Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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Intervención de Aleka Papariga (KKE) en el 13º Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros

In Actualidad on 15 diciembre, 2011 at 0:02

Reproducimos la intervención de la camarada Aleka Papariga, Secretaria General del Comité Central del Partido Comunista de Grecia (KKE), en el XIII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros celebrado en Atenas del viernes al domingo pasados.

Estimados camaradas;

Les damos una bienvenida calurosa una vez más en Atenas. Como ya saben, aquí tuvo lugar, por iniciativa de nuestro partido, el primer encuentro de partidos comunistas y obreros en 1998 para la coordinación, la acción conjunta y el reagrupamiento del Movimiento Comunista Internacional que está experimentando una crisis ideológica, política y organizativa.

En 2005 aquí, en Atenas, decidimos de manera colectiva de que este encuentro internacional viajase a otros Estados y continentes, a Europa, América Latina, Oriente Medio, Asia y África. Hoy en día nos encontramos de nuevo en Atenas para estudiar la experiencia, sacar conclusiones de este curso importante, intensificar nuestros esfuerzos en las nuevas condiciones de la crisis capitalista profunda, de antiguos y nuevos focos de guerra por el reparto de los mercados.

Cuando aparecieron los primeros signos de la crisis en nuestro país, nos encontramos ideológica y políticamente preparados para llevar a cabo, con un ajuste muy rápido, las grandes tareas, para especializar nuestra estrategia y táctica, contribuir a la agrupación y aumentar la militancia de las fuerzas obreras y populares, con demandas radicales y formas de lucha avanzadas. Esta preparación se debe, en nuestra opinión, a dos factores combinados que, permítanos decir, su importancia va más allá del nivel nacional:

1. El KKE ha defendido el socialismo y la contribución de la URSS a la lucha de los pueblos de la ofensiva anticomunista furiosa, incluso en las condiciones más difíciles. Pero no se limitó en esto. Desde principios de la década de 1990 dimos prioridad al estudio científico necesariamente largo en base a los archivos, sobre las causas de la victoria de la contrarrevolución en la URSS y los demás países socialistas. Después de 18 años de estudios, concluimos en la resolución del 18º Congreso mientras seguimos profundizando en asuntos de la superestructura política, de los órganos de poder, del control obrero. Es verdad que la experiencia adquirida destaca la necesidad del poder obrero, la socialización de los medios de producción y la planificación central en oposición a la percepción del “Socialismo del siglo XXI” o del “socialismo del mercado”, que no tienen nada que ver con el socialismo científico y la experiencia de la construcción socialista. Cuando se promovieron las leyes del mercado en la construcción socialista y las relaciones de producción socialistas y el control obrero se debilitaron, empezó la cuenta atrás hacia la contrarrevolución.

2. Al mismo tiempo prestamos especial atención al estudio de los acontecimientos económicos y políticos en la UE, en el sistema imperialista, de las contradicciones y la competencia, y, por supuesto, de los acontecimientos económicos en Grecia, centrándonos en las consecuencias que hemos tenido y, sobre todo, que vamos a enfrentar como Estado miembro, mientras las tendencias centrífugas hoy día son evidentes. Además, se ha demostrado muy útil, incluso para el presente, el estudio de los veinte años de la historia del Partido y del movimiento en Grecia durante el período 1949-1968. Este periodo es adecuado para el estudio crítico y la evaluación de la estrategia del Partido en un periodo de desarrollo del capitalismo griego y de su adaptación a la Comunidad Europea. Hemos tratado este asunto de modo crítico y autocrítico, pero además desde el punto de vista del impacto del curso del movimiento comunista internacional, del que formamos parte integral.

En el mismo periodo, no ha habido algún problema político de mayor o menor importancia, y, sobre todo, problema obrero popular socioeconómico sobre el cual no intentamos, con trabajo desde la base, agrupar fuerzas en base social y clasista, iluminar ampliamente el pueblo sobre la crisis, su carácter y la salida, organizar y escalar la lucha de clases en todas las formas desde arriba hacia abajo y viceversa, para atraer nuevas fuerzas obreras populares. Se hizo un esfuerzo casi sin precedentes con nuevas formas de lucha y bajo la consigna de desobediencia e indisciplina a organizar colectivamente por ejemplo la resistencia para que el pueblo no pague los peajes los fines de semana en verano, el billete de entrada en las playas privatizadas y recientemente el impuesto sobre la propiedad que se incluye en la factura de electricidad y se acompaña por la amenaza inaceptable y sin precedentes de corte del suministro de electricidad, independientemente de si el importe que corresponde al consumo de electricidad ha sido pagado. El frente principal de lucha se dirige, por supuesto, contra el paro, contra el recorte de salarios y pensiones, contra los despidos en el sector público y privado, la abolición de los convenios colectivos, las formas de trabajo temporales y flexibles, contra la reducción enorme de la financiación de los fondos de la seguridad social, la educación, la salud, la prevención y el bienestar, contra el recorte drástico a expensas de las personas discapacitadas, contra la reducción o incluso la abolición de prestaciones por maternidad, de la financiación de las guarderías etc.

Al mismo tiempo, hemos llevado a cabo un amplio trabajo ideológico y político con debates y conferencias sobre asuntos de suma importancia como es el socialismo, la historia del partido, el tema de la crisis económica capitalista, y el reagrupamiento del movimiento obrero.

La participación en el debate se organizó dentro del partido, hasta las organizaciones de base del Partido, se extendió a los órganos de la KNE y a sus organizaciones de base en varias formas.

Hoy prestamos atención especial y seguimos muy atentos el peligro de un conflicto militar relativamente más generalizado en la zona geoestratégica del Mar Negro, del Oriente Medio, del Mediterráneo Oriental, y por supuesto elaboramos una postura específica contra la guerra imperialista, independientemente de los pretextos que serán utilizados, y sobre todo elaboramos la estrategia de transformación de la guerra en lucha por el poder. La burguesía de nuestro país estará en el lado de uno u otro eje o polo imperialista con el objetivo de participar en el reparto de los mercados, de modo que no se encuentre al margen. El pueblo no debe derramar su sangre por los intereses de los imperialistas, ni los suyos ni de otros. Lo mismo es cierto para los demás pueblos también.

Se trata de un asunto que exige la postura común de los partidos comunistas y de los movimientos obreros, un asunto en que la unidad es de suma importancia. Debemos tener la oportunidad, tal vez en un próximo encuentro regional o local, a intercambiar opiniones sobre este asunto tan grave, reforzando en todo caso el frente contra el llamado “mundo multipolar” que constituye un esfuerzo de manipulación de los pueblos e incorporación en el sistema imperialista y en sus contradicciones.

Es obvio hoy en día que hay un impasse en la gestión burguesa de la crisis; las recetas clásicas no se pueden aplicar como se aplicaron en el pasado aunque con dificultad; la administración de las consecuencias de la crisis es imposible, sobre todo el desempleo y la pobreza. Estimamos que la recuperación cuando venga será débil y quizás antes de suceder habrá un nuevo ciclo de crisis.

El movimiento obrero y sus aliados, sobre todo los trabajadores autónomos sin personal y otros pequeños empresarios pobres que están enfrentando la quiebra, los pequeños campesinos pobres deben mostrar resistencia ante la dureza y la complejidad de la lucha, ante la intransigencia del enemigo. Hoy, la postura defensiva no puede traer ningún resultado porque estamos en condiciones de un ataque que tiene en el punto de mira la abolición de logros sacados en el siglo XX, particularmente después de la II Guerra Mundial en Europa.

Lo que se requiere hoy es la planificación y la escalada de la lucha de clases, para poner –en la medida de lo posible– obstáculos a las medidas que vienen, a atrasar las nuevas decisiones y ganar tiempo para el contraataque, cuyo desenlace debe dirigirse al derrocamiento del poder de los monopolios, del sistema político burgués, por el poder obrero popular, por el socialismo. Las medidas que se toman en nombre de la crisis o de la regulación de la crisis a favor de los monopolios, van más allá de la propia crisis; son medidas que tienen como objetivo el reinicio de la rentabilidad en el período de recuperación, la cual incluso los propios Estados capitalistas no consideran que será estable e impetuosa. Grecia está en un curso de quiebra controlada, mientras que una quiebra incontrolada es bastante posible, así como la salida de la eurozona, la utilización de un doble euro, un euro internamente infravalorado y un euro externo que será determinado por la UE y el FMI para proteger tanto como sea posible a los acreedores.

Ninguna propuesta política burguesa, liberal, socialdemócrata de izquierdas, de “renovación”, no puede constituir una salida política a favor del pueblo, no puede proteger al pueblo de la indigencia ni a corto tiempo, y mucho menos a largo plazo, si no plantea como cuestión de principio la ruptura con los monopolios –industriales, bancarios, navieros, comerciales– es decir ruptura con la propiedad capitalista, sus instituciones estatales, sus alianzas internacionales.

Lo que tiene importancia hoy en nuestro país, así como en Europa en general, es hacer frente desde un punto de vista clasista al engaño total del pueblo de que experimentamos una crisis de deuda, una crisis de los índices financieros, que la crisis ha surgido a causa de la mala gestión, del despilfarro de dinero a servicios sociales en lugar de dirigirse a inversiones productivas y otras. Es decir que la crisis se debe al modelo productivo de desarrollo y a la baja competitividad, es decir que todos, todas las clases y las capas sociales consumen más de sus ingresos; que se debe a la mala arquitectura de la construcción europea, según sostienen con pequeñas diferencias tanto partidos burgueses como partidos reformistas y oportunistas.

Todas estas versiones distorsionan la realidad, ocultan que se trata de una crisis de sobreacumulación de capitales que expresa la agudización de la contradicción fundamental del capitalismo. Disocian la economía de la política, obstaculizan el desarrollo de la conciencia antimonopolista anticapitalista radical. Los trabajadores en Grecia, en la eurozona deben rechazar la teoría que la protección del Estado de la quiebra es un objetivo nacional, que se exigen sacrificios para lograr este objetivo que incluso se denomina patriotismo contemporáneo. Los trabajadores no son responsables para la deuda pública y no tienen que pagarla.

La indignación del pueblo no es suficiente para llevar a cabo el contraataque popular a menos que obtenga un contenido antimonopolista en esencia anticapitalista. No se debe subestimar la experiencia de la burguesía y de sus partidos en distender y desviar el descontento popular, algo que fue observado además en el caso de la llamada “primavera árabe” con una u otra particularidad en los varios países. Así que la cuestión ruptura o sumisión es absolutamente oportuna.

EL LLAMADO FRENTE ANTI-MEMORÁNDUM

En nuestro país incluso fuerzas burguesas y oportunistas, y especialmente intelectuales apologistas del sistema capitalista y de su renovación que ejercen crítica al Memorándum, lo denuncian como ineficaz para la salida de la crisis, argumentando que impone sacrificios unilaterales. Denuncian el Memorándum que fue elaborado por la UE, el BCE y el FMI porque, según sostienen, rompe la “cohesión social”, trae más cerca la amenaza –como dicen característicamente– de la explosión social revelando su hostilidad hacia la lucha de clases. Promueven distintas variaciones de gestión burguesa que supuestamente traerá el equilibrio y la cohesión para que los capitalistas y los monopolios por un lado y los obreros, el pueblo por el otro, puedan vivir en consenso entre ello, y todos juntos servir el desarrollo capitalista, una Grecia fuerte en la eurozona, en el núcleo duro de la UE. Fomentan la ilusión de que puede haber intereses unificados en la salida de la crisis. El mayor servicio que ofrece el oportunismo en el esfuerzo de estabilización del sistema político burgués es la posición que la salida de la crisis y el alivio del pueblo no debe ser un objetivo de lucha a nivel del Estado-nación sino a nivel europeo, considerando que ninguna ruptura no es posible llevarse a cabo a nivel nacional mediante el ascenso de la lucha de clases y la solución de la cuestión del poder.

Ante los impasses de la gestión de la crisis ocurrió algo que fue totalmente previsto y normal para los defensores del sistema capitalista, es decir, se formó un gobierno de coalición mediante los procesos del Parlamento y la intervención dinámica de la UE, entre los dos partidos burgueses básicos y un pequeño partido de ultraderecha que en los últimos años hace el trabajo sucio de la provocación y del anticomunismo de parte del PASOK sobre todo, así como de la ND.

El aunamiento de los partidos burgueses, ante el movimiento emergente, ha intensificado las preguntas y los pensamientos sobre si el sistema político burgués conseguirá manejar esta situación mediante la cooperación directa de los partidos burgueses o si se deben formar dos polos de cooperación, uno de la centroderecha y otro de la centroizquierda. La burguesía, por supuesto, desea que el núcleo de esta cooperación se forme por los dos partidos burgueses, el liberal y el socialdemócrata. Al mismo tiempo se preocupa si esta cooperación facilita la liberación de fuerzas obreras populares de ambos partidos, sobre todo del PASOK socialdemócrata. Durante el último período se ha discutido abiertamente que debe existir un frente más amplio para imponer el consentimiento popular y con el objetivo de impedir la difusión amplia y el impacto de la propuesta política del KKE.

Es interesante la agilidad aventurera de la corriente oportunista en cuanto a la política de alianzas, porque de un día al otro la modifica. Algunas veces se habla de unidad de las fuerzas de la izquierda, otras veces de unidad de fuerzas progresistas y de izquierdas, otra vez habla de fuerzas patrióticas y progresistas, y en otro momento de fuerzas democráticas en un intento de acercarse a fuerzas del espectro del partido burgués liberal. Sin embargo, en lo que se mantiene firme es que promueve como solución política alternativa propuestas que han sido adoptadas en el marco de la competencia de las potencias capitalistas dirigentes. Una propuesta indicativa es la supuesta solución del eurobono, de préstamos exclusivamente del BCE, de la cancelación parcial de la deuda mediante la renegociación entre los gobiernos. Insisten en que la unidad y la salvación de la eurozona están en interés del pueblo, adoptan varios aspectos incluso la propia gobernanza económica, promueven como asunto crucial el aumento de la competitividad, la nacionalización de los bancos, mientras a veces se atraen por el ejemplo de Argentina o destacan el ejemplo de Hungría, en otro caso consideran que otro gobierno en la UE hubiera tratado los asuntos mejor, demostrando que son administradores confiables del sistema. Esto es válido también para el Partido de la Izquierda Europea que promueve posiciones similares.

El frente progresista contra el Memorándum que proponen fuerzas del oportunismo, no representa una amenaza para el sistema; es una variación de la negociación burguesa. Al mismo tiempo se promueve el asunto de la postura patriótica contra Alemania y Francia y estas fuerzas fingen que no entienden que la unión interestatal capitalista regional o mundial y la cooperación de cualquier forma se rigen por la ley del desarrollo desigual que significa desigualdad en las relaciones políticas. Fingen no ver el antagonismo entre los Estados capitalistas, entre los monopolios del mismo sector.

Hoy en día en Grecia, así como en otros países capitalistas, especialmente en el viejo mundo capitalista de Europa, se derrumban los tabúes y los mitos que habían ejercido influencia sobre los pueblos. Su núcleo principal es que la UE constituye una inevitabilidad, que es inconcebible que un pueblo no quiera adherirse o que quiera retirarse de la UE, o que la UE puede transformarse en una Europa de los pueblos a través de la elección de gobiernos de izquierdas o de coaliciones de fuerzas de izquierdas y progresistas. ¿Qué mitos se han puesto al descubierto?

Primero, que la UE es una familia, una alianza con solidaridad social y unidad permanente, y que más allá de la UE sólo puede haber caos.

Los Estados burgueses se ven totalmente unidos y solidarios entre ellos en cuanto a la explotación clasista y al golpe del movimiento. Están divididos entre ellos y compiten sobre el reparto de las ganancias en período de altas tasas de desarrollo, así como de las pérdidas en período de crisis.

Segundo, el período desde 2008 hasta la fecha es suficiente para derribar todo lo que llevan años diciendo apoyándose en teorías burguesas y oportunistas, es decir que los pueblos pueden controlar el capital, los monopolios y su dominio en la economía. Esta experiencia invalida la consigna sobre el control de los mercados por el poder político, que la política debe preceder a los mercados y la consigna oportunista supuestamente innovadora “el hombre por delante de los beneficios”.

Tercero, que la llamada globalización es decir la economía capitalista mundial refuerza la cooperación, asegura los mismos pasos y la convergencia entre los países capitalistas. Incluso a principios de la década de ´90 se decía que la abolición de la guerra y la solución pacífica de los conflictos tendrían prioridad.

La guerra no fue abolida nunca desde que terminó la II Guerra Mundial. Se ha desarrollado tomando la forma de decenas, centenas de guerras locales, y hoy en día se ha empezado una nueva ronda de reparto de los mercados. La profunda crisis que experimentamos, anuncia no sólo nuevos focos de guerra sino también la posibilidad de un conflicto generalizado entre las potencias imperialistas poderosas en el futuro próximo. La implicación de Grecia será aún más peligrosa para el pueblo. Grecia ya se ha visto implicada en guerras locales mediante sus bases militares, el paso de tropas, la participación en fuerzas de ocupación.

Cuarto, es posible de que se pierda significativamente el valor de la llamada obediencia a la legitimidad burguesa, la disciplina, la sumisión a las leyes bárbaras clasistas adoptadas en Grecia por el parlamento burgués, así como a los órganos de la UE. Hay casos, como el de los marineros, de los conductores de camiones cisternas y de taxis que continuaron su huelga a pesar del hecho que los tribunales la declararon ilegal, a pesar de la orden de movilización civil.

Sólo el poder popular puede garantizar la soberanía popular y la retirada verdadera de todas las alianzas imperialistas, como la UE y la OTAN.

Nosotros promovemos los siguientes tres ejes: poder popular-retirada-cancelación unilateral de la deuda. La retirada sin la socialización será también destructiva para el pueblo, mientras que la socialización es imposible sin la retirada.

Hoy en día, más que nunca, el pueblo puede darse cuenta de que no comparte la misma patria con el capital, los monopolios y su poder. Por encima del idioma nacional y el legado político ponen las ganancias y de acuerdo a estas forman alianzas y lo sacrifican todo.

Por eso el término patria adquiere un contenido esencial para el pueblo solamente a través del poder obrero, con las instituciones de la participación obrera popular, la defensa y la protección.

La política de alianzas se limita en los acuerdos desde arriba en base a un programa minimum, mientras que consideran que el movimiento es una palanca para el reordenamiento de las fuerzas políticas para la formación de alianzas de tipo de centroizquierda y políticas de administración del sistema.

Nosotros hablamos al pueblo abiertamente de la alianza sociopolítica de la clase obrera y los sectores populares pequeñoburgueses pobres de la ciudad y del campo. Hablamos sobre el reagrupamiento del movimiento obrero popular con clara orientación antiimperialista, antimonopolista, y en última instancia anticapitalista. Que debe tener claramente en su orientación utilizar en cada país cada fisura y grieta en la administración burguesa para debilitar y derrocarla.

La política de alianzas objetivamente tiene dos aspectos independientemente de la variedad de formas que puede tomar: o bien tendrá como objetivo la preservación y longevidad del poder político burgués o bien habrá un acuerdo básico por la conquista del poder obrero popular.

Cada fisura en el sistema político, en los mecanismos del poder capitalista, cualquier cosa que puede debilitar el gobierno burgués y en general los partidos burgueses, contribuye al fortalecimiento de las fuerzas de la alianza popular por el derrocamiento radical del sistema de la explotación capitalista, de la dictadura de los monopolios.

Luchamos sistemáticamente contra opiniones de tipo “el problema de la economía griega son las superganancias acumuladas en el sistema bancario o en las bolsas en oposición a las ganancias en la industria, en la producción”. Contra opiniones que dividen las ganancias en “legales” o “ilegales”, que el capitalismo supuestamente sano se ha convertido en “capitalismo casino”. Se necesita atención especial en la consideración del imperialismo como política exterior y un tipo de relaciones interestatales, en lugar de sistema socioeconómico, es decir capitalismo monopolista.

Otra variación de la percepción socialdemócrata adopta la posición de necesidad de “rehabilitación” del capitalismo, de su humanización, mediante el control de las funciones más parasitarias del sistema financiero. No quieren y no pueden reconocer el hecho que no existe empresa, grupo monopolista que gran parte de los capitales que activa no sean externos, es decir capitales prestados, y no propios de sus accionistas. En condiciones en que la tasa media de las ganancias tiene una tendencia decreciente, estas empresas tienen dificultad de tomar préstamos y así se dificulta la ampliación de la producción y se produce una recesión. Además, no quieren reconocer que los bancos no realizan solamente prestaciones, no invierten solamente al mercado de dinero sino que además compran o participan en el capital industrial. No aceptan la fusión del capital bancario y del capital industrial.

Está claro que en condiciones de crisis hay posibilidades de agudización repentina de la lucha de clases, de entrada repentina de masas populares más amplias sin la experiencia social y política necesaria. Somos conscientes del peligro de que el movimiento se encuentre en fase de retroceso puesto que experimenta la barbarie del desempleo, la pobreza, la indigencia, las consecuencias de la violencia estatal y patronal, así como el impacto ideológico de la ideología burguesa, del reformismo y del oportunismo, bajo el impacto del anticomunismo desenfrenado que se promueve además de modo oficial a través de los órganos del Estado y sus mecanismos ideológicos.

A pesar de las dificultades, la campaña de intimidación del pueblo en el nombre de la crisis, la intimidación en los centros de trabajo, la impaciencia de las masas sobre todo de aquellos que vienen de sectores populares pequeñoburgueses que hasta hoy tenían un relativamente buen nivel de vida, el KKE se ha mantenido firmemente orientado a la necesidad y la actualidad del socialismo.

La agudización de la crisis económica, las contradicciones dentro de la UE, la conciencia anticapitalista emergente contribuyen para que la gente entienda más fácilmente que se requiere un cambio radical profundo. Por supuesto estos procesos no conducen de modo automático a la opción del conflicto, a la firme participación en la organización de la lucha de clases. Sin embrago, hoy el terreno para un conflicto ideológico-político más profundo es relativamente más fácil, en comparación con años anteriores cuando el deterioro de la situación de los trabajadores se evolucionaba más lentamente en comparación con la tormenta de hoy.

El KKE llama al pueblo a luchar para que los medios concentrados de producción en la industria se conviertan en propiedad popular, para la socialización de la tierra, de las grandes empresas en el sector agrícola y el comercio concentrado. En base a estas relaciones la producción agrícola se debe reorganizar con incentivos de concentración, inicialmente, en cooperativas de producción.

La socialización de los medios de producción y la planificación nacional central con herramientas científicas, librarán grandes posibilidades de producción infrautilizadas, asegurará la científicamente combinada prioridad y satisfacción de las necesidades populares, a condición de que se active el amplio control obrero popular para la plena satisfacción de las necesidades sociales básicas p.ej. la alimentación, la vivienda popular, la educación, la salud y el bienestar, obras de infraestructura.

La expansión del tiempo libre para los trabajadores contribuirá a su participación esencial en el control. El control obrero popular comenzará de las unidades de producción con representantes elegidos y revocables y se extenderá a todo sector y región. En los órganos de poder elegidos participarán representantes de los trabajadores de las unidades de producción y se garantizará la participación de los miembros de cooperativas, de estudiantes y jubilados. Los representantes elegidos en el órgano superior de poder en el país, no serán permanentes sino revocables.

Al mismo tiempo, el poder popular, que para el KKE es el socialismo y no un estadio intermedio entre el capitalismo y el socialismo, ahorrará recursos importantes mediante la abolición de los gastos militares para los planes imperialistas agresivos de la OTAN, mediante la cancelación verdadera y total de la deuda, mediante la abolición de los paquetes de apoyo multiformes a los grupos monopolistas y los bancos. Esta es la superioridad inmensa del poder popular que puede garantizar el bienestar social frente al capitalismo monopolista viejo que lleva a cabo planes para los varios grupos y sectores del gran capital, que se compiten entre ellos para la mayor rentabilidad posible.

Sólo la planificación central puede superar las desigualdades en el desarrollo de las regiones dentro del país. El poder popular es el único poder que puede hacer acuerdos comerciales de beneficio mutuo con otros pueblos, con otras economías populares, y erradicar el fenómeno de las competencias imperialistas sobre la utilización de los recursos naturales del mar y de la tierra.

Sólo esta lucha que tiene en el punto de mira al verdadero enemigo, es decir el poder de los monopolios, e incorpora las iniciativas de obstaculización de la ofensiva antipopular en la organización del contraataque del movimiento popular, puede garantizar la continuidad, la duración de la lucha, alternando constantemente las formas de luchas, y la perspectiva victoriosa para la clase obrera y sus aliados sociales.

Cada reflexión, cada eslogan y posición que está en conflicto con las relaciones de propiedad y el poder capitalistas ha sido atacada por todos los partidos con el argumento de que el socialismo fracasó y, por lo tanto, no hay más solución que la gestión de los problemas dentro del capitalismo. Consiguientemente, el asunto de sacar conclusiones de la victoria de la contrarrevolución es un asunto crucial, no tiene que ver solamente con el período de la construcción sino también con el período de la concentración de fuerzas.

Por supuesto no hay situación revolucionaria en Grecia para plantear en práctica como deber inmediato el derrocamiento del sistema capitalista, pero todo muestra que si el movimiento obrero, la sección más radical del pueblo, no plantea la cuestión de la lucha en dirección hacia el poder obrero, se atrapará en variaciones de la gestión burguesa y perderá toda oportunidad de escalada y de perspectiva.

Antes de la crisis, el asunto del poder obrero para muchos a lo mejor parecía como un asunto de discusión. Sin embargo hoy en día, la realidad demuestra que es un objetivo de lucha obligatorio, da sentido en la lucha diaria en condiciones de una crisis profunda, en condiciones que la burguesía no hace maniobras ni concesiones. El problema del poder afecta hoy las formas de lucha, da prioridad a la organización y al desarrollo de la iniciativa obrera y popular desde abajo, al rechazo de la obediencia y a la indisciplina a las leyes burguesas, a la formación de los gérmenes del nuevo poder y de los órganos de control obrero.

La solución para el pueblo no es la alineación con una sección de la burguesía nacional, con uno de los centros imperialistas abandonando otro, en un período en que sus contradicciones se han agudizado. La solución no es el apoyo de nuevos partidos burgueses contra los viejos, los gobiernos de coalición en lugar de los gobiernos de un partido.

La solución está en la lucha organizada que enfocará en los centros de trabajo, los sindicatos, y tendrá en su orientación el reto, el conflicto y la ruptura con los monopolios, los partidos, los gobiernos y sus alianzas imperialistas, en la perspectiva de su derrocamiento. Esta es la única línea de lucha realista.

No se trata de una obra de un solo acto, por eso los movimientos, los pasos, las fases no deben separarse de este objetivo.

En los próximos meses, en el año que viene, puede y debe manifestarse una participación masiva en las asambleas en los grandes centros de trabajo, en las reuniones del pueblo en los barrios obreros populares, en la organización y el contraataque a las consecuencias de las leyes antiobreras antipopulares, a los impuestos y los recortes en salarios y pensiones, en la lucha por la prestación de desempleo y el funcionamiento de unidades de sanidad, de educación, de bienestar para la protección de la familia popular.

El conflicto con el dominio económico de los monopolios y su poder político se determina en primer lugar allí donde se produce o se apropia la plusvalía, donde se crean las ganancias capitalistas, es decir, las empresas industriales capitalistas, los centros comerciales, los hospitales privados, los bancos, la empresa de gran concentración de trabajadores asalariados, independientemente de la especialización del trabajo. En estos centros se juzga la lucha no en asuntos parciales sino contra la política antipopular en su conjunto. El único criterio para la confiabilidad de cualquier forma de organización sindical o política es su posicionamiento ante la necesidad anterior, la organización y el éxito de la huelga en cada centro de trabajo. No basta con hacer declaraciones sin que se acompañen por las respectivas actividades de organización y protección de las movilizaciones de huelga.

En estos centros de trabajo se debe forjar la lucha de clases unificada teniendo como criterio la lucha de vanguardia contra la patronal capitalista, el sindicalismo pro-gubernamental y amarrillo, los partidos y el poder de los monopolios. Es allí donde se determinará la continuación, la perspectiva del debilitamiento de la política antipopular hasta su derrocamiento radical.

Es obvio que los acontecimientos que experimentamos, la crisis capitalista y la agresividad imperialista imponen el fortalecimiento de la lucha del Movimiento Comunista Internacional por los intereses de la clase obrera, de los sectores populares, por el derrocamiento de la barbarie capitalista, intensificando los esfuerzos para una estrategia revolucionaria unificada. Es en esta dirección que el KKE despliega sus fuerzas.







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Mujeres migrantes en la clandestinidad: el aborto en Marruecos

In Actualidad, África on 15 diciembre, 2011 at 0:01

Silmar Jiménez

A partir de este informe Women’s Link Worldwide quiere darle más visibilidad a la situación de las mujeres migrantes en Marruecos en lo que respecta a sus derechos sexuales y reproductivos; asimismo presentan un análisis global de un problema que atañe a los derechos fundamentales de las mujeres.

En el informe se analiza el contexto migratorio existente en Marruecos, la legislación nacional y los debates existentes en torno al tema del aborto en ese país. Los datos arrojados en el estudio son resultado de un trabajo de investigación llevado a cabo por Women’s Link en cinco ciudades de Marruecos: Tánger, Rabat, Casablanca, Oujda y El Aaiún, del que se desprende que en el país del Norte de África se llevan a cabo entre 600 y 800 abortos clandestinos a diario de los cuales entre 150 y 200 fueron practicados en condiciones riesgosas e insalubres.

Del mismo modo, indica el informe, que: “de 4.553 mujeres entre los 15 y los 19 años, 10 por ciento de las casadas han recurrido al aborto, mientras que 75 por ciento de las solteras ha considerado interrumpir su embarazo”.

Pero la situación se torna más acuciante cuando se trata de las mujeres migrantes procedentes de Nigeria y de la República Democrática del Congo -en su mayoría-, quienes además de sufrir travesías en condiciones precarias, al llegar a su destino “dependen principalmente de la mendicidad y de la prostitución para subsistir, y en algunos casos acuden a estrategias de supervivencia como las de tener un ‘marido’ o el ‘marido del camino’ (a quien conoce durante su trayecto migratorio) para obtener protección y seguridad”, dice el informe.

EL CONTEXTO

Estas mujeres migrantes arriban a su destino con una condición irregular (ilegalmente) lo que les hace difícil el acceso a los sistemas de salud. Por otro lado las redes de trata de mujeres con fines de explotación sexual, las mantienen cautivas y a merced de las decisiones de los hombres que les explotan o de sus maridos.

En el Tánger, indica el informe, el porcentaje de mujeres tratadas dentro de la población migrante oscila entre 30 y 40 por ciento, “estas mujeres sufren discriminación racial, acoso sexual y violaciones por parte de la población local, además de los abusos perpetrados por las autoridades marroquíes. Asimismo, carecen de acceso a los servicios de salud y muchas denuncian haber sufrido maltrato hospitalario.

En Casablanca y El Rabat, las personas investigadoras de Women’s Link encontraron que las mujeres representan entre 40 y 45 por ciento de la población migrante. Las formas de supervivencia de estas mujeres son la mendicidad y la prostitución y el acceso a los servicios de salud mejora solo si las mujeres van acompañadas por las personas representantes de alguna organización social.

En el caso de Oujda, ciudad fronteriza con Argelia y puerta de entrada de la mayoría de las mujeres migrantes a Marruecos, el porcentaje de violencia en contra de las mujeres es elevado y son muy pocas las organizaciones que les pueden brindar protección. El número de mujeres que ahí habitan fluctúa “y en épocas anteriores ha pasado de 5 por ciento a 20 por ciento.

Las menores que salieron de sus países en un proyecto migratorio representan entre 5 y 7 por ciento de la población femenina; el 90 por ciento de las mujeres y niñas son de nacionalidad nigeriana y para poder acceder a la salud pública es necesario que medie alguna organización social”, señala el informe.

En cuanto a El Aiún, se indica en el estudio, que el porcentaje de mujeres migrantes ha ido en aumento, indica además que muchas mujeres migrantes se trasladan desde Mauritania para abortar en centros privados de El Aiún y Dakhla, otra ciudad situada en el Sahara Occidental.

EL ABORTO EN MARRUECOS

En Marruecos se permite el aborto cuando representa un riesgo para la salud de las mujeres y debe ser practicado por un médico previa autorización del conyugue, si este no existiese, con permiso escrito del jefe médico de la provincia o prefectura. El mantener el secreto profesional es una obligación del personal de salud, excepto cuando se trate de casos o presuntos casos de aborto.

Aún así es uno los abortos inseguros representan una de las principales causas de mortalidad de mujeres en la región.

HALLAZGOS DE LA INVESTIGACIÓN

El hecho de que se produzcan abortos inseguros responde a diferentes causas pero una de las principales son las barreras de acceso, a las mujeres migrantes, a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluido el aborto.

La mayoría de las mujeres migrantes en Marruecos se encuentran en situación de ilegalidad lo cual hace más difícil para ellas el acceder a los servicios antes mencionados, del mismo modo, se exponen a ser detenidas y expulsadas del país ya que existe un fuerte control policial, sobre todo en los hospitales. Cuando ya las mujeres migrantes pasan al estatus de refugiadas mejora su acceso a los sistemas de salud sexual y reproductiva pero no siempre tienen posibilidades de acceder a servicios de aborto seguro cuando es necesaria la interrupción de un embarazo.

La falta de recursos económicos es otra barrera que enfrentan las mujeres migrantes en Marruecos en el caso de tener que practicarse un aborto, ya que el sistema de salud pública en ese país sigue siendo deficitario y hay una privatización de la salud fuertemente extendida y con precios impagables para las mujeres migrantes. En este sentido muchas de ellas recurren a las farmacias en busca de asesoramiento.

Existe un vacío legal que regule el acceso a la salud pública de la población migrante.

Existen barreras relacionadas con el personal de salud quienes sufren de falta de sensibilización y desconocimiento de los fenómenos migratorios sobre todo en cuanto al derecho a la salud por encima de cualquier situación de legalidad; las dificultades en la comprensión lingüística; la corrupción en el sistema público de salud marroquí y la represión de las autoridades, lo que genera lógico temor en la población migrante.

Existe desconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos; “la mayoría de las mujeres migrantes en Marruecos tienen un nivel educativo medio o bajo”, señala el informe esto conlleva a que muchas de ellas carezcan de educación sexual y reproductiva y de conocimiento sobre el uso de los métodos anticonceptivos, la maternidad segura y el aborto.

La violencia sexual continuada conlleva a un alto número de embarazos no deseados y por ende a un elevado índice de abortos inseguros. La anticoncepción de emergencia es inaccesible ya que las mujeres no pueden ser sometidas a su consumo cada vez que sufren una agresión sexual, cosa que sucede frecuentemente, incluso a diario.

La falta de autonomía sexual y reproductiva por parte de las mujeres migrantes, es causa también de los abortos inseguros ya que las decisiones en este sentido dependen de sus novios, maridos o patrones y en el caso de las mujeres víctimas de trata de la red en la que se encuentren siendo además esta forma de violencia ya que serán otros quienes decidan si lleva adelante un embarazo, si usa anticonceptivos o se somete a un aborto.



[Fuente: AmecoPress]





Hammurabi lo sabía mejor

In Actualidad, Economía on 15 diciembre, 2011 at 0:00

Michael Hudson

El Libro V de La Política de Aristóteles describe la eterna transición de oligarquías que se convierten en aristocracias hereditarias – que terminan por ser derrocadas por tiranos o por desarrollar rivalidades internas mientras algunas familias deciden “conducir a la multitud a su campo” e introducir la democracia, dentro de la cual vuelve a emerger una oligarquía, seguida por la aristocracia, la democracia, y así sigue en toda la historia.

La deuda ha sido la principal dinámica que impulsa esos cambios – siempre con nuevos altibajos. Polariza la riqueza para crear una clase acreedora, cuyo régimen oligárquico termina mientras nuevos dirigentes (“tiranos” según Aristóteles) conquistan el apoyo popular anulando las deudas y redistribuyendo la propiedad o llevando su usufructo al Estado.

Desde el Renacimiento, sin embargo, los banqueros han transferido su apoyo político a las democracias. Eso no reflejó convicciones políticas igualitarias o liberales como tales, sino más bien el deseo de lograr más seguridad para sus préstamos. Como explicó James Steuart en 1767, los préstamos reales siguieron siendo asuntos privados en lugar de constituir verdaderas deudas públicas. Para que las deudas de un soberano fueran vinculantes para toda la nación, representantes elegidos tuvieron que estatuir los impuestos para pagar sus cobros por interés.

Al dar a los contribuyentes esta voz en el gobierno, las democracias holandesa y británica facilitaron a los acreedores demandas mucho más seguras para su pago que lo que hicieron reyes y príncipes cuyas deudas murieron con ellos. Pero las recientes protestas por la deuda de Islandia a Grecia y España sugieren que los acreedores están retirando su apoyo a las democracias. Exigen austeridad fiscal e incluso ventas de privatización.

Las finanzas internacionales se están convirtiendo en un nuevo modo de guerra. Su objetivo es el mismo que el de la conquista militar en el pasado: apropiación de tierras y recursos minerales, también de infraestructura comunal y extracción de tributo. Como reacción, las democracias demandan referendos sobre si pagar a los acreedores, venden el dominio público y aumentan los impuestos para imponer el desempleo, la caída de los salarios y la depresión económica. La alternativa es condonar deudas o incluso anularlas, y restablecer el control regulatorio sobre el sector financiero.

GOBERNANTES EN MEDIO ORIENTE PROCLAMARON CUENTAS LIMPIAS DE DEUDORES PARA PRESERVAR EL EQUILIBRIO ECONÓMICO

El cobro de intereses por adelantos de bienes o dinero no tenía originalmente la intención de polarizar la economía. Administrado primero a principios del tercer mileno A. C. como un acuerdo contractual por los templos y palacios con mercaderes y empresarios que trabajaban habitualmente en la burocracia real, el interés de un 20% (duplicando la inversión en cinco años) se aproximaba supuestamente a una parte justa de la rentabilidad del comercio a larga distancia o del arrendamiento de tierras y otros activos públicos, como talleres, embarcaciones y cervecerías.

A medida que la práctica era privatizada por recaudadores reales de tarifas y rentas de usuarios, la “monarquía real” protegía a los deudores agrarios; leyes de Hammurabi (c. 1750 A.C.) cancelaban sus deudas en tiempos de inundaciones o sequías. Todos los gobernantes de la dinastía babilonia comenzaron su primer año completo en el trono anulando las deudas agrarias para eliminar las deudas atrasadas proclamando una pizarra limpia. Los esclavos por deudas, derechos sobre tierras o cosechas y otros compromisos eran devueltos a los deudores para “restaurar” el orden a una condición “original” idealizada de equilibrio. Esta práctica sobrevivió en el Año del Jubileo de la Ley de Moisés en Levítico 25.

La lógica era bastante clara. Las sociedades antiguas necesitaban preparar ejército para defender sus países, y eso requería liberar a ciudadanos endeudados de la esclavitud. Las leyes de Hammurabi protegían a los conductores de cuadrigas y a otros combatientes contra la esclavitud por deudas, e impedían que los acreedores se apoderaran de las cosechas de inquilinos en tierras reales y públicas y en tierras comunales que debían servicio laboral y militar al palacio.

En Egipto, el faraón Bakenrenef (c. 720-715 A.C., “Bojjoris” en griego), proclamó una amnistía de la deuda y abolió la esclavitud por deuda cuando se vio enfrentado a una amenaza militar de Etiopía. Diodoro de Sicilia (I, 79, que escribió en 40-30 A.C.), dictaminó que si un deudor cuestionaba la pretensión, la deuda era anulada si el acreedor no podía respaldarla presentando un contrato escrito. (Parece que los acreedores siempre han tendido a exagerar lo que se les debe). El faraón razonó que “los cuerpos de los ciudadanos deberían pertenecer al Estado, con el fin de que pueda disponer de los servicios que sus ciudadanos le deben, en tiempo de guerra y de paz. Porque pensaba que sería absurdo que un soldadofuera arrastrado a la prisión por su acreedor por un préstamo impago, y que la codicia de ciudadanos privados pusiera de esa manera en peligro la seguridad de todos.

El hecho de los principales acreedores en Medio Oriente fueran el palacio, los templos y sus recaudadores, hacía que fuera políticamente fácil anular las deudas. Siempre es fácil anular deudas debidas a sí mismo. Incluso los emperadores romanos quemaban los registros de impuestos para impedir una crisis. Pero se hizo mucho más difícil cancelar deudas debidas a acreedores privados a medida que la práctica de cobrar intereses se propagó hacia occidente a comarcas mediterráneas después de cerca 750 A.C. En lugar de posibilitar que las familias paliaran las diferencias entre ingresos y gastos, la deuda se convirtió en la mayor palanca para expropiaciones de tierras, polarizando a las comunidades entre oligarquías acreedoras y clientes endeudados. En Judá, el profeta Isaías f: 8-9) denunció a acreedores embargadores quienes “agregan una casa a la otra y suman un campo a otro hasta que no queda espacio y se vive solo en la tierra”.

El poder de los acreedores y el crecimiento de los establos pocas veces van juntos. La mayoría de las deudas personales en este período clásico fueron el producto de pequeñas sumas de dinero prestadas a individuos que vivían al borde de la subsistencia y que no podían mantenerse con sus ingresos. El decomiso de tierras y activos –y de la libertad personal– forzó a los deudores a la esclavitud por deuda que se hacía irreversible. Al llegar el siglo VII A.C., emergieron “tiranos” (dirigentes populares) para derrocar a las aristocracias en Corintio y otras ciudades griegas acaudaladas, obteniendo apoyo mediante la cancelación de deudas. De una manera menos tiránica, Solón fundó la democracia ateniense en 594 A.C. prohibiendo la esclavitud por deudas.

Pero las oligarquías resurgieron y llamaron a Roma cuando los reyes de Esparta Agis, Cleómenes y su sucesor Nabis trataron de anular deudas a fines del siglo tres A.C. Fueron muertos y sus partidarios expulsados. Ha sido una constante política de la historia desde la antigüedad que los intereses de los acreedores se opusieron a la democracia popular y al poder real capaces de limitar la conquista financiera de la sociedad – una conquista con el propósito de imponer reclamos de deudas con intereses a ser pagados por la mayor parte posible del excedente económico.

Cuando los hermanos Gracchi y sus seguidores trataron de reformar las leyes crediticias en 133 A.C., la clase senatorial dominante actuó violentamente, matándolos e inauguró un siglo de Guerra Social, resuelto por el ascenso de Augusto como emperador en 29 A.C.

LA OLIGARQUÍA CREDITICIA DE ROMA GANA LA GUERRA SOCIAL, ESCLAVIZA A LA POBLACIÓN E INTRODUCE LA EDAD OSCURA

Las cosas eran más sangrientas en el extranjero. Aristóteles no mencionó la construcción del imperio como parte de su esquema político, pero la conquista exterior siempre ha sido un factor importante en la imposición de deudas, y las deudas de guerra siempre han una causa importante de la deuda pública en tiempos modernos. El gravamen más duro por la deuda fue el de Roma, cuyos acreedores se extendieron para plagar Asia Menor, su provincia más próspera. El vigor de la ley prácticamente desapareció cuando llegaron “caballeros “acreedores publicanos. Mitridates del Ponto encabezó tres revueltas populares, y las poblaciones locales en Efeso y otras ciudades se levantaron y mataron, según la historia, 80.000 romanos en 88 A.C. El ejército romano tomó represalias, y Sulla impuso un tributo de guerra de 20.000 talentos en 84 A.C. Las cargas por intereses atrasados multiplicaron por seis esta suma en 70 A.C.

Entre los principales historiadores de Roma, Livio, Plutarco y Diodoro culparon por la caída de la República a la intransigencia de los acreedores en la conducción de la Guerra Social centenaria marcada por asesinatos políticos de 133 a 29 A.C. Dirigentes populistas trataron de lograr apoyo propugnando cancelaciones de deudas (por ejemplo la conjuración de Catilina en 63-62 A.C.). Fueron muertos. Al llegar el segundo siglo DC cerca de un cuarto de la población estaba reducida a la esclavitud por deudas. En el quinto siglo la economía de Roma colapsó, falta de dinero. La vida de subsistencia volvió al campo.

LOS ACREEDORES ENCUENTRAN UNA RAZÓN LEGALISTA PARA APOYAR LA DEMOCRACIA PARLAMENTARIA

Cuando la banca se recuperó después que las Cruzadas saquearon Bizancio e implantaron la plata y el oro para revisar el comercio europeo occidental, la oposición cristiana al cobro de intereses fue superada por la combinación de prestigiosos prestamistas (los Caballeros Templarios y Hospitalarios suministraron crédito durante las Cruzadas) y sus principales clientes – los reyes, para primero pagar a la Iglesia y cada vez más para librar guerras. Pero las deudas reales se derrumbaron con la muerte de los reyes. Los Bardi y Peruzzi fueron a la bancarrota en 1345 cuando Eduardo III repudió sus deudas de guerra. Las familias bancarias perdieron más en préstamos a los déspotas Habsburgo y Borbones en los tronos de España, Austria y Francia.

Las cosas cambiaron con la democracia holandesa, que trató de lograr y asegurar su libertad de la España de los Habsburgos. El hecho de que su parlamento debía contratar deudas públicas permanentes por cuenta del Estado posibilitó que los Países Bajos obtuvieran préstamos para emplear mercenarios en una época en la cual el dinero y el crédito eran los recursos para la guerra. El acceso al crédito “fue por lo tanto su arma más poderosa en la lucha por su libertad” escribió Richard Ehrenberg en su Capital y Finanzas en la Era del Renacimiento (1928): “Cualquiera que otorgaba crédito a un príncipe sabía que el pago de la deuda dependía solo de la capacidad y la voluntad de pagar del deudor. El caso era muy diferente en las ciudades, que tenían poder como jefes supremos, pero también eran corporaciones, asociaciones de individuos que compartían la garantía. Según la ley generalmente aceptada cada burgués individual tomaba la responsabilidad por las deudas de la ciudad con su persona y su propiedad.

Por lo tanto el logro financiero del gobierno parlamentario fue el establecimiento de deudas que no eran solo las obligaciones personales de los príncipes, sino eran verdaderamente públicas y vinculantes no importa quién ocupara el trono. Por eso las dos primeras naciones democráticas, Holanda y Gran Bretaña después de su revolución de 1688, desarrollaron los mercados de capital más activos y procedieron a convertirse en las principales potencias militares. Lo irónico en ello es que fue la necesidad de financiamiento de la guerra lo que promovió la democracia, formando una trinidad simbiótica entre la guerra, el crédito y la democracia parlamentaria que ha durado hasta nuestros días.

Todo este tiempo “la posición legal del Rey como prestamista era oscura, y todavía era dudoso si sus acreedores tenían algún remedio en caso de default”. (Charles Wilson, England’s Apprenticeship: 1603-1763, 1965.) Mientras más despóticas se hacían España, Austria y Francia, más dificultades enfrentaban para financiar sus aventuras militares. Al fin del Siglo XVIII Austria se quedó “sin crédito, y en consecuencia sin mucha deuda”, el país menos digno de crédito y peor armado de Europa, totalmente dependiente de subsidios británicos y garantías de préstamos en la época de las Guerras Napoleónicas.

LAS FINANZAS SE ACOMODAN CON LA DEMOCRACIA, PERO LUEGO PRESIONAN POR LA OLIGARQUÍA

Mientras las reformas democráticas del Siglo XIX reducían el poder de las aristocracias terratenientes de controlar a los parlamentos, los banqueros se movieron con flexibilidad para lograr una relación simbiótica con casi toda forma de gobierno. En Francia, seguidores de Saint-Simon promovieron la idea de que bancos que actuaban como fondos mutuos, extendieran crédito contra acciones de participación en los beneficios. El Estado alemán hizo una alianza con grandes bancos y la industria pesada. Marx escribió con optimismo sobre cómo el socialismo haría que las finanzas fueran productivas en lugar de parasíticas. En EE.UU., la regulación de los servicios públicos fue al unísono con la garantía de rendimiento. En China, Sun-Yat-Sen escribió en1922: “Me propongo convertir todas las industrias nacionales de China en un Gran Trust de propiedad del pueblo chino, y financiado por el capital internacional por el beneficio mutuo”.

La Primera Guerra Mundial produjo el reemplazo de Gran Bretaña por EE.UU. como la principal nación acreedora, y hacia el fin de la Segunda Guerra Mundial había acaparado cerca de un 80% del oro monetario del mundo. Sus diplomáticos conformaron el FMI y el Banco Mundial junto a líneas orientadas a favor del acreedor que financiaban la dependencia del comercio, sobre todo de EE.UU. Los préstamos para financiar el comercio y los déficits de pagos fueron sujetos a “condicionalidades” que transfirieron la planificación económica a oligarquías clientes y dictaduras militares. La reacción democrática a los planes de austeridad resultantes que extraen el servicio de la deuda no pudo llegar mucho más allá de “disturbios contra el FMI”, hasta que Argentina rechazó su deuda externa.

Una semejante austeridad orientada a favor de los acreedores está siendo impuesta a Europa por el Banco Central Europeo (BCE) y la burocracia de la UE. Ostensiblemente, los gobiernos socialdemócratas han sido más dirigidos a salvar a los bancos que a reanimar el crecimiento económico y el empleo. Las pérdidas por préstamos bancarios tóxicos y especulaciones son pasadas al estado financiero público mientras se reducen los gastos públicos e incluso se vende infraestructura. La reacción de los contribuyentes que tienen que cargar contra la deuda resultante ha sido montar protestas populares a partir de Islandia y Letonia en enero de 2009, y manifestaciones más generalizadas en Grecia y España en este otoño para protestar contra la negativa de sus gobiernos a realizar referendos respecto a esos aciagos rescates de dueños extranjeros de bonos.

TRANSFIEREN LA PLANIFICACIÓN DE LOS REPRESENTANTES PÚBLICOS ELEGIDOS A LOS BANQUEROS

Toda economía es planificada. Ha sido tradicionalmente la función del gobierno. La renuncia a ese papel bajo la consigna de los “libres mercados” la deja en manos de los bancos. Sin embargo resulta que el privilegio de planificación de la creación y asignación e crédito es aún más centralizado que el de los funcionarios públicos elegidos. Y para empeorar las osas, el marco del tiempo financiero es de golpes sorpresivos a corto plazo, que termina en la liquidación de activos. Al buscar sus propios beneficios, los bancos tienden a destruir la economía. El excedente termina por ser consumido por los intereses y otras cargas financieras, lo que no deja ingresos para nuevas inversiones de capitales o gastos sociales básicos.

Por eso la abdicación del control de la política a favor de una clase acreedora ha sido combinada pocas veces con el crecimiento económico y el aumento de los niveles de vida. La tendencia de que las deudas crezcan más rápido que la capacidad de pago de la población ha sido una constante básica a través de toda la historia escrita. Las deudas aumentan exponencialmente, absorbiendo el excedente y reduciendo a gran parte de la población al equivalente de la esclavitud por deudas. Restaurar el equilibrio económico, el grito de la antigüedad por la cancelación de la deuda buscó lo que el Medio Oriente de la Edad de Bronce logró mediante decreto real: la anulación del crecimiento excesivo de las deudas.

En tiempos más modernos, las democracias han estimulado un Estado fuerte que grave el ingreso y la riqueza rentista, y cuando era necesario, que condone las deudas. Esto se hace con más facilidad cuando el propio Estado crea dinero y crédito. Es menos fácil cuando los bancos traducen sus beneficios en poder político. Cuando se permite que los bancos se auto-regulen y reciban poder de veto sobre los reguladores gubernamentales, la economía es deformada para permitir que los acreedores se dediquen a los juegos especulativos y fraudes irrestrictos que han marcado la última década. La caída del Imperio Romano demuestra lo que pasa cuando no se limitan las demandas de los acreedores. Bajo esas condiciones la alternativa a la planificación gubernamental y a la regulación del sector financiero se convierte en un camino a la esclavitud de la deuda.

FINANZAS CONTRA GOBIERNO: OLIGARQUÍA CONTRA DEMOCRACIA

La democracia involucra la subordinación de la dinámica financiera para servir el equilibrio y el crecimiento económico – y el gravamen del ingreso rentista o el mantenimiento de monopolios básicos en el dominio público. La liberación de impuestos o la privatización de ingresos de la propiedad los “libera” para que sean puestos en garantía en los bancos, para ser capitalizados en préstamos mayores. Financiados mediante el apalancamiento de la deuda, la inflación de los precios de los activos aumenta la riqueza rentista mientras endeuda a la economía en general. La economía se encoge, y cae a un valor negativo.

El sector financiero ha obtenido suficiente influencia para aprovechar semejantes emergencias como oportunidad para convencer a los gobiernos de que la economía colapsará si no “salvan a los bancos”. En la práctica esto significa la consolidación de su control sobre la política, que utiliza de maneras que polarizan aún más las economías. El modelo básico es lo que ocurrió en la antigua Roma, que pasó de la democracia a la oligarquía. En los hechos, dar la prioridad a los banqueros y dejar que la planificación económica sea dictada por la UE, el BCE y el FMI amenaza con despojar a la nación-Estado del poder de acuñar o imprimir dinero y cobrar impuestos.

El conflicto resultante enfrenta los intereses financieros a la autodeterminación nacional. La idea de que un banco central independiente sea “la marca de la democracia” es un eufemismo para la abdicación de la decisión política más importante –la capacidad de crear dinero y crédito– a favor del sector financiero. En lugar de dejar la elección de políticas a referendos populares, el rescate de bancos organizado por la UE y el BCE representa ahora la mayor categoría del aumento de la deuda nacional. Las deudas de los bancos privados incorporadas a los balances en Irlanda y Grecia han sido convertidas en obligaciones de los contribuyentes. Lo mismo vale para los 13 billones de dólares agregados desde septiembre de 2008 (incluidos 5,3 billones de dólares hipotecas tóxicas en Fannie Mae y Freddie Mac incorporadas al balance del gobierno, y 2 billones de dólares de swaps de “dinero por basura”).

Esto lo dictan testaferros financieros aludidos como tecnócratas. Designados por lobistas de los acreedores, su papel es calcular exactamente cuánto desempleo y depresión se necesita a fin de exprimir un excedente para pagar a los acreedores por deudas que tienen en cartera. Lo que hace que el cálculo sea contraproducente es el hecho de que la contracción económica –deflación de la deuda– hace que el peso de la deuda sea aún más impagable.

Ni los bancos ni las autoridades públicas (o los académicos de la línea dominante, en realidad) calcularon la capacidad económica realista de pagar – es decir, pagar sin contraer la economía. Mediante sus medios noticiosos y think-tanks, han convencido a las poblaciones de que la manera de enriquecerse más rápido es pedir prestado para comprar bienes raíces, acciones y bonos que aumenten de precio –inflados por el crédito bancario– y revertir la tributación progresiva de la riqueza del siglo pasado.

Para decir las cosas de modo terminante, el resultado ha sido una economía chatarra. Su objetivo es inhabilitar los controles y balances públicos, transfiriendo el poder planificador a manos de las altas finanzas sobre la base de la afirmación de que es más eficiente que la regulación pública. La planificación gubernamental y la tributación son acusadas de constituir el “camino a la servidumbre”, como si los “libres mercados” controlados por banqueros con carta blanca para actuar de forma temeraria no fueran planificados por intereses especiales de manera que son oligárquicos, no democráticos. A los gobiernos se les dice que paguen el rescate de deudas tomadas no para defender países en guerra como en el pasado, sino para beneficiar a la capa más rica de la población transfiriendo sus pérdidas a los contribuyentes.

El que no se consideren los deseos de los votantes deja las deudas nacionales resultantes sobre un terreno peligroso, política e incluso legalmente. Las deudas impuestas por decreto, por gobiernos o agencias financieras extranjeras pese a la fuerte oposición popular pueden ser tan endebles como las de los Habsburgos y otros déspotas del pasado. A falta de validación popular, pueden morir con el régimen que las contrajo. Nuevos gobiernos pueden actuar democráticamente para subordinar el sector bancario y financiero a fin de que sirva a la economía, no al revés.

Por lo menos, pueden tratar de pagar mediante la reintroducción de la tributación progresiva de la riqueza y la renta, transfiriendo la carga fiscal a la riqueza y la propiedad rentista. La re-regulación de la banca y el suministro de una opción pública para el crédito y los servicios bancarios renovarían el programa socialdemócrata, que parecía estar bien encaminado hace un siglo.

Islandia y Argentina son ejemplos más recientes, pero se puede ver retrospectivamente la moratoria de las deudas de armas Inter-Aliados y las reparaciones alemanas en 1931. Un principio matemático así como político básico entra en acción: Las deudas que no pueden ser pagadas, no lo serán.


(*) Michael Hudson es ex economista de Wall Street especializado en balanza de pagos y bienes inmobiliarios en el Chase Manhattan Bank (ahora JPMorgan Chase & Co.), Arthur Anderson y después en el Hudson Institute. En 1990 colaboró en el establecimiento del primer fondo soberano de deuda del mundo para Scudder Stevens & Clark. El Dr. Hudson fue asesor económico en jefe de Dennis Kucinich en la reciente campaña primaria presidencial demócrata y ha asesorado a los gobiernos de los EEUU, Canadá, México y Letonia, así como al Instituto de Naciones Unidas para la Formación y la Investigación. Distinguido profesor investigador en la Universidad de Missouri de la ciudad de Kansas, es autor de numerosos libros, entre ellos Super Imperialism: The Economic Strategy of American Empire.


[Traducción para Rebelión: Germán Leyens]