Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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El gobierno CC-PSOE prolonga 2,5 horas semanales la jornada a los trabajadores sanitarios

In Actualidad, Laboral on 25 octubre, 2011 at 10:47

LOS SINDICATOS CONVOCAN HUELGA EL 17 DE NOVIEMBRE

La Consejería de Sanidad del gobierno autonómico canario asegura que ahorrará 30 millones de euros en 2012 con la ampliaciónde la jornada laboral del personal del Servicio Canario de la Salud (SCS) en 2,5 horas semanales. La decisión del gobierno CC-PSOE supone suspender el pacto alcanzado en 2007 con los sindicatos que posibilitó la reducción de la jornada de 37,5 a 35 horas semanales para los más de 26.000 trabajadores del SCS.

El ejecutivo autonómico asfirma que esta suspensión unilateral del acuerdo sobre la jornada laboral es «provisional» y sólo abarca el próximo año. El secretario general de la Federación de Servicios Públicos de UGT, Francisco Bautista, asegura que con esta decisión se dejarán de contratar al menos 2.000 personas el próximo año y se reduce el presupuesto de Personal en un 4%.

Bautista explicó que la Consejería de Sanidad pretende amortizar plazas, reducir drásticamente las contrataciones y desviar el ahorro en el capítulo I a otros capítulos del presupuestos sanitario como el de gastos corrientes, maquillando el presupuesto argumentado que sube en 2012 pero, en realidad, «se va a deteriorar la calidad asistencial porque se sobrecarga de trabajo a los profesionales, que tendrán menos horas libres y un incremento de los servicios».

Los sindicatos CESM, SATSE, CCOO y UGT anunciaron hoy la convocatoria de una huelga general de 24 horas en la sanidad canaria para el 17 de noviembre en contra de los recortes presupuestarios en personal previstos para 2012, que supondrán el despido de 1.300 profesionales, según sus cálculos. Los representantes de los sindicatos afirmaron que estas medidas las pagarán los ciudadanos con más tiempo en las listas de espera, en las pruebas diagnósticas y en las consultas de atención primaria, con lo que el Gobierno de Canarias pretende favorecer a la sanidad privada.

Los representantes de los sindicatos afirmaron que estas medidas las pagarán los ciudadanos con más tiempo en las listas de espera, en las pruebas diagnósticas y en las consultas de atención primaria, con lo que el gobierno autonómico pretende favorecer a la sanidad privada.






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Bajo el paraguas de los BRICS

In Actualidad, Economía on 25 octubre, 2011 at 0:01

Michael R. Krätke

Las escenas recuerdan al verano fatal de 2008, y a pesar de todo, todo es muy diferente: el drama tiene lugar en Europa y en esta ocasión los Lehmann son rescatados. El pequeño banco griego Protonbank pasa a estar bajo control del Banco Central griego, el franco-belga Dexia sigue en el negocio gracias a las ayudas estatales francesas y es, de facto, nacionalizado. Nadie quiere arriesgarse a un crash bancario, y ello por buenas razones. Sólo Dexia es tan grande como todos los grandes bancos griegos –los grandes acreedores de la deuda griega– tomados de consuno. Comienza otra ronda de rescate de los bancos europeos, pero con ello no disminuye la crisis europea. A los hiperactivos, hipernerviosos y cualquier cosa menos racionales “mercados” y a los políticos profesionales en su espectáculo amateur se les entrecorta la respiración.

La última reunión del Fondo Monetario Internacional fue muy reveladora: la nueva directora del Fondo, Christine Lagarde, pidió al Banco Central Europeo que rompiese su mayor tabú y comprase más títulos de deuda de la eurozona, por valor, además, de 100 a 200 mil millones de euros. No tardó en oírse la respuesta desde Alemania: ¿A dónde iríamos a parar si el BCE se pone a interpretar el papel de lender of last resort y con ello se sugiriere a todo el mundo que tras nuestro dinero no está el crédito estatal sino la máquina de imprimir billetes? De llegarse a conocer, podría ser peligroso.

Tanto o más interesante que la declaración de Christine Lagard fue un encuentro lejos de los ojos del FMI. Allí se reunieron los llamados estados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), en cuyo crecimiento y reservas monetarias ahora todo el mundo confía. La República Popular China dispone de más de 3’2 billones de dólares en reservas de divisas; Brasil más de 352 mil millones; India más de 320 mil millones; Rusia más de 543 mil millones. Todos son potenciales inversores y ahora tienen una quinta o una cuarta parte de sus reservas en títulos europeos. Sólo Rusia mantiene con esos préstamos el 45 por ciento de sus activos.

DE BUEN GRADO

Si este grupo de estados pusiera todo su peso en el platillo adecuado para hacer bascular la balanza a favor del euro en los mercados financieros, la eurozona quedaría estabilizada. Reforzar la moneda europea como rival del dólar aparece como una opción tentadora para los estados BRICS. Pero este escenario tiene lugar también con la precaución de no dañar los propios intereses comerciales en el espacio europeo. Los chinos han comprado desde enero repetidamente bonos del plan de rescate europeo así como títulos de deuda de Grecia, España, Italia e Irlanda. Sin embargo, lo han hecho en una medida limitada, para tranquilizar a los actores de los mercados financieros. Los negociadores italianos y griegos se han preocupado también de hacer guiños a la exportación masiva de capital hacia sus Estados.

Las inversiones y la participación directa en la floreciente industria europea y en iniciativas comerciales en Europa se promocionan en Pequín. ¿Por qué deberían los chinos sin embargo adquirir fondos del estado o los desvencijados bonos del tesoro de los países de la UE más endeudados? Si Europa emitiese eurobonos, se comprarían de buen grado en el lejano oriente. En su último viaje a Europa el primer ministro Wen [Jiabao] señaló repetidamente que China quería implicarse más en la Unión Europea, pero sólo a cambio de abandonar su mullido cojín de divisas. Entre otras cosas, se trataría de esperar concesiones en materia de política comercial, como la aceptación de un yuan artificialmente barato, en parte gracias a las enormes reservas en dólares. A pesar de todo ello, los EE.UU. trabajan tras bastidores para que la ayuda de todos los estados BRICS se limite a operaciones de rescate formales para el euro. Y con todo, los brasileños se mantienen reservados, los indios son capaces de actuar sólo hasta cierto punto y los chinos piensan llevarla a cabo a cambio de sus miles de millones en una posición mejor en la Organización Mundial del Comercio (OMC), pero también, y sobre todo, en el FMI y en el Banco Mundial, donde buscaría, con la asistencia de la UE, una posición predominante. Ése podría ser un trato posible.

Japón –todavía uno de los mayores países industriales– tiene, a pesar de su enorme deuda estatal del 220% de su PIB, la misma voluntad manifiesta de comprar bonos del tesoro europeos. Para Tokio mucho está en juego: la retirada de los inversores europeos del mercado de bonos japoneses (bonos samurái) mientras la debilidad del euro frena marcadamente la economía exportadora japonesa.



(*) Michael R. Krätke, miembro del Consejo Editorial de SinPermiso, es profesor de política económica y derecho fiscal en la Universidad de Ámsterdam, investigador asociado al Instituto Internacional de Historia Social de esa misma ciudad y catedrático de economía política y director del Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido.





Es hora de que Occidente se baje del pedestal

In Actualidad, Economía on 25 octubre, 2011 at 0:00

Zhong Sheng


Los mercados emergentes no pueden salvar al mundo”, “las economías emergentes no pueden mover el carro de la economía mundial”… A medida de que las noticias negativas se suceden una tras otra en los países desarrollados, algunos medios occidentales que no se cansaban de elogiar a los países emergentes han cambiado de tono.

Los elogios sólo tenían la finalidad de hacer que las economías emergentes contribuyeran más. Decir ahora que son “incapaces de salvar al mundo” sólo satisface una necesidad psicológica de Occidente que es “sentirse líder”. En este mundo solamente cuenta lo que dice Occidente y si Occidente se encuentra en problemas, las economías emergentes no son lo suficientemente fuertes.

Esperar que las economías emergentes salvaran al mundo, era un sinsentido. Por ahora no hablemos de cuán grande es el poder de estas economías para enfrentar la situación económica actual. A mi parecer, la clave para resistir la crisis económica está en la cooperación. La base de la cooperación es que todos los países, sin importar si son desarrollados o en vías de desarrollo, hagan sus tareas como corresponde y no hablen del papel que tendrían que desempeñar los otros.

En los últimos años, las economías emergentes se han estado desarrollando bastante rápidamente por diferentes razones, aunque hay algunos puntos en común: todos estos países han crecido sobre bases económicas bastante débiles, incluso algunos de ellos no han solucionado completamente los problemas de alimentación y vestimenta de sus poblaciones. Sin embargo, las dimensiones de los mercados de estos países son considerables y su crecimiento económico tiene una significación universal. Es precisamente este crecimiento económico acelerado y continuo el que está equilibrando la economía mundial. La red de lazos comerciales de las economías emergentes entre sí y con los países desarrollados es más amplia y resistente que nunca, lo cual también hace que las bases de la economía y el comercio mundial sean aún más sólidas.

Los riesgos que enfrenta la economía mundial en la actualidad son un poco diferentes de los de la crisis financiera internacional del 2008. Entonces, cada país adoptó políticas de estímulo casi por unanimidad, para evitar una interrupción en la liquidez mundial y tratar de no caer en un abismo. En respuesta a la crisis, las economías emergentes jugaron un papel sumamente importante al mantener un ritmo de desarrollo económico rápido, dándole confianza y vitalidad a la economía mundial. En la crisis actual, los desafíos que enfrenta cada economía son bastante diferentes, tanto en su gravedad como en su manifestación. Cada país también se encuentra en un estadio económico diferente, por lo cual es necesario un “tratamiento” distinto para cada “enfermedad”. En el caso de Estados Unidos y Europa, la medicina no sólo debe ser para tratar el problema económico, sino también para el problema político del cambio social.

No importa qué medida tomen, el principio es el mismo: en primer lugar resolver los problemas propios. Una vez resueltos, sólo entonces será posible llevar a cabo una cooperación más eficaz. Las economías emergentes podrán ayudar a los países desarrollados en la medida de sus posibilidades. Por su parte, las economías desarrolladas deberán igualmente adoptar medidas más eficaces para eliminar las barreras de cooperación con los países emergentes. El problema más grande de la economía mundial en el presente no es determinar si las economías emergentes podrán llevar la locomotora de la economía mundial, sino más bien la necesidad de que los países desarrollados tomen medidas valientes para resolver sus propios problemas. Quejarse el uno del otro no ayuda a nadie, como tampoco es beneficioso pasarse la bola de la crisis.


[Fuente: Diario del Pueblo]