UN EX AGENTE DEL KGB EXPLICA QUE BIN LADEN MURIÓ EN 2001
Un asesor de George Bush llegó a declarar que cuando “el mundo se entere de lo que hace Estados Unidos, el país estará muy avergonzado”. Probablemente se refería a documentos como la nota desclasificada recientemente en la que se avisaba a los servicios secretos que desde el punto de vista legal era más seguro practicar torturas fuera del territorio estadounidense. Esto es tan solo un indicio de esta práctica y el propio presidente Bush no hizo nada para abolirla.
A Murat Kurnaz lo arrestaron en la calle, lo enviaron a Guantánamo y ahí lo torturaron. Después de 5 años, EEUU lo liberó sin presentar cargos en su contra. Hasta hoy no ha recibido explicaciones ni disculpas. Ahora demanda al asesor de George Bush por haber declarado que la tortura es legal. El ex preso confiesa: “Fui uno de los que sobrevivieron a las torturas, a mí me aplicaron electroshocks porque no quería firmar nada. Me obligaron a declarar que era talibán e integrante de Al Qaeda”.
Los interrogadores de Guantánamo practicaban preferentemente el ahogamiento simulado, humillaciones sexuales, posturas corporales incómodas y fracturas. EEUU no informó a nadie de la detención de Kurnaz. Para encontrarlo su madre se dirigió a un abogado y la búsqueda duró varios años.
Bernhard Docke, un abogado alemán, cuenta lo siguiente: “No conseguíamos ponernos en contacto con el señor Kurnaz. Es una vergüenza que EEUU recurra a la tortura en contra de todo el derecho internacional. Resulta imposible creer que en pleno siglo XXI se pueda encerrar a alguien y privarlo de sus derechos”.
Pero así es. La cárcel secreta de Guantánamo sigue abierta. Y eso pese a las promesas de campaña de Barack Obama para cerrarla. Lo único que se hizo fue concederles ciertos derechos a los detenidos.
El doctor Alan Singer, de la Universidad Hofstra en Nueva York, opina: “La Administración de Bush es culpable de crímenes de lesa humanidad. Pero a Obama también se le puede acusar de apoyar estas acciones. Actualmente, algunos funcionarios del periodo de Bush temen salir al extranjero porque podrían ser detenidos por practicar torturas. Mientras tanto, las demandas que se siguen presentando muestran que aún queda mucho por revelar”.
EEUU critica y acusa a otros por cosas que hacen en su mismo territorio. Así lo cree el periodista investigador Jason Leopold: “Creo que para el caso de Guantánamo son aplicables las palabras hipocresía y cinismo porque las autoridades no tienen ninguna responsabilidad. Durante los últimos tres años he leído un montón de comunicados de prensa emitidos por el Departamento de Estado, donde se hablaba de sanciones y de violaciones de derechos humanos que casi igualan a los que se realizaban bajo la Administración de Bush con los prisioneros custodiados en las cárceles clandestinas de la CIA. Es una de las cosas que nadie quiere mencionar. Creo que otros países no creen realmente en la retórica que sale de la boca de Obama y de la secretaria de Estado, Hillary Clinton”.
TODOS LOS SERVICIOS DE ESPIONAJE SABÍAN QUE BIN LADEN MURIÓ EN 2001
«Todos los servicios de espionaje del mundo sabían que Bin Laden murió por una dolencia renal en diciembre de 2001«, y no en mayo pasado, durante una rocambolesca y supersecreta operación militar estadounidense que le sorprendió en su escondite de Pakistán. «Todo es falso«, asegura Daniel Estulin. «Está enterrado en Bora Bora«, en la Polinesia francesa, comenta este ex agente ruso del KGB, que acaba de publicar en España un nuevo libro, Desmontando Wikileaks (Ed. Bronce).
Estulin explica que Bin Laden «no tuvo nada que ver» con los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, ocurridos apenas tres meses antes de su supuesta muerte. «Las imágenes que hemos visto de él en estos años son falsas«.
Daniel Estulin explica la mentira Bin Laden por la necesidad que ha tenido Estados Unidos de justificar su «guerra contra el terror». «No hemos visto su cadáver y es imposible hacer una prueba de ADN en tan sólo unas horas; todo el mundo sabe que son necesarios días. Los americanos son especialistas en este tipo de montajes«.
La mentira de la muerte del terrorista más buscado de todos los tiempos, señala Etulin, pudo desmontarse «en horas» gracias a Internet, un espacio de libertad pero también «una enorme máquina de espionaje«. Algo que conoce, y muy bien, este agente del contraespionaje militar ruso que trabajó varios años en África, en países como Chad, Sudán, Zaire y Uganda, «para limpiar las aldeas de traficantes de diamantes de sangre«.