Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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El éxito de China llegó para quedarse

In Actualidad on 5 febrero, 2012 at 0:01

Andre Vltchek

A pesar de sus repetidas equivocaciones, los agoreros que se la pasan propalando la teoría del «colapso de China» la han estado usando para ganarse un sitio en el mercado. Un reciente artículo de Gordon G. Chang en Foreign Policy, una revista bimestral de EEUU, es un ejemplo de ello.

A pesar de que no hay nada verdaderamente «revolucionario» en los argumentos y pronósticos de Chang, algunos políticos, los medios de comunicación y académicos occidentales, le conceden una importancia extraordinaria a sus juicios. En su libro, El próximo colapso de China, Chang pronosticó que China podría «colapsar» en 2006. Cuando vio que China no sólo sigue ahí, sino que además también se está desarrollando a un ritmo acelerado, modificó su «profecía» un poco, dando al país unos cuantos años más de vida – hasta el año 2011.

Ya estamos en 2012, y acabo de salir de China (Beijing, para ser precisos) después de pasar unos días maravillosos allí. El país parece lejos de colapsar. De hecho, se encuentra a miles de kilómetros de distancia de la mayoría de las capitales occidentales, con sus multitudes enfurecidas, insatisfechas y frustradas por los problemas sociales. Es evidente que al darse cuenta de que China ha desafiado una vez más sus funestas predicciones, Chang se disculpó con sus lectores y aplazó el panorama apocalíptico para 2012.

He aquí algunos argumentos para demostrar cuán carentes de originalidad son los plazos expuestos por Chang, al menos desde el punto de vista de la corriente conservadora occidental: «El auge mundial de las últimas dos décadas terminó en 2008, China, que durante su época de reforma dispuso de uno de los mejores perfiles demográficos de cualquier país, y pronto tendrá uno de los peores. La mano de obra china se estabilizará alrededor de 2013, quizás para 2014, una tendencia que hará que las fábricas del país resulten poco competitivas». Muy en especial, explica Chang:» La etapa de encantamiento de China está acabada por que, en los últimos años, las condiciones que la crearon han desaparecido, o pronto lo harán. «

Lo fascinante es que Chang en realidad está redefiniendo lo que es conservador y lo que es progresista, para adaptarlo a sus objetivos políticos e ideológicos. Él denomina las reformas pro-empresariales «progresistas» y considera que las recientes reformas en China, que se espera beneficien a las personas, como negativas en gran medida.

Lo que Chang y sus secuaces encuentran más amenazante es el inminente re-establecimiento de las «barreras al comercio internacional». Que quede claro, el bienestar del pueblo chino no les importa para nada. Lo que es importante para ellos es el acceso de las empresas occidentales a los mercados chinos. El eminente lingüista, científico cognitivo y activista estadounidense Noam Chomsky lo llama «la ganancia por encima del ser humano».

Chang olvida que estamos viviendo en el siglo XXI, que se caracteriza por la «rebelión» de los países otrora apabullados por Occidente. Estos países están implementando con éxito sus propios modelos políticos y económicos – Venezuela, Bolivia, Argentina, Ecuador y otros. En Europa y Estados Unidos, la mayoría de la gente está disgustada con el pro-fundamentalismo de mercado que ha secuestrado sus naciones, pero no pueden hacer mucho para cambiar el sistema. Ellos están buscando alternativas, mirando a América Latina y China, a la vez que procuran opciones propias.

Si hay algo que se está derrumbando, es el grupo de naciones gobernadas por el fundamentalismo de mercado.

China y América Latina se encuentran bien, tanto económica como psicológicamente. Ellas están creciendo a tasas sorprendentes en una era de crecimiento global lento, no para satisfacer a algunas entidades de negocios, sino para mejorar la vida de sus pueblos. Para ellas, la economía y el comercio son los medios, no el fin.

Este espíritu de unidad, solidaridad y entusiasmo es exactamente lo que hace de China un éxito indetenible. Es también la razón por la cual sus enemigos se desesperan y la agreden, a la espera de la derrota.

No hay duda de que el Partido Comunista de China y el Gobierno chino se desarrollarán en y después de 2012. Sin embargo, China y su pueblo deben estar conscientes y alertas contra los peligros que les acechan desde el exterior: informes como los preparados por los derechistas no son sólo predicciones mal calculadas. Son planes bien articulados contra el sistema chino, en un intento por desestabilizar el país, para confundir a su pueblo y derrotar su afán de construir una sociedad próspera.

Resulta obvio que la mayoría de los chinos quieren la justicia social. Quieren construir un país igualitario y próspero para ellos y para sus hijos. Las reformas en China son una respuesta lógica del Gobierno a los deseos del pueblo. Ese proceso se llama democracia, que en la realidad se traduce en «el gobierno del pueblo», no en «el sistema político al estilo occidental».

En tanto China se mantenga unida en la construcción de una sociedad mejor y más justa, perdurará no sólo al final de este año, sino también durante siglos y milenios por venir. En el futuro, Chang y sus seguidores y otros partidarios de la caída de China van a diseñar y reconstruir sus predicciones bien financiadas, pero será inútil.

(*) Andre Vltchek es un novelista, cineasta y periodista investigador.

[Fuente: Diario del Pueblo]

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¿Qué pretende el Consejo de Cooperación del Golfo en Siria?

In Actualidad on 5 febrero, 2012 at 0:00

Pepe Escobar

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Así pues, la Liga Árabe tiene un nuevo borrador de resolución para el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con objeto de “resolver” la saga siria.

La opinión pública mundial se engañaría si creyera que se trata de una solución árabe altruista ante un problema árabe. La verdad es que no es así.

Lo primero de todo, se trata de un proyecto de resolución de la OTAN/CCG, esa simbiosis entre los miembros selectos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y las selectas petromonarquías del Consejo de Cooperación del Golfo. De momento y tras su “éxito” promoviendo el cambio de régimen en Libia, la OTAN/CCG debería ser bien conocida como el eje entre los caniches europeos del Pentágono y las seis monarquías que componen el CCG, también conocido como Club Contrarrevolucionario del Golfo.

Ese proyecto de resolución de las Naciones Unidas va un paso más allá del supuesto plan de transición que la Liga Árabe diseñó hace una semana. Ahora se ha pasado a la idea de una “hoja de ruta” política, que en esencia significa que el Presidente Bashar al-Asad se vaya voluntariamente, instalando en el poder a su vicepresidente durante un período de transición, que se forme un gobierno de unidad nacional y se celebren elecciones libres y justas bajo supervisión internacional.

Según manifestaciones del ministro de exteriores de Qatar, Hamad bin Yasim al-Thani: “El presidente delegará todo el poder en su vicepresidente para que colabore con un gobierno de unidad nacional a fin de facilitarle sus tareas en el período transitorio”.

Suena muy civilizado, excepto que enmascara la verdadera agenda de un cambio de régimen impuesto por las Naciones Unidas. Un rápido vistazo al proyecto de resolución revela también un límite de dos semanas para que Asad salga pitando del país; si no lo hace así, le espera el infierno, “tras consultas” con la Liga Árabe.

La Liga “Árabe” es en estos momentos una ficción; la que está realmente a cargo es la Liga del Golfo Árabe; en la práctica: la Casa de los Saud. Incluso Qatar, el aspirante a superpotencia regional, es plato de segunda mesa. Y todos los demás son meros extras.

Por tanto, ahí tenemos a la Casa de Saud y a sus subordinados detallando una hoja de ruta para el cambio de régimen, que irá seguida de una democracia parlamentaria a la occidental, y ahí nos encontramos también con países como los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Kuwait defendiendo, mira por dónde, los derechos humanos por tierras árabes. Es como si todo ello fuera un plan conjunto tramado por el dadaísta Tristan Tzara y el surrealista André Breton con una vuelta de tuerca a lo Monty Python.

NUEVA VERSIÓN DEL CASO SOMALÍ

No debería sorprender que el gobierno sirio rechace el proyecto de resolución por ser una “descarada intervención en sus asuntos internos”, según la agencia de noticias SANA. El embajador sirio ante las Naciones Unidas, Bashar Ya’afari, fue incluso más gráfico: “Siria no será Libia; Siria no será Iraq; Siria no será Somalia; Siria no será un estado fallido”.

Rusia, miembro de los BRICS –que junto a China había vetado ya una anterior resolución redactada por Occidente- ha enterrado ya esta última. Para empezar, el ministro ruso de asuntos exteriores, Sergei Lavrov. no podía entender por qué la Liga Árabe suspendió su misión de observación en Siria el pasado sábado. En cambio, Lavrov “estaría dispuesto a apoyar un aumento en el número de observadores””.

Rusia –que en cuestión de segundos aprendió las lecciones de la resolución abierta de las Naciones Unidas sobre Libia- tiene su propio proyecto de resolución que, según el embajador ruso ante las Naciones Unidas, Vitali Churkin, privilegia “un proceso político dirigido por los sirios” y no “un resultado impuesto por la Liga Árabe de un proceso político que aún no ha tenido lugar”, ni tampoco “un cambio de régimen” a la Libia.

Rusia –a diferencia de Occidente- atribuye la continuada violencia en Siria tanto al régimen de Asad como a los “rebeldes”. Incluso la Liga del CCG ha admitido de alguna manera que hay shabihah (matones armados) en ambas partes, con los del lado “rebelde” afiliados al ya desacreditado Ejército Libre de Siria.

ESA BANDEJA DE DULCES ES TODA MÍA

Incluso aunque no haya en absoluto condiciones objetivas para que la OTAN bombardee Siria, el eje geopolítico OTAN/CCG + Israel seguirá persiguiendo sus objetivos de forma implacable.

Tales objetivos son enormes: ejercer un control total sobre cualquier transición relacionada con la Primavera Árabe (como en el caso del Yemen); impedir cualquier cambio en el statu quo (sobre todo en los casos de Arabia Saudí, Jordania, Marruecos); represión total (como en el caso de Bahrein); y, a ser posible, hacerse con todo (como en el caso de Libia).

Pero Siria es infinitamente más compleja: debido a la conexión iraní; debido a que Rusia y China, miembros de los BRICS, bloquearán cualquier esquema de cambio de régimen; debido a que no ha habido grietas de importancia entre el ejército sirio; y porque el régimen de Asad es experto en nadar y guardar la ropa entre una mayoría sunní y la minoría alauí.

Así pues, la Liga del CCG tuvo éxito en el Yemen: controlando la “transición” e incluso enviando a EEUU al dictador Ali Abdullah Saleh. Ha tenido un éxito relativo en Egipto, pero aunque echaran a patadas a la cabeza de la serpiente (Hosni Mubarak), la serpiente sigue vivita y coleando (el establishment militar), y, para acabar de arreglarlo, el nuevo parlamento se jacta de tener una inmensa mayoría islamista (nuestro corazón se compadece de los jóvenes que iniciaron todo en la Plaza Tahrir que se han quedado sin nada).

Incluso las venerables piedras de la mezquita de los Omeya en Damasco saben que el Consejo Nacional Sirio (convenientemente exiliado en los países miembros de la OTAN de Francia y Turquía) está siendo financiado por la Casa de Saud y Qatar. Por tanto, cuenten con más armas financiadas por el CCG para seguir atizando candela en Siria, ahora incluso en algunos de los suburbios de Damasco. No se extrañen de que la Liga del CCG haya retirado a sus “observadores”; habrían tenido que denunciar de forma rotunda a la misma gente a la que están armando.

Hasta el Rey “Playstation” de Jordania -que fue el primer potentado árabe en pedir oficialmente el derrocamiento de Asad (no les extrañe que invitaran a Jordania a integrarse en el CCG)- se ha visto obligado a admitirlo: “No veo a Siria haciendo muchos cambios”. Pero, al menos, el rey Abdullah tuvo el buen sentido de observar: “Es un puzzle muy complicado y no hay fácil solución. Tampoco Iraq resulta fácil… y Libia es también otra historia… Por tanto, todo el mundo está perplejo y no creo que nadie tenga una respuesta clara sobre qué hacer con Siria”.

A propósito, hay protestas prácticamente cada día en Jordania, la adicta al CCG, pero en los medios dominantes occidentales no se oirá ni pío sobre ello. La “liberada” Libia ha desaparecido totalmente de la narrativa triunfalista occidental, aunque Amnistía Internacional tenga ahora pruebas de torturas sistemáticas llevadas a cabo en improvisados mini-gulags y Médicos Sin Fronteras decidiera salir definitivamente de Misrata después de que los anteriormente conocidos como “rebeldes” les pidieran que atendieran a las víctimas de tortura para poder seguir torturándolas de nuevo.

Lo cual nos lleva a la espantosa equivalencia entre los “consejos de transición” tanto en Libia como en Siria. Sus amos manifiestos eran –y son- la OTAN/CCG. Puede que Rusia tenga su propia agenda en Siria, pero al menos los rusos saben que tanto el régimen de Asad como el Consejo Nacional Sirio como el Ejército Libre de Siria están todos sirviendo una dura violencia.

El Rey “Playstation” acertó en algo al menos; nadie tiene la clave sobre qué hacer con Siria. Por tanto, tenemos a Asad por un lado y por el otro a la OTAN/CCG, con gran parte de los sirios –cubriendo un amplio espectro de opinión- cogidos en medio. Hay rumores alrededor de un posible plan C; un acuerdo estilo bazar alcanzado sobre un interminable número de tazas de té verde entre Asad y la Casa de Saud. Eso es bastante improbable: la Liga del CCG quiere entera la bandeja de dulces y quiere comérselos todos..

Obviamente, los actores de la City saben que una bolsa de yuanes «de libre comercio» en Londres puede resultar una ventaja para Irán; pero a diferencia de esos idiotas de Bruselas, por lo menos los embaucadores de la City saben que los negocios son los negocios..

[Fuente: Asia Times. Traducido para Rebelión por Sinfo Fernández]