Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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El Manual

In Actualidad, Economía on 31 diciembre, 2011 at 0:01

Pedro Brenes

Unos culpan a Gorbachov, por demasiado aperturista y transparente. Otros a Stalin, por excesivamente severo y represor. Los maoístas, por su parte, insisten en que la Unión Soviética se había convertido en una potencia «socialimperialista», llegando al extremo de afirmar que en Rusia y las democracias populares del este europeo, desde los tiempos del XX Congreso del PCUS, se había restaurado el capitalismo.

Sin embargo, los economistas burgueses y los teóricos del imperialismo declararon que la «economía de mercado» había demostrado su superioridad sobre la «economía planificada» y, por consiguiente, proclamaron el triunfo definitivo del capitalismo globalizador, el fin del comunismo y aun el fin de la Historia.

Así vemos que cada cual, según su propia posición política, tiene una explicación para la descomposición y la destrucción de los Estados socialistas en la URSS y Europa del Este.

Pues bien, nosotros, para no ser menos, haremos nuestro análisis y expondremos nuestra teoría sobre los orígenes y las causas de los asombrosos e inesperados acontecimientos que llevaron a la restauración del sistema capitalista en esos países. (1)

Pero, ante todo, aprovecharemos la oportunidad para extraer la primera gran lección de la desaparición de la Unión Soviética, a saber: que la revolución socialista, es decir el derrocamiento del Poder estatal de la burguesía capitalista y el acceso al Poder de la clase obrera no es, en absoluto, irreversible. Y que ningún Estado socialista está libre de la posibilidad de la regresión política y social, de la pérdida de las conquistas revolucionarias y de la vuelta al capitalismo.

Porque si el triunfo de la revolución exige de una dirección firme, experimentada y organizada, pertrechada de una elaboración teórica basada en la ciencia marxista-leninista y en las condiciones concretas de cada país y cada momento histórico, el desarrollo de la sociedad socialista, como época histórica de transición entre el capitalismo y el comunismo, precisa también de una teoría revolucionaria bien fundamentada, capaz de guiar a la clase obrera y a todos los trabajadores por el complejo y contradictorio camino de la construcción de la nueva sociedad comunista, con la promoción de nuevos valores morales y políticos, buscando las mejores fórmulas para desarrollar lo más rápidamente posible las fuerzas productivas, extendiendo, ampliando y mejorando los servicios públicos y las prestaciones sociales, y perfeccionando la democracia asamblearia participativa y el control efectivo de las masas populares sobre las decisiones estatales y la elección de sus dirigentes.

Esta imprescindible teoría sobre el Estado socialista, sus características esenciales, su configuración, sus principios, su diversidad y su desarrollo es lo que, en nuestra opinión, a partir de la muerte de Lenin, falló lamentablemente en la Unión Soviética y, en definitiva, condenó al fracaso histórico la experiencia iniciada con la Revolución de Octubre.

La mediocridad, el mecanicismo vulgar y el carácter burocrático y voluntarista de los documentos y elaboraciones teóricas del PCUS, aparecen claramente reflejados en su famoso «Manual de Economía Política» editado por la Academia de Ciencias de la URSS.

En esta obra de más de setecientas páginas (2), se concentran y expresan las concepciones antimarxistas y superficiales del burocratismo soviético y podría decirse que se trata fundamentalmente de la justificación de las prácticas y el estatus privilegiado de la pequeña burguesía intelectual y burocrática, que se hizo con el Poder del Estado y a la que Lenin retrató cuando afirmaba que:

«Los burócratas zaristas han comenzado a pasar a las oficinas de los órganos soviéticos, en los que introducen sus hábitos burocráticos, se encubren con el disfraz de comunistas y, para asegurar un mayor éxito en su carrera, se procuran carnets del PC de Rusia. ¡De modo que después de ser echados por la puerta, se meten por la ventana!». (3)

Resulta muy interesante y sumamente instructivo releer ahora las afirmaciones confusas y contradictorias de los académicos soviéticos sobre la «vigencia de la ley del valor» o sobre que «el trabajo ha perdido su carácter de trabajo asalariado». (4)

Estas aberraciones teóricas, unidas a la supuesta eliminación del mercado, al que se pretendía sustituir por «las leyes de la planificación económica», determinaron la aparición y la consolidación del mercado negro y las mafias criminales y burocráticas que llevaron al Estado a la descomposición moral y la ruina económica, abriendo el camino a la restauración capitalista.

Es significativo también que en este Manual, mientras se afana en establecer un modelo económico único «de transición del capitalismo al socialismo» basado en la arbitraria, voluntarista y burocrática «planificación» de la producción y el consumo, no encontramos ni una palabra sobre la forma política del Estado socialista ni sobre las características de la democracia popular y el control efectivo de la clase obrera sobre su propio Estado de dictadura del proletariado.

Siendo así que tanto Marx como Lenin, al mismo tiempo que admitían y consideraban inevitable la diversidad y el carácter transitorio y cambiante de los sistemas económicos a lo largo de la prolongada época histórica del paso del capitalismo al comunismo, establecieron claramente, Marx en «La guerra civil en Francia» y Lenin en «El Estado y la Revolución», la forma política propia y específica del Estado socialista, poniendo como ejemplo a la Comuna de París.

La elegibilidad y la revocabilidad de todos los dirigentes a todos los niveles de la administración política, judicial y militar, sometidos al mandato imperativo de las asambleas electoras y remunerados al nivel del salario de un obrero especializado, junto con la sustitución del ejército profesional por las milicias, es decir por la organización militar del pueblo armado, y la represión violenta de cualquier intento contrarrevolucionario de la burguesía derrocada son, desde el punto de vista de la teoría marxista-leninista, las claves de la forma específica de organización política del Estado socialista.

Lamentablemente, sin embargo, sobre esto no encontramos ninguna sesuda teorización de la Academia de Ciencias de la URSS. Y mientras los militantes del PCUS, y de otros partidos comunistas en el poder, cometían el pecado capital de descuidar el estudio de la teoría marxista-leninista (recordemos que Mao reconocía abiertamente que nunca había leído «El Capital», lo que probablemente explica muchas cosas), los burócratas infiltrados en el partido y en los órganos del Estado, justificándose con «teorizaciones» destinadas a perpetuar sus privilegios sociales y económicos, introducían y extendían progresivamente su ideología individualista, corrupta y antidemocrática en capas sociales cada vez más amplias, preparando el terreno para que todo tipo de arribistas, mafiosos y colaboracionistas, convertidos hoy en oligarcas propietarios capitalistas de las empresas que antes controlaban burocráticamente como dirigentes del partido, entregaran las conquistas revolucionarias de la clase obrera, logradas con tanto sacrificio y tanta sangre, al imperialismo euronorteamericano.

NOTAS:

(1) Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias, Documento Fundacional, Apartado III b

(2) Manual de Economía Política, Academia de Ciencias de la URSS, 3ª Edición corregida y aumentada, Editorial Grijalbo, Barcelona 1975

(3) V.I. Lenin, Obras Escogidas en 3 tomos, Tomo 3, pág. 179, Editorial Progreso, Moscú

(4) Manual de Economía Política, Pág. 343.

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La importancia del estudio crítico de la construcción del socialismo en el siglo XX para el fortalecimiento del movimiento obrero, para el contraataque eficaz

In Actualidad on 31 diciembre, 2011 at 0:00

Aleka Papariga
Secretaria General del Partido Comunista de Grecia (KKE)

Cuando dimos a la publicidad el tema del 18º Congreso, en que aparte del informe previsto se discutió un asunto especial sobre las conclusiones de la construcción socialista, algunos amigos del partido se preguntaron si fue apropiado, en las condiciones actuales con la apariencia de los primeros signos de la crisis económica capitalista, que el partido tratase un asunto tan importante que quizás, según su opinión, no hubiese la primera línea de la actualidad. No es necesario recordarles la reacción de la prensa burguesa, los comentarios irónicos y cáusticos de periodistas conocidos que les molestó el hecho que nos ocupáramos de este asunto, aunque sabían de antemano porque tomamos esta decisión. La reacción de su parte era totalmente justificada. Tienen un instinto fuerte y perciben cualquier cosa que puede dar fuerza y dinámica al movimiento revolucionario.

Nosotros, desde el primer momento que nos dimos cuenta que el famoso rumbo de la perestroika no fue más que el inicio de la contrarrevolución y la derrota temporal del sistema socialista, entendimos que deberíamos ocuparnos de la gran tarea de dar respuestas a las preguntas razonables que surgieron tanto a nosotros como a todas las personas progresistas sobre lo sucedido, puesto que no estábamos preparados para este acontecimiento trágico. No lo habíamos previsto y desgraciadamente no teníamos los reflejos necesarios para reaccionar ni siquiera poco antes de que se arriara la bandera roja del Kremlin.

Dado que nuestro partido no estaba en poder, no teníamos ninguna responsabilidad directa en la construcción socialista. Pero fue cierto considerarnos como parte del problema. Sin embargo, la tormenta de la contrarrevolución impactó todos los partidos comunistas, creó una crisis interna, llevó algunos a la escisión o a la mutación total, y a otros les provocó confusiones o incluso cuestiones existenciales.

El KKE desde el primer período que se iba determinando el futuro del socialismo en la Unión Soviética, es decir desde 1989 hasta 1991, entró en una profunda crisis ideológica, política y organizativa que dio lugar a la escisión con el abandono de una parte significativa de los miembros del Comité Central dirigidos por el entonces Secretario General del CC. De hecho, ellos estaban promoviendo la condena del movimiento revolucionario y del curso de la construcción socialista, intentaban transformar el Partido en un partido izquierdista oportunista difundido en una alianza de izquierdas que apoyara ciertas reformas limitadas en la gestión del sistema.

La crisis reveló la existencia de una fuerte corriente oportunista de derecha en la dirección del partido que fue aprobada por el sistema político burgués. La crisis de la que sufrió el KKE no era solamente importada. Nunca la atribuimos únicamente al triunfo de la contrarrevolución y a su impacto interno. Los acontecimientos internacionales la revelaron antes, pero lo más importante es que definieron la magnitud de las pérdidas en el sentido de que la amargura del retroceso repentino dificultó a miles de comunistas de ver desde el primer momento el carácter de la crisis del partido que la llevaba a mucha gente a la desmovilización.

Nosotros, los miembros del CC que participamos en la confrontación de la crisis o que nos dimos cuenta más tarde, no debemos olvidar que hicimos nuestro deber en la base de nuestros estatutos que establecen el centralismo democrático que garantiza objetivamente los términos de la democracia dentro del partido para que se desarrolle el diálogo y el debate, para que todos traten de ello creando así una verdadera mayoría. Cuando las deficiencias en la dirección del partido abarcan asuntos de estrategia, literalmente de existencia del Partido, en aquel momento el órgano de dirección no puede ofrecer soluciones, se esconde detrás del problema mientras ello existe y es realmente una dinamita.

La escisión es inevitable en tales circunstancias. No es en generalmente y abstractamente un acontecimiento trágico. Finalmente dirige a la expulsión del partido revolucionario de las fuerzas y de los cuadros que han elegido la vía del consenso, que han elegido tomar acción conforme con las reglas del sistema político burgués. En tales casos la escisión da lugar a la consolidación cuando todas las opciones posibles se han agotado y no existe otro camino. Si hubiéramos actuado así pronto, si no existiera el injustificado (subrayamos que nos referimos a las condiciones concretas internacionales e internas) temor de escisión entonces seguramente bastantes miembros y algunos cuadros del partido no perderían su camino en un período tan crucial para el movimiento popular en general.

Una vez más el oportunismo de derechas aparece como fuerza de contrarrevolución en condiciones de socialismo, como fuerza de división del movimiento comunista revolucionario. Si no te lo haces frente a tiempo, si lo desprecias tiene la fuerza de infligir un golpe devastador y hacer retroceder al movimiento comunista décadas atrás.

Los años 1989-1991 fue uno de los períodos más duros que sufrió nuestro partido incluso en comparación con el período de ilegalidad o de derrota en la guerra civil de 1946-1949. Entonces hubo el ascendiente movimiento comunista, se había formado el sistema socialista en Europa, se había mejorado a nivel global la correlación de fuerzas internacional. Por lo tanto, la dificultad, la derrota en un país, no fueron suficientes para causar confusión y decepción profunda.

En fin, el KKE encontró su camino a tiempo, mutatis mutandis, consiguió superar la crisis, ponerse a pie y mantener, incluso en aquel período, su prestigio e influencia al pueblo en un momento en que todos los “signos” estaban en contra de nosotros. El enemigo de clase empleando varias formas y mecanismos acogió a los cuadros del partido que lo habían abandonado, les asistió sistemáticamente y al mismo tiempo lanzó abiertamente su anticomunismo contra el KKE con todos los medios que disponía, ideológicos, políticos y con viles calumnias.

El curso que siguieron los partidos comunistas hermanos que no trataron abiertamente el problema de la crisis, no les salvó de aventuras en el futuro. Algunos de ellos prefirieron dejar al lado el problema de la victoria de la contrarrevolución bajo el temor de una posible o cierta escisión, y promovieron la lucha diaria para los problemas inmediatos y vitales, sin renovación del programa después de los grandes cambios negativos que se habían producido.

Independientemente de su voluntad, independientemente de intenciones (es cierto que en algunos casos las intenciones no han sido nada inocentes) tenían y siguen teniendo dificultades ya que están expuestos a contradicciones serias e insuperables. Sin un curso orientado hacia el socialismo no es posible que los partidos comunistas hagan frente a los asuntos inmediatos y mucho menos a los asuntos a medio plazo. Será un viaje sin perspectiva que, en última instancia, llevará a la integración y a la dificultad de tratar los problemas cotidianos.

Hoy en día, 20 años después de la escisión, en condiciones de derrota mundial del movimiento revolucionario (temporal pero profunda con consecuencias a largo plazo) el KKE se ha consolidado a nivel ideológico, político y organizativo. Su influencia política va aumentando, desempeña un papel importante en la lucha de clases en nuestro país, mientras hace esfuerzos de reagrupar el movimiento comunista internacional. Al contrario, la organización política del oportunismo, a pesar del apoyo que tenía, no consiguió aumentar su influencia política. Está experimentando conflictos internos sobre la táctica y está constantemente en busca de la “revitalización”. Se dirige sobre todo a sectores de funcionarios estatales de salarios altos y a intelectuales sobornados. No lo menospreciamos. Nuestra lucha incluye un frente ideológico y político permanente contra los puntos de vista oportunistas que en condiciones de imperialismo es posible que fortalezcan y envenenen el radicalismo emergente que muestra una tendencia dinámica en condiciones de crisis económica capitalista. El oportunismo, incluso sin tener forma organizativa, debido a su relación con la socialdemocracia, como rama de la ideología burguesa es siempre peligroso y corrosivo, y en tiempos de retroceso del movimiento y en períodos de contraataque. Es por eso que aun cuando las organizaciones criticadas por los partidos liberales y socialdemócratas, especialmente en períodos que se buscan aliados abiertos no encubiertos, sus posiciones son favorables entre ellos. Cuando frente a ellos existe un partido comunista revolucionario necesitan estos aliados para sus posiciones y como simpatizantes del partido, para crear obstáculos. Los oportunistas son siempre necesarios para el sistema. La antigua y reciente historia del movimiento en Grecia ofrecen abundantes ejemplos.

Desde el primer momento de la restauración de la unidad ideológica y política en el KKE a finales de 1991, nos dimos cuenta que el fortalecimiento del partido y su impacto en los acontecimientos sociopolíticos sería imposible si no definiéramos las causas objetivas y sujetivas de la victoria de la contrarrevolución, si no sacáramos conclusiones. Hay que responder sobre todo a la clase obrera de nuestro país si fue correcto defender el socialismo, la Revolución de Octubre, la URSS. No olvidamos a los miles comunistas griegos que han sido asesinados y ejecutados porque no quisieron salvarse la vida firmando una declaración de condena del PCUS, de la URSS o contra Stalin. Por lo tanto, nos vimos obligados a asumir nuestra responsabilidad y responder a miles de preguntas de miembros del partido y de la KNE, amigos y simpatizantes, y gente bien intencionada. Siempre sentimos que somos parte integrante del movimiento comunista internacional y asumimos la parte de la responsabilidad que nos corresponde en cuanto a los aspectos positivos y negativos.

Sabíamos lo difícil y esencial que es dar respuestas sobre un asunto de importancia mundial y mientras inicialmente no existía posibilidad de cooperación con los partidos comunistas de los antiguos países socialistas puesto que se habían autodisuelto o mutado. Así que hemos creado relaciones con nuevos partidos comunistas que se fundaron en esos países y con científicos marxistas. Hemos conseguido reunir una parte importante del material de los debates realizados en el Partido y en las instituciones científicas, de las diferentes opiniones sobre el curso de la construcción socialista, especialmente después de la II Guerra Mundial. Al mismo tiempo hemos relacionado este tema con las condiciones internacionales, la correlación de fuerzas internacional y con la situación que existía en el movimiento comunista internacional.

Hoy, viendo las cosas con distancia temporal desde 1991 se entiende lo beneficioso y significativo que fue nuestra decisión. Desde el primer momento y después de nuestro congreso en que concretamos que no se trataba de derrumbe sino de victoria de la contrarrevolución que se realizó a través de la perestroika, y enfocando nuestro estudio no en el fin sino en el inicio de la victoria de la Revolución de Octubre. Fue realmente una decisión audaz puesto que se trataba de una grandísima tarea. Así que deberíamos investigar científicamente, no de manera superficial o emocional, todo el período de la construcción socialista y especialmente a nivel de relaciones de producción socialistas, a nivel de economía y no exclusivamente a nivel de superestructura política tal como hicieron varios partidos. Entendíamos que deberíamos examinar los acontecimientos a lo largo de la construcción socialista, dado que los fundadores del socialismo científico, del comunismo, no podían prever la trayectoria entera de la construcción y los nuevos asuntos que surgirían. La decisión de empezar a estudiar las fuentes, el conocimiento que la contrarrevolución no se provocó exclusivamente por razones exteriores sino que tenía raíces dentro de los países socialistas, fueron los elementos que nos impidieron rechazar el socialismo que conocimos. Desde el primer momento destacamos su superioridad, su grande, valiosa e insustituible contribución en los acontecimientos internacionales, en la lucha mundial de la clase obrera y de los pueblos. La investigación que realizamos confirmó y aumentó la contribución del socialismo y sobre todo en el país donde por primera vez se construyó, es decir la URSS.

En 1995, después de haber tomado la opinión y las observaciones de los partidos comunistas con los que teníamos relaciones a nivel internacional, se realizó la Conferencia Panhelénica del Partido (antes se había realizado un debate entre todos los miembros del partido) en la que fue discutido y aprobado el documento con las primeras conclusiones acerca de las causas objetivas y subjetivas del triunfo de la contrarrevolución.

Este documento dejaba incompletos asuntos de la economía socialista y de la superestructura. Sin embargo nos proporcionó con un material básico que nos permitió defender dinámicamente la teoría marxista-leninista, la teoría del socialismo científico. Destacamos críticamente los errores que se cometieron, el terreno en que se desarrollaron, el hecho que evaluaciones y decisiones incorrectas allanaron el camino para el desvío oportunista. El documento se basó sobre todo en el material de la construcción del socialismo en la Unión Soviética. Esto no significa que el estudio no abarca los demás países socialistas, sin embargo era prácticamente más fácil estudiar el primer país que tuvo experiencia de la construcción.

La resolución de 1995 nos proporcionó con la tesis que el socialismo se construyó contra la opinión que en la Unión Soviética existía capitalismo de estado y burocracia obrera. Nos proporcionó con la tesis que la contrarrevolución empezó por los propios partidos en poder.

Nos enteramos de que el XX Congreso, que revisó el Marxismo-Leninismo, y a continuación las reformas económicas posteriores de 1965, señalaron el giro hacia el fortalecimiento de las fuerzas de la contrarrevolución.

Después de 1995 abrimos una nueva página en el estudio más profundo de la construcción socialista utilizando una bibliografía aún más amplia, con mayor cooperación con científicos comunistas de los países que habían construido el socialismo y con partidos comunistas, así como realizando seminarios y viajes organizados especiales y utilizando un material amplio que traducimos con la ayuda de científicos marxistas.

El CC durante un relativamente largo período de tiempo elaboró un nuevo documento, más integrado que se ocupó de las relaciones socialistas de producción, el ámbito de la economía socialista, y en 2008 se utilizó como base de debate y fue discutido dos veces en las organizaciones del partido y de la KNE. Recogimos observaciones, preguntas así como diferentes reflexiones y en fin este texto fue el documento precongresal y un tema separado en el XVIII Congreso de nuestro partido que se realizó en febrero de 2009. El texto de las tesis había sido enviado a todos los partidos comunistas con los que tenemos relaciones, solicitándoles contribuir con sus observaciones y reflexiones.

Fuimos conscientes de que un asunto tan importante que determina el carácter y la estrategia del partido no debería ser simplemente un documento aprobado por el CC sino por el Congreso.

El diálogo que se realizó dentro del partido y la KNE abrió una nueva página en nuestra acción. Cambió en gran medida el ambiente dentro del partido y la KNE y ejerció influencia también a los jóvenes que se acercan al partido en condiciones de propaganda anticomunista fuerte. Los jóvenes, la gente que nació poco antes de perestroika o después del derrocamiento son los más vulnerables a la propaganda negra y anticientífica.

El debate precongresal creó un ambiente de verdadera confianza en que el KKE está en posición de estudiar con decisión y determinación los grandes problemas, hacer su autocrítica y crítica más allá del nihilismo y de la persistente referencia a los errores, sin dejar al enemigo de clase, al oportunismo, que aproveche de esta crítica a expensas del movimiento.

En los documentos del XVIII Congreso de nuestro partido se menciona que la polémica burguesa en contra del movimiento comunista que a menudo se realiza a través del elitismo intelectual, enfoca su ataque en el núcleo revolucionario del movimiento obrero, es decir, se opone a la necesidad de la revolución y de su producto político, la dictadura del proletariado que es el poder obrero revolucionario. En particular, se opone al producto de la primera victoriosa revolución, la Revolución de Octubre en Rusia luchando ferozmente cada fase en que la Revolución ponía de manifiesto y refutaba la acción contrarrevolucionaria, los obstáculos que ponía el oportunismo que, en última instancia, de manera directa o indirecta debilitaban la Revolución a nivel nacional y político.

Actualmente, en los países capitalistas modernos, en las sociedades del capitalismo monopolista las condiciones materiales están en gran medida maduras para el socialismo-comunismo, es decir existe concentración de la producción y de la clase obrera. Es cierto que la desigualdad es un elemento importante para concretar las tareas estratégicas como p.ej. cuestiones de alianzas, predicción del eslabón que puede acelerar la agudización de las contradicciones. Sin embargo, la desigualdad no justifica un objetivo estratégico diferente, es decir un poder diferente del poder obrero, no justifica un poder intermedio entre el poder capitalista y el poder obrero. Es dado el carácter clasista del poder obrero por lo que lucha el Partido Comunista. Sin embargo va a seguir una política de alianzas y va a hacer maniobras para la concentración y preparación de fuerzas.

El KKE expresa esta posición a través de su línea para la formación del Frente Antiimperialista, Antimonopolista, Democrático, la alianza de la clase obrera con los pequeños y medianos campesinos y los autónomos. Sin embargo, es importante que el propio Partido Comunista no confunda la línea de concentración de fuerzas con su objetivo estratégico, que no elimine su posición ideológica-política y estratégica, su entidad organizativa independiente a causa de su participación en formas de organización de la alianza.

El KKE ha hecho ese tipo de errores en el pasado. Hemos traído conclusiones de manera colectiva que según nuestra opinión tienen importancia internacional.

Desarrollo desigual significa desarrollo político y social desigual, significa que algún país o grupo de países, que bajo condiciones concretas puede que constituyan “el eslabón débil” en el sistema imperialista, que aparezcan precondiciones para la manifestación de situación revolucionaria relativamente más temprano. Esto es particularmente importante hoy en condiciones que se llevan a cabo procesos y reorganizaciones en el sistema imperialista y se están agudizando las contradicciones tanto dentro de los países como en el sistema imperialista internacional. Así, consideramos como deber nacional de cada Partido Comunista y de la clase obrera de cada país su contribución en la lucha de clases internacional, utilizando la crisis a escala nacional para la desestabilización-derrocamiento del poder burgués y la conquista del poder para la construcción socialista.

En el Programa de nuestro partido que elaboramos en el 15º Congreso planteamos la posición que la inminente revolución en Grecia va a ser socialista.

Independientemente del tamaño de un país, de la posición que ocupa en el sistema imperialista internacional, en qué continente está etc., consideramos que existen características comunes de la nueva sociedad, de las relaciones socialistas que forma el poder obrero revolucionario. No estamos de acuerdo con la percepción que existen “diferentes modelos” de socialismo y “especificidad nacional” que refuta las leyes que rigen el socialismo. La realidad de cada sociedad p.ej. el tamaño de la población campesina, el nivel de los medios de producción etc. no anulan las tendencias y los principios generales.

Otro punto crítico es adquirir una percepción común en una cuestión fundamental. Si las nuevas relaciones socialistas pueden ser producto de reformas sin el conflicto profundo y el derrocamiento del poder burgués y de sus instituciones.

Aunque este tema ha sido abordado tanto a nivel teórico como a nivel práctico, surge de nuevo y ejerce presión a Partidos Comunistas que a menudo declaran su fe en el Marxismo-Leninismo. Es un asunto fundamental de la estrategia del Movimiento Comunista.

Consideramos que la acción de las masas trabajadoras y populares en el proceso revolucionario implica el conflicto con todas las instituciones del poder burgués hasta su derribo y la creación de los nuevos órganos revolucionarios del poder obrero. Esta es la única manera para quitar el poder político, el dominio de la burguesía, y aplastar la resistencia de la burguesía dado que nunca va a ceder el poder voluntariamente. El concepto de la revolución socialista no se limita solamente en el derrocamiento del poder burgués sino abarca todo el proceso de consolidación de las relaciones comunistas hasta la eliminación absoluta de las clases.

Una de las conclusiones más importantes que sacamos es el reconocimiento del carácter de la sociedad socialista como forma incompleta de la sociedad comunista, como su primera fase. Nos enteramos de que aunque Marx, Engels y Lenin tuvieron una vista teórica del carácter del socialismo en la práctica se interpretó y sobre todo se identificó como una sociedad integrada independiente que su desarrollo llevaría al comunismo. Esta división arbitraria de la sociedad comunista, en socialista y comunista, independientemente de la intención fue la base para el fortalecimiento de percepciones oportunistas tanto a nivel de las relaciones socialistas de producción como a la superestructura. Socavó el carácter de la dictadura del proletariado y de la programación a nivel nacional. Socavó el carácter del Partido Comunista como la vanguardia ideológica y política revolucionaria de la clase obrera incluso durante la consolidación y el desarrollo de la nueva sociedad. Socavó el carácter de la planificación central y, en última instancia, condujo al debilitamiento de las relaciones socialistas de producción en vez de fortalecerlas. De ahí en adelante se explica el fortalecimiento de las fuerzas contrarrevolucionarias en la superestructura política también.

Nosotros como partido, teniendo como base la teoría de Marxismo-Leninismo, consideramos que el socialismo es el comunismo inmaduro, la fase inferior de la sociedad comunista. Es el comunismo que nace de las entrañas del capitalismo y se ve obligado a utilizar la base económica que ha heredado. Sin embargo en el socialismo existen las leyes fundamentales que rigen la sociedad comunista: la socialización de los medios básicos de producción, la reproducción ampliada para la satisfacción de las necesidades sociales, la planificación central, el control obrero, incluso cierta distribución según las necesidades (p.ej. educación, salud etc.). Sin embargo, debido precisamente al carácter inmaduro del socialismo una parte del producto social (lo que tiene que se dirige al consumo individual) se distribuye en la base del principio a cada cual según su trabajo.

Tomamos en cuenta el debate teorético que se realizó en la Unión Soviética y seguiremos estudiando este tema.

Nosotros, como partido, consideramos que se trata de violación de las relacione socialistas la percepción y la política en la base de la ley de valor para la distribución del producto social. Es otra cosa la práctica temporal de ofrecer de manera selectiva un sueldo más alto para el trabajo cualificado y ejecutivo. La medida del trabajo en el socialismo es solamente el tiempo de trabajo que representa la contribución individual planificada para la producción del producto social total. Desde luego destacamos la necesidad de profundizar el estudio sobre los asuntos acerca de la política salarial seguida en la Unión Soviética y en los demás países de Europa Este y Central.

El punto de partida para la construcción socialista es la socialización inmediata de los medios básicos de producción. Teniendo en cuenta las dimensiones actuales de la economía capitalista hablamos de los sectores estratégicos que el propio capitalismo ha concentrado en grandes sociedades por acciones y en grupos monopolistas. Hoy en día, hay gente que se refiere a la Nueva Política Económica (NEP) para justificar las amplias concesiones en cuanto a las relaciones capitalistas, tal como ocurrió en China donde ya han prevalecido, y como había ocurrido en la URSS en los últimos años de la década de 1980.

Consideramos que la NEP constituía una especificidad particular para la Rusia Soviética después de la guerra civil y la intervención extranjera. Lenin no consideraba que la NEP tendría un carácter de medio plazo, sino que fue una necesidad para la transición del comunismo de guerra debido a la intervención imperialista y la guerra civil. La perspectiva de la abolición de la NEP en el futuro cercano fue clara para Lenin. Lo esencias es que de todo modo el poder revolucionario obrero tiene que planear y accionar en la dirección de la abolición de la relación de explotación entre el trabajo asalariado y el capital. Por lo tanto, consideramos que la coexistencia de relaciones comunistas y capitalistas durante mucho tiempo en el marco de la construcción socialista. La experiencia de la URSS demuestra que a corto plazo se planteó la cuestión quien a quien.

La producción comunista –incluso en su etapa inmadura– es directamente producción social: la división del trabajo no se somete al intercambio, no se efectúa a través del mercado, y los productos del trabajo que se consumen individualmente no son mercancía.

Las relaciones mercancía-dinero dejan de existir cuando ya no existen los elementos de la vieja sociedad que las reproducen. Esto no se puede realizar de manera espontánea sino conscientemente, a través de la política del poder obrero. Es decir, la dictadura del proletariado debe tener una política para la erradicación de los elementos de la vieja sociedad, una política de integración de todo trabajo individual en el trabajo directamente social.

Reconocemos la existencia de relaciones mercancía-dinero en el intercambio entre productos de la producción socialista y productos de la cooperativa. Sin embargo, la dirección de la construcción socialista debe ser la erradicación de las relaciones mercancía-dinero y debe acompañarse por una política correspondiente. Es decir, debe ser acompañada por medidas que aceleren el proceso de la fusión de formas bajas de cooperativa en superiores, para el desarrollo y la madurez de las formas de cooperativa superiores–desde el punto de vista de condiciones previas materiales- para que pasen a la producción social directa.

Se entiende que en países como Grecia donde siguen existiendo relativamente más amplios sectores de pequeños productores (p.ej en la producción agrícola) se plantea el asunto de consolidar una alianza con estos sectores en el proceso de la construcción socialista a través de cooperativas de producción subordinadas a la planificación central como forma de transición que pretende crear las condiciones previas materiales y subjetivas para la integración esencial de los autónomos en la producción social directa, para la plena socialización de los medios de producción.

Defendemos el principio de la planificación central de la economía, de la producción, de la distribución de la mano de obra y del producto social y consideramos que hoy se debe estudiar en qué manera el Partido Comunista asegura en cada fase la utilización plena y a tiempo de los logros científicos-técnicos en la planificación central, para que exprese como producto del factor subjetivo las leyes socialistas y así funcionar efectivamente para las metas de la producción y distribución ampliada socialista.

Desde este punto de vista consideramos que la decisión política que predominó después del XX Congreso del PCUS y especialmente después de 1965 para la utilización de los mecanismos y de las leyes del mercado supuestamente para corregir los errores y las deficiencias de la planificación central (p.ej. ganancias de empresas, introducción de autogestión de las empresas etc.) fue incorrecta y constituía una desviación reformista y oportunista.

Consideramos que en el socialismo, al nivel del poder, corresponde la dictadura revolucionaria de la clase obrera que es una condición previa para la transformación de las relaciones sociales y, ante todo, de las relaciones de producción y de la superestructura. La dictadura del proletariado, a pesar de las calumnias de la propaganda burguesa y pequeño-burguesa, es el tipo de estado que saca de la marginalidad a las grandes masas proletarias en contradicción con el parlamentarismo burgués. Por supuesto tiene que ver con la capacidad del partido de afirmar en la práctica su papel de dirección revolucionaria para atraer masas obreras en los órganos del poder estatal que se consolidan en base productiva, en cada servicio social etc. En estos órganos, con la ayuda de las correspondientes organizaciones del partido, la clase obrera aprende a ejercer las tres funciones del poder: decidir, ejecutar y controlar. Un asunto especial del poder obrero revolucionario es lo de atraer a los sectores populares no proletarios o semi-proletarios a la perspectiva del socialismo. Esto significa que se planea la consolidación de órganos correspondientes p.ej. de los campesinos cooperativistas, los autónomos.

Con la resolución del XVIII Congreso de nuestro partido sobre el socialismo pasamos a una fase de contraataque ideológico y político.

El estudio de la construcción socialista enriqueció nuestra percepción del socialismo que habíamos elaborado en 1996 en el XV Congreso de nuestro partido.

La resolución sobre el socialismo no nos permite solamente responder al oponente. Este es un lado, una de las metas. Teniendo más claro en la conciencia colectiva del partido qué es la construcción socialista, el modo de resolver los problemas de la socialización, de la estratificación, de la lucha de clases que se va agudizando, qué ocurre con las relaciones entre la mercancía y el dinero, con la planificación y la programación y con el control obrero, tenemos hoy la capacidad de conectar mejor la táctica con la estrategia, promocionar al pueblo nuestra alternativa relacionada con el problema del poder.

Destacamos los logros del socialismo que, a pesar de los errores, las deficiencias y los obstáculos objetivos a causa de la correlación internacional, eran sin precedentes y no se podían comparar con los derechos de los trabajadores en el capitalismo. Así, no solamente refutamos la calumnia, pero también demostramos que existen posibilidades de resolver los problemas del pueblo y de los trabajadores, que existe solución y perspectiva.

Damos un contenido esencial en la confrontación con la ideología burguesa, con el revisionismo, el reformismo y el oportunismo.

El oportunismo internacional se ha reagrupado basándose en el triunfo de la contrarrevolución, en la desilusión y la confusión que se provocó. Incluso en Europa se ha formado el Partido de la Izquierda Europea mientras en otros continentes como en América hace esfuerzos para promover la percepción socialdemócrata sobre el socialismo y manipular los partidos y movimientos que comienzan a despertar.

Creemos que en esta dirección funciona el esfuerzo para la formación de la llamada “Quinta Internacional” como centro de reproducción y difusión de percepciones utópicas y oportunistas como la del “Socialismo del siglo XXI”. Constituirá un instrumento de presión para que se abandone la identidad comunista. Sobre todo porque en ella las fuerzas que desempeñan un papel dirigente son fuerzas gubernamentales, fuerzas que han trabajado para la disolución de partidos comunistas, así como fuerzas socialdemócratas y trotskistas.

Nosotros, los comunistas griegos, con grandes experiencias de 92 años de lucha incesante no olvidamos que la clase burguesa apoyó y sigue apoyando todo desvío ideológico y político de los principios y leyes que rigen el movimiento revolucionario, la teoría del socialismo científico. Su ataque está enfocado en asuntos de “democracia socialista” y se convierte en enemigo intolerante del período que se consolidó la base socialista de la Unión Soviética, cuando se determinó la victoria del socialismo.

La resolución del XVIII Congreso indica que “examinamos los acontecimientos de forma crítica y autocrítica, para hacer el KKE, como parte del movimiento comunista internacional, más fuerte en la lucha por el derrocamiento del capitalismo, por la construcción del socialismo. Estudiamos y juzgamos el rumbo de la construcción socialista de manera autocrítica, es decir, con plena conciencia de que nuestras debilidades, deficiencias teóricas y análisis erróneos también constituían parte del problema.

Continuamos realizando análisis y conclusiones adicionales para el enriquecimiento de nuestra percepción programática del socialismo armados con un espíritu colectivo, siendo conscientes de las dificultades y deficiencias y con determinación clasista. Somos conscientes de que los futuros estudios históricos realizados por nuestro partido y por el movimiento comunista a nivel internacional, sin duda iluminarán aún más los temas relativos a la experiencia de la Unión Soviética y del resto de países socialistas. Está más allá de toda duda que aparecerán asuntos que exijan una mejora y profundización de algunas de nuestras afirmaciones. Sin embargo, el desarrollo de la teoría del socialismo-comunismo es una necesidad, un proceso vivo, un desafío para nuestro partido y para el movimiento comunista internacional, hoy y en el futuro.”


[Fuente: Revista Comunista Internacional]






El PP inicia la segunda oleada de recortes y subida de impuestos contra los asalariados

In Actualidad, Economía on 30 diciembre, 2011 at 20:03

Tras la oleada de recortes del gobierno del PSOE, el gobierno del PP ha decidido cargar con nuevos bríos contra los asalariados, a los que sube el IRPF, congela el salario mínimo y reduce prestaciones sociales. Y «es sólo el inicio del inicio«, ha advertido la ministra portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría. La segunda oleada se espera pasadas las elecciones autonómicas andaluzas en marzo.

El gobierno español ha dado este primer tijeretazo esgrimiendo el argumento de que el déficit público, que se esperaba fuera del 6% al cerrar el año, ascenderá al menos al 8%. Esto «obliga», según Saénz, a recortar 36.500 millones de euros en vez de los 16.500 millones que ya avanzó durante el debate de investidura.

Rebajar el déficit público es una estrategia central de la derecha europea para poder seguir subvencianando a los bancos («recapitalizarlos»), a la vez que se detren recursos que afectan a la calidad de vida de los asalariados, deteriorando los servicios públicos esenciales.

De esta manera se sube el impuesto sobre la renta (IRPF), pagado en su inmensa mayoría por los asalariados y, en mucha menor medida por los autónomos, con un incremento de entre un 0,75% y un 7%, en función de los tramos. Será un «recargo complementario de solidaridad», según ha definido eufemísticamente la ministra portavoz del Gobierno.

Por ejemplo, quien cobre entre 12.000 y 16.000 euros deberá pagar 53 euros más. Aquellos que ganen entre 16.000 y 22.000 euros se toparán con una subida del entorno de 80 euros. Sólo con las rentas del trabajo el Ejecutivo contempla recaudar 6.200 millones de euros.  había prometido en su debate electoral con Rubalcaba que no subiría los impuestos.

Por supuesto, no se toca la fiscalidad de las (Sociedades de Inversión de Capital Variable), implantadas por el gobierno de Felipe González (PSOE), y que permite a los grandes capitalistas eludir el IRPF y tributar al 1%.

También subirá el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), la conocida «contribución», medida que afectará a la mitad de las viviendas y con la que el gobierno espera recaudar 918 millones de euros.

Además se congela la aplicación de la Ley de Dependencia, suspendiendo la incorporación de nuevas categorías de beneficiarios de la Ley de Dependencia. Asimismo, el PP ha decidido limitar la ayuda al alquiler de 210 euros durante cuatro años para jóvenes de entre 22 y 30 años denominada Renta Básica de Emancipación, no permitiendo la incorporación de nuevos beneficiarios.

Como ya se había anunciado, se congela el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 641,4 euros al mes.

Además se amplia la jornada laboral de los trabajadores de todas las administraciones públicas a 37,5 horas. También se congela la plantilla de todas las administraciones: la tasa de reposición (la cobertura de vacantes)  se sitúa para 2012 en el 0%, salvo para docentes, personal de hospitales y centros de salud del sistema nacional, fuerzas armadas y cuerpos de seguridad del Estado e inspectores tributarios y laborales, que, en todos estos casos, es del 10%.

Tal y como se había adelantado,  para 2012 se mantiene la congelación salarial de los empleados públicos. Es la cuarta que se produce desde el comienzo de la democracia. Antes del Ejecutivo de Mariano Rajoy también optaron por la misma medida los gobiernos de Felipe González (en 1994), José María Aznar (1997) -con Rajoy como ministro de Administraciones Públicas- y José Luis Rodríguez Zapatero (2011).

La tercera congelación se produjo este año después de que en mayo de 2010 el gobierno de Zapatero rebajara un 5 % el salario de los empleados públicos, la primera reducción aprobada por un gobierno español para este colectivo.

Por otro lado, el gobierno del PP ha dado finalmente luz verde a la represiva ley Sinde del PSOE, tras anunciar que creará la Comisión de Propiedad Intelectual para proteger los derechos de los creadores frente al, en su opinión, «expolio» de las páginas de descarga en internet. Además que se suprimirá el canon digital, que se sustituirá por un «sistema de compensación de copia privada».

Entre el amplio abánico de recortes, está el del 20% de las subvenciones a los partidos políticos, sindicatos y asociaciones empresariales, lo que supone casi 85 millones de euros: para patronales y sindicatos 55 millones de euros menos y para los partidos políticos 29,68 millones menos. En cambio, los más de 10.000 millones de euros que el Estado regala a la Iglesia Católica no sufrirán merma alguna.







Justicia «igual para todos»: el rey español supo con antelación cuándo imputarían a Urdangarín

In Actualidad on 30 diciembre, 2011 at 10:57

Lo de la Justicia igual para todos es una coña en el Estado español. El rey supo por adelantado la fecha en la que Iñaki Urdangarín iba a ser imputado por apropiación de fondos públicos, lo que permitió a Juan Carlos Borbón preparar con suficiente antelación la estrategia para desvincularse de su yerno, según el digital de derechas El Confidencial, que informa que la monarquía ha tenido acceso a información privilegiada sobre los pasos dados por la Fiscalía Anticorrupción y el Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, instructor del caso Urdangarín.

Cuando el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, anunció el pasado día 12 que Urdangarín quedaba apartado de la agenda oficial de la Familia Real por su «comportamiento no ejemplar», aseguró también que la Corona, por primera vez, rendiría cuentas sobre sus finanzas «antes de final de año». La razón de que el número dos de La Zarzuela se cuidara mucho de señalar entonces una fecha concreta es que aquel día los asesores de Don Juan Carlos aún desconocían cuándo sería imputado Urdangarín. Y el efecto buscado xon el «destape» presupuestario del monarca perdería todo su valor si se producía tras la imputación del duque de Palma.

La intención del juez Castro, con el beneplácito del fiscal Anticorrupción de Baleares, Pedro Horrach, era dictar el auto de imputación de Urdangarín antes de Nochebuena. Es decir, previamente a que el Rey pronunciase su tradicional discurso navideño, en el que afirmó que «la Justicia es igual para todos», aunque no citó a su yerno. Ese calendario daría al traste con la estrategia de la Casa del Rey, que pasaba por lavar la imagen de la Corona antes de que el ex jugador internacional de balonmano y actual consejero de Telefónica fuese imputado.

Para los intereses de la monarquía resultaba vital que el auto judicial de Castro se hiciese público tras el mensaje navideño del rey y después de que éste revelase los entresijos de sus finanzas, nunca antes. Fue entonces cuando Spottorno movió sus hilos para que el juez retrasara su decisión hasta una fecha lo más cercana posible a Nochevieja. El jefe de la Casa del Rey se puso entonces en contacto con el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, a quien ya había trasladado anteriormente la «honda preocupación» del monarca por la dilación de la investigación judicial y el grave daño que ésta estaba causando a la Corona.

Spottorno apeló a «razones de Estado» para salvaguardar la imagen y la credibilidad de la monarquía, y finalmente se pactó la fecha del 29 de diciembre para hacer pública la imputación de Urdangarín, que ya sólo cuenta con el apoyo de su kujer, Cristina Borbón, y de su suegra, la consorte real Sofía Borbón Grecia.

De esta forma, la decisión del juez Castro se ha conocido tras la secuencia temporal que arrancó con las instrucciones dictadas por el asesor jurídico de Juan Carlos Borbón, José Manuel Romero Moreno, conde de Fontao, al yernísimo, a quien advirtió que no viajase a Madrid en Navidad; siguió con el comunicado de Urdangarín en el que éste lamentaba el «grave daño» que sus negocios estaban causando a la Casa del Rey; continuó con su marginación de la agenda oficial de la familia real; prosiguió con el mensaje de Nochebuena del monarca y concluyó con la publicación de una especie de cuentas de La Zarzuela. Es decir, un calendario ajustado al guión diseñado por el rey.

No ha sido ésta, sin embargo, la única ocasión en que la Casa del Rey ha manejado información privilegiada en relación con el caso Urdangarín. El pasado 7 de noviembre el Borbón suspendió por sorpresa un viaje oficial a Barcelona programado para visitar la 50ª edición del Salón Náutico. Desde La Zarzuela se informó de que la cancelación de la visita obedecía a las súbitas molestias que el monarca sufría en su pie izquierdo, del que fue operado el 4 de septiembre. Pero la verdadera razón, según reveló el diario digital Vozpópuli, fue que ese mismo día la policía iba a registrar la sede del Instituto Nóos en la capital catalana, y el advirtió con antelación al monarca para evitar tan embarazosa coincidencia.







Latinoamérica resurge frente a la crisis de EEUU y la Unión Europea

In Actualidad, Economía on 30 diciembre, 2011 at 0:01

Vicky Peláez

La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable derecho de destino” (Simón Bolívar)

Tenían que pasar 185 años para que comenzara a cumplirse el sueño de Simón Bolívar de “formar de todo un mundo nuevo, una sola nación” en América Latina con su propio espacio geopolítico. Esto se hizo evidente la semana pasada cuando se reunieron en Caracas los líderes de 33 países de la región, excluyendo a Estados Unidos y Canadá, en la Primera Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Fueron casi doscientos años de lucha, primero, contra el colonialismo español y después, el imperialismo norteamericano diseñado por sus Padres Fundadores con el propósito de ser dueños desde el Hemisferio Sur al Hemisferio Norte.

La doctrina de James Monroe “América para los Americanos” (1826) ha sido uno de los instrumentos de dominio reforzado posteriormente por la Declaración de la Primera Conferencia de la Unión Panamericana (1889) que dio origen a la idea de que América Latina fuera el “patio trasero” norteamericano.

Como dijo el profesor estadounidense Samuel Huntington, “occidente no conquistó el mundo por la superioridad de sus ideas, valores o la religión, sino por la superioridad de la violencia organizada”.

Pero todo tiene su tiempo, y la superioridad está siempre en permanente peligro de desgaste. Y así sucedió la sacudida de América Latina de sus cadenas tanto físicas, como sicológicas y espirituales. Así llegó la hora tan largamente anhelada por los latinoamericanos de sentirse seguros y con voluntad de iniciar su propio vuelo independiente sin control de nadie.

¿Y quién puede ejercerlo en este momento? Europa está desgastada, desfinanciada y sumida en el miedo. Estados Unidos está atravesando una severa crisis económica, sin avistarse hasta ahora una salida, producto de sus burbujas financieras y de sus “guerras permanentes” y “caos controlados”. Solamente China, los países del Sureste Asiático, Rusia y ahora América Latina son los que muestran índices de un estable crecimiento económico.

Tal es la situación que la Unión Europea está pidiendo a China y a Rusia para que compren una parte de la deuda soberana europea. Estados Unidos también busca el apoyo financiero de estos dos países.

Pero lo más extraño es que el presidente de Bolsas y Mercados Españoles, Antonio Zoido lanzó desde España un SOS a América Latina para acudir a sus 700.000 millones de dólares de reserva y salvarse.

Así por primera vez en los tiempos modernos a los que llamaron “sudacas” “no son parte del problema, sino de la solución”, según el presidente de la Secretaría General Iberoamericana, Enrique Iglesias.

También el jefe del gobierno español saliente, José Luis Rodríguez Zapatero, que nunca paró la discriminación contra los inmigrantes latinos, expresó deseos de fortalecer vínculos con América Latina para obtener ayuda.

Es cierto que América Latina está en condiciones de lanzar un salvavidas a Europa. Sin embargo teniendo en cuenta la deuda de Gran Bretaña con Argentina por un préstamo millonario durante la Segunda Guerra Mundial que nunca ha devuelto, sumado con la suerte de 200 mil millones de dólares depositados por el gobierno de Gadafi en Europa y Estados Unidos y que prácticamente han desaparecido, no hay mucha voluntad para ayudar, pues todo apoyo otorgado cae en una bolsa sin fondo.

La presidenta brasileña Dilma Rousseff expresó hace poco su opinión que coincide con sus colegas latinoamericanos: “no tengo la menor intención de hacer contribuciones directas a Europa”.

Los chinos y los rusos también prefieren comprar infraestructuras norteamericanas y europeas en vez de otorgar préstamos. Y como iban a hacerlo de otra forma si Estados Unidos ya retornó a la política de la Guerra Fría, esta vez contra China en el Sudeste Asiático.

Y acaso el presidente de Rusia Medvedev no se da cuenta de que, de acuerdo a la declaración del 24 de Noviembre de este año de uno de los norteamericanos lúcidos, ex Assistant Secretary of the U.S. Treasury Paul Craig Roberts quien fue muy claro al decir que, “los misiles y radares norteamericanos ya están en el lugar. Rusia ya está rodeada”.

En estas condiciones el enorme potencial geoeconómico de América Latina debe ser dirigido, como lo planea la CELAC al desarrollo interno del continente con superficie de 20,5 millones de kilómetros cuadrados donde habitan unos 600 millones de habitantes.

El Producto Interno Bruto (PIB) conjunto de la región supera unos seis millones de millones de dólares. Su crecimiento económico promedio anual entre 2005 a 2011 es 5.5 por ciento superior al de UE y EE.UU. en conjunto, y para 2012 se espera que sea el 6.2 por ciento.

Los yacimientos de petróleo son algo de 380 mil millones de barriles y las reservas de oro están alrededor de 700 toneladas frente a 877 t. de los rusos. La región posee el 30 por ciento de las fuentes de agua dulce en el mundo y es la mayor productora y exportadora de alimentos.

Siempre ha habido todas las condiciones para el desarrollo, faltaba la unión de los países. Ahora la CELAC tiene esta tarea que va a ser harto difícil porque dentro de la CELAC hay países como Chile, México, Costa Rica, Honduras, Colombia, Panamá, y el Salvador alineados con EEUU, Trinidad y Tobago pertenece a la Comunidad Británica y no se sabe la orientación del Perú.

También hay más de 15 bases militares norteamericanas y sus dos escuelas de policía. En realidad el motor de la CELAC lo constituyen los países del ALBA (Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Dominica, San Vicente y Granadina) y su corazón está en Venezuela. Precisamente de estos países y de la participación del Brasil y Argentina dependerá su futuro.

Las condiciones objetivas y subjetivas para la CELAC están dadas y hay abundantes recursos financieros y económicos para hacerla realidad. Falta la estructura e infraestructura de la Comunidad, su Banco de Reserva, su moneda Sucre respaldada por el oro, el coraje de los gobiernos y la voluntad del pueblo. Como dijo el autor de Don Quijote, Miguel de Cervantes que “no hay clavo tan fuerte que pueda detener a la rueda de la fortuna”. En este momento la fortuna está con América Latina y no aprovecharla sería una irresponsabilidad que jamás perdonarían las futuras generaciones.


[Fuente: RIA Novosti]






Cuba: Ajustar la agricultura a la realidad

In Actualidad, Economía on 30 diciembre, 2011 at 0:00

Elsa Claro

Del total de habitantes de Cuba (11, 2 millones), solo un 30% es población rural y de esa fracción, apenas un 18% se dedica a producir bienes agrícolas. Eso explica, en parte, solo en parte, que entregar tierra a los campesinos, darle créditos o suministros no sea suficiente para aumentar la producción de alimentos. Haría falta, junto con todo aquello que descentraliza y estimula, una definición sobre el modelo de agricultura a emplear.

Los especialistas del ramo aplauden los pasos dados, pero los consideran, incompletos, y hasta se pone en duda la voluntad o capacidades de algunos funcionarios para una tarea transformadora. Hay factores que entorpecen y hasta envenenan el curso de cuanto se busca y un caso nunca suficientemente citado, es el de la comercialización a través de concentradores que, como Acopio, son poco confiables.

El sector agrícola cubano está obligado a sacudirse prejuicios y malos hábitos, nutrirse de ideas y funciones conocidas pero no siempre aplicadas.

Con ingresos procedentes del turismo u otras fuentes, se deberían adquirir los insumos que los campesinos requieren, que tengan calidad y, muy importante, escuchar de ellos qué necesitan y no ofertarle lo que en algún despacho se decide (…) no estoy refiriéndome a tractores ni grandes maquinarias, sino a machetes y guatacas, por ejemplo”, especifica el doctor en ciencias Roberto Caballero, alguien que años atrás dejó los medios académicos donde se desenvolvía como ingeniero agrónomo, para insertarse en una cooperativa agraria donde aprendió lo que no puede enseñarse en las universidades.

Según mi interlocutor, si se cambian varias pautas vigentes se logaría: 1.- Una agricultura rentable, no subsidiada. 2.-Socialmente justa, con precios inferiores a los actuales, ruinosos para gran cantidad de personas. 3.-Que sea ambientalmente poco agresiva y, como añadido, buscando recuperar los suelos, bastante dañados.

Que se haya despoblado el campo es consecuencia de criterios erróneos. Buscando enaltecer al sector campesino, los urbanizamos de forma masiva, plantea Caballero, recordando cómo no se estimuló a los jóvenes del campo para que se calificaran en carreras afines a las tradiciones familiares y se les indujo a otras alejadas de su medio natural.

Hoy, la mejor recompensa de quienes siguen aferrados a la tierra es que ganan mucho dinero, pero eso no basta. Durante decenios se llevó electricidad adonde no había y se hicieron muchas carreteras, como parte de un desarrollo que no siempre tuvo en cuenta hábitos y requerimientos del campesinado, cabe decir, pero aún son escasas las líneas telefónicas, el transporte, trazado o reparación de calles y la infraestructura que facilita la existencia en un sitio cualquiera para que a sus habitantes les guste permanecer allí.

Se habla mucho del llamado sentido de pertenencia “y yo creo que debería hablarse de sentido de propiedad, de que es suyo el suelo, la casa cerca, lo que logran con su esfuerzo” y que eso es distinguido socialmente, afirma Caballero y aclara que tal no supone privatizar toda la tierra, sino darle mayor participación en las decisiones a quien la trabaja.

Aparte de lo subjetivo y su enorme importancia, hay que considerar que Cuba tiene condiciones adversas que hacen difícil esta labor. Una es la extraordinaria variedad de tipos de suelo en un mismo territorio. Eso dificulta la obtención de buenos rendimientos sobre todo si el cultivo es a gran escala. Fuera de la caña, que no es muy exigente, y algún otro, las plantaciones extensivas pocas veces tienen felices cosechas.

Tenemos además un clima muy variable, con factores casi imposibles de pronosticar. Todo eso sugiere que es preferible el área de cultivo pequeño, sin exagerar en ese punto, por supuesto.

La experiencia indica que se logran mejores cosechas y mayor eficiencia, a esas escalas, pues cualquier elemento es más controlable, y si hay daños por algún motivo, la recuperación también se agiliza. Hablo de cooperativas o de Unidades Básica de Producción Cooperativa (UBPC) de 150 y hasta 300 hectáreas, o un poco más…”, dice Caballero.

(…) “Suele sobredimensionarse la importancia de la tecnología, de los recursos materiales en general. En los 80 había más tractores y agro-químicos en Cuba que en Canadá y Estados Unidos. Incluso hoy tenemos una mayor cantidad de áreas bajo riego que la de muchos países ricos”, añade.

Contar con muchos medios mecanizados, precisa, es lo preferido para tener óptimos resultados agrícolas. Se piensa así en las esferas ministeriales y, por contagio, también impera en el juicio de muchos productores, sobre todo los de menos experiencia.

Nuestro problema no es tecnológico, es de enfoque, es funcional, estructural, un inconveniente que padece no solo Cuba, sino casi toda Latinoamérica…”. La ruta a seguir, considera Caballero, es ajustar la agricultura sostenible a la realidad cubana y hacerlo municipio por municipio, con los recursos y características de cada sitio.

Si hace falta el empleo de más bueyes, debe contarse con herrerías, porque ahora existen talleres para implementos mecánicos, pero debemos contar con la posibilidad de reparar herramientas, aparte de crear bioplaguicidas, entre otros factores.

Bajo un esquema como el que nos esboza, Roberto Caballero se desempeña en un programa llamado Articulación agroecológica, diseño de alternativas para seguridad alimentaria local. Con ese título fue presentada una argumentación cubana que ganó el concurso de la Comisión Europea que junto con la Agencia suiza para la cooperación y el desarrollo (HIVOS) tutelan un experimento ejecutado por la Asociación cubana de trabajadores agrícolas y forestales (ACTAF).

Funciona en apoyo de los empeños nacionales en agricultura urbana y sub urbana de tan buena ejecutoria en los últimos años. El proyecto se aplica en Cienfuegos, Ciego de Ávila, Camaguey, Las Tunas y Bejucal, partiendo de empoderar a los actores locales, los que deciden y quienes producen. “Muchos nos dijeron que si se reunía a factores tan diversos cada cual iba a tirar para lo suyo, pero afortunada y sorprendentemente, no fue así. En cuanto se dijo: ustedes serán responsables de garantizar la comida de esta zona y se van a dirigir desde aquí mismo, todos se pusieron de acuerdo y están trabajando sobre esas bases (…) es estimulante y hermoso”.

Simplificando: las delegaciones del Ministerio de la Agricultura a esa escala, del poder popular o cualquier otro, intercambian y deciden junto con los campesinos o sus delegados, con criterio participativo real, sobre cuanto se proponen para su municipio.

Cuando se trabaja horizontalmente se unen y multiplican las capacidades y también los resultados”, afirma Caballero, miembro de un grupo caracterizado por el pragmatismo: no desestiman ningún procedimiento o método siempre que todo se haga con la gente bien unida hacia la misma meta y entre quienes queda menos espacio para los fracasos.


[Fuente: Progreso Semanal]