Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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El PCC denuncia la subida de las tarifas de guaguas en Las Palmas

In Actualidad on 6 diciembre, 2011 at 0:02

Partido Comunista de Canarias (PCC)


La subida de las tarifas de Guaguas Municipales, a partir de enero del 2012:

– Billete sencillo: de 1,20 a 1,30 euros – un 8%
– Bono guagua de 10 viajes: de 6,50 a 7,50 euros – un 15%
– Bono estudiantes: de 25 a 27 euros – un 8%
– Bono fácil: de 38,50 a 42 euros – un 9%

penaliza a las y los trabajadores que utilizan las guaguas públicas, como medio de transporte habitual en la Ciudad, teniendo en cuenta que las mayores subidas se dan en los bonos guaguas de 10 viajes, utilizado por el 65% de las y los viajeros y el bono fácil, utilizado fundamentalmente por las y los trabajadores de los barrios populares que deben realizar varios desplazamientos al día, para ir a sus puestos de trabajo.

Constatamos, una vez más, que el poder político al servicio del poder económico – en este caso, el Partido Popular- , sigue con la política de hacer pagar la crisis a los que no la hemos generado, a los que menos tenemos, a la clase trabajadora.

Si Guaguas Municipales tiene un presupuesto de 42 millones de euros, y sólo ingresa 23 millones de euros de venta, es evidente que debe mejorar el servicio para ganar usuarios, adoptando medidas preferenciales al transporte público en el ordenamiento de la circulación (carriles-bus, direcciones exclusivas, preferencias semafóricas, apoyo de agentes municipales y otras) y en la mejora de la calidad del servicio (adecuación de la oferta a la demanda, regularidad, frecuencia, comodidad de los vehículos, programas regulares de inversión en el servicio de Guaguas Municipales).

También debe recibir las aportaciones necesarias, definiendo un marco estable de financiación, con el compromiso firme de otras instituciones que no se están comprometiendo en el actual contrato-programa. No puede seguir la actual situación en la que el Cabildo Insular de Gran Canaria sólo aporte 2,7 millones de subvención de explotación al transporte público de la capital, la Autoridad Única del Transporte de Gran Canaria 4,8 millones de inversión, y que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria deba aportar 16,8 millones para ampliación de capital, gastos de explotación (bonificación tarifas), déficit de explotación (Contrato-Programa) y déficit de explotación (aportación propia fuera del Contrato-Programa de 11,2 millones de euros).

No nos vale la excusa de que el Cabildo Insular de Gran Canaria gobernado por el Partido Popular y Coalición Canaria no pueda aportar más por la crisis. LOS QUE NO PODEMOS SOMOS LAS Y LOS TRABAJADORES.






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Los Borbones se retratan con el «pufo» de Iñaki

In Actualidad on 6 diciembre, 2011 at 0:01

Marcos Roitman Rosenmann


Familia que roba unida, permanece unida. Ya no se trata de ser republicano. Supongo que entre los partidarios de la monarquía, como forma de gobierno, habitan gentes honestas. Hoy deben estar pasando un calvario. La casa de los Borbones se antoja corrupta y falta de toda ética. Desde los enjuagues del rey Juan Carlos I, con el sha de Irán, en los años 70 pidiéndole 5 millones de dólares, y con Manuel Colón de Prado y Carvajal, amiguísimo que actuó como testaferro del monarca en negocios turbios, se han sucedido casos donde se reconoce el sello de la casa real borbónica.

Cada vez que el rey coge el teléfono para interceder, apoyando proyectos fuera de España de empresas como Endesa, Telefónica, Iberdrola, Santander o La Caixa, recibe tajada. Sin duda este ejemplo lo sigue a rajatabla su yerno Iñaki Undangarín, quien se ha revelado como un caballero en el arte fino del timo y el fraude. Ahora, podemos entender las razones por las cuales, sus altezas reales, los duques de Palma, emigran a Estados Unidos. No se trataba de aprender inglés, todos, descendientes incluidos, son duchos en el manejo de la lengua de Shakespeare. Tampoco era una medida diseñada para patrocinar la marca España. Fijar la residencia en Estados Unidos, ha tenido motivos bastardos. Era el camino más fácil para no levantar sospechas de corrupción. Mejor hacerse invisible, alejarse del escenario del delito. No ser motivo de habladurías, ni carne de cañón de la prensa amarilla y las revistas del corazón, tan dadas a destapar asuntos turbios. Quienes sabían de los negocios de los duques, les dieron un buen consejo.

Lamentablemente no les ha servido de mucho. Han bastado un par de años para que salga a la luz el cobro de comisiones por más de 6 millones de euros, pagados al Instituto Nóos, cuyo estandarte, el ex jugador de balonmano Iñaki Undangarín, se había transformado en duque consorte. Le era suficiente abrir la boca y decir que estaba interesado en una concesión, un proyecto o en asesorar a tal o cual organismo oficial, para obtener el contrato sin pasar por fiscalización alguna. Su aval, el apellido, no su capacidad de trabajo. Por ser quien era, utilizó influencias y se valió de su posición para conseguir favores en forma de millones de euros. Así, vería aumentar su patrimonio personal. Los datos son claros, la Sociedad General de Autores, hoy investigada por fraude, y cuya directiva ha sido destituida, pagó 760 mil euros por gastos de gestión a la ONG presidida por Undangarín, Nóos, que debemos recordar dice en sus estatutos que es una organización sin ánimo de lucro. Igualmente, el presidente del club Villarreal entregó otros 700 mil euros; el gobierno de la Comunidad Autónoma Balear, en el mandato de Jaume Matas, le facturó por servicios la friolera de 2.3 millones de euros. Y entre 2004 y 2005, recibió fondos públicos por un total de 6 millones de euros.

En este pufo han participado empresas como Ford, Toyota, Iberdrola, Bancaja, Volkswagen, el club Valencia y el Villarreal, además de presidentes de comunidades autónomas, políticos del Partido Popular y un amplio elenco de actores menores. Me refiero a la parafernalia que hace posible la corrupción y el traspaso de fondos. Despachos de abogados, empresas de publicidad, directores de bancos, empleados de confianza, etcétera. Nada detuvo al duque de Palma en sus ansias de amasar una buena fortuna sin gran esfuerzo. Pero no olvidemos que también su esposa, la primogénita, hoy alejada del trono por la ley sálica, también sabe el significado de recibir favores cuando se tiene un apellido real. Mientras realizaba la carrera de ciencias políticas en la Universidad Complutense, le confeccionaron un itinerario a su medida. Poca asistencia, muchos favores y un expediente inmaculado. No sólo le eligieron una tutora para la ocasión, rompiendo todos los protocolos de la decencia, además seleccionaron a los docentes. Su tutora, María del Carmen Iglesias, sería recompensada por su magnífica tarea con un título nobiliario y otorgándole un sillón en Real Academia de la Lengua. Todo un logro para un currículum académico gris y de poca monta.

La familia real no tiene empacho, goza de impunidad, inmunidad y del silencio cómplice de los medios, sobre todo cuando se trata de cubrirles las espaldas. En este sentido, la justicia no puede ser menos, condena a sus detractores y exonera a los cortesanos. Hoy, el ministerio fiscal no contempla llamar a don Iñaki Undangarín como imputado. El guión está claro, otros asumirán las culpas. Él, a pesar de todos los indicios, saldrá libre de polvo y paja. Dirá que lo engañaron, que se siente defraudado y ofrecerá disculpas. En otras palabras, para los duques de Palma el dinero, para sus testaferros la cárcel. Seguramente sus cómplices sabían el costo que suponía recibir las migajas, pero fueron felices mientras duró.

España no vive su mejor momento. Con una crisis con más de 4 millones de parados, un aumento de la desigualdad y la pobreza, que afecta a más de 8 millones de españoles, la monarquía no deja de producir escándalos financieros. Sus gastos superfluos y el despilfarro se configuran como una seña de identidad. El patrimonio nacional les permite tener empleados al margen de los presupuestos destinados a la casa real por el Parlamento. La opacidad en las cuentas es uno de los agujeros negros que presenta la monarquía. Hoy más que nunca resulta obligado pedirle cuentas y cuestionarse el mantenimiento de una institución corrupta, cuyo aporte a la democracia ha sido poco o nulo. La sociedad española, aunque sea lentamente, toma conciencia de su inutilidad en medio del siglo XXI. El movimiento por la Tercera República es muy incipiente y minoritario, aunque lentamente cobra fuerza, lo cual, al menos, es un oasis de esperanza en el medio plazo.


[Fuente: La Jornada]






Mentiras y verdades sobre Siria

In Actualidad on 6 diciembre, 2011 at 0:00

Thierry Meyssan

En 1999, durante la guerra de Kosovo, la Red Voltaire expresó su indignación sobre el hecho que Francia participara en la guerra junto a la OTAN sin que se realizara un voto al respecto en la Asamblea Nacional y con la silenciosa complicidad de los presidentes de los grupos parlamentarios. Señalamos entonces que la negativa del presidente de la República y del primer ministro a organizar un verdadero debate permitía presagiar la opacidad que rodearía la conducción de la guerra.

También tomamos entonces la iniciativa de publicar un boletín cotidiano sobre el conflicto. La OTAN destruyó de inmediato los sitios web del gobierno serbio impidiéndonos así tener acceso a la versión serbia sobre los hechos. Para remediar esa carencia nos suscribimos a las agencias de prensa de la región (las de Croacia, Bosnia, Grecia, Chipre, Turquía, Hungría, etc.).

Durante todo el conflicto ofrecimos un resumen diario de la conferencia de prensa que ofrecía la OTAN en Bruselas y también un resumen de los testimonios de los periodistas de países vecinos; países que, habían tenido a veces graves diferencias con Serbia, pero cuyos gobiernos narraban los hechos de la misma manera. A medida que iba pasando el tiempo, la versión de la OTAN y la de los periodistas locales fueron separándose, hasta que llegó el momento en que ya no tenían nada en común.

Al final eran ya dos historias radicalmente diferentes. No teníamos cómo saber quién mentía o si una de las dos partes estaba diciendo la verdad. Nuestros lectores tenían la impresión de estar volviéndose esquizofrénicos, sobre todo si se tiene en cuenta que los medios de prensa de Europa occidental sólo repetían la versión de la OTAN y que, por lo tanto, nuestros lectores sólo tenían dos versiones paralelas cuando nos leían a nosotros.

Proseguimos esa línea de trabajo a lo largo de los 3 meses de duración de los combates. Cuando por fin cesó el tronar de las armas, los colegas y amigos que pudieron entonces viajar a los lugares de los hechos comprobaron con estupor que no hubo «propaganda de ambas partes».

No, la versión de la OTAN era enteramente falsa mientras que la de los periodistas locales era enteramente real. Durante los siguientes meses informes parlamentarios de varios países miembros de la OTAN permitieron comprobar los hechos. Varios libros fueron publicados sobre el método concebido por el consejero de prensa de Tony Blair, método que permitió a la OTAN manipular a toda la prensa occidental y que se conoce como «story telling».

Se puede intoxicar a todos los periodistas occidentales y esconderles los hechos si se les cuenta un cuento de niños, a condición de no interrumpir jamás la narración, de cargarla con referencias capaces de despertar lejanas reminiscencias y de mantener su coherencia.

No tuve entonces el reflejo de irme rápidamente a Serbia antes de que estallara la guerra y ya no pude hacerlo cuando comenzó el tronar de las armas. Pero en este momento, amigo lector, me encuentro en Siria, donde he tenido tiempo de investigar como es debido y desde allí escribo este artículo. Es por lo tanto con conocimiento de causa que afirmo aquí que la máquina de propaganda de la OTAN se ha puesto nuevamente en marcha en el caso de Siria, como anteriormente sucedió en Serbia.

La OTAN está contando una historia que no tiene nada que ver con la realidad y lo hace con ánimo de justificar una «intervención militar humanitaria», al estilo del oxímoron blairiano. Y ahí termina el paralelismo: Slobodan Milosevic era un criminal de guerra que nos presentaron como un autor de crímenes contra la humanidad para justificar el desmembramiento de su país; Bachar el-Assad es un combatiente de la resistencia antiimperialista y antisionista que apoyó al Hezbollah cuando el Líbano fue agredido y que además respalda al Hamas y a la Yihad islámica en su lucha por la liberación de la patria palestina.

CUATRO MENTIRAS DE LA OTAN

 1. Según la OTAN y sus aliados del Golfo, masivas manifestaciones vienen desarrollándose en Siria desde hace 8 meses en demanda de más libertades y del retiro del presidente Bachar el-Assad.

Falso. Sólo en algunas ciudades, y al llamado de predicadores sauditas y egipcios a través de Al-Jazzera, se produjeron algunas manifestaciones contra el presidente Bachar el-Assad y lo cierto es que esas manifestaciones reunieron, cuando más, un total de 100 000 personas. En dichas manifestaciones no se pedía más libertad sino la instauración de un régimen islámico. Si se exigía la dimisión del presidente al-Assad no era por causa de su política sino porque los manifestantes apoyaban una corriente sectaria del sunnismo, la corriente takfiri, y afirman que Bachar el-Assad es un hereje –porque es alauita– sin derecho por lo tanto a ejercer el poder en un país musulmán que, según la corriente takfiri, sólo puede ser gobernado legítimamente por un sunnita perteneciente a la misma escuela teológica que la corriente takfiri.

 2. Según la OTAN y sus aliados del Golfo, el «régimen» respondió a las manifestaciones dispersando a las multitudes con el uso de municiones de guerra, lo cual habría provocado al menos 3 500 muertos en lo que va de año.

Falso. En primer lugar, es imposible reprimir manifestaciones que nunca han tenido lugar. Además, desde el principio mismo de los incidentes, las autoridades comprendieron que el objetivo era provocar enfrentamientos de índole confesional en un país donde el laicismo ha sido la columna vertebral del Estado desde el siglo VIII. Así que el presidente Bachar el-Assad prohibió a las fuerzas de seguridad, a la policía y el ejército, el uso de armas de fuego en cualquier circunstancia en la que existiese la más mínima posibilidad de herir a civiles. Su objetivo es impedir que la existencia de heridos o muertos de tal o más cual confesión pueda servir de pretexto para justificar una guerra confesional. Las fuerzas de seguridad están aplicando esas instrucciones presidenciales al pie de la letra, incluso, como veremos más adelante, al precio de poner en peligro las vidas de sus propios miembros. En cuanto a la cantidad de muertos, en realidad son la mitad de la suma mencionada. Y la mayoría no son civiles sino soldados y policías, lo cual pude comprobar personalmente en el transcurso de mis visitas a hospitales y morgues civiles y militares.

 3. Cuando logramos romper el muro del silencio y que numerosos medios de prensa reconocieran la presencia en Siria de escuadrones de la muerte provenientes del exterior que asesinan civiles en las ciudades y tienden emboscadas al ejército, la OTAN y sus aliados del Golfo empezaron a hablar de un ejército de desertores. Según la OTAN y sus cómplices del Golfo, hubo militares (no policías) que recibieron órdenes de disparar contra la gente por lo que decidieron rebelarse y conformar un ejército sirio libre, que ya contaría con 1 500 hombres.

Falso. Sólo se han producido unas pocas decenas de deserciones y los desertores han huido a Turquía, donde están bajo las órdenes de un oficial miembro del clan de Rifaat el-Assad y Abdel Hakim Khaddam, públicamente vinculado a la CIA. Lo que sí existe es un creciente número de jóvenes que se niegan a hacer el servicio militar, a menudo debido a presiones de sus familiares más que por decisión propia, ya que los militares que caen en una emboscada no tienen derecho a defenderse haciendo uso de sus armas si se hallan civiles en el lugar. Así que los militares tienen que estar dispuestos a sacrificar sus propias vidas si no tienen cómo escapar a sus agresores.

 4. Según la OTAN y sus aliados del Golfo, el ciclo revolución/represión ha cedido su lugar a un principio de «guerra civil». Atrapados en esa circunstancia, 1,5 millones de sirios estarían siendo víctimas del hambre. Sería por lo tanto conveniente organizar «corredores humanitarios» para permitir el envío de alimentos y la huida de los civiles que deseen abandonar las zonas de combate.

Falso. En relación con el número y la crueldad de los ataques perpetrados por los escuadrones provenientes del exterior, los desplazamientos de población son poco numerosos. Siria es un país autosuficiente en el plano agrícola y la producción no ha disminuido significativamente. Sí existen, en cambio, frecuentes interrupciones de la circulación a través de las carreteras en las que se producen la mayoría de las emboscadas. Además, al producirse algún ataque dentro de una ciudad, los comerciantes cierran de inmediato sus establecimientos. Esto ha venido ocasionando graves problemas de distribución, incluso en lo tocante a la alimentación. Pero ni siquiera son esas las verdaderas causas del problema. Son las sanciones económicas las que están provocando un desastre. Siria, país que a lo largo del decenio había registrado una tasa anual de crecimiento del 5%, ya no puede vender sus hidrocarburos a Europa occidental y su industria turística está siendo gravemente afectada. Mucha gente ha perdido así sus empleos y sus ingresos y se ve por lo tanto obligada a economizar en todos los aspectos. El gobierno está haciéndose cargo de esas personas y está distribuyendo gratuitamente combustible (para la calefacción) y alimentos. Lo cierto es que, ante tal situación, hay que decir que sin la ayuda del gobierno de el-Assad, 1,5 millones de sirios serían hoy víctimas de la desnutrición por causa de las sanciones de los países occidentales.

En definitiva, aunque nos encontramos aún en una etapa de guerra no convencional, con envío de mercenarios y de fuerzas especiales para desestabilizar el país, la narración que ofrecen la OTAN y sus aliados del Golfo ya se aleja considerablemente de la realidad. Y el abismo entre esa imagen y la realidad de los hechos ira acentuándose cada vez más. En lo que a usted concierne, amigo lector, al no hallarse usted en el lugar de los hechos, no tiene razón alguna para confiar en mí más que en la OTAN. Pero sí existen, sin embargo, algunos indicios que pueden indicarle cómo orientarse.

CUATRO EVIDENCIAS QUE LA OTAN SE EMPEÑA EN OCULTAR

 1. Sería lógico creer que las acusaciones sobre la supuesta represión y la cantidad de víctimas han sido objeto de la más cuidadosa comprobación. Pero no es así. Todos los datos al respecto provienen de una sola fuente: el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede… en Londres, cuyos responsables se escudan tras el más estricto anonimato. ¿Qué valor pueden tener esas graves acusaciones si no se confrontan con los informes de otras fuentes? ¿Por qué instituciones como la Oficina del Alto Comisario de la ONU para los Derechos Humanos se hacen eco de tales acusaciones sin tomarse el trabajo de comprobar su veracidad?

 2. Rusia y China recurrieron al veto contra un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que abría el camino a una intervención militar internacional. Los responsables políticos de la OTAN nos explican, apenados, que los rusos están protegiendo su base naval militar del puerto sirio de Tartus y que los chinos son capaces de cualquier cosa con tal de obtener unos cuantos barriles de petróleo. ¿Debemos aceptar el concepto maniqueo de que Washington, Londres y París hacen gala de buenos sentimientos mientras que Moscú y Pekín son esencialmente egoístas e insensibles al martirio de un pueblo? ¿Es posible no darnos cuenta de que Rusia y China tienen muchos menos interés en defender Siria que los países occidentales en destruirla?

 3. Resulta ciertamente extraña la composición de la coalición de estos países supuestamente bien intencionados. ¿Podemos acaso pasar por alto el hecho que los dos principales contribuyentes de la Liga Árabe y promotores de la «democratización» en Siria son precisamente Arabia Saudita y Qatar, dos dictaduras al servicio de Estados Unidos y de Gran Bretaña? ¿Podemos acaso dejar de preguntarnos si los mismos países occidentales que acaban de destruir sucesivamente Afganistán, Irak y Libia –donde ya demostraron lo poco que les importa la vida humana– son realmente honestos cuando enarbolan el estandarte humanitario?

 4. Y ante todo, para no dejarnos manipular en cuanto a los acontecimientos en Siria, es esencial ponerlos en su contexto. Para la OTAN y sus aliados del Golfo –cuyos ejércitos ya invadieron Yemen y Bahrein ahogando allí en sangre las manifestaciones– la «revolución siria» es la prolongación de la «primavera árabe», según la cual los pueblos de la región aspiran a la democracia de mercado y al confort del American Way of Life.

Por el contrario, para rusos y chinos, al igual que para venezolanos y sudafricanos, lo que sucede en Siria es la continuación del «rediseño del Medio Oriente ampliado» anunciado por Washington y que ya ha dejado 1,2 millones de muertos, un proceso al que toda persona preocupada por la vida humana debe sentirse deseosa de poner fin. Estos últimos recuerdan que, el 15 de septiembre de 2001, el presidente George W. Bush programó 7 guerras. Los preparativos para el ataque contra Siria comenzaron oficialmente el 12 de diciembre de 2003 con el voto de la Syrian Accountability Act, en medio de la euforia por la caída de Bagdad. Desde ese día, el presidente de Estados Unidos –cargo que hoy ejerce Barack Obama– cuenta con la autorización del Congreso para atacar Siria y ni siquiera está obligado a presentarse ante los parlamentarios estadounidenses antes de dar la orden de abrir fuego. Así que la cuestión no es saber si la OTAN ha encontrado una justificación divina para desencadenar la guerra sino más bien si Siria podrá encontrar un medio de salir de esta situación, como ya logró hacerlo ante todas las acusaciones difamatorias, y para no caer en todas las trampas anteriores, como el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri o el ataque israelí contra una imaginaria central nuclear militar.

LOS «GRANDES MEDIOS DE PRENSA COMERCIAL» OCCIDENTALES ANTE LOS HECHOS Y COMO TESTIGOS

Ya al terminar este artículo quisiera señalar, amigo lector, que la Red Voltaire facilitó una gira de prensa organizada por iniciativa del Centro Católico de Información de los Cristianos de Oriente, en el marco de la apertura a los medios de prensa occidentales, apertura que el propio presidente el-Assad anunció a la Liga Árabe.

Nosotros mismos ayudamos a los periodistas de los grandes medios a viajar a las zonas de combate. Nuestros colegas se sintieron al principio incómodos en nuestra compañía, al mismo tiempo porque tenían de nosotros una imagen negativa preconcebida y porque creían trataríamos de lavarles el cerebro. Pero pudieron comprobar posteriormente que somos personas normales y que nuestro compromiso no nos ha hecho renunciar a nuestro espíritu crítico.

En definitiva, a pesar de que están íntimamente convencidos de la bondad de la OTAN y de que no comparten nuestro propio compromiso antiimperialista, pudieron ver y oír la realidad de los hechos. Con honestidad, mencionaron en sus trabajos las acciones de las bandas armadas que siembran el terror en el país.

También es cierto que se abstuvieron de contradecir abiertamente la versión atlantista y que trataron de conciliar con esa versión lo que ellos mismos habían podido ver y oír, lo cual los obligó a veces a hacer toda una serie de piruetas alrededor del concepto de «guerra civil» entre el ejército sirio y mercenarios extranjeros. En todo caso, los reportajes de la Radio Televisión Belge (RTBF) o los del diario La Libre Belgique, por citar tan sólo dos casos, demuestran que desde hace 8 meses la OTAN ha venido escondiendo las acciones de los escuadrones de la muerte extranjeros cuyos crímenes atribuye a las autoridades sirias.


[Fuente: Voltairenet.org]