Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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Sobre la negociación para un gobierno de coalición PASOK-ND

In Actualidad, Comunicado on 8 noviembre, 2011 at 0:02

Oficina de Prensa del Comité Central del
Partido Comunista de Grecia (KKE)


La salvaguardia de la 6ª cuota es el pretexto para justificar la formación de un gobierno abierto de coalición PASOK-ND y otros partidos del sistema. Esta es la demanda de la plutocracia griega y la UE. Su objetivo no es salvar al pueblo, sino sojuzgarle y conducirlos a una mayor masacre de las condiciones del préstamo y los memorandos de la quiebra. En cualquier caso, el pueblo puede ver con sus propios ojos las intervenciones desnudas y flagrantes de los líderes de la UE y otros mecanismos del capital, en armonía con los partidos de la «Unión Europea en un solo sentido», algo que el KKE ha denunciado desde hace mucho tiempo.

En oposición a esta alianza extremadamente hostil de los partidos burgueses, el pueblo tiene que plantearse ahora mismo su propia alianza popular y el contraataque para levantar obstáculos y arruinar sus planes reaccionarios. Esta alianza de gobierno abierto muestra sus dificultades y el temor con respecto al pueblo, su emancipación y su organización.

El pueblo debe confiar en el KKE y ver con claridad sus intereses y las perspectivas de la mentira, para que puedan rechazar el chantaje y las amenazas de la clase burguesa griega y sus partidos,  que tratan de transformar sus propios callejones sin salida en dilemas de intimidación para el pueblo.

La crisis capitalista en Grecia y la Eurozona se está profundizando, la competencia dentro y fuera de la UE se está agudizando, y por esta razón sus partidos y mecanismos están incrementando su guerra contra los pueblos. El pueblo no debe tener miedo de la UE, ni de los monopolios; por el contrario, deben utilizar sus crisis, sus contradicciones, para luchar contra ellos. El KKE hace un llamamiento a los estratos pobres populares que hasta ahora han votado por el ND y el PASOK que se alía con él. No debemos perder tiempo.

Sin esperas, sin tolerancia. Vigilancia popular.

En este momento los trabajadores asalariados, los autónomos, los agricultores pobres, los jóvenes, deben levantar la cabeza con decisión en los lugares y sectores de trabajo, en los barrios populares, proclamando su determinación de poner fin a los sacrificios en beneficio del capital , la protección de la UE y el euro.


Atenas, 6 de noviembre de 2011






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El agujero de la banca española sólo en el sector inmobiliario es de 176.000 millones de euros

In Actualidad, Economía on 8 noviembre, 2011 at 0:01

Según el Banco de España (BdeE), la banca española tenía a cierre de junio del pasado junio 176.000 millones de euros en créditos de riesgo concedidos a promotores e inmobiliarias. Este volumen de activos representa el 52% del dinero que las corporaciones bancarias tienen prestado al sector de la construcción, que atraviesa su cuarto año consecutivo de crisis ante el parón en las ventas y las dificultades de financiación.

Salir de ese agujero no parece probable, dados los miles de millones concedidos al ladrillo en los años de boom y que ahora son imposibles de recuperar para los bancos. Incluso si consiguieran un ritmo de recuperación de, digamos, 5.000 millones al año, el sector financiero español tardaría más de 36 años en acabar con la cartera de activos tóxicos relacionados con la construcción.

Según afirma el Banco de España en su Informe de Estabilidad Financiera correspondiente a la primera mitad del año, los datos relativos al mes de junio reflejan que «la exposición problemática (dudosos, adjudicados -inmuebles o suelo canjeados por deuda impagada- y normales bajo vigilancia) vinculada a la actividad de promoción inmobiliaria para bancos y cajas de ahorros asciende a 176.000 millones de euros, esto es, un 52% de la exposición total a promoción inmobiliaria».

Según el BdeE, el volumen de exposición problemática representa un 11,4% de la cartera crediticia y un 5,2% del activo consolidado. Asimismo, tal y como recuerda el supervisor en el informe, estos activos están sujetos a la constitución de provisiones.

Con vistas al futuro, el Banco de España vaticina que la inestabilidad de los mercados financieros a cuenta de la crisis de deuda pública y la débil evolución de la economía, que se estancó en el tercer trimestre, causan una incertidumbre que podría derivar en incrementos «adicionales» de la morosidad, que en junio estaba en el 6,8% aunque ya, con datos de septiembre, ha superado el 7%.

«El panorama actual en la zona del euro se caracteriza por la existencia de tensiones financieras desconocidas desde la crisis de Lehman Brothers, resultado de las tensiones aún abiertas sobre la crisis de la deuda soberana», asegura el BdeE, que reconoce  un repunte del 24,9% de los activos dudosos de los créditos al sector privado en junio. El descenso en la concesión de créditos es, según el Banco de España, una tendencia que se ha intensificado en los últimos meses y es «relativamente generalizada» entre las entidades financieras.

En cuanto al balance agregado del sector entre enero y junio, los bancos y cajas ganaron entre todas las entidades 7.835 millones de euros. Con este balance, su rentabilidad bajó del 9,5% de 2010 al 7,4% por la necesidad de seguir dotando los activos dañados. También ha pasado factura al sector el descenso en los márgenes que ha provocado el deterioro generalizado de la economía y el menor negocio. El Banco de España añade que esta disminución de la rentabilidad de los recursos propios se ha producido, en particular, entre aquellas entidades que se han mostrado más activas a la hora de ofrecer altos intereses por los depósitos de los ahorradores.






Informe de la CBO: prosperidad para los pocos

In Actualidad, Economía on 8 noviembre, 2011 at 0:00

Max J. Castro


Un informe muy esperado de la Oficina Congresional del Presupuesto (OCB, por sus siglas en ingles), una rama no partidista del Congreso de EE.UU., acaba de confirmar lo que numerosos estimados no oficiales y estudios académicos han estado indicando durante años: la desigualdad económica de Estados Unidos ha crecido hasta alcanzar proporciones grotescas. En ninguna parte es esto más visible que en el sur de la Florida que de acuerdo a un análisis del Censo estadounidense, es la segunda ciudad, después de Nueva York –sede del símbolo de la desigualdad global, Wall Street (así como algunos de los peores barrios tugurios en los Estados Unidos)–, en el tamaño de la brecha entre ricos y pobres.

Entre 1970 y 2007, el 1 por ciento más rico de la población cosechó la parte del león del crecimiento económico, mientras que los ingresos del 99 por ciento restante prácticamente se estancaron. Durante el período estudiado, los ingresos del 1 por ciento más rico creció a un ritmo tres veces mayor que el del resto de la población. El movimiento Ocupar Wall Street, que también se identifica como el movimiento del 99 por ciento, no podía estar mejor enfocado.

No hace tanto tiempo que Brasil era citado como el mejor ejemplo de la desigualdad económica vigente en lo que entonces era llamado el Tercer Mundo, y al que se refieren ahora como “economías emergentes”.  Se pensaba que la gran concentración de la riqueza y el ingreso era una característica de las “repúblicas bananeras”, en agudo contraste con las democracias avanzadas como Estados Unidos  –lo que el economista John Kenneth Galbraith llamó “la sociedad de la abundancia”.

Ahora los papeles se han invertido. Bajo el presidente socialista Lula da Silva, Brasil montó una seria y relativamente exitosa campaña contra la pobreza y la desigualdad. Al  mismo tiempo, Estados Unidos sobrepasaba a todos los países ricos en el nivel de la desigualdad económica.

Irónicamente, como resultado de la debacle financiera de 2008 –desencadenada por los excesos de Wall Street y otros actores financieros de EE.UU.–, Europa está en vías de convertirse en lo mismo que Estados Unidos, a medida que gobiernos como el de Gran Bretaña o el de Grecia han decidido o han sido obligados a imponer la austeridad a sus pueblos a fin de garantizar que los bancos y otros financieros no tengan que pagar su cuota de la crisis que provocaron.

En realidad, incluso en la cúspide de la prosperidad post Segunda Guerra Mundial, la creencia norteamericana de que Estados Unidos era casi una sociedad sin clases era un mito. La sociedad de la abundancia nunca existió para los pertenecientes a lo que Michael Harrington llamó “el otro Estados unidos”  –blancos pobres en lugares rurales atrasados como los Apalachinas, negros de los guetos urbanos y del delta del Mississippi, mexicanos en California y el Suroeste, puertorriqueños en la Gran Manzana y norteamericanos nativos en las reservaciones.

En el otro extremo del espectro, y a pesar de una tasa máxima marginal de impuestos como del doble de la actual, siempre hubo individuos familias y corporaciones fabulosamente ricas que ejercían un poder enorme, como demostró ampliamente
Ferdinand Lundberg en su libro Los ricos y los superricos: estudio acerca del poder del dinero hoy.

Sin embargo, comparados con las últimas tres décadas, los treinta años previos fueron un tiempo paradisíaco para la clase media en EE.UU. y el gran sector no sindicalizado de la clase trabajadora. El ingreso promedio, la situación del empleo, la tasa de propiedad de casas, la expectativa de vida y otros indicadores de bienestar aumentaron a paso rápido y de manera constante.

En cuanto a los “bolsones de pobreza” que quedaban, se esperaba que con el tiempo desaparecieran, arrasados por la creciente marea económica y programas gubernamentales como los de la Gran Sociedad de Lyndon Johnson. La mayoría de la gente no se preocupaba mucho por los ricos a medida que seguía aumentando su propio nivel de vida.

Pero los días del aumento del salario real terminaron hace muchos años, aunque los norteamericanos solo han llegado a comprenderlo recientemente. La familia de dos ingresos, como resultado del masivo ingreso de la mujer a la fuerza laboral, el crédito fácil y la burbuja de la vivienda enmascararon la realidad del jornal individual por hora que se estancaba y permitió que el 99 por ciento continuara gastando incluso mientras el 1 por ciento se llevaba la mayor parte del botín. Algo tenía que ceder, y así sucedió en 2008 con las crisis en el sector financiero y el mercado de viviendas y sus secuelas, la Gran Recesión.

El nuevo informe de CBO subraya el hecho de que a partir de 2007 vivimos en una sociedad de creciente y grave injusticia social y económica. Desde entonces, la situación solo ha empeorado y amenaza con ser más trágica en el futuro cercano.

La Gran Recesión hizo estragos en los ingresos de decenas de millones de gente trabajadora, en especial en los recién desempleados y subempleados. También devaluó el principal bien de las familias de clase media: su casa. Mientras tanto, las ganancias de las corporaciones seguían aumentando desmesuradamente, Las regalías en Wall Street pronto estaban otra vez en la estratósfera y los médicos y abogados de alto vuelo tampoco sufrían mucho

Y encima de lo malo, lo peor es la respuesta de los decisores de política, la cual es una receta para crear aún más desigualdad. Los grandes recortes del gasto interno del gobierno significan despido de trabajadores, disminución de salarios y recortes de pensiones; en otras palabras, llevar a cabo ataques contra las cosas que el 99 por ciento necesita para sobrevivir: un empleo decente y un salario o pensión justos. El 1 por ciento, cuya riqueza les permite no preocuparse por cosas tales, tiene otra capa de seguridad que son los republicanos en el Congreso, los que han jurado no permitir nunca aumento de los impuestos aunque sea para pagar las guerras, responder a la crisis económica o brindar ayuda a las víctimas de desastres naturales.

Puede que aún haya esperanza de que la situación mejore, pero en estos momentos es bastante difícil ver el lado positivo de las cosas.



(majcastro@gmail.com)

[Fuente: Progreso Semanal]