Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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El gobierno español destina 88.994 millones de euros de las arcas públicas a avalar a la banca

In Actualidad, Economía on 15 septiembre, 2011 at 0:01

El gobierno español ya ha avalado deudas de la banca privada por valor de 63.800 millones de euros, a los que hay que añadir las operaciones emitidas con garantía del Estado, lo que eleva la cifra hasta los 88.994 millones de euros hasta el pasado 31 de julio. La cifra es la más alta jamás alcanzada, y supone que en caso de que las corporaciones financieras colapsen por un agravamiento de la crisis del capitalismo imperialista, será el Estado correrá con las pérdidas en caso impago.

Los avales concedidos a bancos y cajas representan por el momento el 43,5% de los 146.700 millones que ha comprometido como máximo el Ministerio de Economía ante la Unión Europea, que debe aprobar las operaciones al tratarse de ayudas de Estado. La última autorización -quinta prórroga- fue remitida por Bruselas a Madrid el pasado 1 de junio, pero expira el próximo 31 de diciembre. Y nada indica que será la última.

Los mercados siguen cerrados y sólo las cámaras de compensación y la suavización del régimen de aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos han permitido aligerar algo la tesorería de los bancos, que recurren a cerrar el grifo del crédito para asegurar sus niveles de solvencia.

La financiación de la banca privada con deuda pública ha crecido el 39% desde noviembre de 2010, y desde entonces la crisis de deuda soberana no ha hecho más que deteriorarse.

La legislación obliga a las entidades financieras a presentar ante el Tesoro Público un Plan de Viabilidad en caso de que las emisiones de una entidad superen los 500 millones de euros y representen más del 5% de sus pasivos totales. La ventaja de este tipo de operaciones para el sector privado, además de la obtención de liquidez, se deriva de que las emisiones avaladas no computan a efectos de recursos propios por riesgo de crédito.

El Banco Central Europeo (BCE) informó que la semana pasada (sin incluir las operaciones efectuadas durante el jueves y el viernes) intervino en los mercados secundarios para adquirir 13.960 millones de euros. Aunque el BCE no explicita el destino del dinero (que será drenado en operaciones de esterilización monetaria para evitar efectos inflacionistas) los mercados dan por seguro que se trata de emisiones soberanas de España e Italia.






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Torres Gemelas: el derrumbe de las mentiras

In Actualidad on 15 septiembre, 2011 at 0:00

Alejandro Nadal

Cualquiera que tenga dudas sobre el colapso de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 conoce el síndrome. Sus conocidos le preguntarán invariablemente: ¿entonces tú crees en la teoría de la conspiración?

Y aquí es donde no debe flaquear. Las dudas son sobre el colapso. No hay que moverse ni un ápice de ese terreno: el derrumbe de las Torres Gemelas y del rascacielo WTC 7 (de 47 pisos, que no fue impactado por los aviones) no ha recibido una explicación adecuada. Eso no hay que perderlo de vista. Y las discusiones sobre conspiraciones no ayudan en nada a aclarar la forma y velocidad de dicho colapso.

Este es el punto central sobre el cual se concentra el análisis de los miembros de la organización Arquitectos e Ingenieros por la Verdad del 9/11. Cualquiera puede examinar el voluminoso expediente de pruebas que ha reunido esa organización en su sitio, www.ae911truth.org. Ya son mil 549 ingenieros, arquitectos y físicos estadunidenses los que han firmado una petición para reclamar una investigación seria sobre lo ocurrido ese día en Manhattan. Nadie puede dejar de revisar el material en ese portal.

Todo esto merece una explicación más detallada. Los aviones que fueron estrellados contra las Torres Gemelas provocaron una fuerte explosión y un gran incendio. Los informes oficiales de las agencias estadunidenses se limitan a examinar qué pasó en los edificios en el lapso transcurrido entre el impacto de los aviones y el inicio del colapso. Una vez que comienza el desplome de las Torres Gemelas, los informes abandonan el relato.

Tal pareciera que al hablar de los impactos y el incendio que les siguió se hubiera agotado el tema y ya no fuera necesario seguir el análisis. Los informes del Instituto de normalización y tecnología, NIST, de la Agencia de manejo de emergencias, FEMA, y de la Comisión especial nombrada por el entonces presidente Bush tienen diferencias. Pero coinciden en que los incendios no fundieron la estructura de acero, y que el impacto y el fuego debilitaron los amarres de los pisos directamente afectados, haciendo que cedieran y que se desplomaran los edificios. Hasta aquí su explicación.

Pero esto es lo esencial: los informes no dicen nada sobre la forma en que se desenvuelve el colapso de las Torres Gemelas o del edificio WTC 7. Entre otras cosas, no explican por qué los tres edificios se desplomaron a la velocidad de una caída libre. La evidencia de las filmaciones de los tres derrumbes es clarísima. En los tres casos, el colapso se lleva a cabo como si entre los pisos superiores y la planta baja no hubiera nada que ofreciera resistencia. Eso es una anomalía que sorprende a cualquier arquitecto o ingeniero. Las estructuras de acero de los pisos inferiores están hechas para resistir y estaban intactas después del impacto de los aviones. Tuvieron que ofrecer resistencia. Los informes oficiales no dicen nada sobre esto.

Por otra parte, las dos Torres Gemelas se componían de varios cientos de miles de toneladas de concreto que fueron pulverizadas en el derrumbe. Los ingenieros, físicos y arquitectos que han examinado la evidencia después del colapso saben bien que, si se arroja un bloque de concreto desde una altura de cien pisos, lo único que se va a lograr es que se despedace. Pero no se va a pulverizar. Para ello se requiere una fuente de energía adicional. ¿Pudieron los pisos superiores comprimir y pulverizar el concreto de los pisos inferiores? La respuesta es negativa: si los pisos superiores hubieran comprimido los pisos inferiores, provocando la pulverización, la caída no se hubiera llevado a cabo a la velocidad gravitacional.

¿Cómo fue eliminada la resistencia de los pisos inferiores para permitir el colapso a la velocidad de caída libre? ¿De dónde salió la energía que permitió pulverizar los cientos de miles de toneladas de concreto de las dos torres? Esas dos preguntas carecen de respuesta oficial. Varios estudios serios apuntan en una dirección: explosivos.

No se trata de explosivos convencionales, como los usados en cualquier demolición controlada. El análisis de muestras de polvo y de fragmentos de las construcciones revela la presencia de microesferas de hierro fundido y aluminio, testimonio de reacciones con el explosivo incendiario termita. Varios estudios sobre muestras de polvo concluyen sobre la presencia de virutas con compuestos de nanotermita (partículas de óxido ferroso incrustadas en una matriz rica en carbono). Todo eso indica, según esos estudios, que estuvieron presentes explosivos no convencionales en los sucesos del 11 de septiembre y que podrían haber eliminado la resistencia de los pisos inferiores, explicando así la velocidad de caída libre del colapso.

El gobierno más mentiroso en la historia de Estados Unidos puso sobre la mesa tres informes para aclarar lo que había acontecido el 11 de septiembre de 2001. Lo que dicen es muy sencillo. Ese día es realmente histórico porque se rompieron las leyes más elementales de la física.