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Polémica sobre las deudas públicas: ¿Sentará EEUU un peligroso precedente?

In Actualidad, Economía on 13 julio, 2011 at 0:01

Li Xiangyang


La administración Obama y el Senado de EEUU están empeñados en la enconada polémica sobre el techo de 14,3 bimillones de dólares de las deudas públicas. Se enfrentarán al riesgo de incumplir el pago de las enormes obligaciones en las que han incurrido, si ambos no llegan a un concenso en la fecha límite del 2 de agosto.

Actualmente ambos se ejercen presión el uno al otro aprovechando esta situación. Aparentemente, se trata de una divergencia entre distitas instituciones e partidos políticos del país, pero tendrá influencia sobre el sistema financiero internacional. Como emisor de moneda a escala global, EEUU ha sentado un precedente pernicioso al perjudicar los intereses de los acreedores para ejercer presión sobre los oponentes nacionales, incluso al llegar ambas partes a un concenso antes de la fecha límite establecida. Tomando en consideración su propia política, el Congreso estadounidense desatiende la economía global y los intereses de los países acreedores.

Ya en el 16 de mayo, las deudas públicas de EEUU alcanzó los 14,3 billones de dólares, la cifra máxima legal y record de los últimos 60 años. Esta es la consecuencia de la aplicación de la política de contraer empréstitos para el gasto. Como de costumbre, la Casa Blanca suele ser autorizada por el Congreso para ampliar el techo de las deudas públicas. Solo desde 1993, el Congreso estadounidense ha aprobado ampliar el máximo legal de las deudas públicas en 16 ocasiones.

En vísperas del año de las elecciones, los republicanos que tienen controlado el Senado agregaron nuevas obligaciones legales en lo referente del aumento del techo de las deudas públicas, es decir, el recorte de 2 billones de dólares de gastos en los 10 años venideros.

Para el gobierno de Obama, el aceptar estas condiciones significa el fracaso en los comicios de 2012. Sin la autorización del Congreso para aumentar el techo de las deudas públicas antes del dos de agosto, el gobierno estadounidense no podría pagar los intereses de la deuda pública, y como consecuencia, el gobierno se vería obligado a dejar de pagar los cheques de seguridad social y los intereses de deudas públicas a los países acreedores. Esto resultaría desastroso e inaceptable para los EEUU y el mercado financiero global. Sin embargo la Casa Blanca y el Congreso estadounidense lo aprovecharían para compeler a su oponente a someterse.

A pesar de la advertencia de las instituciones internacionales de evalúo financiero, se ha registrado un incremento notable de los negocios de CDS (credit default swap) en el mercado financiero, sin embargo, habría muy poca probabilidad de ocurrir la crisis tipo Grecia en los EEUU. Por un lado, las recientes estadísticas muestran que los bonos de tesoro recién emitidos por EEUU son el objeto de la adquisición por parte de los inversionistas, y por el otro, el “incumplimiento técnico” no haría a los bancos centrales de otros países, principales portadores de los bonos de tesoro estadounidenses, a venderlos.

El riesgo real a que se enfrentan los países acreedores consiste en que al luchar por sus propios intereses, las diversas fracciones políticas de EEUU desatienden los intereses de los acreedores. Entonces, ¿quién garantizará los intereses de los acreedores si EEUU los perjudica en pro de sus intereses político, económico y de seguridad? ¿Cómo los países acreedores se protegerán del incumplimiento del pago de las deudas con que EEUU ejercería presión sobre ellos? Esto constituye un enorme y virtual riesgo sistemático por lo menos para el actual sistema financiero internacional.

Debido a la actual situación de las deudas públicas estadounidenses, los países acreedores se encuentran en una alternativa difícil: aceptar el riesgo financiero causado por el incumplimiento del pago de las deudas públicas o adquirir más bonos de tesoro emitidos por EEUU, lo que le concederá más recursos a este último para compeler a sus acreedores a someterse.

China es la portadora de más bonos de tesoro estadounidenses. Cualquiera que sea la manera para poner fin a la polémica sobre las deundas públicas en EEUU, el suceso ha dado una avertencia a China: las enormes y crecientes reservas de divisas no son sostenibles, y el que las inversiones de divisas se centren de manera excesiva en los bienes de una sola moneda constituye un peligro oculto para la seguridad financiera del país.

En la época postcrisis, la reforma del sistema monetario internacional con el dólar como centro ha sido el conocimiento idéntico del mundo. La protección del riesgo del sistema del dólar concuerda con los intereses de los países acreedores y contribuye un medio para garantizar el funcionamiento estable y sostenible del sistema financiero global.


(*) Li Xiangyang es el director del Instituto de Asia y el Pacífico de la Academia China de Ciencias Sociales


[Fuente: Diario del Pueblo]






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