Nelson Lombana Silva
del Partido Comunista Colombiano (PCC)
La relectura detallada del manifiesto comunista, escrito por Carlos Marx y Federico Engels en 1847, permite entender en toda su dimensión la lucha ideológica entre el capitalismo en su decadencia y el socialismo en su surgimiento con todos los reveses que ha tenido, pero que sigue siendo la opción para millones y millones de seres humanos vilmente explotados y engañados.
La ruta histórica es inexorable. Si pasamos del comunismo primitivo, a la esclavitud, al feudalismo, estamos en el capitalismo, ¿Qué nos impide decir que no habremos de pasar al Socialismo? Esa sospecha no está supedita a simples especulaciones que genera la fe. Está fundamentada en la ciencia, en la concepción materialista y dialéctica del mundo. Todo está en movimiento. Todo está cambiando constantemente con avances y retrocesos. Nada está dado de una vez y para siempre.
El marxismo – leninismo y los aportes adicionales a través de la historia confirman la posibilidad de la humanidad abrazar en su totalidad esta utopía. Primero porque “El marxismo es antiburgués y anticapitalista, antiespiritualista y antidogmático”, señala Herman Duncker. [i] Segundo, porque, “El socialismo es la ciencia aplicada a todos los campos de la actividad humana”, expresa August Bebel. [ii]
En esa dura batalla ideológica y política entre lo viejo, (sistema capitalista) y lo nuevo, (sistema socialista), la burguesía se va lanza en ristre constantemente contra el socialismo y el comunismo. Usa todos sus medios a su alcance para intentar evitar lo inevitable: El derrumbe del capitalismo y el surgimiento del socialismo.
En el manifiesto Comunista, Marx y Engels enumeran 7 calumnias, infames por cierto, que vale recordar cuando la lucha de clases no pierde vigencia y todos los días se presentan con fuerza e ímpetu. Diríase que no pierden vigencia y cobran suma actualidad. Estas calumnias son:
1. “Se nos ha reprochado a los Comunistas el querer abolir la propiedad personalmente adquirida, fruto del trabajo propio, esa propiedad que forma la base de toda libertad, de toda actividad, de toda independencia individual”. [iii] Con fina ironía y profundo conocimiento Marx y Engels, contestan a esta calumnia: “No tenemos que abolirla: El progreso de la industria la ha abolido y está aboliéndola a diario”. [iv] Y agregan: “En la sociedad burguesa domina, por consiguiente, el pasado sobre el presente. En la sociedad comunista domina el presente sobre el pasado. En la sociedad burguesa el capital es independiente y tiene personalidad, mientras que el individuo que trabaja no tiene ni independencia ni personalidad”. [v] La propiedad personal y conseguida con el trabajo es sagrada y nadie tiene por qué apoderarse de ella en el socialismo, pero en cambio sí sucede a diario en el capitalismo. El diablo juzga por su condición, señala el adagio popular.
2. “El Comunismo no respeta ni la personalidad ni la libertad”. Marx y Engels contestan: “En la sociedad burguesa el capital es independiente y tiene personalidad, mientras que el individuo que trabaja no tiene ni independencia ni personalidad. Se trata efectivamente de abolir la personalidad burguesa, la independencia burguesa y la libertad burguesa. Por libertad en las condiciones actuales de la producción burguesa, se entiende la libertad de comercio, la libertad de comprar y vender”. [vi] ¿Cuál libertad en el capitalismo? Un taxista me decía: “Soy libre, me puedo ir para donde me de la puta gana”. Le contesté: “Si eso es cierto, pues hágalo. Dese un paseo por la costa con su familia”. El taxista me mira por el espejo retrovisor y me dice sin rodeos: “Pero, ¿Con qué? No hay billete”. “Se fija, le contesto, esa supuesta libertad de la que usted habla es virtual, imaginaria, no es real para el pueblo”. Libertad es autonomía, independencia y eso solo se encuentra en el socialismo.
3. En el Comunismo debe reinar la holgazanería general, porque en este sistema los hombres dejan de trabajar: Causa hilaridad esta calumnia, pero dejemos que sean Marx y Engels los que respondan: “Se ha objetado que con la abolición de la propiedad privada cesaría toda actividad y sobrevendría una indolencia general. Si así fuese, hace ya mucho tiempo que la sociedad burguesa habría sucumbido a manos de la holgazanería, puesto que en ella los que trabajan no adquieren y los que adquieren no trabajan”. [vii] Más claro no canta un gallo, dice el dicho popular. El trabajo es el verdadero creador del ser humano, por eso en el socialismo será una necesidad prioritaria, la diferencia es que no es un trabajo alienante y dos, será dignamente remunerado.
4. El Comunismo aniquilaría la Cultura, otra calumnia: Los autores del Manifiesto Comunista, responden: “La desaparición de la propiedad de clase equivale a la desaparición de toda producción, la desaparición de la cultura de clase significa para él (burgués) la desaparición de toda cultura. La cultura, cuya pérdida deplora, no es para la inmensa mayoría de los hombres más que el adiestramiento que los transforma en máquinas”.[viii] Con el advenimiento del Comunismo desaparecerá la cultura burguesa y florecerá la cultura popular del pueblo, aquella que se encuentra minimizada, vapuleada e ignorada.
5. El Comunismo abolirá la familia, otra acusación más. Marx y Engels, responden: “¡Querer abolir la familia! Hasta los más radicales se indignan ante este infame designio de los Comunistas”. Aquí Marx y Engels, son sarcásticos, se ríen de las “babosadas” de la burguesía. Agregan: “¿En qué bases descansa la familia actual, la familia burguesa? En el capital, en el lucro privado. La familia, plenamente desarrollada, no existe más que para la burguesía; pero encuentra su complemento en la supresión forzosa de toda familia para el proletariado y en la prostitución pública. La familia burguesa desaparece naturalmente al dejar de existir ese complemento suyo, y ambos desaparecen con la desaparición del capital. ¿No reprocháis el querer abolir la explotación de los hijos por sus padres? Confesamos este crimen”. [ix] Con el advenimiento del Socialismo el ser humano será el centro, lo más importante y la familia será puntal básico en el bello proceso de la humanización, será la recuperación del asombro y el fortalecimiento de las relaciones deterioradas por el capitalismo, donde los hogares se destruyen a diario por falta de recursos económicos, solidaridad y compromiso del Estado capitalista y como dicen los exponentes del Comunismo Científicos, se acude a la prostitución de sus hijos e hijas y de la misma madre con tal de llevar un pedazo de pan a casa. Esa es la realidad. En Cuba se moviliza todo un pueblo por rescatar a un niño de las garras de los Estados Unidos, en Colombia mueren miles de criaturas de física hambre. Cuba es socialista y Colombia se encuentra bajo la égida del capitalismo. Es la razón y la gran diferencia.
6. Se acusa a los Comunistas de querer abolir la patria, la nacionalidad: Los camaradas Marx y Engels, responden: “Los obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo que no poseen. Más, por cuanto el proletariado debe en primer lugar conquistar el poder político, elevarse a la condición de clase nacional, constituirse en nación, todavía es nacional, aunque de ninguna manera en el sentido burgués. El aislamiento nacional y los antagonismos entre los pueblos desaparecen de día en día con el desarrollo de la burguesía, la libertad de comercio y el mercado mundial, con la uniformidad de la producción industrial y las condiciones de existencia que le corresponden. En la misma medida en que sea abolida la explotación de un individuo por otro, será abolida la explotación de una nación por otra. Al mismo tiempo que el antagonismo de las clases en el interior de las naciones, desaparecerá la hostilidad de las naciones entre sí”. [x] ¿Con qué autoridad la burguesía lanza semejante acusación, si ella no maneja relaciones humanas sino intereses económicos? ¿Cuál patriotismo de la burguesía si por el ansia del dinero entrega la soberanía y la dignidad de la patria al capital imperialista? ¿Colombia dominada por la rancia oligarquía no es un ejemplo palpable? Claudio Katz, economista argentino, señala: “Las clases dominantes utilizan, por ejemplo, el discurso de la globalización para atropellar a la clase obrera, pero bloquean la extensión de este principio a la libre movilidad de los asalariados. Aceptan la mundialización del capital, pero no la del trabajo. Promueven la internacionalización de los negocios, pero rechazan su aplicación a cualquier acto de solidaridad social”.[xi] Esa burguesía transnacionalizada, que no le importa la soberanía, es la que hipócritamente acusa a los Comunistas con todo el cinismo del mundo.
7. Los Comunistas persiguen la abolición de la religión y de la Moral: Al respecto dicen Marx y Engels: “En el ocaso del mundo antiguo las viejas religiones fueron vencidas por la religión cristiana. Cuando en el siglo XVIII las ideas cristianas fueron vencidas por las ideas de la ilustración, la sociedad feudal libraba una lucha a muerte contra la burguesía, entonces revolucionaria. Las ideas de libertad religiosa y de libertad de conciencia no hicieron más que reflejar el reinado de la libre concurrencia en el dominio de la conciencia. Sin duda – se nos dirá – las ideas religiosas, morales, filosóficas, políticas, jurídicas, etc, se han ido modificando en el curso del desarrollo histórico. Pero la religión, la moral, la filosofía, la política, el derecho, se han mantenido siempre a través de estas transformaciones. Existen, además, verdades eternas, tales como la libertad, la justicia, etc, que son comunes a todo estado de la sociedad. Pero el Comunismo quiere abolir estas verdades eternas, quiere abolir la religión y la moral, en lugar de darles una forma nueva, y por eso contradice a todo el desarrollo histórico anterior. ¿A qué se reduce esta acusación? La historia de todas las sociedades que han existido hasta hoy se desenvuelve en medio de contradicciones de clase, de contradicciones que revisten formas diversas en las diferentes épocas. La revolución Comunista es la ruptura más radical de las relaciones de propiedad tradicionales”. [xii] La postura farisea de la burguesía resalta más que nunca, porque en nombre de su Dios, mata, roba, explota, engaña, invade países, genera millones de muertes en el mundo por hambre y falta de políticas sociales claras y precisas. Creer o no creer es potestad de cada individuo que se va superando con el conocimiento científico. La religiosidad se inspira en la fe y la fe, dice Rius, es la negación a todo razonamiento científico. Con el falso criterio se considera que todo es eterno e inmodificable, la ciencia nos enseña que todo está cambiando y a velocidades insospechadas.
Las calumnias de la burguesía contra el Comunismo y presentadas por los padres del conocimiento científico en 1.847, se renuevan hoy constantemente, por cuanto la lucha de clases no pierde vigencia y por el contrario, cada día se exacerba más en la medida en que el régimen capitalista se acerca a su ocaso inexorable.
Ibagué, noviembre 27 de 2.011
NOTAS
[i] DUNCKER, Herman. Cómo estudiar el manifiesto comunista. Ediciones pensamiento crítico. Bogotá, 2011. Página consultada 4.
[ii] BEBEL, August. La mujer y el socialismo. Editorial J.H.W. Dietz Nachf. Berlín. 1.946. edición alemana página 624.
[iii] MARX, Carlos y ENGELS, Federico. Textos escogidos. Biblioteca marxista. Ocean sur. Una editorial latinoamericana. Página consultada 79.
[iv] Ibíd. Página consultada 79.
[v] DUNCKER, Herman. Cómo estudiar el manifiesto comunista. Página consultada 55.
[vi] MARX, Carlos y ENGELS, Federico. Textos escogidos. Página consultada 80.
[vii] Ibíd. Página consultada 81.
[viii] Ibíd. Página consultada 81.
[ix] Ibíd. Página consultada 82.
[x] Ibíd. Página consultada 83.
[xi] KATZ, Claudio. Bajo el imperio del capital. Espacio crítico Ediciones. Colección K movimiento. Primera edición para Colombia: Bogotá, octubre de 2011. Impreso en Colombia por Digiprin Editores E.U. página consultada 81.
[xii] MARX, Carlos y ENGELS, Federico. Textos escogidos. Página consultada 84.