de siempre que buscaba diluirse en la ya existente – el PSOE – como atajo para ocupar poltronas y a vivir que son dos días, aunque retrocedan los derechos de la clase trabajadora, y Nueva Canarias, que viene de Coalición Canaria con la que compartió durante largos años (más de diez) políticas de derecha, incluido el apoyo al gobierno de Aznar, el ingreso de España en la estructura militar de la OTAN (resolución que votó el Congreso de los Diputados en el año 1996, cuando Román Rodríguez era ya Director del Servicio Canario de Salud (fue nombrado en 1995) y el sistema electoral canario que ahora tiene que sufrir.
¿Nuevo? ¿Progresista? No. Marketing engañoso, versión moderna del charlatán que vendía, en las plazas públicas, nuevos ungüentos milagrosos que lo curaban todo. Una botellita de cristal, con la imagen de un señor de hermosos mostachos, y un líquido inocuo, inconsistente, sin nutrientes esenciales para la vida.
Y charlatanes, chalaneos con charlatanes, engaños, pillerías, chamarileo, es lo menos que necesitamos los trabajadores y las trabajadoras, en estos momentos de ofensiva capitalista contra nuestros derechos.
La clase trabajadora necesita un instrumento político, con nutrientes ideológicos esenciales para nuestra vida, que nos permita organizarnos, luchar por nuestros derechos, contra la voracidad capitalista que lo quiere todo para sus bolsillos: nuestros salarios, nuestro tiempo de ocio y descanso, nuestra educación pública, nuestra sanidad pública, nuestros servicios y empresas públicas, nuestras viviendas, nuestras pensiones, nuestro bienestar. Para ello, cuenta con el apoyo de los políticos al servicio de la minoría que ostenta el capital.
¿Y quiénes son esos políticos? Muy sencillo: los que tienen un evidente apoyo de la élite económica, es decir la derecha, se llamen como se llamen. Lo que cuenta es lo que hacen y a quienes sirven y quienes los recompensa por ese apoyo.
La izquierda sólo tiene la fuerza de sus ideas y una trayectoria de lucha en el movimiento obrero. Nueva Canarias es una fuerza más del sistema, que venderá lo que sea, y chalaneará con quien sea, incluido Fabián Martín, que reivindica con orgullo el legado personal y político de su padre, Dimas Martín, en la cárcel, por corrupción política, con un solo objetivo: entrar en el Parlamento de Canarias. Lo dicho: de derechas.