Entre el 27 de Febrero y el 13 de Marzo se están desarrollando las maniobras conjuntas «Dissimilar Air Combat Training», entre la aviación española y las fuerzas aéreas norteamericanas, utilizando la Base Aérea de Gando en el sur de la isla de Gran Canaria.
Participan en ellas, además del Ala 46 con base en Gando, dotada de media docena de F-18, hasta un total de veinte aviones españoles entre F-18, Mirage F-1 y Eurofighter. Por parte de los americanos se anuncia la participación de un número indeterminado de cazabombarderos F-15 y un aparato de tipo AWACS de control radar.
Curiosamente, y que se sepa, es la primera vez que se realizan este tipo de maniobras militares en las Islas, pues hasta ahora acostumbraban a desarrollarse en el territorio español metropolitano y, casi siempre, en el contexto de la OTAN y con la participación de otras fuerzas aéreas europeas.
¿Qué vienen a hacer aquí los aviones de guerra yankis? El considerable desplazamiento de los aparatos españoles y, más aún, de los aviones americanos, que se han debido trasladar desde sus lejanas bases en Inglaterra y Alemania con los consiguientes gastos, obedece, con toda seguridad, al interés de los militares norteamericanos por las instalaciones que el Poder colonial español puede ofrecerles en el Archipiélago, como punto de apoyo y garantía logística y de refuerzos en sus programadas aventuras imperialistas en África.
Son bien conocidas las dificultades con las que se tropiezan los estrategas del Pentágono para encontrar un lugar en el que situar su nuevo Cuartel General para África o AFRICOM. Prácticamente todos los Estados miembros de la Unión Africana se han negado expresamente a albergar en su territorio a las tropas y los Estados Mayores que desde Washington pretenden instalar en su nuevo Cuartel General, desde el que planean dirigir todas las operaciones de «lucha contra el terrorismo», «mantenimiento de la paz» y «tareas humanitarias», que según afirman con toda seriedad son sus únicas y democráticas intenciones.
Todo ello, naturalmente, para «ayudar» a nuestro continente a librarse de la mala influencia del integrismo islámico y de Al Qaeda, y sobre todo del comercio con China, India, Rusia o Brasil, que tantos negocios, que hasta hace bien poco resultaban extraordinariamente fructíferos para los monopolios norteamericanos, les están haciendo perder.
Sin embargo, hemos de recordar que desde el año 1985, a raiz de la admisión en Noviembre del año anterior de la República Árabe Saharahui, Marruecos se retiró de la Organización de la Unidad Africana (OUA), que hoy funciona con el nombre de Unión Africana y a la que todavía no se ha reincorporado. Esta circunstancia y las estrechas relaciones que el régimen monárquico dictatorial marroquí mantiene con el imperialismo norteamericano y europeo, y que le permite ser considerado «socio preferente de la OTAN», indica claramente la más que posible ubicación en ese país del nuevo comando norteamericano.
Si se confirman las informaciones según las cuales la nueva base aeronaval de Tantan, situada junto a la desembocadura del río Draa en la costa marroquí cercana a las Islas Canarias, estaría destinada a albergar las instalaciones norteamericanas que el resto de los países africanos rechazan, se explicaría perfectamente el sentido de estas extrañas maniobras aéreas.
Se trataría entonces de las primeras maniobras militares del AFRICOM, que prepara y adiestra ya a sus tripulaciones aéreas y a sus estructuras de mando para las futuras operaciones de control y seguridad del espacio aéreo próximo y la integración con sus bases de apoyo aéreo (Gando) y naval (Las Palmas) en el Archipiélago.
Las magníficas relaciones entre las monarquías borbónica y aluita, y de ambas con el imperialismo norteamericano, asegurarían la más estrecha y eficaz coordinación de los gobiernos y las direcciones militares de Madrid y Rabat con el nuevo Cuartel General de las tropas norteamericas destacadas en el continente africano.
Por supuesto que ni el colonialismo español ni el imperialismo yanki piensan tomar en consideración la opinión y la voluntad de la población de las Islas, a pesar de que los ciudadanos de Canarias han expresado de forma reiterada su voluntad de mantenerse al margen de cualquier alianza militar, tal como se demostró en el referendum sobre la OTAN de 1986.
Las bases militares de la Alianza Atlántica en nuestro suelo (Base Aérea de Gando y Base Naval de Las Palmas) no sólo permanecen y se refuerzan y amplían, sino que, con toda probabilidad, se integrarán en el nuevo diseño imperialista de agresión militar y de control económico de los recursos naturales de nuestro continente.
Independencia y Socialismo 