Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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La patronal pide restringir el derecho de huelga

In Actualidad, Laboral on 16 febrero, 2012 at 10:09

El presidente de la CEOE, Juan Rosell, aseguró que el nuevo gobierno ha “cogido el toro por los cuernos” en las últimas semanas, e incluso advierte que la reforma laboral es sólo un paso más dentro del marco de cambios estructurales que necesitaría la economía española.

Entre algunas de las medidas a tomar “lo más rápidamente posible”, el líder de la patronal española señala apunta directamente el decreto de 1979 que regula el derecho a la huelga para evitar que “por defender los derechos de algunos se estropeen y se machaquen los derechos de otros”.

Rosell valora que la reforma introduce elementos más fáciles en materia de despido de trabajadores más barato porque antes los empresarios no eran capaces de hacer fórmulas de reestructuración y al final las empresas tenían que despedir.

En cuanto a la indemnización por despido, Rosell señala que con la reforma, “vamos camino de Europa”, con importes parecidos “ni más ni menos”.






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Las acciones secretas de la CIA

In Actualidad on 16 febrero, 2012 at 0:01

Thierry Meyssan

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Explotando el mito de la llamada «primavera árabe» y las intervenciones de la OTAN, tanto oficiales como secretas, Qatar trata de imponer dirigentes islamistas donde quiera que se le presenta la oportunidad de hacerlo. Esta estrategia no sólo ha llevado a Qatar a financiar la Hermandad Musulmana y a poner al servicio de esta las cámaras y micrófonos de la TV Al Jazzera sino incluso a apoyar a los mercenarios de Al-Qaeda. Estos últimos dirigen ahora el Ejército Sirio Libre, lo cual despierta gran inquietud en Israel y entre los partidarios del «choque de civilizaciones».

Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU no se ponen de acuerdo en cuanto a la interpretación de los sucesos que están enlutando Siria.

Según Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, Siria está viviendo una revolución, continuación de la «primavera árabe», que está siendo víctima de una sangrienta represión. Rusia y China estiman, por el contrario, que Siria está enfrentado la agresión de bandas armadas provenientes del exterior, a las que combate de una manera poco hábil que está dejando víctimas colaterales entre la misma población civil a la que quiere proteger.

La investigación que la Red Voltaire ha realizado en el terreno confirma esta última interpretación. Hemos recogido testimonios directos de los ataques de esos grupos armados. Los testigos señalan que el acento de algunos agresores al hablar la lengua árabe los delata como iraquíes, jordanos o libios, e incluso pashtunes.

En los últimos meses, diferentes diarios árabes favorables a la administración al-Assad han mencionado la infiltración en Siria de entre 600 y 1,500 hombres del Grupo islámico Combatiente en Libia (GICL), rebautizado desde noviembre de 2007 con la apelación Al-Qaeda en Libia. A fines de noviembre, la prensa libia relató el intento de la milicia de Zintan de arrestar a Abdelhakim Belhaj, compañero de armas de Osama ben Laden y jefe histórico de Al-Qaeda en Libia, convertido en gobernador militar de Trípoli por obra y gracia de la OTAN. El intento de arresto tuvo lugar en el aeropuerto de Trípoli, en momentos en que Belhaj salía para Turquía. Posteriormente, varios diarios turcos han mencionado la presencia de Abdelhakim Belhaj en la frontera turco-siria.

Estas denuncias encuentran la incredulidad de quienes siguen creyendo que Al-Qaeda y la OTAN son enemigos irreconciliables e incapaces de cooperar entre sí. Lo cierto es que esas denuncias confirman la tesis que vengo defendiendo desde los atentados del 11 de septiembre de 2011, de que los individuos catalogados como Al-Qaeda son mercenarios utilizados por la CIA.

¿QUIÉN ESTÁ DICIENDO LA VERDAD?

Desde hace una semana, el diario español ABC, monárquico, ha venido publicando por entregas un reportaje del fotógrafo Daniel Iriarte. Este periodista se relaciona con el Ejército Sirio Libre (ASL, en inglés Syrian Free Army, ejército sirio libre, conducidos y bajo supervisión por los servicios de inteligencia británicos, es decir el MI6) que opera en el norte de Siria, precisamente en la frontera con Turquía. Daniel Iriarte es un defensor de la «revolución» y no hay para él términos demasiado duros cuando se trata de referirse al «régimen de al-Assad».

Según el coronel Riyad Al-Assad, jefe del Ejército Sirio Libre, este se compone de más de 20,000 hombres. Las autoridades sirias estiman que son en realidad algunos cientos.

Mientras tanto, en la edición del sábado 17 de diciembre de 2011, el español Daniel Iriarte refiere un encuentro que le pareció chocante. Mientras sus amigos del ASL lo llevaban a un nuevo escondite, Iriarte se encontró con unos extraños sublevados: 3 libios.

Mahdi al-Harati, comandante de la Brigada de Trípoli, dimitió de sus funciones como segundo al mando del Consejo Militar de Trípoli para irse a dirigir el Ejército Sirio Libre. El primero de ellos era Mahdi al-Hatari, un libio que vivió en Irlanda antes de enrolarse en Al-Qaeda. Al final de la guerra contra Libia, Mahdi al-Hatari se convirtió en comandante de la Brigada de Trípoli y posteriormente fue segundo al mando del Consejo Militar de Trípoli, bajo la dirección de Abdelhakim Belhaj. Mahdi al-Hatari renunció a ese puesto, unos dicen que lo hizo porque había entrado en conflicto con el Consejo Nacional de Transición y otros que quería regresar a Irlanda, donde reside su esposa.

En realidad, Mahdi al-Hatari se fue a Siria.

Más extraño aún, en junio de 2010, este miembro de Al-Qaeda estaba entre los militantes favorables a los palestinos que viajaban a bordo del barco turco Mavi Marmara. Agentes de numerosos servicios secretos, esencialmente del espionaje estadounidense, se habían infiltrado en la «Flotilla de la Libertad». Fue herido y retenido como prisionero en Israel durante 9 días.

Durante la batalla de Trípoli, Mahdi al-Hatari dirigió el grupo de Al-Qaeda que sitió y atacó el hotel Rixos, donde yo mismo me encontraba con mis compañeros de la Red Voltaire y la prensa internacional, y cuyos sótanos servían de refugio a varios dirigentes de la Yamahiria protegidos por la guardia de Khamis el-Kadhafi. Según este último, junto a Mahdi al-Hatari se hallaban varios oficiales franceses, presentes en el terreno como consejeros de este miembro de Al-Qaeda.

El segundo libio que el fotógrafo Daniel Iriarte se encontró en el Ejército Libre Sirio es nada más y nada menos que Adem Kikli, otro lugarteniente de Abdelhakim Belhaj. Iriarte no logró identificar al tercer libio, al que los demás llamaban Fuad.

Este testimonio de Iriarte concuerda con lo que los diarios árabes antisirios han venido proclamando desde hace semanas: el Ejército Sirio Libre cuenta al menos con 600 «voluntarios» de la organización Al-Qaeda en Libia.

Y toda la operación se desarrolla bajo la dirección del propio Abdelhakim Belhaj, quien cuenta con la ayuda del gobierno de Erdogan.

¿Cómo se explica que un periódico tan hostil al gobierno de al-Assad como ABC haya decidido publicar el testimonio de su enviado especial, cuando este revela los sucios métodos de la OTAN y confirma la tesis gubernamental sirio sobre la desestabilización armada? Lo que sucede es que, desde hace una semana, ideólogos del choque de civilizaciones se han pronunciado contra ese dispositivo, que incorpora extremistas islamistas a la estrategia del «mundo libre».

Como invitado del blog de CNBC, el ex primer ministro español José María Aznar reveló, el 9 de diciembre de 2011, que Abdelhakim Belhaj se encontraba entre los sospechosos de estar implicados en los atentados perpetrados en Madrid el 11 de marzo de 2004, atentados que pusieron fin a la carrera política de Aznar en España.
El jeque Ali Salabi, guía espiritual de Al-Qaeda en Libia, mentor de Abdelhakim Belhaj y hombre fuerte de la actual Libia post-Gadaffi.

Esas declaraciones de Aznar coinciden con varias intervenciones de sus amigos del Jerusalem Center for Public Affairs, el think-tank (centro o instituto de propaganda política) que dirige el ex embajador israelí ante la ONU, Dore Gold . Estos amigos de Aznar expresan públicamente sus dudas ante la actual estrategia de la CIA, que consiste en instalar islamistas en el poder en todo el norte de África. Dicha crítica apunta en primer lugar contra la muy secreta cofradía de la Hermandad Musulmana y sobre todo contra 2 personalidades libias: el ya mencionado Abelhakim Belhaj y su amigo el jeque Ali Al-Salibi. Este último está considerado como el nuevo hombre fuerte en Libia. Tanto Belhaj como Al-Salibi tienen la reputación de ser los peones de Qatar en la actual Libia post-Kadhafi. Es además precisamente el jeque Al-Salabi quien distribuyó los 2 000 millones de dólares de ayuda qatarí a Al-Qaeda en Libia.

Reaparece así a la luz pública la contradicción que tanto se esfuerzan algunos por esconder desde hace 11 años: los mercenarios, antiguamente pagados por Osama bin Laden, nunca han dejado de estar al servicio de la estrategia de Estados Unidos, desde la primera guerra de Afganistán e incluso en la época de los atentados del 11 de septiembre. Sin embargo, los dirigentes occidentales siguen presentándolos como enemigos.

Es probable que las objeciones del señor Aznar y las del Jerusalem Center for Public Affairs sean descartadas por la OTAN, como antes lo fueron las del general Carter Ham, comandante en jefe del AfriCom, cuando -al principio de la guerra contra Libia- se le dio como misión garantizar en Libia la protección de los mismos yihadistas que hasta entonces habían estado matando soldados estadounidenses en Irak.

Lejos de la realidad, el Comité Antiterrorista de la ONU (el llamado «Comité de Aplicación de la Resolución 1267») y el Departamento de Estados de Estados Unidos siguen manteniendo en su lista negra a la organización de Abdelhakim Belhaj y del jeque Al-Salabi bajo su antigua denominación de Grupo Islámico Combatiente en Libia. Todos los Estados tienen la obligación, según parece, de arrestar a estos individuos si penetran en sus territorios.

[Fuente: CubaDebate]

De Libia a Siria: ¿cambio de paradigma o paradigma de cambio?

In Actualidad on 16 febrero, 2012 at 0:00

María Elena Álvarez Acosta

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Con la caída del campo socialista en el este deEuropa y la desintegración de la URSS, se inauguró una etapa en las relaciones internacionales que posibilitó el inicio del  cambio de paradigma político, militar y geo estratégico de los vencederos. Estados Unidos recurrió a invasiones militares contra las “amenazas”: Panamá, el Golfo, Kosovo, Afganistán, Iraq y Libia.

Para agredir a un país, únicamente ha hecho falta imaginar que ese país es una amenaza para los intereses de las grandes transnacionales y los poderes del momento. Esto se ha revertido en: 1) el derecho a agredir a cualquier nación esgrimiendo el carácter preventivo, 2) la política de guerra sin cuartel; que desconoce la proporcionalidad y la limitación de las acciones y 3) la práctica de racionalidades absolutamente desequilibradas.

La guerra fue imponiendo nuevas tácticas, participantes e instrumentos. Muchas pueden ser  las “nuevas” maneras y modos. Sin embargo, por los propósitos de este trabajo, merecen mencionarse: una mayor participación de los aliados, en este caso de la OTAN, y de los organismos e instituciones regionales, donde ha sobresalido la Liga Árabe, en el Medio Oriente. Los movimientos populares denominados Primavera Árabe han resultado un desafío para la política estadounidense, pero también han tratado de aprovechar las “oportunidades” para consolidar su paradigma.

En la práctica, los organismos internacionales se han manipulado y han “legitimado” las intervenciones. Desmontar el sistema establecido por el Derecho Internacional ha sido un objetivo -y práctica- en las guerras actuales. Las razones que se esgrimen y se demuestran pueden ir desde la lucha contra el terrorismo, hasta la lucha por los derechos humanos o la democracia, sin tener en cuenta las condiciones reales y los costos de las acciones.

La oligarquía dominante ha superado efectivamente la jurisdicción y la autoridad de la institucionalidad legalmente constituida.  En la práctica, la OTAN y los  Estados Unidos han ocupado las funciones que le correspondería  al Derecho Internacional Público y sus instituciones.La utilización de los organismos deNaciones Unidas, incluyendo el Consejo de Seguridad, “legitiman” las intervenciones. En el caso de Libia, se aprobó una Resolución que fue citada continuamente, pero en la práctica se violó todo el tiempo. Por demás, la organización regional, léase la Liga Árabe, fue la solicitante más ferviente.

LIBIA: ¿CAMBIO DE PARADIGMA?

Con la agresión a Libia parecía se afianzaba el éxito del nuevo paradigma: montaje de la situación, apoyo y petición de la Liga Árabe de intervención, aprobación de Resolución en el Consejo de Seguridad, la suplantación de las funciones de la ONU por la OTAN, apoyo a los rebeldes, que las propias potencias habían conformado,  y a un gobierno de transición, establecimiento de un Gobierno Provisional y finalmente, el asesinato de Gadafi. El guión había sido impecable. Pero en el “juego”, las potencias habían hecho trampas.

La visión imperial y la práctica fueron completadas exitosamente: Operación internacional que reconoce su liderazgo, EEUU como pilar de la seguridad mundial y defensor de la libertad humana, por todos los medios, parece que el predilecto es la guerra.

La guerra en Libia confirmaba un formato que se venía implementando, con variaciones “perfeccionadas” desde los años 90s, lo más peligroso era que, aún no se había estabilizado el país y ya retumbaban los truenos dela ira imperial contra Siria, era el sabor del éxito, a lo que se unía el aumento del nivel del conflicto con Irán.

SIRIA Y ALGO MÁS

La primavera árabe se ha manifestado como un movimiento  sin precedentes en la región, sobre todo por su cuantía, persistencia y composición. EEUU y sus aliados han utilizado un tratamiento diferenciado, que les ha permitido, utilizar la zanahoria y el garrote. En la práctica, desgraciadamente, ha predominado el último.

La guerra contra Libia marcó, como analizábamos anteriormente, una línea de continuidad  en el accionar del imperio, que se ha ido perfeccionando.

En Siria se ha tratado de seguir la misma receta que en Libia: primero, desacreditar el régimen; segundo, movilizar y apoyar a sectores  internos contra el gobierno (si no son suficientes, crearlos y-o introducir mercenarios); tercero, apoyar a la diáspora. Además,manipular los medios masivos de comunicación y convocar el apoyo internacional, (y a nivel regional, la Liga Árabe).
En Libia, después de todo este accionar, se logró la  aprobación –cobertura- de las Naciones Unidas. Después, se desarrolló la operación militar.

La misma receta ha tratado de aplicarse a Siria. Sn embargo no han podido avanzar ni remotamente al mismo ritmo que en Libia, a pesar de contar con el apoyo reiterado de la Liga Árabe y de la entrada de mercenarios a través de las fronteras del país, obviando el apoyo de la población al gobierno y las reformas que este ha comenzado a implementar.
¿Qué no han conseguido? La  aprobación –cobertura- de las Naciones Unidas, para después, desarrollar la operación militar.

PARADIGMA DE CAMBIO

Cuáles han sido los aspectos que no le han permitido a EEUU la aplicación de un paradigma intervencionista que parecía consolidado, tras la guerra contra Libia, o por lo menos lo ha retardado, pues no ha renunciado a él. Pueden ser muchos los factores, pero destaca la postura de Rusia, a la que se unió China. En  varias declaraciones, tanto del Ministro de Relaciones Exteriores, como del Presidente y el nuevo candidato a la Presidencia de  Rusia han declarado que no están de acuerdo en permitir que se aplique la fórmula Libia a Siria.

Con independencia de los intereses geopolíticos y de seguridad nacional que tengan Rusia (y también) China, las implicaciones de su postura, que culminó con el veto de ambos, respectivamente, en dos ocasiones, a la propuestas de Resolución presentada por EEUU ante el Consejo de Seguridad contra Siria, todo parece indicar que naceunparadigma de cambio.A ello hay que sumar, las diferencias de matices de las posicionesde Rusia y China en cuanto al conflicto EEUU-Irán.Si Siria cayera, Irán “estaría solo”. No se pueden desvincular ambos casos, aunque presenten connotaciones diferentes.

En septiembre de 2010, en un artículo publicado en esta misma página, señalé que Estados Unidos siempre tendrá un pretexto o excusa para enfrentarse a Irán, no precisamente porque considere que el país persa pueda construir el arma nuclear, sino por tres simples razones, pero también tres razones muy significativas para los intereses de EEUU: Irán ocupa un espacio de vital importancia en las relaciones de poder a nivel regional y mundial, que pasa por los factores geopolítico y energético, donde aparecen evidentes contrapartes que pudieran constituirse en dos eventuales bloques: EEUU y la Unión Europea frente a Rusia y China; el que controle al país persa domina  la región de mayor tráfico petrolero en el Mundo (Mar Negro, Mar Caspio y Golfo Pérsico), además, ese país es esencial para los poderes del momento, pues proyecta una política contestataria (antiimperialista).

Las razones estadounidenses se mantienen invariables con respecto a Irán, mientras ha aprovechado el contexto de la Primavera Árabe para, eventualmente, imponer un gobierno títere en Siria.

¿CAMBIO DE PARADIGMA O PARADIGMA DE CAMBIO?

Mientras en Siria, por una parte, continúan las manifestaciones de apoyo al gobierno y, por otra, las acciones desestabilizadoras; Rusia apuesta por el diálogo, mientras la Liga Árabe y los países occidentales mantienen, o más bien, vociferan, su postura de intervención.

Paralelamente,  EEUU y sus aliados continúan planteando que implementarán las sanciones contra Irán y aumentan su presencia militar en el Golfo Pérsico,  por demás, el área está rodeada de bases militares estadounidenses, mientras Irán mantiene maniobras en el Golfo Pérsico.

La situación actual parece definitoria y su impacto en las relaciones internacionales trascendentales. EEUU no puede ceder, es el líder del mundo occidental, ceder implica retroceder; Rusia, tampoco puede ceder, pues implicaría una inmensa pérdida de credibilidad.

¿Logrará EEUU consolidar su paradigma, o es el inicio de un cambio?


[Fuente: CubaDebate]