Sindicato de Trabajadores/as de la Enseñanza Asamblearios de Canarias (EA-Canarias)
Los medios de comunicación recientemente, se han hecho eco de las primeras conclusiones del diagnóstico e informe y propuesta de mejoras que la delegación de la OCDE, promotora del Informe PISA ha realizado en Canarias.
Este Informe en su totalidad, se dará a luz pública en septiembre. Mihaylo Milovanovitch ha afirmado al periódico El Dia el 15 de este mes que: “no se puede responsabilizar al alumno del fracaso y el abandono escolar (el gran problema de la educación canaria), sino a la escuela y los profesores, que son los que han de tomar medidas«.
¿Qué confianza nos ofrece esta delegación si ya emite información sin acabar su trabajo?.
Sospechábamos que la invitación realizada por el Gobierno Canario a esta delegación de la OCDE encargada de elaborar y evaluar las encuestas del informe PISA, que mide el grado de conocimientos en lectura, comprensión escrita y conocimientos científico-matemáticos del alumnado, con la finalidad expresa de diagnosticar la situación de la enseñanza pública canaria y proponer medidas de mejora, tenía una intención oculta.
Por otro lado, nos parecía extraño que a este gobierno, al que no le importa el nivel de paro existente en Canarias, los bajos salarios, la precariedad en el empleo, la nefasta gestión en el acceso a la cualificación profesional de la población canaria, las penurias de la sanidad pública, no asumiendo responsabilidad alguna, fuera también a tener la menor responsabilidad sobre el fracaso escolar. Faltaría más.
El fracaso escolar en aumento, el abandono prematuro, que colocan los resultados de Canarias a la cola del Estado, por supuesto, según estos delegados no son prioritariamente, consecuencia de la reducción presupuestaria, del aumento de ratios, de la falta de profesores, ni tiene que ver según sus primeras apreciaciones por las investigaciones realizas, con que ATI-CC haya dirigido una Consejería a la que, cada año, disminuyen el porcentaje de recursos del presupuesto.
La comisión, organismo que ha evaluado, pensamos, no ha tenido en cuenta importantes indicadores que se contemplan en el proceso de la prueba PISA como son, el origen social del alumnado, ni las posibilidades de acceso a la cultura de los padres, ni de los recursos puestos a disposición de los centros educativos, sin embargo, llega a una conclusión prefijada: la culpa es de la escuela y de los maestros.
En la Escuela pública canaria, hay docentes que trabajan mucho antes del aumento del deterioro educativo. y que continúan haciéndolo en unas condiciones laborales cada vez peores.
Nuestra mayor responsabilidad, nuestra culpa, es esforzarnos día a día, cada vez con más obstáculos y menos recursos, para atender a nuestro alumnado, mientras el Gobierno Canario, como táctica ante su fracaso, nos desprestigia, día sí y día también.
Ni políticamente representan los intereses de la Escuela Pública Canaria, ni como nuestros jefes nos entienden y atienden.
No nos invitan a asistir a sus reuniones, porque no hemos aceptado firmar el V Pacto Social Canario, en el que se avala y continúa con la reducción de empleo, también en la enseñanza pública.
Así estamos.
No hay responsables políticos (lo dice la comisión). Hay culpables (¿¡penales!?). El profesorado, claro.
¡Valiente comisión! ¡Valiente gobierno!