Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

Román Rodríguez, del nacionalismo al populismo reaccionario

In Actualidad on 17 mayo, 2011 at 0:02

Editorial de
Archipiélago Noticias


De entre todos los lenguajes y mensajes que se emiten para la próxima confrontación electoral, el que identifica a Nueva Canarias, y a su líder Román Rodríguez, destaca y se diferencia de los demás, aunque no presente grandes cambios con el pasado próximo. Llama la atención la utilización, intensa y sin disimulo, del pleito insular en una fuerza supuestamente nacionalista, cuyas concomitancias con unos colectivos de base que se llenan la boca de «solidaridad» la hace aún más repugnante. Los sembradores del pleito insular abonan el terreno de la convivencia con sal, cuando no lo siembran con minas que hacen saltar por los aires el entendimiento entre las islas, y la superación de los prejuicios y los particularismos estrechos.

La boca de la que todos estos mensajes emanan no pertenece al Alcalde de un municipio remoto o aislado, ni al director-editor-propietario-editorialista de El Dia, sino a un individuo, Román Rodríguez, que accedió a la Presidencia de Canarias de la mano de su padre espiritual y político, Julio Bonis -muy nombrado últimamente por el concurso del pabellón Mundobasket-, con el apoyo explicito de eso que él denomina ATI. Es decir, que acredita un proceso involutivo desde una responsabilidad en la que supuestamente debía mirar por los intereses de todos los canarios, superando las diferencias, hacia posiciones contrarias donde su discurso marca cotas de indignidad y bajeza moral.

Porque lo grave de este periplo hacia el abismo son sus consecuencias directas en la convivencia política de Canarias, donde el insularismo recalcitrante es un paso claro hacia la xenofobia y el enfrentamiento, hoy aparentemente circunscrito al circo futbolístico, pero capaz de rebrotar en cualquier temática.

El «mono» de Presidencia que Rodríguez arrastra desde que fracasó su intento repetir candidatura, y las torpezas de Adán Martin y su equipo le facilitaron la excusa para apearse de Coalición Canaria, no justifican la lamentable trayectoria seguida, ni el arsenal de veneno vertido en la legislatura y en la actual campaña electoral.

Como compañeros de viaje, so pretexto de eficacia electoral, Rodríguez ha escogido a personajes condenados por prácticas de corrupción política ,como el PIL de Dimas Martin; o González Arroyo, que puede ser un buen aliado para las elecciones generales de 2012. Pero tampoco hay que olvidar a joyas como el Partido Nacionalista de Lanzarote, con Becerra y su Marina del Rubicón, o el exAlcalde de Yaiza, campeón de infracciones urbanísticas en Lanzarote, que ya es decir. La opción ha sido clara, y ha supuesto el arrinconamiento de Roque Aguayro, el incomodo aliado de Agüimes ,cuya salida ya se descuenta.

Con todo este menjunje, el mensaje político inicial, nacionalista, «solidario» , de progreso, queda en nada , o mejor se convierte en una batiburrillo donde el mojo insularista suministra la pimienta necesaria para intentar subsistir electoralmente, pero pagando el precio de transformarse en una expresión populista y reaccionaria, que ya baja al pozo de la corruptela y la corrupción que son inherentes a esa fase de degradación política.

El envoltorio de campaña electoral millonaria que se ha puesto al servicio de tanta miseria moral y política, y que se atribuye a los lobbys del tren, parece consustancial y delata al cortejo que acompaña a la mentira. Nueva Canarias ha parado en una franquicia al servicio de personalismos e indecencias, que no merecería mayor atención de no ser porque en ella todavía hay personas con actitudes dignas, y que su discurso político es un atentado a la convivencia y el entendimiento entre los canarios/as.




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