Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias

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Reagrupar las fuerzas de la izquierda

In Actualidad, Documento on 8 octubre, 2009 at 0:01

Pedro Brenes



Durante los últimos decenios los activistas políticos que hemos defendido con tesón, abnegación y perseverancia los intereses de los trabajadores de Canarias, denunciando la explotación de los bancos y de las grandes empresas españolas y europeas y de sus aliados capitalistas canarios, nos hemos mantenido dispersos, divididos y enfrentados en lo que podría parecer un intento absurdo y suicida de dar todas las ventajas a la burguesía y al imperialismo.

Ante esto, los partidos que representan y sirven a la dominación del colonialismo español y de sus monopolios (PSOE y PP) y los delegados políticos de la burguesía traidora y colaboracionista de Tenerife (ATI-CC) o de la no menos traidora y colaboracionista de Gran Canaria (NC), han estado disfrutando de las facilidades que les hemos dado (pues todos somos responsables, en mayor o menor medida, de la división de la izquierda) para afianzar su dominio sobre la clase obrera y el conjunto de los trabajadores de Canarias, configurando un panorama político en el que aparentemente no hay más alternativa que el «tripartito» y sus grupos locales o insulares satélites.

Sin embargo, esa alternativa existe. Se demostró en 1979 con la Unión del Pueblo Canario, desgraciadamente destruida al perder el norte ideológico y su carácter popular y de izquierda revolucionaria y ser empujada al abismo de la disgregación y la marginalidad política por el burocratismo, el sectarismo y el electoralismo.

El principal error de aquella experiencia consistió en la indefinición ideológica y organizativa, pues creían ingenuamente que escondiendo y disimulando su verdadero carácter de alianza de fuerzas comunistas y populares conseguirían un mayor número de activistas y simpatizantes, pues militantes de UPC, en sentido estricto y aunque muchos la consideraban «su partido», nunca hubo, y creando «Comités Populares» concebidos por la cúpula burocrática y electoralista como simples captadores de votos.

Esa misma indefinición y la calculada ambigüedad política, siempre pensando en arañar votos de aquí y de allá, pretendía también ser una fórmula mágica para evitar la, a la postre inevitable, confrontación entre «españolistas» e «independentistas».

Esta falsa dicotomía que, en realidad y como demostraremos a continuación, no es más que un prejuicio y una fantasía pequeñoburguesa que, en aquellos tiempos, alcanzó niveles de auténtica paranoia patriotera por ambos bandos, generó una atmósfera de odio visceral e irracional entre unos y otros que, en definitiva, acabó con una oportunidad histórica de agrupamiento de la izquierda canaria.

Y decimos que la contradicción entre «independentismo» y «españolismo» es un falso problema porque desde el punto de vista de la clase obrera, lejos del patrioterismo vulgar y superficial de la pequeña burguesía, los trabajadores, bajo el régimen capitalista, no tenemos ni podemos tener ninguna patria, ya que sólo el triunfo del socialismo, con el derrocamiento de la burguesía capitalista y el acceso al Poder de la clase obrera, nos permitirá considerar a nuestro territorio, su historia y su cultura, como nuestra verdadera patria libre, solidaria y  justamente compartida.

Además, sea como sea, y posicionados a partir de un análisis teórico racional o por preferencias personales de tipo cultural y emocional, tanto para los que se inclinan a creer que la Revolución Canaria sólo es posible en estrecha coordinación con la revolución socialista en el conjunto del actual Estado español, simultáneamente o por «importación», como para los que pronosticamos un avance del pueblo trabajador del Archipiélago africano de Canarias hacia el socialismo, como eslabón débil de la cadena imperialista, con ritmo, condiciones y posibilidades diferentes al de la España monárquica, europea y otánica, en definitiva y siguiendo cualquiera de los dos caminos, nuestras Islas deberán constituirse en una República democrática, antimonopolista y antiimperialista primero y, en un segundo tiempo histórico, en República Socialista Canaria.

De manera que todo este dramático, patético y lamentable enfrentamiento entre dos líneas tácticas supuestamente irreconciliables se reduce, a fin de cuentas, a la conveniencia o no de la federación de la República Canaria con las diversas repúblicas ibéricas en el contexto histórico y político, todavía muy lejano, del triunfo del pueblo canario sobre sus enemigos internos y externos.

Y es seguro que incluso los que hoy son incapaces de imaginar un Estado canario independiente, rechazarán la idea de federarse con la monopolista, imperialista, explotadora y monárquica España europea.

Y, de la misma manera, hasta los más patrióticos y enardecidos independentistas se plantearán muy seriamente la conveniencia de vincularse a una República Socialista Española que, sobre la base de nuestro derecho inalienable a la autodeterminación y al autogobierno, nos proporcionara una cobertura solidaria entre pueblos que hemos sufrido durante siglos y seguimos soportando hoy la opresión y la explotación de los mismos enemigos feudales, capitalistas e imperialistas.

Naturalmente, las posiciones de la burguesía sobre esto son justamente las contrarias de los trabajadores. Los explotadores canarios se mantendrán siempre, dejando aparte las peleas de enamorados y los discursos chantajistas, unidos a la España burguesa y se volverán de repente furibundos patriotas anticolonialistas en el caso del triunfo de la revolución socialista en España, llamando entonces desesperadamente en su auxilio al imperialismo norteamericano para evitar el contagio revolucionario y para salvar sus fortunas y su Poder en el Archipiélago.

Pero, ¿acaso tiene algún sentido que la izquierda canaria se mantenga dividida por un asunto que no se va a plantear a la orden del día hasta dentro de mucho tiempo, sobre el que nadie puede adivinar en qué condiciones nacionales, estatales e internacionales se dará en su momento y que, en definitiva, tendrá que ser resuelto por el pueblo canario en ejercicio de su derecho a la autodeterminación y a través de un amplio debate y de una consulta democrática?

No, no tiene ningún sentido. Y ha llegado la hora de reagrupar las fuerzas derrotadas, desmoralizadas y dispersas, más por nuestros propios errores que por la acción del enemigo burgués e imperialista, y avanzar decididamente, empezando por la unidad de acción en defensa de los intereses de la clase obrera y de todos los trabajadores, hacia la conformación de un frente unitario por la República Canaria democrática, antimonopolista y antiimperialista.


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Frente a la crisis: unidad y lucha de los trabajadores

In Actualidad, Documento, Laboral on 28 abril, 2009 at 0:01

1mayo2009POR LA DEFENSA DEL EMPLEO Y LOS DERECHOS SOCIALES

Manifiesto unitario del 1º de Mayo de 2009 en Canarias

En este 1º de mayo, las organizaciones sindicales firmantes de este manifiesto, consideramos que el mundo se enfrenta a una crisis social global que afecta a todos los pueblos. Una crisis capitalista internacional a múltiples niveles: ecológico, financiero, industrial, alimentario, migratorio; una crisis, en definitiva, de un modelo agotado basado en la explotación, la ultra competencia, la acumulación frenética de riqueza en manos de unos pocos, el agotamiento de los recursos, la desigualdad entre los ciudadanos y los pueblos, la promoción del interés de unos pocos en detrimento del colectivo, arruinando a países enteros, y de manera dramática, al continente africano.

Esta crisis es consecuencia de la propia irracionalidad global del capitalismo -salvaje, depredador, especulativo- que, teniendo como único principio la generación y el acopio de beneficios, desprecia a los individuos, conduce a los trabajadores al despido y al desfalco de sus derechos, rebaja la protección social cebándose, muy especialmente, con los segmentos de la población más debilitados, como, mujeres, infancia y tercera edad.

Nos enfrentamos a una verdadera crisis sistémica y del modelo de desarrollo, una verdadera encrucijada civilizatoria y para hacer frente a esta crisis no se nos puede dar «más de lo mismo», no podemos conformarnos con los discursos refundadores o reformadores del capitalismo que nos diseñan en el G20. No basta con inyectar liquidez en la economía, son necesarias alternativas anticapitalistas que nos ayuden a construir un nuevo modelo global más justo, sostenible, democrático, libre y solidario: hay que cambiar los principios básicos para que la economía mundial permita un reparto equitativo de la riqueza, un desarrollo para todos, equilibrio, estabilidad y prosperidad a largo plazo. La maquinaria financiera debe estar al servicio de un nuevo sistema económico, bajo control democrático. Es preciso reinventar el papel de los estados y de las instituciones y estructuras internacionales, un cambio en las relaciones comerciales internacionales y un nuevo paradigma de justicia en la interacción entre Norte y Sur y todo ello, desde la participación directa y real de los ciudadanos y de los pueblos.

El Estado español es especialmente vulnerable a los efectos de la crisis porque, aunque ha tenido un espectacular crecimiento económico en los últimos quince años, lo ha basado en la especulación inmobiliaria y financiera. Las consecuencias de esta huida hacia delante de las grandes constructoras con el aliento negligente de los diferentes gobiernos son, a día de hoy, casi cuatro millones de personas en el paro, más de un millón de ellas sin cobertura de desempleo y con pocas expectativas de reinserción laboral. Los representantes de la patronal a nivel del estado español pretenden aprovechar la crisis para recuperar sus tasas de beneficios haciendo uso de las viejas recetas desreguladoras del mercado laboral y de debilitamiento del sistema de protección social: contratos con veinte días de indemnización, reducción de cuotas a la Seguridad Social, ausencia de controles administrativos ante los despidos, congelación de salarios, etc.

Canarias, por la singularidad de su situación y configuración geográfica, la falta de materias primas y de tejido industrial y por su ultra-dependencia del turismo y del cemento, se encuentra en una situación de extrema gravedad y aún más expuesta a la crisis. Desde 2.008 la cifra de desempleados ha crecido por encima del 100% y ya se sitúa cercana a los 250.000. Todo augura que, de continuar en esta línea, la tasa de paro en Canarias superará el 30% de la población activa antes de finalizar 2.009 (uno de cada tres canarios habrá perdido su empleo). La patronal canaria, como en el resto del Estado, pretende hacer recaer sobre las espaldas de los trabajadores los ajustes que necesita para seguir obteniendo los mismos réditos, y pretende, además, mantener un Régimen Económico y Fiscal, una Reserva de Inversiones de Canarias, un Régimen Especial de Abastecimiento diseñados para asegurarle una fiscalidad en su propio y exclusivo beneficio, sin querer vincularlas al mantenimiento y a la creación de empleo estable y de calidad y a la necesaria diversificación de la economía canaria; mientras tanto, los canarios padecemos las pensiones y los salarios medios más bajos del Estado y una cobertura social insuficiente y en continuo deterioro. En este contexto nuestros gobernantes, esperando que la situación se la arreglen desde fuera, sólo están dando muestras de desconcierto, incapacidad y falta de liderazgo.

Asistimos, por tanto, a un momento histórico que constituye un verdadero reto para el movimiento sindical y social, porque este es el momento de poner los cimientos, ¡éste es nuestro momento! Es por ello que en Canarias, las organizaciones firmantes de este manifiesto estamos comprometidos a luchar por hacer posible estas reivindicaciones:

1º) Desde una perspectiva global:

Apostamos por una salida a la crisis que suponga otro modelo de relaciones sociales y económicas. Basado en la redistribución de la riqueza, en la protección del medio ambiente y en unas relaciones justas entre los países ricos y los países pobres; en la primacía de los valores que colocan al ser humano y sus necesidades más básicas en el centro del sistema y en el objeto de la economía. Es necesario construir un modelo de desarrollo que se contraponga al neoliberalismo, propiciando la participación social y el diálogo, fortaleciendo los empleos, los derechos de los trabajadores y los mercados internos. Necesitamos una intervención pública en la economía, construida desde una participación social y no desde el juego de los distintos grupos de presión empresarial.

Exigimos un orden internacional nuevo que asegure unos niveles dignos de bienestar a todas las personas del planeta, normas de comercio igualitario entre los países y multilateral. Ha llegado el momento de construir un sistema económico ecológicamente sostenible, socialmente equitativo y geopolíticamente equilibrado. Avanzar hacia ese nuevo orden requiere nuestra solidaridad con los pueblos que luchan por su soberanía y libertad, particularmente el saharaui y el palestino, y con los pueblos víctimas de guerras ilegales e injustas como el iraquí y la exigencia de soluciones pacíficas y urgentes a estos conflictos.

Exigimos de los gobiernos el cumplimiento de los derechos humanos y la defensa del derecho a la libre circulación de las personas; no debiendo criminalizar a las víctimas inocentes, de siglos de colonialismo y expolio y de los intereses ilegítimos de los gobiernos del llamado primer mundo. No a la reforma de la Ley de Extranjería.

Exigimos la defensa del Estado Social y de Derecho. Queremos una protección eficaz de las necesidades sociales de la población. El derecho universal y gratuito a la sanidad, a la educación, a la justicia, a la vivienda y a los servicios públicos de protección social.

2º) Desde la urgencia y desde una perspectiva local, reivindicamos:

· No a los despidos. Ningún despido sin justificación objetiva. Ningún despido sin indemnización. No a los EREs preventivos que, sin control ni justificación, se generalizan usando la crisis como excusa.

· No a las rebajas o congelación de salarios. No admitimos que, ahora, después de años de altos beneficios, quieran mantenerlos disminuyendo nuestro nivel de vida.

· Ampliación y mejora de las prestaciones por desempleo. Prestaciones por tiempo indefinido para los parados de larga duración. Implantación de la Renta Básica de Ciudadanía.

· Suspensión de cortes de luz, agua, teléfono, … a las familias en paro o en situación de exclusión social. Moratoria del pago de las hipotecas. Control de precios de los productos básicos.

· Defensa de los servicios públicos: sanidad, educación, transportes, justicia, …, como servicios esenciales y universales. No a su deterioro, no a la privatización de su gestión. No a la mercantilización ni a la elitización de la Universidad.

· Fomento del empleo público y potenciación de la propiedad pública de sectores clave de la economía: banca, energía, transporte, agua. Recuperación de empresas privatizadas.

· Por el uso inmediato de la RIC para la creación de empleo y para la necesaria diversificación de la economía canaria.

· Freno inmediato a los grandes proyectos desarrollistas. Que la inversión destinada a los mismos sea ahora utilizada para asegurar la reconstrucción social de Canarias, el fortalecimiento de los servicios sociales municipales, el desarrollo de obras y medidas destinadas a mejorar, desde las necesidades más cercanas, la calidad de vida de los ciudadanos y la dotación de los barrios; la protección de nuestro patrimonio histórico-cultural, medioambiental. Que esa inversión, junto al acumulado de la RIC, y la reorientación del REA, sirvan también para replantear el modelo económico orientándolo hacia la consecución de la soberanía energética y alimentaria y al desarrollo del sector industrial, así como dotar a la sanidad y a la educación pública de los recursos necesarios para garantizar el servicio de calidad que el presente y el futuro de Canarias precisan.

Que nuestros impuestos y nuestro trabajo sirvan para garantizar el derecho a una vida y a un trabajo dignos; no para reflotar bancos. Que nuestro esfuerzo sea utilizado para construir una sociedad justa, igualitaria y participativa; no para salvaguardar los beneficios de los empresarios.

¡¡OTRO MUNDO ES POSIBLE, OTRO CAPITALISMO NO!!

¡¡OTRA CANARIAS ES POSIBLE, NECESARIA Y URGENTE!!

Firman: CCOO, COAG, Coordinadora Sindical Canaria (CGT, CoBas, CSC, EA Canarias), SEPCA, CSI-CSIF, UGT y USO

 

Comunicado del Comité de Empresa de Guaguas Municipales

In Actualidad, Documento, Laboral on 8 abril, 2009 at 21:14

guaguasasamblea20060313Ante el nuevo acuerdo del Grupo de Gobierno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en la Comisión de Pleno celebrada hoy para cambiar el modelo de gestión de Guaguas Municipales y propiciar la entrada de capital privado en la compañía, el Comité de Empresa, considerando que:

1.- Una vez más, el Grupo de Gobierno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria vuelve a faltar a la palabra dada, e incumple sus propios compromisos en Pleno de garantizar el mantenimiento de la plena titularidad pública.

2.- El mismo expediente de privatización aprobado en enero y archivado en febrero, vuelve a aprobarse en el día de hoy, a pesar del acuerdo firmado por el Concejal de Guaguas para que los trabajadores desconvocáramos la huelga indefinida.

3.- Los resultados obtenidos por la Comisión de Trabajo para la viabilidad de Guaguas Municipales han sido frustrados por las actuaciones del Gobierno Local, que a pesar de recibir el compromiso público del resto de Administraciones para saldar la deuda de Guaguas, vuelve a persistir en sus planes privatizadores.

MANIFIESTA:

1- El máximo rechazo del Comité de Empresa de Guaguas Municipales S.A., en representación de los trabajadores de la compañía, a la continua falta de respeto y consideración que el Gobierno Municipal está demostrando hacia la empresa, sus trabajadores, clientes y a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en general, así como a las formas empleadas en el nuevo empeño privatizador, con la clara intención de camuflarlo en medio del periodo vacacional de Semana Santa.

2- La decepción que supone para todos los trabajadores de la empresa el nuevo engaño cometido por el gobierno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, incumpliendo el acuerdo alcanzado para la finalización de la huelga indefinida, ante la demostración inequívoca del éxito, fortaleza y unidad de todo el colectivo de trabajadores de la empresa municipal.

3- La exigencia de una rectificación urgente en la reiterada intención de privatizar parte de la compañía, lo que obligatoriamente pasa por sustituir a la actual presidencia del Consejo de Administración de la empresa y a su Gerencia, responsables intermedios de la deriva intencionada a la que están conduciendo a la empresa, además de la rectificación nítida y sin paliativos de Jerónimo Saavedra.

4- La convocatoria de una próxima Asamblea Informativa con los trabajadores de la empresa, para estudiar y definir las medidas a adoptar en defensa del transporte público en Las Palmas de Gran Canaria y de Guaguas Municipales S.A.

Las Palmas de Gran Canaria, a 8 de Abril del 2009

EL COMITÉ DE EMPRESA DE GUAGUAS MUNICIPALES

Desfilar o movilizar

In Actualidad, Documento on 29 diciembre, 2008 at 0:19

manifestacionYa todo el mundo sabe que 2009 va a ser un año especialmente duro. Que las condiciones de vida y laborales de las trabajadoras y los trabajadores van a empeorar sensiblemente. Y que habrá que movilizarse para hacer frente a las consecuencias de la crisis  y la recesión imperialista,  que están siendo especialmente graves en una economía dependiente y colonial como la canaria.

La realidad, sin embargo, es que las manifestaciones que se producen en nuestro país son cada vez menos numerosas. Lejos están los tiempos en que una manifestación medianamente aceptable era la que reunía diez o doce mil personas. En general, los convocantes apenas arrastran a sus propios militantes y algunos allegados más. Los llamamientos a toque de pito no parece que sean la fórmula ideal si lo que se quiere de verdad es movilizar a nuestra gente y no limitarse a exhibiciones testimoniales o a hacerse la foto.

La «izquierda manifestante» se está quedando aislada del grueso de la población canaria, por muy justas que sean sus consignas. Habrá que recordar el principio de que «la mejor improvisación es la que se prepara concienzudamente». Porque sin una labor previa de agitación y organización, nos limitaremos a desfiles de escaso impacto y menor trascendencia.

Para de verdad movilizar a los trabajadores y al pueblo canario, y no limitarse a realizar desfiles izquierdistas, hay que realizar con anterioridad multitud de reuniones, asambleas explicativas en centros de trabajo y en barrios, charlas, intervenciones en los medios de comunicación, etc. Y hay que dotarse de un plan de trabajo sistemático y exhaustivo, de forma que la correspondiente manifestación sea una expresión verdaderamente participativa, que cumpla su función de ir elevando el nivel de conciencia popular.

Además, esa planificación debe prever el después de la manifestación, el día siguiente, volviendo a reunirse y debatir con la gente para evaluar y dar continuidad a las luchas. Hay que acabar con la práctica de que, una vez hecha la foto, comienza un largo periodo de vacaciones hasta la próxima ocurrencia.

Somos conscientes de que hay enormes resistencias a vencer, desde el sectarismo hasta la inercia pequeño burguesa de actuar a reflechones, sin continuidad en el trabajo. Pasando por actitudes mafiosas como las de bloquear en la práctica el acceso al debate, no ya a los centros de trabajo, sino a los propios comités de empresa. Quién tiene «amarrado» un sector laboral o la asociación de vecinos de un barrio, no tiene interés en arriesgarse a nuevas formas de trabajo ni a permitir un debate con otros sectores de la izquierda. Tal y como lo ven, no tienen nada que ganar y sí mucho que perder.

Pero estas resistencias deben y pueden ser removidas. Y desarrollar un estilo de trabajo basado en la participación, el debate de ideas entre la población y la organización sistemática (y no de boquilla). Sabemos que no va a ser fácil arrinconar malos hábitos y rutinas, pero esta es la labor revolucionaria que merece la pena, y en la que los comunistas estamos empeñados.

Trabajo político de masas

In Actualidad, Documento, Opinión on 1 diciembre, 2008 at 0:34

pedrobrenes3Pedro Brenes

Es muy conocido el precepto según el cual el revolucionario debe moverse entre las masas populares como el pez en el agua. Y que debe estar obligatoriamente donde estén las masas, integrado en cada lucha reivindicativa, situado en la primera fila de cada movilización y a la vanguardia de la defensa de los derechos de los pobres y los oprimidos.

Sin embargo, algunos, por ignorancia o por vanidad, entienden esto como que el líder político es el protagonista y el intérprete imprescindible que, suplantando a los trabajadores, se separa y se distingue de ellos, asumiendo ilegítimamente su representación.

Así, progresivamente, se dedican a filtrar a través de su prisma personal, cada vez más pequeñoburgués y pagado de sí mismo, colmado de su orgullo de «jefes» y de su inmodestia, los verdaderos intereses inmediatos y generales del pueblo, convencidos de que sólo ellos están capacitados para decidir qué deben pensar y qué deben hacer los trabajadores.

El pobre y limitado horizonte teórico que les caracteriza, les conduce inevitablemente a la soberbia y la pedantería, transformándolos rápida e irreversiblemente en burócratas engreídos. Llegados a este punto, los «líderes dirigentes» y los «militantes» de estos grupos sociales, sindicales y políticos reformistas y burocratizados, insisten en disminuir la importancia de las labores de agitación, propaganda y organización de las masas populares, limitándose a lanzar consignas y llamamientos que, supuestamente, deben ser obedecidos y seguidos al pie de la letra, aunque los trabajadores no hayan participado en la discusión ni en la elaboración de tales consignas y movilizaciones.

Suele ocurrir que cuando el llamamiento lanzado por ellos no obtiene la esperada respuesta, los burócratas terminan por culpar al pueblo de lo que no son más que sus propios errores teóricos, políticos y organizativos. Y tampoco es raro que, justificándose interesadamente en la «apatía» y la «ignorancia» del pueblo, se conviertan en colaboradores del Estado burgués acordando, en nombre de los trabajadores y a espaldas de éstos, pactos y arreglos favorables a los empresarios explotadores y las instituciones de su Estado.

Alérgicos al trabajo político de masas, siempre incómodos ante la participación directa y asamblearia de los verdaderos protagonistas de los cambios sociales, pasan el tiempo entre reuniones y discusiones endógenas, debates bizantinos alejados de una realidad social que no quieren ver y que, en el fondo, les interesa poco y manifestándose con sus «militantes» pensando más en la prensa burguesa y en las cadenas de televisión, que en la concienciación y la participación de las masas.

Bajo la presión de la explotación y la opresión de la sociedad burguesa, los trabajadores reaccionan espontáneamente con rebeldía, protestas y, por último, con la lucha abierta contra el deterioro de sus condiciones de vida, los recortes de derechos laborales, la degradación de los servicios públicos, la carestía y el desempleo.

Los comunistas, como vanguardia organizada y consciente de la clase obrera, debemos integrarnos en estas luchas no para encauzarlas y neutralizarlas «democráticamente», como hacen los socialdemócratas de todo pelaje y color con la intención de que en ningún caso se cuestionen las bases fundamentales de la sociedad burguesa: la propiedad privada de los medios de producción y el monopolio de la violencia en manos del Estado de los banqueros y los grandes empresarios capitalistas, sino para sustituir la espontaneidad y la anarquía por la conciencia y la organización.

Dotar al movimiento reivindicativo espontáneo de las masas de la necesaria coherencia teórica, ideológica y política. Elevar el nivel de conciencia de los trabajadores explicando, paciente y sistemáticamente, el origen y las causas de su situación. Sintetizar en consignas claras y justas la esencia de las necesidades y las aspiraciones populares.

Demostrar y descubrir, por medio de una propaganda eficaz y de una agitación masiva, sistemática y planificada, que sólo la participación consciente de todo el pueblo permite arrancar al Estado burgués ciertas mejoras y reformas favorables a los trabajadores y que, en definitiva, únicamente la destrucción del régimen social capitalista basado en la explotación del hombre por el hombre nos permitirá acceder a la sociedad socialista de la verdadera democracia, de la justicia, de la solidaridad entre todos los seres humanos y de la paz.

Por supuesto que para lograr que los trabajadores, o al menos sus capas más avanzadas, alcancen un nivel de conciencia política y de organización suficientes, es necesario que los revolucionarios dediquen mucho tiempo y mucho esfuerzo para contrarrestar la labor de los aparatos ideológicos y propagandísticos del Estado burgués, que predican constantemente el individualismo y la desorganización, denigran la lucha de los pueblos contra el capitalismo y el imperialismo, y llaman al desprecio de la actividad política democrática y revolucionaria.

Sí, lo sabemos, esto es «muy difícil». Pero a ningún verdadero revolucionario, y mucho menos a un comunista, la dificultad de la tarea puede resultarle una excusa para renunciar a combatir al enemigo de clase en todos los terrenos. Por eso debemos dar la batalla ideológica con la misma intensidad y decisión que la batalla económica y la batalla política.

Y esta labor debe hacerse inexcusablemente en el seno de las masas, recogiendo de ellas y tomando siempre en consideración su estado de ánimo y su espíritu de lucha, estimulando su participación en la toma de decisiones a todos los niveles. Aquí es importante evitar plantear tareas o consignas que los trabajadores no estén todavía preparados para comprender y defender conscientemente, es decir, no adelantarse a las masas sino dedicar todo el tiempo que sea necesario a la propaganda y la formación. Y, por otro lado, no subestimar el nivel revolucionario alcanzado, a través del aprendizaje de las luchas sectoriales y por reformas, por la clase obrera, lo que nos llevaría a retrasarnos en relación a ella.

Y, desde luego, no tratar nunca de sustituir a las masas populares. Huir de la idea arrogante de que nuestras teorías y nuestras ocurrencias individuales o de partido son las mejores y no tienen discusión. Por el contrario, mantenerse siempre dispuestos a aprender de las masas que, con frecuencia, superan a su propia vanguardia en los momentos en que se agudiza la lucha de clases.

Los comunistas formamos parte de la clase obrera pero no estamos «por encima» de ella. Se supone que debemos constituir la vanguardia organizada de la clase. Pero esto hay que demostrarlo cada día en el trabajo político de agitación, propaganda y organización, en el estudio y la reflexión política, y desde la humildad y la autocrítica que nos libre del individualismo, la soberbia y los reflejos intelectuales e ideológicos pequeñoburgueses.

E-mail del compañero Agustín Mora con motivo de la constitución del PRCC

In Actualidad, Documento on 27 noviembre, 2008 at 12:29

agustinteo1De: Agustín Mora <moravalle@gmail.com>
Fecha: 15 de septiembre de 2008 2:51
Asunto: RE: Nace el PRCC
Para: Teodoro Santana <tdr.santana@gmail.com>

Bueno, amigo y compañero. ¿Cómo te van las cosas?

He tardado mucho en responder y te puedo jurar que no es porque se me acumule el trabajo, esté de juerga con las amigas o en el bar jugando a la «zanga». Qué más quisiera yo, joooeerrr.

Si algo se me acumula desde hace ya bastantes meses, es la desgana, la apatía, la incertidumbre y el cansancio mental que produce esa misma incertidumbre. Y también el sueño; el sueño se me acumula de tal manera que no hay nada capaz de desalojarlo en mi día a día. Han decidido en el hospital que tengo que engancharme a la morfina y en ello estoy. Y es que la opción es muy sencilla ante el dilema: dolor tremendo en la boca o morfina para aliviar (que no quitar del todo) ese dolor. Está clara la opción… morfina por un tubo aunque me tenga adormilado la mayor parte del día.

Gracias, Teo, por esa explicación que me das en cuanto a tu necesidad de estar al pie del cañón en la creación del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias. Me gusta hasta el nombre con el que lo habéis bautizado, supongo que en alegre ceremonia donde la cerveza era más bendita que el agua, y, sobre todo, me gusta el entusiasmo con el os lanzáis a la batalla de las ideas, los sueños, los proyectos de futuro y la esperanza de que alguna maldita vez llegará ese día en el que el pueblo canario va a tener muy claras las ideas y se dará a luchar por el socialismo auténtico.

Ser comunista no es fácil en los tiempos que corren. Y menos en Canarias donde la labor de zapa de otros partidos, supuestamente democráticos, que amparándose en la falacia de la «reconciliación nacional» y la «transición» a un sistema pleno de libertades («nacionalistas con tintes independentistas», primero; «nacionalistas» a secas, después; de «izquierda domada», más tarde y grupúsculos izquierdosos sin norte, ahora mismo) han despojado de ideología a la mayor parte de las capas sociales, desde clase media hasta las clases más bajas económica, cultural y socialmente (añoro a esos trabajadores y gente sin apenas cultura pero con una conciencia de clase tremenda). Si a ello unimos el oportunismo de aquellos que se llaman socialistas (y que estuvieron 40 años de «vacaciones») abominando de Carlos Marx o el de los fascistas de toda la vida que aún recordarán a Eufemiano Fuentes con uniforme de falange, el panorama político actual de Canarias se ve muy negro.

Espero que este nuevo partido sea capaz de reconducir, Teo. Es más, que sea capaz de reeducar las conciencias de las personas al menos con un sentido positivo de supervivencia. Porque es denigrante contemplar cómo, por ejemplo, los güagueros, con un Ayuntamiento y Cabildo soziolisto a la cabeza, se las han visto y deseado para cobrar el salario del mes de agosto y que, por cierto, no tienen garantías de poderse comer el turrón en diciembre. Nada que envidiar a los trabajadores del siglo XIX pero ahora… con menos luces.

Admiro tu empeño, compañero del alma, compañero y ojalá seáis caces de inocular entre la ciudadanía ese veneno de la conciencia de clase que tanto jode al sistema capitalista. Los venenos para que no maten a la primera (o se produzca rechazo orgánico-mental) se toman poco a poco, en pequeñas dosis, con paciencia. Y de ahí surge la necesidad de ocupar sin prisas pero sin pausas los espacios que están creados para la defensa de los ciudadanos. Espacios que, por desgracia, se encuentran «tomados» por los oportunistas que te decía antes o por sus correas de transmisión que se autodenominan «independientes». Me estoy refiriendo al movimiento asociativo ciudadano. Es decir, la base en la que se sustenta cualquier proyecto político creo que debe partir de ahí y, ojalá que el Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias sea capaz de incrustarse en ese tejido social y dar alternativas comunistas a tantísimos problemas originados por el fascismo y el capitalismo camuflado.

Y bueno, compañero. Yo de política no tengo mucha idea y ya estoy viejo y no muy bien de salud como para rememorar mis tiempos más jóvenes. Sólo espero y deseo, a ti y a tus compañeros o camaradas, que este nuevo proyecto político sea de verdad el que ayude a los trabajadores, a la sociedad en general, a salir del marasmo en el que nos han metido estos herederos del franquismo que aún gobiernan bajo logotipos diferentes.

Me alegra que ese ánimo tuyo esté por las nubes porque, además, tienes muy claras tus ideas y eres muy consciente del compromiso que has adquirido. Otra cosa… jajajaaaaa, no sé si somos reencarnación de algún otro tiempo pasado; lo que sí sé, porque mi madre siempre me decía que yo era medio brujo, es que muy pocas veces me equivoco con las personas. Y usted, señor Teodoro Santana, me produjo muy buena impresión nada más saber de usted. Ya después nos hemos conocido algo más y creo que mi madre tenía razón: mi media brujería me ha confirmado mi intuición. La de encontrarme con una persona honesta, comprometida, luchadora, coherente, sencilla y sincera. ¿Qué más se le puede pedir a un amigo cuando ya todo esto es una inmensa fortuna?

Un abrazo doble para ti (por la diferencia corporal) y un ¡¡adelante con el PRCC!!

Agustín