Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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El gobierno imperialista español integra la base de Rota en el «escudo» de misiles de Bush

In Actualidad on 6 octubre, 2011 at 0:02

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha decidido por sorpresa, a falta de sólo un mes y medio para abandonar La Moncloa, meter al Estado español en el “escudo” de misiles diseñado por el anterior presidente estadounidense George W. Bush. Zapatero lo anunció este miércoles en la sede del Cuartel General de la OTAN en Bruselas junto al secretario general de la alianza imperialista, Anders Fogh Rasmussen, y el secretario de Defensa de EEUU, Leon Panetta.

La puesta en marcha de este “escudo”, dirigido contra Irán, Rusia y la República Socialista de Corea del Norte ya provocó un grave deterioro de las relaciones con Rusia durante el mandato de Bush, y las ha seguido tensando tras la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca. Pese a ello, Zapatero pondrá a disposición de la OTAN la base aeronaval de Rota (Cádiz), en la que Estados Unidos desplegará cuatro destructores, hasta 1.100 militares y 100 civiles para este fin.

El acuerdo se ha negociado en secreto en los últimos meses.

Aunque EE UU no ha detallado qué tipo de buques desplegará en Rota (Cádiz), sí ha anticipado que estos irán dotados con el sistema de combate Aegis. La Navy cuenta con 18 buques de guerra equipados con la última versión del Aegis, especialmente diseñada para la defensa contra misiles balísiticos (BMD): se trata de 15 destructores Arleigh Burke y tres cruceros Ticonderoga, con unas 9.500 toneladas y unos 350 tripulantes cada uno.

Los cuatro buques adscritos al «escudo» de misiles serán los primeros de la Armada estadounidense que tengan su base permanente en el Estado español, ya que los que habitualmente hacen escala en Rota y otros puertos tienen base en Italia. El Gobierno confía en que el aprovisionamiento y mantenimiento de los buques genere unos 300 empleos directos y hasta 1.000 indirectos en la bahía de Cádiz. Aunque la Armada española cuenta con cuatro fragatas F-100 dotadas también con el sistema de combate Aegis no está previsto que, al menos por ahora, se integren en el dispositivo aliado.






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La crisis griega: Europa al borde de un precipicio

In Actualidad, Economía on 6 octubre, 2011 at 0:01

Alan Woods


Europa está al borde de un precipicio. Este es el juicio, no sólo de los marxistas, sino de los estrategas más serios del Capital. Apenas seis semanas han pasado desde el último paquete de rescate griego, y ya se está desmoronando. Ahora hay una crisis general de confianza en las filas de la burguesía internacional. El pánico, que se refleja en los giros salvajes de las bolsas de valores, se ha extendido rápidamente desde Europa a América. Es una especie de contagio mortal que ha infectado a todos los grandes países de la zona euro.

En la actualidad se especula abiertamente acerca de la supervivencia del euro e incluso de la propia Unión Europea (UE). Toda la situación pende de un hilo. Y todo ¿por qué? Debido a que Grecia no puede pagar sus cuentas. Pero esto no era ninguna sorpresa. Toda persona seria sabía muy bien que la crisis de la economía griega era tan profunda que todos los paquetes de rescate aprobados lo único que podían hacer era comprar un poco de tiempo.

Ahora ha llegado el momento. Grecia no puede pagar sus cuentas y eso es todo. Entonces ¿por qué tanto alboroto? ¿Por qué los problemas de un país pequeño de la periferia de Europa pueden dar lugar a una tragedia de tales dimensiones? Se podría llamar una tragedia griega, si no fuera por el hecho de que no está en absoluto confinado a Grecia. Su origen debe buscarse más allá de los confines de Grecia y sus repercusiones también se harán sentir muy lejos.

¿Por qué están los líderes europeos desviviéndose en un intento desesperado por recuperar la confianza? ¿Por qué está Jean-Claude Trichet, el presidente del Banco Central Europeo, exigiendo estrictas normas presupuestarias? ¿Por qué Mario Draghi, presidente del Banco de Italia y sucesor de Trichet en el BCE, ha pedido límites estrictos, no sólo en los presupuestos, sino también en toda una serie de políticas económicas nacionales?

En las raíces de los nervios de los mercados hay dudas sobre la estabilidad de los bancos de Europa. No es una casualidad que los títulos bancarios fueron los más afectados por el crash bursátil reciente. Después de la última crisis se produjo un agujero negro en los bancos que los gobiernos han estado tratando de llenar a paladas con miles de millones del dinero de los contribuyentes. El resultado ha sido prácticamente nulo. Los bancos no prestan, los capitalistas no invierten, las economías están estancadas, el desempleo está creciendo, y ahora están al borde de una nueva depresión.

El problema es que hoy mismo, nadie sabe cuál es la deuda real de los bancos. Décadas de desregulación y la especulación incontrolada en cosas como fondos de cobertura, cuyo funcionamiento es muy oscuro, significa que el peligro para el sistema financiero mundial ha sido sistemáticamente subestimado, igual que la mayor parte de un iceberg que no se puede ver porque está sumergido.

Lo que se sabe es que los bancos franceses y alemanes están muy expuestos en Grecia. Esto por sí solo explica la tierna preocupación con que los gobiernos de París y Berlín ven la crisis griega. Si Grecia declara la cesación de pagos (o más bien, cuando lo haga), esto sería seguido inmediatamente por una crisis del sistema bancario en los dos países más importantes de la UE.

Es por eso que han improvisado un «fondo de rescate», el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. Pero es un típico caso de “demasiado poco y demasiado tarde”.

La crisis que comenzó con la quiebra de los bancos ha pasado ahora a expresarse como la quiebra de naciones enteras. Si Grecia colapsa, otras economías más importantes la seguirán. Por eso los líderes de la zona euro convocaron una cumbre de emergencia en Polonia. Sus planes anteriores están en ruinas. El canje de deuda que se acordó en julio ahora está muerto en el agua. Van a tener que tirarlo a un lado y conceder a Grecia algún tipo de alivio de la deuda para evitar un colapso que podría tener efectos devastadores en toda Europa.

EUROPA Y AMÉRICA

Tarde o temprano las autoridades de la UE deben decidir o aliviar a Grecia e Irlanda de sus programas de austeridad, o bien tirar del enchufe y empujarlos al abismo con el incumplimiento de sus pagos. Pese a todos los discursos valientes a favor de mantener a Grecia dentro de la zona euro, al final van a tener que tomar este último curso. Esto tendrá las consecuencias más graves para Europa y para la economía mundial.

Si la UE y el FMI deciden que no pueden continuar tirando su dinero, y le retiran su apoyo, esto empujaría a Grecia al abismo. Esto daría lugar a lo que más temen los mercados: una cesación desordenada del pago de la deuda. Las consecuencias sociales, políticas y económicas de esta medida serían incalculables – y no sólo para Grecia. Este escenario significaría el caos a una escala épica.

Pero esta perspectiva está provocando alarma en los círculos de poder en Europa. Los economistas ya hablan de la ruptura de la zona euro, dejando a Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España fuera de ella. Pero si dices «A», también debes decir «B», «C» y «D». La globalización significa que todas las economías de Europa están vinculadas entre sí. Así que lo que sucede, incluso en una economía más pequeña como Grecia, inevitablemente, afectará a todos los demás.

¿Cuáles serían las consecuencias para el resto de Europa – Gran Bretaña, Francia, sí, y Alemania también? Que daría lugar a una reacción en cadena de bancos quebrados en esos países. Los bancos franceses están muy expuestos en Grecia, pero también lo están los bancos alemanes. Los bancos británicos están bastante menos expuestos en Grecia, pero muy expuestos en Irlanda. Los bancos austriacos están expuestos en Italia, y así sucesivamente.

Los resultados serían catastróficos para Europa, y no sólo para Europa. Un colapso económico en Europa enviaría un tsunami a través del Atlántico, ejerciendo presión sobre el dólar y amenazando con socavar la inestabilidad financiera puesta en marcha en los EEUU. Cuando Grecia caiga se plantearía inmediatamente la cuestión del contagio a otros países. Irlanda, Portugal, España e Italia caerían como fichas de dominó. Los bancos se derrumbarían, empezando por los bancos griegos y chipriotas, para luego alcanzar al Reino Unido y al sistema financiero de EEUU, los cuales no son sólidos.

A fin de evitar que esto ocurra, algunos economistas burgueses están discutiendo otras posibilidades: por ejemplo, un «Plan Marshall» alemán para Grecia y el sur de Europa. La idea parece infantilmente simple: Alemania recibió millones de dólares en ayuda del Plan Marshall, que le permitió reconstruir su economía destrozada después de 1945. ¿Por qué no puede hacer Alemania lo mismo para el sur de Europa? Esto es lo que los estadounidenses están exigiendo cada vez con más insistencia.

Por desgracia, el paralelo histórico es un error. En 1945 los EEUU disfrutaban de una hegemonía total sobre sus competidores. Su industria estaba intacta, mientras que Europa y Japón fueron devastados por la guerra. Dos terceras partes de oro del mundo estaban en Fort Knox. Entonces el dólar era «tan bueno como el oro». Por encima de todo, la economía capitalista mundial estaba entrando en una fase de auge que duró casi tres décadas. Ninguno de estos factores existe en la actualidad.

Alemania es la primera potencia de Europa, pero no posee las reservas económicas prácticamente ilimitadas que los EEUU disfrutaban en 1945. Sus hombros son anchos, pero no lo suficientemente fuertes como para soportar el peso de los déficit acumulados de Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia y del resto. Lo más importante, Europa y el mundo no están al borde de un largo período de auge, sino, por el contrario, en la víspera de una nueva recesión y de un prolongado período de dificultades económicas y de austeridad.

Barack Obama acusa a la zona del euro de arrastrar de nuevo al resto del mundo a la crisis, pasando por alto convenientemente la pequeña cuestión de la enorme crisis fiscal de EE.UU. y la incapacidad de los Republicanos y Demócratas de ponerse de acuerdo en un plan serio para reducir el enorme déficit presupuestario.

Los estadounidenses están pidiendo desesperadamente a Alemania que «haga más» para sacar a Europa de la crisis. Los alemanes no sólo deben reducir impuestos, sino que deben impulsar la economía, enviar más dinero a Grecia, e impulsar un estímulo fiscal coordinado en el norte de Europa. Alemania debe hacer esto y Alemania debe hacer aquello. Pero ¿Quiénes son los americanos para decirle a los alemanes lo que deben hacer?

Sí, dicen los europeos, pero ¿Quién paga todo esto? A esta pregunta sólo puede haber una respuesta: Francia y Alemania, o más correctamente, Alemania, que es el banquero de Europa de último recurso. A quienes han hablado con elocuencia de un Plan Marshall para Grecia se les está requiriendo educadamente que pongan su dinero donde están sus bocas. Pero esto es más fácil decirlo que hacerlo. Esto plantea de inmediato problemas políticos que no pueden superarse fácilmente.

¿EUROBONOS?

Hace veinte años, después del colapso de la URSS, la clase dominante alemana tenía grandes ambiciones. Su idea era que una Alemania unificada podría dominar Europa, alcanzando con su poderío económico lo que Hitler no pudo hacer por la vía militar. Durante las últimas dos décadas, Francia ha sido empujada cada vez más hacia un segundo lugar y Alemania ahora lleva la batuta de Europa.

La idea de una unión de Europa más estrecha será de interés para los sectores de la clase dominante alemana que todavía se entretienen con algunas ilusiones de grandeza. Pero los últimos 20 años han convencido a Alemania de que tales ambiciones pueden venir con una etiqueta con un precio muy elevado. Esta contradicción ha sido expuesta en el reciente debate sobre la posible creación de «eurobonos».

Guy Verhofstadt, líder de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa en el Parlamento Europeo, es sólo uno más en un coro creciente de voces que pide la creación de eurobonos. El ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, ha sugerido que Europa necesita moverse hacia la unión fiscal.

Los Verdes y el SPD (socialdemócratas) en Alemania ya declararon su respaldo a los eurobonos. Pero se enfrentan a una resistencia electoral, no sólo contra la unión fiscal, sino en contra de los rescates en general. Los franceses han expresado su apoyo a la propuesta. Incluso los dirigentes conservadores británicos han adoptado una actitud sorprendentemente positiva (lo que en sí mismo es un indicio de la gravedad de la crisis), que les está causando problemas con sus bases.

Por un lado, esta idea contiene una cierta lógica. Toda la historia demuestra que es imposible lograr una unión monetaria firme y duradera sin algún tipo de unión política. Pero aquí surgen inmediatamente nuevas contradicciones. La creación de los eurobonos requieren un grado de consenso político que simplemente no existe. Cualquier movimiento en la dirección a la unión fiscal (unidad presupuestaria, de ingresos e impuestos para toda Europa) encontrará una feroz resistencia. También sería necesaria una revisión fundamental de los tratados fundacionales de la Unión Europea.

La experiencia de la farsa sobre la Constitución Europea demuestra que no es fácil conseguir que la gente vote más poder para Bruselas (sede de la UE) ni en los parlamentos nacionales ni en los referendos. Y el estado de ánimo de euro-escepticismo se ha convertido aún más fuerte desde entonces.

Pero los gobiernos de Alemania y otros del norte de Europa se encuentran bajo la presión de una opinión pública cada vez más inquieta, que no está dispuesta a pagar las deudas de Estados extranjeros. El gobierno de Merkel es impopular y acaba de sufrir una severa derrota humillante en varias elecciones regionales recientes en Alemania.

Por el momento, Merkel se esfuerza por no sacar los pies del plato: Grecia debe permanecer en la zona del euro, el euro debe mantenerse, y Alemania hará esto y hará lo otro. Pero el hecho es que Alemania, la economía más poderosa de Europa, está mostrando signos de tensión. Su economía se está desacelerando, como consecuencia del estancamiento general de la economía mundial. Sus políticos están mostrando signos de impaciencia porque continuamente se les está pidiendo que se metan las manos en los bolsillos.

Hasta ahora la UE ha rescatado a la economía griega, o al menos le ha proporcionado algunos fondos con los que el asediado gobierno de Papandreu ha podido pagar los salarios de sus funcionarios y las jubilaciones de sus ancianos. Pero necesita más dinero. Es como echar dinero a un pozo sin fondo. Y al final, de una manera u otra, Grecia terminará declarando la cesación de pagos.

Todo lo que se ha hecho es, una vez más, darle un poco de respiro a Grecia. Pero esto tiene un costo enorme para el pueblo griego, que tiene que pagar la factura. Como siempre, no son los banqueros ni los especuladores quienes tienen que pagar, sino los sectores más pobres de la sociedad: los trabajadores, los desempleados, los ancianos y los enfermos.

El precio de la «estabilización de las finanzas» y la «reestructuración» de su economía es un brutal recorte de los niveles de vida y un aumento del desempleo. Esto conducirá a una nueva caída en los ingresos estatales y por lo tanto a un mayor incremento en el déficit de las finanzas públicas. ¿De qué manera esta locura podría ayudar a Grecia a pagar sus deudas? Es un misterio. En comparación, los Misterios de Eleusis de la antigüedad eran un juego de niños.

Sin crecimiento económico, los ingresos fiscales se mantendrá estancados, y la capacidad de pago de la deuda seguirá disminuyendo. Sin embargo, la desaceleración económica mundial y la presión despiadada para reducir el déficit a través de la austeridad, han sumido a Grecia en una profunda depresión. A pesar de todos los sacrificios dolorosos de su pueblo, el gobierno de Atenas sigue sin cumplir sus objetivos de reducir el déficit fiscal.

La alarma de esta perspectiva está obligando a los políticos de Bruselas a tomar medidas de emergencia para evitar el colapso inmediato de la economía griega. Ellos disponen aún de una serie de instrumentos que pueden utilizar: una relajación de las exigencias de los acreedores, un acuerdo para no presionar demasiado a Atenas para que cumpla con metas fiscales irrealizables. Esto sería algo muy lógico, con el argumento de que no es posible exprimir sangre de una piedra.

No puede haber ninguna solución para los problemas de Europa sin crecimiento económico. La estabilidad económica, social y política, en toda Europa, depende de esto, y no sólo de Grecia. Pero no hay perspectivas de una recuperación del crecimiento en el futuro cercano.

LAS TENDENCIAS PROTECCIONISTAS

El coro ensordecedor que existe en Europa demuestra que no faltan propuestas. Tienen propuestas para llenar un océano. El problema es que ninguna de estas propuestas puede hacer nada para resolver los problemas inmediatos de la zona euro. No pueden pagar las deudas de Grecia. No pueden evitar que el problema se extienda a otros países. No se puede restaurar la confianza destrozada de los inversores.

En el escenario más optimista, podrían posiblemente (sólo posiblemente) aliviar algunos problemas a largo plazo (aunque, como señaló Keynes, a largo plazo todos estaremos muertos). Pero no pueden hacer nada para resolver la crisis actual, que está claramente fuera de control.

La confusión desesperada de los economistas está ilustrada por el extraño espectáculo de Jeff Sachs, el hombre que impulsó el neoliberalismo en Europa del Este, que llamó a recrear una versión global del New Deal. El problema es que este tipo de sugerencias son anatema para el Congreso estadounidense dominado por los Republicanos, que está empeñado en seguir las políticas opuestas.

Ni la economía de libre mercado ni las políticas keynesianas de estímulo han funcionado, o pueden funcionar. Los gobiernos y sus asesores economistas están en un estado de desesperación. No hay más dinero para estímulo fiscal, pero las políticas de austeridad sólo sirven para deprimir la demanda aún más, agravando la crisis.

El mayor temor es que una nueva recesión provoque el resurgimiento de tendencias proteccionistas y devaluaciones competitivas, como ocurrió en la década de 1930. Esto tendría efectos catastróficos sobre el comercio mundial y representa una amenaza para la propia globalización. Todo lo que se ha logrado en los últimos 30 años se puede desenredar y convertir en su contrario.

Las medidas anunciadas recientemente por el Banco Nacional de Suiza para reducir el valor del franco suizo es una advertencia de cómo son las cosas a la deriva en dirección a las políticas proteccionistas y las devaluaciones competitivas. Esto fue lo que convirtió la crisis 1929-1933 en la Gran Depresión de la década de 1930. Lo mismo puede suceder otra vez.

¿EL PELIGRO DE LA REACCIÓN?

Hemos señalado en repetidas ocasiones que todos los intentos de la burguesía por restaurar el equilibrio económico van a destruir el equilibrio social y político. Grecia es una prueba de esta afirmación. Ya la estabilidad social y política ha sido destruida. Y la comprensión de que todos los sacrificios han sido en vano hará que las medidas de austeridad sean completamente intolerables.

Es posible que la clase dominante griega busque una solución a sus problemas mediante un movimiento hacia la reacción, como lo hizo en 1967. Sin embargo, los trabajadores griegos recuerdan 1967 y los crímenes de la Junta Militar. Cualquier movimiento en esa dirección ahora provocaría una guerra civil.

Esto es reconocido por un analista político estadounidense, Barry Eichengreen (profesor de Economía y Ciencias Políticas en la Universidad de California, Berkeley.) En un artículo reciente, significativamente titulado: Europa al borde de una ruptura política, afirma:

«En la propia Grecia, la estabilidad política y social es ya tenue. Una bala de goma mal dirigida puede ser todo lo que se necesita para convertir la protesta en la calle en una guerra civil abierta.«

Barry Eichengreen no es el único. Paul Mason, el editor de economía de la BBC2 ‘s Newsnight escribe:

«En las cancillerías de Europa, sobre todo en Berlín, se tratan cuestiones que son imposibles de mencionar. Hay un desfase total entre las expectativas políticas y lo que es inminente.

«Esto me recuerda – como mucho de lo que acontece en 2011 – a 1848. Metternich despreciando por la ventana a una multitud irrelevante unas horas antes de su indecoroso derrocamiento. Guizot, incapaz de respirar por la impresión que le causó la renuncia a su ministerio. Thiers, primer ministro durante un día, sufriendo un ataque a su carruaje Tourette siglo XIX, acosado por las masas …«

Estas líneas muestran que los estrategas de la burguesía más inteligentes están muy alarmados por los acontecimientos de Grecia. El problema no es tanto que esto pudiera conducir a una guerra civil. El problema es que la burguesía griega no está segura de ganar esa guerra. La clase obrera está invicta. Detrás suya siente el apoyo de la masa de la población griega – no sólo de los obreros y campesinos, no sólo de los estudiantes e intelectuales, sino también de los pequeños comerciantes y taxistas que se ven obligados a sacar conclusiones revolucionarias por el repentino colapso de su nivel de vida.

Los políticos de Bruselas temen que Grecia se vuelva ingobernable. Si todavía no ha llegado a este punto es gracias a los dirigentes reformistas. La dirección del PASOK (socialista) está ansiosa por demostrar sus «cualidades de estadista» y su patriotismo, es decir, su dedicación a los intereses de los banqueros y capitalistas; dispuesta a llevar sobre sus hombros todo el odio del programa de austeridad, e incluso a sacrificarse ante el altar del capital griego y europeo, si es necesario.

En noviembre de 2001 se produjo una cesación de pagos descontrolada en Argentina, acompañada de una fuga de depósitos bancarios. Los bancos cerraron sus puertas, hubo protestas masivas en las calles y el presidente tuvo que huir de la azotea de su palacio en un helicóptero. Algo similar podría ocurrir en Grecia, donde los manifestantes han colgado una pancarta en la verja del Parlamento que muestra a un helicóptero llevándose al primer ministro George Papandreu.

El gobierno es profundamente impopular. Pero, ¿Quién podría reemplazarlo? El partido de la oposición de derecha no quiere hacerse cargo de las riendas del gobierno en condiciones de crisis aguda con una clase obrera despertada. No es en la derecha donde la burguesía se ve obligada a apoyarse para salvarse, sino en los dirigentes del PASOK. Políticos como Evangelos Venizelos y Elena Panaritis (cargos no electos, asesores del Primer Ministro Papandreu, educados en Occidente) y Papandreu mismo son los salvadores de la burguesía: su única defensa contra las masas.

Es la misma historia en toda Europa. Sin los dirigentes reformistas el capitalismo no podría durar ni una semana. Por esa misma razón, hablar sobre el peligro del fascismo y del bonapartismo, no tiene sentido en la actualidad. La clase dominante en toda Europa debe basarse en las organizaciones obreras reformistas. La burguesía no necesita a los fascistas en este momento. Cualquier intento de moverse en la dirección del fascismo o del bonapartismo en este momento sólo provocaría al movimiento obrero a la acción.

Por supuesto, esto puede cambiar. La crisis actual puede durar años o incluso décadas. Sin embargo, en un momento determinado, la clase dominante dirá: ¡hay demasiadas huelgas, demasiadas manifestaciones, demasiado desorden, tenemos que restablecer el orden! Entonces podría haber un movimiento hacia la reacción. Pero incluso en tal caso, la clase dominante tendría que proceder con cuidado, probando primero el terreno para avanzar hacia el bonapartismo parlamentario.

Pero esta no es la situación ahora, ya sea en Grecia o en cualquier otro país de Europa. Por el contrario, el péndulo va hacia la izquierda. La clase obrera tendrá muchas oportunidades de tomar el poder en sus manos antes de que la clase dominante trate de orientarse hacia la reacción. Por supuesto, el movimiento de la clase obrera no es una línea recta.

El sindicato de empleados públicos, ADEDY, advirtió el miércoles que se estaba preparando para la acción por los planes del gobierno de extender el plan de «reserva laboral» que obligaría a los empleados públicos a trabajar con un salario reducido drásticamente durante 12 meses antes de revisar su status. Esto demuestra que todavía existen reservas importantes de la clase obrera en Grecia. Nuevas capas se moverán a la lucha para sustituir a las que se han agotado por los muchos meses de actividad constante.

No debemos adoptar una actitud superficial e impresionista ante acontecimientos como los sucedidos en Grecia. Las masas no pueden permanecer en las calles por tiempo indefinido. Inevitablemente habrá períodos de calma, en el que los trabajadores reflexionen profundamente acerca de lo que ha sucedido, donde critiquen, diferencien y extraigan conclusiones. Es precisamente en estos períodos en el que las ideas del marxismo pueden ganar un gran eco, a condición de que seamos pacientes, que escuchemos lo que las masas están diciendo y de que planteemos las consignas correctas.

En los acontecimientos revolucionarios que vienen, los trabajadores y jóvenes avanzados aprenderán. Si trabajamos bien podemos ayudarles a sacar conclusiones revolucionarias y que lleguen a comprender la necesidad del marxismo y de una organización revolucionaria.

En toda Europa la clase obrera y la juventud están tomando el camino de la lucha. En Italia ha habido una huelga general y manifestaciones masivas contra el plan de austeridad. El programa de Berlusconi es muy poco para los patrones, pero demasiado para los trabajadores. En las afueras del parlamento, en la noche del miércoles, ningún policía pudo cruzar la barrera de fuego, de bombas con pintura, e incluso el corazón de un cerdo, lanzados por manifestantes furiosos.

Moody’s ya advirtió de una posible rebaja de la calificación crediticia de Italia el 17 de junio, y su decisión se espera para el sábado. Incesantemente, implacablemente, la crisis se está extendiendo y nuevas cargas están siendo colocados en los hombros de la clase obrera en todos los países.

¿Cuál es el deber de los marxistas en esta situación? Nuestro objetivo no es llegar a las masas con la propaganda. Eso está más allá de nuestra capacidad. Nos dirigimos a los elementos más avanzados de los trabajadores y de la juventud. No presentamos consignas «fáciles» de agitación para decir simplemente a los trabajadores lo que ya saben. Los trabajadores necesitan que se les diga la verdad. Y la verdad es que bajo el capitalismo el único futuro que les espera es un futuro de austeridad permanente, de caída de los niveles de vida, el desempleo y la pobreza.

Debemos explicar que sólo la expropiación de los banqueros y de los capitalistas, y la sustitución de la anarquía capitalista por una economía planificada democrática pueden proporcionar una salida a la crisis. En particular, debemos contrarrestar el veneno nacionalista de los estalinistas y avanzar la consigna de los Estados Unidos Socialistas de Europa, la única alternativa real a la bancarrota de la Unión Europea de los patrones. Nuestro deber, para utilizar la expresión de Lenin, es explicar pacientemente.


[Fuente: luchadeclases.org]






Un aporte marxista-leninista para la lucha revolucionaria en nuestro país

In Historia, Opinión on 6 octubre, 2011 at 0:00

Marco Vinicio Dávila Juárez
Miembro del Buró Político del Partido Comunista de México


El revolucionario no es la persona que posee un cúmulo de conocimientos teóricos y maneja con soltura el lenguaje dialéctico sino el que, además de esto, tiene una serie de cualidades, actitudes, capacidades y hábitos revolucionarios que no pueden aprenderse en ningún libro porque se adquieren y desarrollan únicamente en la acción revolucionaria junto a las masas. (Folleto 4)

En el Partido Comunista de México hemos reivindicado como parte de nuestra historia y tradición las luchas del pueblo mexicano contra sus opresores. Reconocemos y nos nutrimos de las experiencias de organizaciones que teniendo como guía el marxismo aportaron su esfuerzo al esclarecimiento de la situación del país y pusieron toda su capacidad a la causa de su transformación revolucionaria.

Es el caso de Arturo Gámiz y su grupo de insurgentes, “que fueron precursores en desarrollar el deslinde con la ideología burguesa de la Revolución Mexicana” y cuya discusión teórica culminó con el Asalto al Cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965, inaugurando en nuestra patria el periodo de las luchas armadas por el socialismo.

El fracaso de su acción militar no significa, como muchos de esos a los que criticaron argumentaron después, que fuera erróneo su análisis político. De los errores tácticos, es decir de los errores militares los propios participantes del Asalto en su tiempo escribieron sus experiencias y valoraciones, y a lo largo de estos cuarenta y seis años militantes de la causa del socialismo e investigadores, algunos serios otros no tanto, han aportado elementos que intentan recuperar los hechos históricos y-o la experiencia de esta acción. Queda, sin embargo, mucho todavía por recuperar del análisis teórico, convertido hoy en aporte invaluable para la lucha revolucionaria y corresponde a los marxistas leninistas de México, a los comunistas esta tarea.

Este proyecto revolucionario no fue un acto espontáneo de un grupo de aventureros, como muchos en aquella época afirmaron, y como muchos los recuerdan hoy día; deslindes y descalificaciones a la táctica de la lucha armada los hubo entonces y los sigue habiendo hoy, fundamentalmente por oportunismo o por temor; deslindes con la fundamentación teórica los hubo ayer y los sigue habiendo hoy, principalmente por oportunismo o por flojera mental. Adhesiones igualmente las hubo y las hay; fueron los propios sobrevivientes de esa gesta los primeros que continuaron la lucha armada, otros siguieron su ejemplo y han regado con su sangre el camino de la revolución; pero también hubo quienes sólo lo hicieron por romanticismo o aventurerismo; empero, a la fundamentación teórica la adhesión de los comunistas debe ser sobre la base de un estudio profundo de los principales documentos elaborados previamente.

Si bien los participantes acumulaban años de experiencia de lucha política y social, e incluso armada, en diferentes organizaciones del estado de Chihuahua principalmente, su accionar político militar organizado como proyecto revolucionario tiene como punto de partida las resoluciones del Segundo Encuentro en la Sierra “Heraclio Bernal” realizado en Torreón de Cañas, municipio de Las Nieves, Durango, en febrero de 1965 (ya en octubre de 1963 se había realizado un primer encuentro) en donde se presentan para su discusión y aprobación una serie de cinco folletos conocidos como los Folletos del Encuentro en la Sierra “Heraclio Bernal”, en ellos se intenta dar una caracterización del mundo y de México. Aunque la autoría de los folletos es atribuible a Arturo Gámiz y Pablo Gómez, el hecho de haber sido presentados para su discusión y aprobados en este Encuentro los convierte en un esfuerzo teórico colectivo, con un profundo trabajo intelectual previo a la toma de decisiones. En dichos documentos se analizan, a la luz del marxismo leninismo, el mundo que les tocó vivir, el surgimiento y desarrollo del capitalismo en el mundo hasta la época en que ellos vivieron, describen las contradicciones y características del capitalismo, las crisis, el surgimiento de los monopolios, la proletarización de las masas, el desempleo, la miseria, el ocaso del capitalismo y sus contradicciones internas. Describen el mundo colonial y semicolonial.

De nuestro país realizan un breve resumen histórico desde la llegada de los españoles hasta la revolución de 1910-1917, resaltando las contradicciones de clase que expresaban los movimientos revolucionarios más importantes, el de Independencia, el de Reforma y la Revolución que culmina con la promulgación de la Constitución del 17 y el ascenso de la burguesía al poder. Realizan, eso sí, un exhaustivo análisis del periodo que inicia con el triunfo de la burguesía en 1917 hasta los años 60’s, etapa a la que denominan: Medio siglo de dictadura burguesa. Resaltando los hechos concretos en los que los “beneficios” de la revolución de aparente impacto para el pueblo, era en realidad obras que sólo beneficiaban a los ricos terratenientes, políticos, sus amigos y familiares. Este análisis destaca el hecho de que la burguesía mexicana está dividida en dos grandes grupos, el de la burguesía nacional que gobierna el país en conciliación y componendas con el imperialismo yanqui, “No está enamorado –el gobierno– del imperialismo, por el contrario, le profesa una sorda aversión, envidia y recelo porque se lleva al exterior cuantiosas riquezas que la burguesía nacional ambiciona para sí y con las cuales hasta agua se le hace el hocico. Pero al proletariado le tiene pánico, la sola idea de que se organice y fortalezca le pone la carne de gallina, porque sabe que cuando ese tome el poder para ella habrá acabado todo, su paraíso se desplomará como castillo de naipes, sus fueros y privilegios se acabarán. Ante tal perspectiva la burguesía prefiere acercarse al imperialismo y conformarse con lo que le deje”; otra, la burguesía proimperialista “que integran los grupos monopolistas del comercio, la industria y las finanzas, los grandes latifundistas y agricultores dedicados a la exportación, pugna porque México se entregue impúdicamente y sin más preámbulo al imperialismo”. Estos dos sectores estaban en constante pugna, pero lograron ponerse de acuerdo y cogobernaron a partir del régimen de Ávila Camacho, debido a eso no tienen problema en presentarse a las elecciones como un solo partido, el PRI. Las otras clases que son la pequeña burguesía urbana y rural, donde incluyen a los ejidatarios, a los pequeños propietarios y a los trabajadores precapitalistas del campo y el proletariado.

Declaran y demuestran ampliamente que la burguesía ha fracasado y es incapaz de resolver los problemas fundamentales del pueblo.

Casi para finalizar plantean, desde sus puntos de vista y las conclusiones de los documentos presentados, cuál es el único camino a seguir. Hacen una crítica a las posiciones de las organizaciones de izquierda de ese entonces, al Partido Comunista Mexicano y al Partido Popular Socialista; critican sus posiciones ante la lucha de clases en México, el sindicalismo, las organizaciones agrarias, las organizaciones juveniles y estudiantiles. Critican las posiciones de esos partidos con respecto a la lucha revolucionaria a la que han renunciado colocando a la clase trabajadora bajo la dirección de la burguesía, para luchar cómodamente con las formas convencionales, legales y pacificas de la doctrina del proletariado. “No se atreven a hacer más de lo que está permitido, lo autorizado y lo registrado por la secretaria de gobernación”. “Están enamorados de la paz burguesa, se han aclimatado y naturalizado –a ella–

Planteando la disyuntiva entre lucha pacífica y lucha armada, demuestran cómo a pesar del centenar de argumentos que hay para la primera forma de lucha, hay condiciones para la segunda: “Por nuestra cuenta no daremos ya marcha atrás en el camino de la revolución, sabemos que sin el apoyo de las masas no podremos triunfar, ganar su confianza y su apoyo es nuestra principal preocupación y nos proponemos lograrlo mediante los hechos.” Y lo cumplieron, no dieron marcha atrás.

Quise hacer este breve recuento de los documentos porque de todos estos planteamientos se desprenden algunas conclusiones de plena y absoluta vigencia:

En los documentos establecieron la caracterización de la época, concluyendo que el mundo se encuentra en la época del imperialismo. Enumerando una serie de “contradicciones congénitas e inevitables del capitalismo, que lo acompañan desde su nacimiento, y lo llevan a la tumba” como son: la proletarización y empobrecimiento de las masas, el desempleo crónico y creciente, la crisis de sobreproducción y subconsumo, la concentración de la producción y formación de los monopolios y la exportación de capitales y formación del imperialismo.

Así caracterizan al imperialismo: “Agotadas todas las posibilidades de mayor enriquecimiento en el propio país porque ya han succionado hasta la última gota del sudor y la sangre de su pueblo, los monopolios insaciables ciñen con sus tentáculos otros pueblos, los invaden con sus capitales y sus ejércitos. Sus garras arañan por todo el orbe y penetran hasta las más apartadas regiones saqueando los recursos naturales de los pueblos débiles, convirtiéndolos en simples abastecedores de materias primas y en mercados forzados para sus baratijas, chicles y refrescos. El capitalismo llegado a cierto grado de su desarrollo una vez que arruina a los pequeños capitalistas y concentra la producción y el capital en manos de los monopolios, cuando une el capital industrial y el bancario para formar el capital financiero y la oligarquía nacional, exporta capitales y forma asociaciones de monopolios que se reparten el mundo, es decir, se transforma en imperialismo, que es su fase superior y última.

Para los saqueadores imperialistas las colonias no son naciones con personalidad jurídica y soberanía ni son pueblos integrados por seres humanos que sufren y luchan por una vida mejor, simplemente son regiones abastecedoras de materias primas y de carne de cañón y mercados para chácharas.

Consecuentes con la caracterización anterior, caracterizan a la burguesía mexicana, declarando que ésta es ya incapaz de resolver los problemas fundamentales de nuestro pueblo. Es de resaltar que en los Folletos se encuentra ya advertido el camino que seguiría esta burguesía, su inserción en el desarrollo capitalista contemporáneo: el imperialismo, y la sujeción a éste vía acuerdos internacionales, por eso afirman que la burguesía proimperialista “convenció” a la burguesía nacional de los beneficios que obtendría con su adhesión al imperialismo; la burguesía mexicana ni abdicó, ni traicionó a los trabajadores mexicanos a favor de los monopolios transnacionales, los capitalistas mexicanos necesitaban, por ejemplo, del TLCAN para continuar su desarrollo, esto permitió la formación y consolidación de los monopolios de capital mexicano.

En los años en que se realizaron los documentos prevalecía para prácticamente todas las organizaciones y grupos de izquierda una estrategia que establecía la lucha por la Liberación Nacional como la tarea inmediata y en función de ella implantaban las tácticas correspondientes que imponían, de manera necesaria, la alianza con sectores de lo que denominaban burguesía nacional, ignorando lo que los jóvenes de Madera reconocían ya: la desaparición de las economías nacionales y establecían la existencia de una economía mundial” y la inexistencia de tal burguesía. Engendrando así un error estratégico de dimensiones incalculables para la clase obrera y amplios sectores populares que quedaban maniatados en su accionar independiente y sujetos a la dirección de esa burguesía. Este error estratégico sigue pesando hasta nuestros días sobre la clase obrera mexicana.

Fueron, sin embargo, los revolucionarios del Asalto a Madera los que pusieron en tela de duda toda esta estrategia, aportando una infinidad de datos que permiten entender el proceso de acumulación capitalista que se estaba desarrollando en México al amparo del Estado surgido de la revolución democrático burguesa de 1910-17 y de su clase dirigente, por lo que no tuvieron ningún empacho en denominar a este periodo Medio siglo de dictadura burguesa. Dentro del cual el proceso de nacionalizaciones era una necesidad para desarrollar las fuerzas productivas en el marco de las relaciones capitalistas; no era, como muchos supusieron una vía para la independencia nacional, el fortalecimiento de la clase obrera y la implantación pacifica del socialismo.

Por todo ello, los jóvenes de Madera concluyen que la lucha no es por estadios intermedios entre el capitalismo y el socialismo, que la lucha es por la revolución socialista, “El camino que nosotros hemos escogido está perfectamente claro, consideramos que ya es la hora de iniciar la revolución.

Pero además, derivado de este análisis, niegan las vías nacionales al socialismo. “La revolución sigue siendo una ley universal, es una burda mentira que haya `caminos nacionales´ propios y distintos para cada pueblo, lo fundamental no son las particularidades de cada país, sino los razgos generales del capitalista. Las leyes del capitalismo son las mismas y rigen por igual en Italia que en México. No hay `camino italiano´, `camino chileno´, `camino mexicano´, porque si la línea estratégica y táctica va a fundamentarse en razón de ciertos detallitos secundarios de cada país había que agregar que dentro de cada país hay condiciones muy diferentes de un estado a otro y por lo tanto surgirá también `un camino tarahumara´ al socialismo, `camino totonaca´, `camino chihuahuense´, etc.

Su correcta caracterización de la época y su comprensión de la inserción de nuestro país en la pirámide imperialista les permite advertir otro elemento a combatir: el oportunismo, inherente al imperialismo. Y lo combaten abiertamente y sin cuartel. De las organizaciones sindicales oficiales advierten las grandes lacras con que la burguesía y su gobierno las acosan y corrompen, “La corrupción, la violencia, la mediatización y la demagogia. Compra los cuadros dirigentes, los soborna y corrompe, impone a sus agentes al frente de cada sindicato, asesina lideres honestos, lanza el ejército y los granaderos, los bomberos, la secreta, etc. contra cualquier acción obrera, declara ilícitas o `inexistentes´ las huelgas, acusa de disolución `social´ a los mejores elementos del proletariado, toma medidas demagógicas como lo del reparto de `utilidades´ y hace concesiones reales para calmar el descontento. La corrupción de los dirigentes es uno de los principales aspectos del problema, a esto se llama en México `charrismo´, en memoria de un líder obrero prototipo de esta especie degenerada al que apodaban los ferrocarrileros: `el charro´.”

Así su crítica feroz contra el PCM y el PPS, las dos organizaciones de izquierda preponderantes en la época: “En México los partidos de izquierda parecen haber olvidado su misión histórica y quiénes son sus enemigos, pues emplean todo su coraje y todas sus energías en atacarse mutuamente y atacar a las organizaciones de masas, en meterse zancadilla mutuamente y meterle zancadillas a las organizaciones de masas. Las oficinas de los partidos de izquierda no son un cuartel general, ni un centro de estudio y trabajo, rara vez se comenta un libro importante, nunca se analiza el problema de la tierra o la situación de los trabajadores.

Algunos, cerrando los ojos a la realidad, desconociendo la experiencia histórica, embelleciendo el capitalismo atribuyen a la burguesía nacional cualidades que no tiene y postulan una alianza abstracta e incondicional en que el proletariado enajene su independencia y quede bajo la tutela burguesa. Al examinar las clases sociales, su correlación, sus tendencias y su carácter, les importa un comino los principios del materialismo dialéctico y de la lucha de clases, se basan en sofismas, y en la política de colaboración de clase. Inventan que la burguesía nacional independizará al país, resolverá los problemas fundamentales del pueblo y creará un nuevo tipo de democracia, y por lo tanto, el papel de los revolucionarios consiste en ayudarle en esas tareas, señalarle fraternalmente sus fallas y señalar a los curas que no le hacen caso al buenazo del señor presidente, es decir, que el papel de la clase obrera es el de peón de un sector de la burguesía para ayudarle a combatir a otros sectores. Consideran el capitalismo de Estado una panacea porque olvidan la división de la sociedad en clases, olvidan que el Estado es la burguesía y que el capitalismo de Estado obedece a los intereses directos e inmediatos de la burguesía nacional y sólo servirá al proletariado cuando éste tenga el Estado en sus manos. En lugar de consultar a los grandes teóricos del proletariado basan su línea política en los discursos y promesas del gobierno; en vez de atender las experiencias y los consejos de los pueblos hermanos que ya han pasado por el camino que México no inicia, atienden la consigna y el chisme que les dice `privadamente´ algún funcionario. Toman más en cuenta la frase elogiosa, el apretón de manos y el abrazo que les prodiga el funcionario que los macanazos, bayonetazos, torturas y descuartizamientos que prodigan a las masas los aparatos de represión de esos mismos funcionarios, prefieren y buscan la compañía y la amistad de los políticos del régimen en vez de acercarse las masas.

A Vicente Lombardo Toledano lo tipifican, según su accionar político, como un ideólogo de la burguesía.

Una vez más refutan las tesis estratégicas de la época cuando niegan que sólo hay un camino para transformar la realidad nacional, el de la transición pacífica. Y proclaman que sólo mediante la lucha armada es posible lograr cambios revolucionarios, cuestionando todos los argumentos que contra esta vía lanzaba la izquierda oportunista.

No aceptan, y demuestran por qué no, los argumentos de que la correlación de fuerzas favorables al socialismo aceleraría la revolución en cada país. Tampoco aceptan el pretexto que significaba el argumento sobre el débil equilibrio de la paz mundial para retrasar la lucha. Ni el argumento de que la división que en su época tenía el campo socialista hacía inviable el triunfo de cualquier lucha revolucionaria. Finalmente tampoco aceptan el argumento del fatalismo geográfico, cuestionado por el propio triunfo de la Revolución Cubana, al respecto dicen: “Que el imperialismo yanqui está listo para invadir cualquier país y que por tanto un movimiento armado tendría el valor de una provocación para que nos invada E.U. países como México donde la lucha revolucionaria es incipiente y timorata, no tiene el imperialismo la necesidad de mantener un ejército de ocupación, lo cual no quiere decir que no esté invadido y sojuzgado. Los revolucionarios nunca son provocadores, al contrario los opresores provocan la revolución. El imperialismo yanqui, más tarde o más temprano, ocupará militarmente nuestra Patria, pero también al imperialismo se le puede derrotar, se le está derrotando en otras partes y en México también será derrotado.

Siendo el marxismo-leninismo una ciencia, permite llegar a quien lo haya estudiado y comprendido con una actitud militante y revolucionaria a conclusiones que no sólo sirven para entender como un todo la realidad del momento histórico que se analiza, sino que da la posibilidad de buscar y encontrar los caminos –la estrategia y las tácticas– para la transformación de dicha realidad. Son los folletos para el Encuentro de la Sierra “Heraclio Bernal” un aporte marxista-leninista para la lucha revolucionaria en nuestro país.

Los comunistas en México tenemos ahora nuevos elementos de análisis y el aporte teórico de partidos comunistas hermanos, entre los que destacan los elaborados por el Partido Comunista de Grecia, que deben servirnos como herramientas para actualizar y enriquecer nuestra propia experiencia, pero siempre es bueno conocer y abrevar en la experiencia heroica de aquellos jóvenes que, como dijera el Ché Guevara, pusieron el pellejo para probar sus afirmaciones, y abrieron una perspectiva y un camino para la lucha independiente de los trabajadores por el socialismo-comunismo.