Gregory Clark, ex diplomático australiano especializado en asuntos chinos, publicó recientemente un artículo en Japan Times, afirmando que la prensa occidental elaboró el mito de la masacre de Tiananmen. A continuación, un resumen:
La reciente publicación de cables en WikiLeaks ha ayudado finalmente a desentrañar el mito de la supuesta masacre en la Plaza de Tiananmen en Beijing, en la noche del 3 al 4 de junio de 1989. ¿Pero cómo surgió el mito?
Varios observadores occidentales imparciales que estuvieron entonces en la plaza, incluyendo un corresponsal de Reuters y un equipo de TV española, han insistido por mucho tiempo en que no vieron ninguna muestra de masacre.
Entonces, ¿de dónde salió la historia? Un informe espeluznante de la BBC en aquel entonces ha sido una fuente importante. Otros reporteros pudieron sentirse obligados a repetir lo dicho, aunque ninguno de ellos, incluyendo la BBC, habían estado realmente en la plaza.
La mejor exposición sobre lo sucedido se puede encontrar en un informe detallado de 1998 de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, titulado “El mito de Tiananmen y el precio de una prensa pasiva”. Preparado por Jay Mathews, ex jefe de la oficina en Beijing del Washington Post, el texto destaca el modo en que el instinto tribal de los medios occidentales creó la falsa historia de la masacre.
Según Mathews, este tema se remonta a un periódico de Hong Kong que inmediatamente después de los disturbios de 1989, publicó un reportaje firmado por un supuesto estudiante que participó en las manifestaciones. Éste afirmó haber estado en la plaza cuando las “tropas llegaron con ametralladoras para disparar a mansalva contra centenares de estudiantes”.
Distribuido alrededor del globo, el artículo fue considerado como prueba final de que los informes de la BBC y otros medios eran exactos. Pero el supuesto autor del informe nunca fue localizado, y por buena razón: todo indica que el artículo fue fabricado.
Irónicamente, los medios occidentales, que casi pasaron por alto las masacres en ciertos países, todavía se empeñan en pintar un cuadro falso “de un gobierno chino brutal, presto a caer sobre sus estudiantes, asesinando a centenares de ellos, incluso a miles”.
Una reseña del 17 de abril en ese periódico sobre el libro de Philip Cunningham Luna de Tiananmen: dentro de la sublevación de estudiantes chinos –cuyo llamado promocional en Amazon sigue mencionando la masacre de Tiananmen- proporciona una pista. La misma cita a uno de los líderes estudiantiles de entonces, Chai Ling, quien habría dicho que sólo creando un “mar de sangre” se lograría conmocionar al gobierno. Si los estudiantes que abandonaban frustrados la plaza atacaban a los soldados con cócteles Molotov, entonces la cólera del gobierno sería mucho más comprensible. Pero dudo que cualesquiera de los responsables de la falsa historia original reparara en tales detalles.
Tiananmen sigue siendo el ejemplo clásico de vacuidad y sesgo informativo de la mayoría de los medios occidentales, y de las operaciones gubernamentales ocultas que intentan controlar esos medios. China es demasiado importante para convertirse en víctima de este absurdo.
[Fuente: China Daily]