Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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La economía alemana se estanca en el segundo trimestre de 2011

In Actualidad, Economía on 16 agosto, 2011 at 11:12

El Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania solo creció un 0,1% en el segundo trimestre de 2011. Horas antes de la minicumbre entre Sarkoy y Merkel, de cuya agenda la primera ministra germana ha excluido el tema de la posible emisión de eurobonos, este crecimiento trimestral alemán queda en su nivel más bajo desde que registró una lectura negativa en el primer trimestre de 2009.

La Oficina Federal de Estadística (Destatis) ha reconocido que el débil incremento del PIB en el segundo trimestre de 2011 ha resultado una sorpresa, ya que las previsiones hacían esperar un aumento de al menos un 0,5%.

El dato confirma que la economía alemana ha sufrido un parón. Destatis ha corregido además a la baja las cifras de crecimiento del PIB en el primer trimestre del año del 1,5% inicial hasta un 1,3%. En la comparación anual, los datos de la Oficina Federal de Estadística también muestran que el crecimiento se redujo al 2,8% en comparación con el mismo trimestre del año anterior, después de 5% en los primeros tres meses del año pasado. Con estas cifras, este 2011 presenta un panorama peor que el año anterior para el «motor» de Europa.

La semana pasada fue la economía francesa la que registró un estancamiento del 0% del PIB en el segundo trimestre de 2011. Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado hoy el estancamiento de la economía española, que creció solo el 0,2 % entre abril y junio.

También se ha sabido hoy que el Banco Central Europeo (BCE) salvó de la quiebra a España e Italia la semana pasada con una compra récord de deuda de 22.000 millones de euros a los dos países, cantidad superior a la destinada a los bonos griegos en la primera semana del rescate.







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¿Por qué la crisis actual?

In Actualidad, Economía on 16 agosto, 2011 at 0:01

Vicenç Navarro


Cuando el presidente Richard Nixon decidió finalizar el Acuerdo de Bretton Woods, que había establecido el dólar como punto de referencia monetaria en el comercio internacional, se creó una enorme inestabilidad monetaria que impactó negativamente sobre el crecimiento económico mundial. La gran variablidad en el precio de las monedas dificultó el comercio internacional.

Esta variabilidad afectó especialmente a los países que, como España, tenían una moneda débil (la peseta). Al empresario textil de Sabadell que exportaba sus productos, por ejemplo, a Alemania, le era difícil planificar su venta al mercado alemán porque no sabía cuál sería el valor del cambio del marco con la peseta a medio y largo plazo.

De ahí que, en parte como respuesta al colapso de Bretton Woods, se estableciera el euro en la mayoría de países de la Unión Europea. Con ello se eliminó la variabilidad del precio de la moneda y desapareció la posibilidad de que los mercados financieros especularan en base a esta variabilidad. Ya no se podría especular frente a la peseta pues esta dejó de existir, sustituida por el euro, una moneda más fuerte que se convirtió en la moneda de la comunidad de países de mayor peso económico en la Unión Europea (excepto Reino Unido).

Pero en la manera en como se construyó el euro se establecieron las bases para que apareciera otro tipo de especulación, basada, no en la variabilidad del precio de las monedas, sino en la del precio de la deuda pública (y de sus intereses) entre los países de la eurozona. El modelo establecido conllevó que los estados de tales países no podían protegerse frente a la especulación. Se prohibió que los bancos centrales de tales países pudieran imprimir dinero y con ello comprar su propia deuda pública, que es lo que hace un banco central frente al peligro de la especulación.

Cuando los mercados financieros quieren crear una percepción de crisis, promueven la idea (por parte de sus instrumentos: las agencias de valoración de la deuda pública) de que la deuda pública de un Estado no es muy segura, y con ello incrementan los intereses de los bonos que los bancos y otras instituciones financieras compran (forrándose así). Lo que los estados tienen que hacer frente a esta situación es que su banco central imprima dinero y compre mucha deuda pública propia, forzando una bajada de intereses.

Pero esto es lo que se prohibió a los países de la eurozona. A partir del establecimiento del euro, fue el mal llamado Banco Central Europeo (BCE) el único que podía imprimir dinero (los bancos centrales de los países de la eurozona no podían hacerlo). Y el BCE prestaba dinero a unos intereses bajísimos, a un 1%, a los bancos, pero no a los estados. Es más, al BCE no se le permitía tampoco comprar deuda pública de los estados. Y en el caso excepcional de que se viera forzado a hacerlo, como ahora, lo hacía comprando deuda pública a los bancos, a unos intereses elevadísimos.

Era y es una práctica enormemente beneficiosa para la banca. Reciben dinero casi gratis (1% de interés) y con ello compran deuda pública con intereses muy elevados (6% en el caso de España) ingresando enormes cantidades de dinero público. Es la mayor transferencia de fondos del sector público al privado existente actualmente en cualquier país de la eurozona y ello como consecuencia de que el BCE no es un banco central, sino un enorme lobby de la banca (y muy en especial de la alemana y francesa). Con todo ello, los estados se han quedado totalmente desprotegidos frente a la especulación de su deuda pública por parte de los mercados financieros.

Un elemento clave para que se ejerza tal especulación son las agencias de rating (ver mi artículo La supeditación de las instituciones representativas a la banca, en http://www.vnavarro.org), de las cuales Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch son las más importantes. Estas agencias son meros instrumentos de los bancos y de las grandes entidades financieras. Indicadores de ello hay muchos. Uno de ellos es la evaluación con la categoría de máxima calidad de unos productos financieros que eran auténtica basura, y lo hacían horas antes de que se mostrara que tales productos eran, en realidad, de valor nulo, convirtiéndose en tóxicos para todo el sistema financiero.

El último ejemplo es la evaluación negativa por parte de Standard & Poor’s de los bonos públicos del Estado federal de EEUU (desvalorizando su categoría) como medida de presión para que el Gobierno federal recorte el gasto público y privatice la Seguridad Social. Tal rebaja del bono público se justificó con una proyección de la deuda pública basada en un error matemático que, ni más ni menos, dobló la cifra real de la deuda pública existente. Cuando a Standard & Poor’s se le comunicó el error, corrigió la cifra, reduciéndola por la mitad, sin variar sin embargo su rebaja de la valoración de los bonos, mostrando la naturaleza política y no científica de su valoración. Tales agencias carecen de credibilidad. En realidad, la demanda de bonos públicos del Estado federal ha aumentado después de que la agencia Standard & Poor’s rebajara su valor, dato que muestra su pérdida de credibilidad.

Por otra parte, la reducción del gasto público que se está exigiendo reducirá el crecimiento económico y con ello los ingresos al Estado, en una cantidad que es idéntica a la que tales recortes intentan conseguir, con lo cual, el Estado federal no conseguirá ningún ingreso o ahorro neto con los recortes. La crisis actual es una crisis artificial, creada para satisfacer los intereses del capital financiero en su intento de desmantelar el Estado del bienestar, privatizándolo. Es el ataque más frontal que haya existido en contra de la protección social, tanto en la UE como en EEUU. Este es el objetivo de la crisis.


(*) Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor de Public Policy en The Johns Hopkins University.




[http://www.vnavarro.org/]




La economía china no hará “aterrizaje forzoso”

In Actualidad, Economía on 16 agosto, 2011 at 0:00

Tang Min


La economía mundial podría volver a tocar fondo. Sin embargo, el principal problema que encara China no es la lenta velocidad de su desarrollo sino el acelerado ritmo de su crecimiento. Recientemente, hay muchos comentarios sobre cómo menguar la velocidad del desarrollo económico chino. Se han presentado varias propuestas en ese sentido, tales como hacer un “aterrizaje forzoso”, reducir la inflación o volver a una velocidad favorable para el crecimiento sostenible. El autor de este artículo apoya esta última propuesta.

En contraste con el 11,1 por ciento de crecimiento registrado en el primer semestre de 2010, el de idéntico periodo del presente año ha sido de 9,6 por ciento. El rítmo se ha hecho realmente más lento. Sin embargo, el aumento del año pasado se debió al plan de estímulo con una inversión de unos 4 billones de yuanes y a la política monetaria apropiadamente laxa, medidas que no se pueden aplicar por un largo periodo de tiempo.

Realmente, el índice de incremento es igual al promedio registrado en los últimos 30 años de apertura y reforma. Es decir, se trata de una velocidad que no califica de baja, pero tampoco de posible “aterrizaje forzoso”.

Entonces, ¿qué velocidad procura China para su desarrollo? Durante los más de 30 años de reforma y apertura, se han operado titánicos cambios en el mecanismo de crecimiento y la estructura empresarial del país. La falta de mano de obra constituye el problema más peliagudo, ya que en algunas empresas en las zonas costeras del país se carece de una cuarta e incluso tercera parte de la plantilla necesaria. Los resultados de investigaciones también han revelado el mismo problema en las zonas central y occidental del país. Antaño, China procuraba mantener un rápido desarrollo económico, con el fin de crear más empleos. A pesar de que la economía china se ha desarrollado en la primera mitad del año a una velocidad de 1,5 puntos porcentuales menos que en el mismo periodo de 2010, la falta de mano de obra no se ha aliviado, pero se ha cumplido en un 73 por ciento el plan de empleo anual. Esto quiere decir que China no tiene razón para buscar una velocidad más rápida de crecimiento.

Desde luego, el problema de empleo de los graduados universitarios de China no ha sido resuelto completamente. Hay que acelerar los ajustes estructurales económicos para resolver este problema en vez de elevar la velocidad de crecimiento. Hay que promover el desarrollo de las empresas de alta tecnología y de servidios sociales y acortar el ritmo de desarrollo del sector industrial con bajo rendimiento agregado. Con el desarrollo a velocidad relativamente lenta, se puede ganar espacio para los ajustes estructurales y emplear a más graduados universitarios.

La economía mundial se encuentran en una etapa compleja. El problema de la deuda soberana de los países desarrollados va de mal en peor. No se puede excluir completamente la posibilidad de que la economía mundial vuelva a tocar fondo en la segunda mitad de 2011 o el próximo año. Los diversos niveles de gobierno de China deben estar dispuestos a desarrollar su economía de manera flexible y es necesario dejar un margen para resolver los asuntos de crecimiento, inversiones, financieros y monetarios. El principal problema para China es no procurar un rítmo de crecimiento excesivamente rápido. Hay que reducir el rítmo de crecimiento para aliviar la actual inflación monetaria y la presión de la demanda general. La industria inmobiliaria está en proceso de ajustes para enfriar el recalentado sector. Todo esto ayuda a desacelerar el rítmo del desarrollo.

Los problemas surgidos en el terreno macroeconómico del país durante los últimos 30 años se deben en su mayoría al excesivo ritmo de crecimiento. En este sentido, es conveniente rebajar la velocidad a 8 ó 9 por ciento para el segundo semestre de 2011 y el primer semestre de 2012.


(*) Tang Min es subdirector ejecutivo del Consejo del Fondo Youcheng.


[Fuente: Diario del Pueblo]